Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 3 de abril de 2013

Bajo la Lupa- Chávez invicto- Ley de empleadas domésticas en Brasil- Austeridad personal, lujo y poder institucional

Bajo la Lupa
Desprivatización y restatización de la rusa Rosneft, primera productora global de petróleo
Alfredo Jalife-Rahme
Foto
El presidente ruso Vladimir Putin (izquierda) e Igor Sechin, director de Rosneft, durante la firma de un convenio con representantes chinos el pasado 22 de marzo en el Kremlin
Foto : Reuters
 
Mediante una adquisición financiera muy compleja, la estatal rusa Rosneft compró el consorcio privado petrolero TNK-BP, integrado por British Petroleum (BP) y un cuarteto de oligarcas ruso-israelíes aglutinados en Alfa Access-Renova (AAR).
 
El mayor acuerdo en la historia empresarial de Rusia –por 55 mil millones de dólares– catapulta a la estatal Rosneft como la primera (¡supersic!) productora global, desplazando a la estadunidense privada ExxonMobil.
 
Según la agencia británica Reuters (26/3/13), la operación refuerza el control del gobierno en el sector energético y representa una victoria para su director, Igor Sechin, confidente cercano del presidente Vladimir Putin.
 
La depredadora británica BP –con serios problemas legales/financieros debido a la catástrofe ambiental del Golfo de México– es obligada a vender la mitad de su suculento negocio por urgencia de liquidez.
 
Reuters reconoce que BP realizó enormes ganancias en sus 20 años en Rusia, lo cual confirma Guy Chazan ( Financial Times, 21/3/13): la inversión inicial de BP en 2003 fue de 8 mil millones de dólares, con ganancias por 19 mil millones de dólares en dividendos a 2013, la cuarta parte de su producción y la quinta parte de sus reservas.
 
Así, la participación del Estado (¡supersic!) en el sector petrolero en Rusia viene de la nada (con la privatización) y hoy rebasa 50 por ciento.
 
Fue muy interesante la participación de la banca de inversión de Estados Unidos –Bank of América/Merrill Lynch y CitiGroup, que otorgaron un colosal empréstito por 40 mil millones de dólares–, cuyo acuerdo fue sellado simbólicamente en la casa oficial del presidente Putin, además signado por el director de BP (Robert Dudley) e Igor Sechin, de Rosneft.
 
Todos los comensales del zar energético global Vlady Putin tenían en la mira las pletóricas reservas de hidrocarburos en el Ártico, en donde también la estatal Rosneft ha realizado una interesante asociación estratégica ( joint venture) con la estadunidense privada ExxonMobil en el mar de Kara (35 mil 800 millones de barriles de reserva), en detrimento de BP.
 
En forma impactante, Estados Unidos otorgó una importante participación a la estatal rusa Rosneft en los yacimientos de Texas (¡supersic!) y del Golfo de México (AP, 30/8/11). El monto de la inversión entre ExxonMobil y Rosneft puede alcanzar la escalofriante cifra de 500 mil millones de dólares: ¡2.3 veces el PIB de México!
 
No hay que subestimar el acuerdo entre ExxonMobil, la mayor petrolera de Estados Unidos, con la estatal rusa Rosneft, la mayor productora del mundo, tanto en el Ártico como en el Golfo de México (la parte de Estados Unidos), que lleva consigo un enorme significado geopolítico que obliga a moderar las veleidades bélicas de Rusia y Estados Unidos, lo cual demuestra la hipercomplejidad no lineal de la incipiente multipolaridad.
 
Según Voice of Russia (7/3/13), la estatal rusa compró a Exxon Mobil una participación de 30 por ciento en la prospección geológica en el Golfo de México, lo cual le otorga a Rosneft acceso al mayor depósito de petróleo y gas del mundo (¡supersic!). La idea, según su director, Igor Sechin, es obtener el conocimiento para ayudar a desarrollar las profundas secciones en Rusia. Se asienta la tesis de Bajo la Lupa: nadie en el mundo compra hoy sin transferencia de tecnología.
 
A Rosneft no se le pasa el conocido vector asiático: su abasto de petróleo y gas a la región con el fin de disminuir la dependencia de Europa, por lo que Igor Sechin discutió la participación de China en la exploración conjunta de los mares Barents y Pechora, en forma similar a lo realizado con las petroleras occidentales.
 
Además del imponente empréstito por 40 mil millones de dólares de la banca de inversión de Estados Unidos, Rosneft consiguió otros 10 mil millones de dólares de las empresas Vitol (alemana) y Glencore (anglo-suiza) a cambio de entrega de petróleo.
 
Con profunda mentalidad euroasiática, Rosneft consiguió unos 30 mil millones de dólares de China, mientras el cuarteto de oligarcas ruso-israelíes de AAR recibía cerca de 30 mil millones de dólares por sus acciones en TNK-BP (la mitad de esos valores), que tiene curiosamente una de sus filiales en Chipre. ¡Uf!
 
El cuarteto de oligarcas ruso-israelíes fueron inventados en la etapa aciaga del capitalismo criminal de Boris Yeltsin: Mikhail Fridman, German Khan, Viktor Vekselberg y Len Blavatnik. ¡Pura fichita!
 
La complejidad de la operación lleva a una participación de la privada/depravada BP en 20 por ciento del total accionario que controla la estatal Rosneft (con dos asientos en el consejo de administración).
 
El zar energético global Vlady Putin no nacionaliza, sino que restatiza y desprivatiza por la vía del mercado a un costo de 55 mil millones de dólares y el otorgamiento de 20 por ciento de las acciones de Rosneft con la bendición de la banca de inversiones de Estados Unidos. Seguro Vlady sabe algo que ignoramos.
 
Como no alcanzaba el dinero para la compra, la estatal Rosneft pidió prestados 6 mil millones de dólares de Gazprombank (uno de sus mayores accionistas es Gazprom, la principal gasera rusa, que se da el lujo de tener hasta su canal de televisión).
 
Lo impresionante radica en que después de la privatización salvaje de los hidrocarburos en Rusia en la etapa aciaga de Yeltsin –mediante la eclosión de un capitalismo criminal enarbolado por la plutocracia gansteril de los oligarcas–, 20 años más tarde Vlady Putin comienza a recuperar en forma gradual el control del Estado sobre los hidrocarburos sin necesidad de nacionalizar y jugando con las reglas del mercado anglosajón, al que ha comprado su parte (como en el caso de BP en TNK), o aliado en asociaciones creativas: ya sea con la estadunidense ExxonMobil (reciprocidad de exploración en el Ártico a cambio de la prospección en Texas y el Golfo de México, The Voice of Russia, 8/3/13), ya sea con las petroleras chinas (CNPS, Sinopec y CNOOC) a cambio de capitales frescos.
 
A mi juicio, la doble derrota militar de Estados Unidos tanto en Irak como en Afganistán marca el punto de inflexión hacia la desprivatización/restatización, cuando no renacionalización, de los hidrocarburos con la resurrección de Rusia del cementerio geopolítico.
 
Nadie entrega algo a cambio de nada: tal es el momento coyuntural multipolar que vive la industria petrolera/gasera global.
 
La década de los 70 del siglo pasado marcó el auge de la privatización (en el sentido bursátil anglosajón) y la desnacionalización de los hidrocarburos. Hoy se vive una interesante etapa híbrida de desprivatización/restatización, al menos entre las grandes potencias petroleras del planeta, que han entendido que las magnas reservas las poseen los estados (las nuevas siete hermanas estatales: Financial Times, 12/3/07), en detrimento de las viejas siete hermanas anglosajonas.
 
Mediante su inminente Estrategia Nacional de Energía (de 14 años), pareciera que el “México neoliberal itamita” no desea aprender de los errores trágicos de la privatización de los hidrocarburos en Rusia: ¿quiere repetir los mismos errores suicidas de Yeltsin y su capitalismo criminal?
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Chávez invicto
José Steinsleger
Cuartel de la Montaña, Caracas. El hombre que a inicios del siglo pasado ordenó la construcción de este histórico y bello fortín erigido en una colina estratégica de la capital, fue el recio presidente Cipriano Castro (1858-1924), inspirador de uno de los instrumentos jurídicos más coherentes de América Latina: la Doctrina Drago (1902).
 
La Doctrina Drago establece que ningún Estado extranjero puede usar la fuerza contra una nación americana con la finalidad de cobrar una deuda financiera. Concebida a partir de las ideas del jurista uruguayo Carlos Calvo (1824-1906), la doctrina fue anunciada por el canciller argentino Luis María Drago a raíz de tres hechos que cimbraron el escenario político de la época.

Primero: la decisión soberana de suspender el pago de la deuda contraída con Alemania y Holanda, por las castas racistas y antibolivarianas de Venezuela. Segundo: el bloqueo naval de las potencias europeas (y el México de Porfirio Díaz), a los puertos del país andinocaribeño.

Tercero: la negativa de Washington, que así como en la guerra de Malvinas en 1982, apoyó a las naciones civilizadas negándose a ejecutar la hipócrita Doctrina Monroe (América para los americanos, 1823).

Gran reformador social, Cipriano Castro rigió su gobierno bajo el lema nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos. Sin embargo, la firme defensa de la soberanía le representó a este hombre que fue amigo de José Martí, Justo Arosemena, José Santos Zelaya y Eloy Alfaro, una satanización similar a la que en vida le prodigaron a Hugo Chávez los contratistas intelectuales de la franquicia imperial Vargas Llosa, Krauze & asociados.

Según el estadunidense William Sullivan, biógrafo de Castro, los diarios, semanarios y revistas del mundo dedicaron a Cipriano cerca de 3 mil caricaturas que no lo bajaban de autócrata, simio, caudillo, dictador. Traicionado por su compadre de armas Juan Vicente Gómez (quien con el beneplácito de las petroleras de Rockefeller dio un golpe de estado y retuvo el poder hasta su muerte en 1935), don Cipriano marchó al exilio y tras largo peregrinar falleció de una rara enfermedad en Puerto Rico solo, triste, y olvidado.

Pero la historia suele volver de un modo justiciero sobre los pasos perdidos de la dignidad nacional y popular. En febrero de 2002, al cumplirse cien años de aquel infame bloqueo, el gobierno de la revolución bolivariana trasladó los restos de Cipriano Castro al Panteón Nacional. Y desde hace pocos días, los del propio Chávez reposan en este cuartel que parece de juguete, y donde el 4 de febrero de 1992 la historia de América Latina pegó, sorpresivamente, un golpe de timón.
 
En Cuentos del Arañero (2012), el jefe de aquel movimiento de patriotas que los periodistas higiénicos califican de golpe, recuerda el momento: “Chávez, ahora hay que tener cuidado porque la orden es que salga de aquí muerto... Cuando me dicen que la orden es matarme y los F-16 pasaban muy bajito, entonces ahí me llegó la idea de la muerte… ¿y saben qué recuerdo? Un pensamiento rápido: Rosita, María, Huguito, yo hoy no muero”.
 
Sincrónicamente, seis días después de la muerte de Chávez falleció Simón Alberto Consalvi, viejo intelectual de la antigua república, historiador, periodista y dos veces canciller de Venezuela (1974/1985). Enemigo del chavismo, Consalvi empieza uno de sus ensayos con un epígrafe de Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar: Todos los militares de talento envainan la espada, para abrir los libros (1830).
 
¿Por qué no pudieron pensadores como Consalvi reconocer esas dotes en el líder de la revolución bolivariana? Desafortunadamente, pudo más su lealtad con la runfla de politiqueros del Departamento de Estado (un Rómulo Betancourt, un Carlos Andrés Pérez), prefiriendo que Chávez sea asociado a las ocurrentes ideas que Sullivan atribuye a Cipriano Castro: El Partido Liberal es el de las grandes conquistas, el partido que fundó el hijo del carpintero en Belén, en los valles de Palestina.
 
Insondables relaciones entre liderazgo político y religiosidad popular. Y más cuando la televisión pública, de cara a las elecciones del 14 de abril, empieza a transmitir un spot en el que Chávez llega triste al paraíso, pero cambia de semblante cuando se abraza con su abuela Rosa Inés, el cacique Guaicaipuro, Salvador Allende, Eva Perón, el Che Guevara y el baladista Alí Primera, autor del verso que el presidente Nicolás Maduro recordó en la capilla ardiente: los que mueren por la vida no están muertos.
 
Para llegar a este sitio ubicado en uno de los barrios más combativos de la ciudad, resulta imposible esquivar el enorme grafiti que reza con la respuesta que Bolívar le dio al general Páez en 1819: Lo imposible es lo que nosotros tenemos que hacer, porque de lo posible se encargan los demás todos los días.
 
Miles de personas llegan a diario a este lugar. La mayoría son hombres y mujeres de verdad. Tocan el sarcófago de mármol negro que custodian cuatro húsares vestidos de rojo, renuevan su fe en la revolución, y por el llanto y dolor que los parte en dos dejan pocas dudas que, para sus adentros, se dicen: si él pudo morir invicto… ¿por qué nosotros no?
 
Ley de empleadas domésticas en Brasil
Claudio Lomnitz
La semana pasada el Senado brasilero aprobó por unanimidad una ley que amplía los derechos de los (las, usualmente) empleados domésticos. La nueva ley –dirigida a cocineros, jardineros, choferes, nanas y personal de limpieza– dicta que los empleados domésticos tendrán jornadas máximas de ocho horas diarias, y de 44 horas semanales; los trabajos realizados por encima de estas cuotas recibirán remuneración de horas extras. Los nuevos derechos de las y los empleados domésticos en Brasil incluyen: sobresueldo por trabajo nocturno, seguro de desempleo en caso de desocupación involuntaria, participación de las/los empleados en un Fondo de Garantía por tiempo de servicio (especie de afores), indemnización de 40 por ciento del saldo de lo que hay en ese fondo en caso de despido sin causa justificada, tipificación como delito de la retención dolosa de salarios por parte de empleadores, pago de seguro social para los empleados, apoyo para guarderías y educación prescolar de los hijos de las domésticas hasta los cinco años de edad, y seguro contra accidentes laborales.
 
Para comprender mejor las implicaciones prácticas de la ley para los empleadores, la Folha de Sao Paulo desglosa costos del nuevo arreglo, que resultan en que los empleadores que pagan 1.5 salarios mínimos a sus empleadas o empleados domésticos tendrán que aumentar pagos en alrededor de 6 por ciento si el empleado no trabaja horas extras, y arriba de 18 por ciento si se trabaja una hora extra diaria.

Existe, desde luego, la preocupación de que la ley no se aplique en una mayoría de los casos. Según el diario citado, sólo 27 por ciento de las y los trabajadores domésticos de Brasil están registrados formalmente (alrededor de 2 millones de un total de más de 7 millones de empleadas). Aun así, se nota una tendencia favorable, ya que la cifra de domésticas registradas en las grandes urbes es bastante mayor: en Sao Paulo, casi 39 por ciento de las/los empleados domésticos están ya formalmente registrados. Además, la nueva ley reconoce la vigencia de acuerdos colectivos con las asociaciones gremiales de empleadas domésticas, cosa que amplía el margen de acción para los sindicatos.

Queda claro que la nueva ley abre un horizonte de mejorías laborales y de vida que tendrá que ir siendo reclamado y conquistado a pasos, pero, aún así, se trata claramente de una victoria mayor para una forma de trabajo importantísima en toda América latina. Así, Eliana Menezes, presidente del sindicato de trabajadoras domésticas de Sao Paulo, recibió la aprobación de la nueva ley como una segunda abolición de la esclavitud en Brasil. Con reportes de muchas empleadas domésticas que trabajan 16 y 18 horas diarias, la apreciación no parece demasiado exagerada.
 
Brasil fue el último país esclavista de América, con fecha de manumisión recién en 1888. El trabajo doméstico, que en ese país fue frecuentemente trabajo de esclavas, es, por su naturaleza, más difícil de proteger y de organizar que los trabajos en empresas, tanto porque éstas son objeto de fiscalizaciones que obligan a reportar empleados, como porque emplean números superiores de empleados por unidad. Y todavía hoy Brasil es el país latinoamericano con mayor número de empleadas domésticas, más de tres veces superior al de México, que le sigue.
 
En un reporte reciente sobre el tema de trabajadores domésticos la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calculó una población mundial de más de 56 millones de trabajadores domésticos. Se trata, además, de un tipo de empleo cuyos números han aumentado en todo el orbe; entre 1995 y 2010 el total de empleadas y empleados domésticos aumentó por 19 millones, y eso sin contar la población de empleados menores de 15 años (que la OIT calcula en más de 7 millones a escala mundial). En América Latina una de cada seis mujeres empleadas es trabajadora doméstica, y 90 por ciento de los trabajadores domésticos son mujeres. Además, el empleo doméstico como porcentaje del total de empleos aumentó de 5.7 por ciento a 7.6 por ciento en América Latina entre 1995 y 2010, o sea que no se trata de una forma de trabajo en decadencia. Para 2010, uno por ciento de los hombres empleados en América Latina trabajaba de empleados domésticos, y 17 por ciento de las mujeres latinoamericanas laboraban en ese rubro.
 
 
Es obvio, evidente, que la nueva ley brasileña es de relevancia para México, segundo país latinoamericano en número de empleadas domésticas (la OIT calcula que había abajito de 2 millones de domésticas en México, comparados con unas 7 millones en Brasil). Se trata, en pocas palabras, de un tema que se debe poner en el candelero, pero ya, y tocaría al Congreso de la Unión estudiar la ley brasilera y proponer alguna adaptación para México.
 
Posdata. Hace unos días el diario El País reportó que en el sexenio de Felipe Calderón murieron 140 mil personas por accidentes automovilísticos, o sea, más del doble del saldo de la guerra del narco. ¿Dónde está la respuesta del gobierno? ¿Dónde se está desarrollando una alternativa al modelo de transporte por el que ha optado el país, sin discusión democrática alguna? Son tiempos para una campaña seria en pro del transporte público, y de formas alternativas de transporte. ¡Viva el Metro! ¡Vivan los autobuses y los trenes! ¡Vivan los peatones! ¡Vivan los bicicleteros!
 
Austeridad personal, lujo y poder institucional
Carlos Martínez García
El papa Francisco ha ratificado su estilo austero en las ceremonias de Semana Santa. Su forma personal de pastorear a la grey católica le ha valido buenos comentarios en la prensa mundial. No han faltado quienes auguran días difíciles para los llamados príncipes de la Iglesia católica dados a los lujos más extravagantes.
 
El sucesor de Benedicto XVI rehúye los ropajes ostentosos y las relumbrantes joyas. Oficia misas en lugares en que, por ejemplo, el anterior obispo de Roma (Joseph Ratzinger) no incursionaba. También ha elegido pernoctar en un dormitorio sencillo, en lugar de la recámara saturada de comodidades en la cual reposaron sus predecesores.

Ante lo anterior la pregunta es si tal estilo austero irá más allá de la forma personal en que se conduce Francisco. Porque con el paso de los siglos la Iglesia católica ha construido una institución ostentosa, en la que son privilegiados personajes que se encuentran en la cúspide de un organismo verticalista. Pero esto no sucedió espontáneamente, sino que tuvo un punto de quiebre en la historia. Fue cuando el cuerpo eclesiástico, antes perseguido en el vasto dominio del imperio romano, pasa de ser un movimiento marginal a otro uncido al poder político.

Cuando en el siglo IV la parte del cristianismo que bendice la constantinización de la Iglesia inicia una larga historia de simbiosis con los poderes terrenales quedan sentadas las bases para que el poder político se convierta en un brazo que impone jurídicamente, y cuando es necesario mediante la fuerza, los postulados del credo católico romano.

La simbiosis que hemos mencionado no fue aceptada por otras expresiones e interpretaciones del cristianismo. Citamos el caso de Donato, en el norte de África, quien fue elegido obispo en los primeros años de la segunda década del siglo IV.

Él, y sobre todo sus seguidores en las décadas posteriores, confrontan las directrices de Roma y dan la lid por mantenerse independientes de los mutuos compromisos acordados por las cabezas de la Iglesia católica y del imperio romano.

El movimiento donatista es visto con preocupación por los poderes eclesiástico y político. Para combatirlo se conjuntan esos poderes. En el terreno teológico corresponde a san Agustín proporcionar los argumentos para perseguir de forma inclemente a los donatistas.

Por doce años (399-412) Agustín se ocupa en confrontar al donatismo, y para ello reconoce que debió dar un giro en sus convicciones teológicas: “Originalmente pensé que nadie debiera ser coaccionado a entrar en la unidad en Cristo y que debiéramos actuar sólo con palabras, luchar sólo con argumentos, y prevalecer sólo con la razón […] Pero mi opinión fue cambiada por los casos concretos […] Mi propio pueblo, que aunque anteriormente había sido completamente donatista en sus lealtades, ha sido convertido a la unidad católica por temor a los edictos imperiales”. Ese temor no era gratuito, ya que negarse a guardar la unidad católica implicaba para el rebelde la pena de muerte.
 
Teodosio El Grande decreta en el año 380 al catolicismo como la fe religiosa oficial del imperio romano. El mismo personaje promulga la pena de muerte contra los donatistas que practicaban el bautismo a personas que se habían alejado del mismo y decidían reincorporarse a la comunidad cristiana. El edicto contra los rebautizadores del siglo IV sería rescatado en el siglo XVI para hacerlo valer contra el movimiento anabautista. De la misma manera los argumentos desarrollados por Agustín sobre la legitimidad de usar la fuerza contra los herejes fueron la base para perseguir y tratar de aniquilar a los anabautistas, quienes en el siglo XVI difirieron tanto de católicos como de protestantes en su interpretación de lo que significaba ser cristiano, las características de la comunidad de creyentes y la función del Estado en cuestiones de creencias religiosas.
 
Apunto que Juan Ginés de Sepúlveda, en la controversia de Valladolid (1550) que sostiene con Bartolomé de las Casas, fundamente su argumentación en las enseñanzas de San Agustín sobre la necesidad de recurrir a la violencia para llevar a los indígenas al reconocimiento del catolicismo.
 
La cercanía al poder, el lujo institucional característico de la Iglesia romana difícilmente puede resquebrajarse con los sencillos hábitos ministeriales del papa Francisco. Habría que retrotraerse al punto de quiebre histórico cuando hubo, en palabras de Jacques Ellul, la subversión del cristianismo y se le sustituye por una versión adulterada por los intereses políticos. En aquella subversión estuvo el germen para que siglos después la Iglesia católica se erigiera en Estado. Una completa contradicción con las enseñanzas de Jesús contenidas en los evangelios.
 
Solidaridad con Bernardo Barranco. De forma grosera y prepotente fue desaparecido de Radio Red el programa que condujo por casi 18 años: Religiones del Mundo.
 
Nuestro colega considera, y me parece que con toda certeza y argumentos de su parte, que la razón de su cese en el programa radiofónico se debe a presiones de los legionarios de Cristo.
 
A esto hay que sumar que participó en varias ocasiones en la emisión de radio que dirige Carmen Aristegui, durante los días en que se preparaba y tuvo efecto el cónclave que eligió como nuevo papa a Francisco. A los directivos del Grupo Radio Centro no les gustó que Bernardo colaborara en la competencia.

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