Autor: Érika Ramírez |
Sección: Capitales
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Julio 2011
La segunda deuda más cuantiosa asumida por el gobierno federal de Felipe Calderón no tiene proyectos ejecutados. Se trata del registro de 19 mil millones de pesos comprometidos con el Banco Mundial. El préstamo otorgado por la institución financiera fue proporcionado para superar la crisis económica de 2008. Sin embargo, la fiscalización de la Auditoría Superior de la Federación no encontró evidencia de los proyectos que debían de desarrollarse con ese dinero
Más de 19 mil millones de pesos que fueron endosados a México a través de un préstamo del Banco Mundial no tuvieron un destino específico ni un proyecto de ejecución, descubre la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Los recursos que entraron a las arcas nacionales –dos días antes de que acabara 2009–, estaban etiquetados para afrontar la crisis económica de 2008, después del colapso financiero internacional.
Al finalizar ese año, las cifras registradas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunciaban una drástica caída en todos los sectores productivos del país, pérdidas de las que la economía mexicana no se ha recuperado. La superación de la crisis financiera ha sido consecuencia de la activación de la economía externa, que ha movido la maquinaria nacional en todos sus mercados. No del préstamo otorgado.
De acuerdo con los proyectos del Banco Mundial, los 19 mil 46 millones 196 mil 800 pesos asumidos en deuda (alrededor de 1 mil 503 millones 750 mil dólares) podrían constituir el segundo préstamo más importante desde que el Partido Acción Nacional asumiera el poder.
El empréstito más cuantioso para México –registrado hasta el momento en los proyectos del Banco Mundial– fue firmado por la cantidad de 1 mil 503 millones 760 mil dólares (17 mil 692 millones 488 mil 280 pesos, al tipo de cambio registrado al 12 de julio de 2011). El objetivo de dicho plan fue respaldar al proyecto Oportunidades, operado por la Secretaría de Desarrollo Social, para mejorar los niveles de salud, nutrición y educación de las familias pobres, entre otros asuntos.
El pasado febrero, Contralínea documentó que hasta ese momento los proyectos activos significaban un compromiso de 8 mil 226 millones de dólares, aproximadamente 99 mil 123 millones de pesos. México ocupaba el tercer lugar de endeudamiento en todo el mundo, precedido por China y Brasil (Contralínea 220). A la fecha, se han agregado dos proyectos más.
Ante la falta de evidencias respecto del destino de los recursos, la ASF solicitó al Órgano Interno de Control de la SHCP, sea investigado el empleo de los dineros o sean fincadas “responsabilidades administrativas sancionatorias que se deriven de los actos u omisiones de los servidores públicos que en su gestión no destinaron el Préstamo para Políticas de Desarrollo en Respuesta a la Crisis Mundial a la realización de proyectos de inversión o actividades productivas, acordes con las políticas de desarrollo económico y social”.
Mariana González, investigadora de Fundar, Centro de Análisis e Investigación, asegura que los préstamos hechos por el Banco Mundial son manejados con poca transparencia por el gobierno federal.
El proyecto se cerró en diciembre del año pasado, explica: “y el tipo de instrumento de préstamo es justamente uno que no está sujeto a las políticas de acceso de información, ni salvaguardas del Banco Mundial; por lo mismo es bien difícil monitorear su uso. Los resultados publicados por el organismo financiero no dicen nada, así que es Hacienda quien debe rendir cuentas”.
Las observaciones de la ASF
Con la Auditoría Especial 09-0-06100-06-0291, el máximo órgano de fiscalización del país documentó el proceso de endeudamiento a través del contrato 7814-MX, pactado entre la administración blanquiazul y el Banco Mundial.
Según revela la ASF, los 19 mil 46 millones 196 mil 800 pesos, endosados a México el 3 de diciembre de 2009, fueron etiquetados como “Préstamo para Políticas de Desarrollo Económico en Respuesta a la Crisis Mundial”, indica el Informe del resultado de la revisión y fiscalización superior de la cuenta pública 2009.
Los pactos se llevaron a cabo entre la Unidad de Asuntos Internacionales de Hacienda de la SHCP, actualmente encabezada por Ricardo Ochoa Rodríguez, y el Banco Mundial, que preside el estadunidense Robert Zoellick.
La revisión de la ASF indica que los “términos pactados presentan un esquema de contratación no considerado en el marco normativo de contratación de deuda pública, debido a que el otorgamiento del financiamiento se realizó en reconocimiento de acciones realizadas antes de la firma del contrato, lo que no dejó claro el destino específico de los recursos”.
El préstamo que tiene como vigencia de saldo 12 años (es decir, que tendrá que ser cubierto en su totalidad para 2021), “con pago único al vencimiento”, carece de “evidencia de que realizó la estimación de los recursos que el préstamo generaría para su pago”, dice la auditoría.
La operación de transferencia se realizó mediante la petición del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros, quien gestionó los movimientos indispensables para “desembolsar” los recursos. El depósito se concluyó el 28 de diciembre de 2009, en la cuenta aperturada en el Bank of America.
Luis Enrique Mercado Sánchez, secretario de la Comisión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en la Cámara de Diputados, asegura que la deuda contraída por las administraciones panistas “sí ha servido”. El integrante de la bancada blanquiazul dice que “la pobreza nacional es consecuencia de la crisis económica de 2009”. Confía en que la ASF tenga una respuesta favorable para solventar las observaciones hechas al préstamo.
Lo que dejó la crisis
Como resultado del colapso financiero de 2008, iniciado en Estados Unidos con una repercusión mundial, la economía mexicana cayó en recesión. El documento Informes sobre la situación económica, las finanzas y la deuda pública, al cuarto trimestre de 2008 –elaborado por la SHCP–, da cuenta de ello.
Los resultados oficiales muestran que en ese periodo “se deterioraron las condiciones económicas y financieras internacionales. Varios países industrializados reconocieron que sus economías atravesaron por un periodo recesivo y calificaron a la crisis financiera como la peor después de la Gran Depresión (de 1929)”.
En México, el impacto se resintió en la producción del sector industrial, que observó una reducción anual de 1.3 por ciento. Además, la minería se redujo a una tasa anual de 6.4 por ciento. La producción manufacturera tuvo un retroceso anual de 0.2 por ciento, “lo que implicó una disminución trimestral ajustada por estacionalidad de 0.5 por ciento”.
El informe de Hacienda indica que “las actividades con menor dinamismo fueron: equipo de computación y otros equipos electrónicos; productos metálicos; productos de cuero y piel; prendas de vestir; e insumos textiles, principalmente.
“La construcción disminuyó a una tasa anual de 1.1 por ciento, y al eliminar el factor estacional cayó 0.7 por ciento en comparación con abril-junio de 2008. La generación de electricidad, gas y agua creció a una tasa anual de 2.1 por ciento. No obstante, al descontar el factor estacional retrocedió 0.9 por ciento con respecto al trimestre anterior”, muestra el informe oficial.
El impacto
Dos años más tarde en que fueron depositados los más de 19 mil millones de pesos a las arcas nacionales –deuda contraída con el Banco Mundial– la superación de la crisis financiera se ha condicionado a la maquinaria externa, que reactivó algunos sectores de la economía mexicana.
Así lo demuestra la misma SHCP, en el más reciente de sus Informes sobre la situación económica, las finanzas y la deuda pública. En el da cuenta de que durante el cuarto trimestre de 2010, el producto interno bruto (PIB) creció a una tasa anual de 4.6 por ciento en términos reales.
Las cifras oficiales indican que el PIB tuvo una expansión trimestral de 1.3 por ciento. “Lo anterior superó los niveles máximos previos a la crisis financiera internacional de 2008-2009”.
De la producción de las actividades primarias, la SHCP registra un aumento a la tasa anual de 9.9 por ciento. “Este resultado fue consecuencia, principalmente, de la mayor cosecha de cultivos como maíz en grano, mango, caña de azúcar, sorgo en grano, tomate rojo, maíz forrajero y cebada en grano”.
Las actividades secundarias registraron un incremento anual de 4.7 por ciento. Ejemplo de ello es que la minería tuvo un incremento anual de 1.4 por ciento “debido al mayor dinamismo del sector no petrolero”.
“La producción manufacturera avanzó a un ritmo anual de 6.0 por ciento. El dinamismo de este subsector se debió, en gran medida, a la evolución favorable de la fabricación de equipo de transporte; maquinaria y equipo; industria alimentaria; productos metálicos; productos a base de minerales no metálicos; e industrias metálicas básicas. La construcción se expandió a una tasa anual de 4.3 por ciento como reflejo de las mayores obras de edificación residencial, industrial y comercial”, informa la SHCP.
Deuda Pública y la Ley
De acuerdo con la Ley de Ingresos emitida en 2009, el préstamo otorgado por el Banco Mundial registra un endeudamiento hasta ese año de 2 mil 72 millones 370 mil de dólares, unos 24 mil 382 millones 469 mil 235 pesos.
Cabe destacar que los 19 mil millones de pesos no aparecen reflejados en la lista de proyectos que el Banco Mundial hace públicos, a través de su portal de internet.
El artículo 2 de la Ley obliga y faculta al Ejecutivo federal, por conducto de la SHCP, “para contratar y ejercer créditos, empréstitos y otras formas del ejercicio del crédito público, incluso mediante la emisión de valores, en los términos de la Ley General de Deuda Pública y para el financiamiento del Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2009, por un monto de endeudamiento neto interno hasta por 380 mil millones de pesos”.
Se solicitó entrevista con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través de la Unidad de Comunicación Social y Vocería –a cargo de Adrián Gamal Durán Castellanos– para conocer los proyectos en los que se ejecutó el préstamo por más de 19 mil millones de pesos; no obstante, al cierre de la edición no se obtuvo respuesta alguna. Asimismo, se requirió la respuesta de la SHCP a las observaciones y acciones de la ASF, a través de su Dirección de Difusión, encabezada por Ileana Goycoolea Valencia, de la que tampoco se obtuvo ninguna información.
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