Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 9 de agosto de 2011

Felipe Calde-rón el presidente de la pobreza‏

9 de agosto de 2011
La crisis.jpg
Videos del Mundo
Inglaterra no usará milicia para calmar disturbios
El gobierno del Reino Unido, descartó el uso de la fuerza militar para sofocar los disturbios en Londres y otras ciudades, donde más de 500 personas han sido detenidas en cuatro días de violencia. TeleSUR
Por tercer día, Londres es un campo de batalla
La violencia se desató el viernes en el barrio de Tottenham, una de las zonas más marginadas de Londres.
Videos de México
De la Cruz: EE.UU. ya no confía en lo que México hace
El analista en seguridad, Pedro de la Cruz, afirmó que actualmente existe una coordinación más estrecha entre los gobiernos de EE.UU. y México, esto puede deberse a que los estadounidenses ya no confían en lo que hagan las autoridades mexicanas ni en la información de inteligencia que las instancias civiles y militares mexicanas están proveyendo. TeleSUR
Presenta UNAM plan para combatir la inseguridad en el país
El ex rector Jorge Carpizo leyó el documento a nombre de la comisión que se integró tras la Conferencia Internacional sobre Seguridad y Justicia en Democracia.
Nueva silla… nueva vida
Municipios del norte declaran su incapacidad policial a gobernadores
El titular del SESNSP, reveló que muchos municipios del norte del país han optado por acudir con el gobernador a pedir dinero.
Documento que debes ver…
Revista Proceso
El reto de los templarios
Isabel Ayala
Plaza Pública
Miguel Angel Granados Chapa
La señora Isabel Ayala Nava, de 54 años, y su hermana Reina, de 58, fueron asesinadas en Xaltianguis, un poblado en la zona rural de Acapulco, al mediodía del tres de julio. Se habían situado, como acostumbraban, a las afueras del templo del lugar, a vender comida y otras mercancías.

Su muerte puede una de las muchas que se practican en Guerrero, al lado de las todavía más numerosas que perpetra el crimen organizado o suscita el combate oficial contra el narcotráfico. Esa entidad es una de las que mayor violencia criminal padece: Según el ejecutómetro del Grupo Reforma, el viernes pasado el número de asesinatos sobrepasó el millar en lo que va del año. Es un rango semejante al de Chihuahua y Nuevo León. Pero la cifra crece todos los días: Durante el fin de semana cayeron ocho personas más, seis de ellos en el propio Acapulco.

El gobierno de Zeferino Torreblanca, que para fortuna de los guerrerenses terminó el último día de marzo pasado, fue incapaz de dotar a sus gobernados de la paz y la tranquilidad que anhelan y en función de las cuales le dieron su voto seis años. Pero la nueva administración, que refrendó la estancia del PRD en el gobierno en la persona de un priísta, Ángel Helado Aguirre, hace padecer a los guerrerenses la misma abulia, en el mejor de los casos, que genera impunidad. La mayor parte de los asesinatos producidos en los siete meses concluidos de este año, cuatro de los cuales corresponden al gobierno de Aguirre, son incluidos en la suma de los ejecutados y su averiguación y persecución presuntamente son realizadas por la Procuraduría general de la república. Pero esa formalidad no corresponde a la realidad, pues el ministerio público federal se asemeja al local en el incumplimiento de su deber, otros muchos homicidios, como el del arquitecto Francisco Xavier Serrano, y el de las hermanas Ayala Nava debieran ser materia del fuero común, es decir, responsabilidad del gobierno local.
Pero en los hechos nadie se ocupa de ellos. Aquel, que era un turista en ese puerto, fue asesinado el 11 de julio en Zihuatanejo, a donde había acudido a descansar y divertirse. Las hermanas Ayala Nava residían en la porción rural acapulqueña y es probable que su asesinato obedezca a móviles políticos, que no han sido admitidos por nadie.

Isabel Ayala fue la última compañera de Lucio Cabañas. Subió con él a la sierra de Guerrero y procrearon una niña, nacida el 29 de septiembre de 1974. Dos meses después el jefe de la Brigada de ajusticiamiento del Partido de los pobres fue muerto, no se aclaró nunca si por su propia mano, para no ser hecho prisionero, o por un ataque artero.

En el momento de la muerte de Cabañas, que encabezó la más importante insurrección armada en Guerrero, su mujer Isabel estaba presa en el Campo Militar No. Uno. Sin estar sometida a causa penal ninguna, allí permaneció hasta 1976, de suerte que su hija vivió los primeros 22 meses de su vida en esa instalación militar, convertida entonces y más de una vez después, en cárcel ilegal.

En ese mismo 1974 se intensificó la guerra sucia contra la guerrilla, debido al secuestro del candidato a gobernador Rubén Figueroa Figueroa, liberado a balazos por el ejército. La guerra sucia del gobierno de Echeverría conoció entonces alcances que excedían la peligrosidad de los alzados. Por supuesto que el jefe del Estado mexicano, el poder ejecutivo, tenía la responsabilidad de enfrentar el desafío armado. Pero no lo hizo con los instrumentos legales de que disponía. La tropa militar no hacía prisioneros: mataba sobre el terreno a sus enemigos, o los retenía brevemente para después ejecutarlos.

La estrategia militar incluía arrasar a las comunidades donde se presumía que Cabañas podría hallar refugio y aprovisionamiento, y también matar o hacer que desaparecieran presuntos cómplices suyos, que hacían vida pública abierta. Ese fue el caso, entre cientos, de Rosendo Radilla Pacheco, un hombre tan del sistema priísta que había sido líder de la Confederación nacional campesina en Atoyac de Álvarez, de donde fue también alcalde.

El 26 de agosto de 1974, delante de su hijo, fue detenido por miembros del Ejército, que lo llevaron consigo a un cuartel militar, según testimonios de otros detenidos allí, y luego lo sacaron. Radilla había compuesto corridos sobre la insurrección armada y eso bastó para ultimarlo sin sentencia, según se presume.

Su caso permaneció en la impunidad hasta que la alternancia del 2000 permitió airear su desaparición. Llevada ante la Comisión interamericana de derechos humanos y por ésta ante la Corte penal respectiva, después de muchos y fatigosos afanes jurídicos fue emitida una sentencia que obliga al Estado mexicano a reparar el daño y a reiniciar investigaciones sobre el destino de Radilla.

Aunque sea con reticencias que poco a poco han sido vencidas, el cumplimiento de la sentencia de la Corte interamericana permitirá revivir las circunstancias de la guerra sucia, en la que se inscribe la desaparición de Radilla, que nunca fue llevado ante un juez. Tal vez se descorran velos sobre las responsabilidades del Estado mexicano, de los gobiernos federal y local de entonces, y mandos militares que se excedieron en el acatamiento a órdenes que no fueron emitidas por escrito y permitían por ello interpretaciones y excesos. Isabel Ayala fue en alguna medida protagonista, testigo y víctima de sucesos que interese mantener ocultos. ¿Sería por eso que la mataron? ¿Será por eso que, bajo amenazas, su hija Micaela busca asilo?
Felipe Calderón El presidente de la pobreza
En un sexenio de ingresos petroleros récord y con un gobierno que presume fortaleza macroeconómica, la bonanza no se siente en los bolsillos. Y aunque las autoridades festinan que el empleo se ha recuperado, esto no ha evitado el surgimiento de 12.2 millones de nuevos pobres en los primeros cuatro años de la actual administración. Hoy más de la mitad de los mexicanos viven en la pobreza.
Por Félix Arredondo
"Cuando asumí la Presidencia de la República (en 2006) había unos 50 millones de pobres y 22 millones en pobreza extrema. Hoy (en 2012) hay 35 millones de pobres y 10 millones en pobreza extrema.
"El flujo de inversión ha permitido que los últimos tres años hayan sido los de mayor crecimiento económico en la historia contemporánea del país. Por ello se ha cumplido la meta de crear un millón de empleos anuales".

El presidente de la pobreza.jpg
Éste fue el sueño que Felipe Calderón acarició en 2006, al imaginarse rindiendo su último informe de gobierno como presidente de la República en 2012. Y con esas palabras lo consignó en las últimas páginas de su libro: “El Hijo Desobediente”.
No era un sueño imposible. De hecho, otros mandatarios latinoamericanos lo han hecho realidad.
Sin embargo, ahora que se han dado a conocer las cifras más recientes de la pobreza en México, y a casi un año y medio de que termine la gestión del presidente Calderón, vale la pena hacer algunas preguntas.
¿Dónde está el millón de nuevos empleos anuales que Felipe Calderón imaginó que crearía en la segunda mitad de su gobierno?
¿Fueron las circunstancias internacionales las que esfumaron el sueño del mandatario o fueron las malas decisiones las que convirtieron a Felipe Calderón en lo que es hoy: el Presidente de la Pobreza?
No es una mera percepción. Los datos son oficiales. Están en las estadísticas de la ONU y en los bancos de datos de todas las agencias mexicanas que llevan la cuenta de la evolución de la pobreza en México desde hace por lo menos 25 años.
El análisis de esas cifras oficiales saca a la luz hechos verdaderamente sorprendentes.
Por ejemplo, que durante los últimos cuatro años del gobierno de Ernesto Zedillo y los seis de Vicente Fox, el índice de la pobreza nacional bajó más de 26 puntos porcentuales.
Y es que de 1996 a 2006, aunque la población creció en casi 20 millones de personas, la cantidad de pobres se redujo en 18.5 millones.
De ahí que el índice de la pobreza nacional haya caído de 69 por ciento en 1996, cuando alcanzó su nivel máximo tras el error de diciembre, a 42.7 por ciento en 2006, año en que asumió la Presidencia Felipe Calderón. Un gran logro, sin duda.
Sin embargo, a partir de 2007, hubo un giro radical. En lugar de que México continuara por el exitoso camino del combate a la pobreza, el número de pobres subió más del doble de lo que aumentó la población total.
En tan sólo cuatro años, de 2006 a 2010, la cifra de pobres aumentó en 12.2 millones de mexicanos, mientras que la población creció en seis millones. ¿Qué sucedió?
La justificación que da el presidente para esta catástrofe avalada con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) es que durante este periodo, el mundo atravesó por la crisis económica más grave de que se tenga memoria. Ésa es la mitad de la ecuación. La otra es que los precios internacionales aumentaron.
Y sí, es cierto que estos hechos ocurrieron entre 2006 y 2010.
Pero en la mayoría del los países de América Latina, a pesar de la crisis y de la inflación, el número de pobres se redujo, mientras que en México aumentó en 12.2 millones de personas (que bien pudieran llegar a más de 13 si se toma la estimación de la población publicada por el INEGI en el 2006).
Entonces... ¿Qué fue lo que pasó? Analicemos.

EVOLUCIÓN DE LA POBREZA MEXICANA
Aunque ciertamente el problema de la pobreza en México es ancestral, el único indicador que nos permite comparar los hechos acontecidos en las últimas décadas es el de la "Medición de la Pobreza por Ingresos".
Este indicador ha sido utilizado en México, como en el resto del mundo, aunque en los dos últimos años, la Coneval, órgano descentralizado del gobierno federal, inventó una metodología alterna para atenuar los efectos mediáticos de los resultados que arroja la medición de la pobreza en la forma tradicional.
Sin embargo, la "medición de la pobreza por ingresos" se sigue haciendo, y consiste en investigar la suficiencia de los ingresos de las personas para solventar sus necesidades más elementales.
En el Plan Nacional de Desarrollo de Felipe Calderón presentado en 2007, se reconocía que "la metodología del Gobierno para medir la pobreza en México identifica tres tipos de pobreza de acuerdo con el nivel de ingresos, la educación, el acceso a servicios básicos y de salud, la alimentación y la vivienda de la población”.
I. Pobreza alimentaria: “Es la población que cuenta con un ingreso per cápita insuficiente como para adquirir una alimentación mínimamente aceptable".
II. Pobreza de capacidades: “Es la población que si bien puede cubrir sus necesidades mínimas de alimentación, cuenta con un ingreso per cápita insuficiente como para realizar las inversiones mínimamente aceptables en la educación y la salud de cada uno de los miembros del hogar".
III. Pobreza patrimonial: “Es la población que si bien puede cubrir sus necesidades mínimas de alimentación, educación y salud, cuenta con un ingreso per cápita que no le es suficiente para adquirir mínimos indispensables de vivienda, vestido, calzado y transporte para cada uno de los miembros del hogar".
¿Qué cambios estos tres tipos de pobreza en México en los últimos 14 años?
ZEDILLO SE RECUPERA
Cuando el "error de diciembre” de 1994 hizo estallar la gran crisis económica de 1995, los índices de la pobreza nacional se dispararon.
Según las cifras oficiales, en 1996, unos 64 millones de mexicanos no contaban con ingresos "para adquirir la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud, educación, vestido, vivienda y transporte, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios".
La población nacional que pertenecía esta clasificación de "pobres patrimoniales" pasó de 52.4 a 69 por ciento en tan sólo dos años de severa crisis.
La crisis económica, en efecto, fue devastadora. Además de que casi 7 de cada 10 mexicanos eran pobres, había más pobres entre los pobres.
Casi la mitad de los pobres, 34 millones, no tenían ingresos suficientes para adquirir una canasta básica de alimentos, así hubieran destinado todo su ingreso disponible a ese fin.
La situación era muy grave. Tan grave que se llegó a hablar entonces de un eventual golpe de Estado.
Sin embargo, el presidente Ernesto Zedillo no se quedó con los brazos cruzados. Durante los cuatro años siguientes logró revertir la catástrofe.
El porcentaje de la población que caía en la definición de “pobres patrimoniales" disminuyó 15.4 puntos, mientras que el de los pobres a los que no les alcanzaba ni para comer bajó 13.4 puntos.
Al final del sexenio zedillista, 11.2 millones de “pobres patrimoniales" habían dejado de serlo. Y lo más importante: casi 11 millones de personas habían dejado de sufrir pobreza alimentaria.
Ernesto Zedillo no pudo restablecer la economía para ubicarla en la situación prevaleciente antes del error de diciembre, pero estuvo muy cerca de lograrlo.
Mientras que en 1994 el índice de la pobreza nacional (patrimonial) fue de 52.4 por ciento, en el año 2000 fue de 53.6 por ciento.

FOX REDUCE LA POBREZA
Después vino Vicente Fox. La mayoría de la población había quedado muy resentida por el golpe de 1995.
Millones de mexicanos recuerdan aún su incumplida promesa de campaña de crecer al 7 por ciento anual, fracaso endosado a la crisis financiera que colapsó los mercados a la par de las Torres Gemelas de Nueva York.
Sin embargo, a pesar de que el país tuvo un crecimiento económico mediocre, la pobreza siguió a la baja.
Al final del sexenio foxista, 7.2 millones de personas habían salido de la “pobreza patrimonial” registrada en el año 2000. Pero lo más importante es que casi 9 millones de mexicanos habían dejado de tener pobreza alimentaria.
Los índices de la pobreza cayeron 10.9 puntos en pobreza patrimonial y 10.3 puntos en pobreza alimentaria. Y si bien el país prácticamente no había crecido, al menos la cantidad de pobres había disminuido.
En 2006, los pobres en “pobreza patrimonial” cayeron a 42.7 por ciento. Vicente Fox podía presumir que bajo su gobierno, 9 millones de mexicanos salieron de su condición de miseria.

CALDERÓN, POBREZA AL ALZA
Durante su campaña, el candidato Felipe Calderón habló ante los estudiantes del Tecnológico de Monterrey campus Estado de México.
"Yo no sé si el dinero del gobierno es mucho o poco. Lo que sí sé es que lo que tengamos tiene que destinarse primero a las cosas que son más importantes para la gente. Deben destinarse a construir puertas para que la gente pueda salir de la pobreza.
"La puerta más grande que quiero abrir para que la gente pueda salir de la pobreza es la puerta del empleo. Para ello necesitamos que nuestra economía sea verdaderamente competitiva, porque en eso el mundo nos está compitiendo y nos está ganando, para decirlo con toda claridad:
"¿Por qué la empresas mexicanas están perdiendo?
"¿Por qué la industria textil ha perdido tantos empleos?
"¿Por qué hay tantas empresas que cierran o muchas que pueden establecerse y no lo hacen?".
Y el candidato se contestó a sí mismo: "Porque México no reúne las condiciones de competitividad para ganar en un mundo que compite”.
En su campaña política de 2006, Felipe Calderón se imaginaba a sí mismo al final de su mandato como un paladín que saldría victorioso después de derrotar a la pobreza.
"Imaginemos ahora el 2012", escribió en su libro.
"En mi último año de gobierno hago un balance de seis años muy intensos (...) resumo los principales (...)".
"Cuando asumí la Presidencia de la República había unos 50 millones de pobres (en realidad había 45.5) y 22 millones en pobreza extrema (en realidad había 14). Hoy hay 35 millones de pobres y 10 millones en pobreza extrema".
Sin embargo, Felipe Calderón no supo qué hacer en cuanto llegó al poder.
En los primeros dos años de su gobierno, de 2006 a 2008, el número de pobres creció en 6.8 millones.
Para 2008, los pobres sumaban nuevamente 52.3 millones. Y la “pobreza patrimonial" había crecido 14.9 por ciento.
Sin embargo, aunque el incremento de la pobreza patrimonial era elevado, las cosas estaban peor en cuanto a la pobreza alimentaria, que había subido 37 por ciento en dos años.
En 2010, la situación empeoró. La cifra de pobres llegó a 57.7 millones, número muy lejano de los 35 millones que el presidente imaginó en 2006.
EJÉRCITO DEL HAMBRE
No tener para el vestido y el transporte, para el calzado o la vivienda, es muy duro. Y la situación se torna más difícil cuando los ingresos tampoco alcanzan para la salud y la educación.
Sin embargo, a todas esas carencias se puede acostumbrar el ser humano, menos a no comer. La pobreza alimentaria ha sido la preocupación fundamental de faraones, reyes, emperadores y presidentes en todos los tiempos.
Para los presidentes mexicanos, antes "del paso a la modernidad de Carlos Salinas", esto era tan claro como el agua.
La tortilla, la leche, los frijoles y hasta el chile debían ser accesibles hasta para los más pobres.
Para 2010, los pobres cuyos ingresos eran insuficientes para comer lo básico y que dedicaban la totalidad de su dinero a los alimentos, sumaban 21 millones, en lugar de los 10 millones que Felipe Calderón imaginó que habría al final de su sexenio.
Unos 12 millones viven en el campo, y 9 millones en las ciudades.
Sin embargo, lo más sorprendente del caso es que en estos cuatro años, la pobreza alimentaria en las ciudades creció más de 80 por ciento.
Sí, en tan sólo cuatro años, en las ciudades de México, donde se supone que está la mayor oferta de trabajo, más de 4 millones de personas cayeron en la indigencia alimentaria, duplicando así el ejército del hambre
A finales de 2010, este ejército que desfila cotidianamente por las calles de México buscando alimento ya era de casi 9 millones de personas.
¿Alguien en el gobierno se habrá detenido a pensar si esto guarda alguna relación con el incremento de la violencia en los últimos cuatro años?
LA EXCUSA
Felipe Calderón tuvo que confrontar la terrible realidad, pero lejos de revisar a fondo lo que ocurrió en los primeros cuatro años de su mandato, culpó a la crisis económica mundial del desastre nacional.
El viernes 29 de julio pasado, cuando se dio a conocer la información oficial de la pobreza en México y ante los alcaldes panistas, Felipe Calderón declaró:
"(...) hemos pasado por una crisis económica terrible. ¿Qué tan grave fue? Simple y sencillamente, amigas y amigos, no hay nadie aquí, en el salón, y hay muy pocos en el mundo, que recuerden otra crisis económica más grave que ésta.
"Para bien, para mal, nos tocó a nosotros estar al timón en la peor tormenta económica que tengan presente las generaciones en todo el mundo.
"Desgraciadamente, amigos, esa crisis económica no implicó únicamente una caída importante en la economía, todavía más importante, porque el epicentro del temblor, el ojo del huracán fue, precisamente, al lado nuestro, en Estados Unidos, sino, también, porque fue una crisis acompañada de la mayor alza de precios de todas las materias primas que se tenga registro en casi medio siglo. Materias primas desde el petróleo y el oro, hasta el maíz, el trigo o el frijol. En todo el mundo.
"Este aumento de los precios de las materias primas, combinado con la recesión económica, afectó notablemente a las familias, no sólo en México, sino en muchas partes del mundo.
Sí, efectivamente, las familias han sido golpeadas en su ingreso, pero también estos gobiernos, como ningún otro, nos hemos preocupado por ampliar el apoyo a las familias más pobres.
"Por eso, nosotros, ante la carencia de esas familias, estamos dándole ingresos, en promedio, de más de 900 pesos al mes a las familias más pobres, a través del Programa Oportunidades, a la cuarta parte de todas las familias del país que mes a mes están recibiendo ese ingreso.
"Y lo hemos aumentado, precisamente, para neutralizar la crisis. Y, por eso, también, a pesar de ser la crisis económica más grave que recuerde la humanidad, la pobreza extrema en el país logró ser contenida, porque de otra suerte, se hubiera expandido irremediablemente".
Quizá sus asesores no le informaron bien, no le dijeron que la mayor parte del crecimiento de la pobreza había ocurrido justamente antes de que iniciara la famosa crisis mundial. Desde que arrancó su sexenio en 2006.
Desafortunadamente para los mexicanos, sobre todo para los más pobres, el pretexto de la crisis económica y de la inflación no era consuelo, y mucho menos una explicación que ayudara a soportar la confrontación con la realidad.
Y es que la mayoría de los países de América Latina habían logrado reducir el número de pobres. Unos más, otro menos, pero todos bajaron el índice de pobreza.
LA POBREZA EN AMÉRICA LATINA
Es cierto que la crisis económica de 2009 golpeó a todas las economías del mundo.
También es cierto que los precios internacionales aumentaron debido al incremento de la demanda de ciertos productos por parte de China e India.
Sin embargo, algo pasó en México. Y es que mientras la mayoría de los países de América Latina lograron bajar sus índices de pobreza, el de México subió.
En Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Venezuela, la pobreza se redujo drásticamente entre 2006 y 2010.
Lo peor es que en México no sólo aumentó el número de pobres, sino que además tiene el índice de pobreza más alto comparado con esos seis países.
LA PARADOJA DEL TIPO DE CAMBIO
Seguramente, el fracaso del gobierno de Felipe Calderón para combatir la pobreza será motivo de estudio durante muchos años.
No faltarán las voces que dirán que el problema fue que no se llevaron a cabo las reformas legales estructurales, como si México fuera en verdad un país de leyes.
En los tiempos de Ernesto Zedillo y Vicente Fox tampoco se implementaron esas "reformas estructurales". Sin embargo, los índices de pobreza descendieron.
En cambio, aunque no hubo reforma fiscal, los ingresos del gobierno subieron más de 50 por ciento –a precios constantes– en los últimos 10 años.
Además, el gobierno de Felipe Calderón obtuvo recursos extraordinarios por el aumento del precio del petróleo, pero eso no generó crecimiento ni redujo el número de pobres.
Como dijo el extinto economista Rudi Dornbusch cuando Vicente Fox iba a tomar posesión: tal vez el problema es que el gobierno no tiene idea, ni equipo, ni control.
Quizá la respuesta se encuentre en lo obvio, en lo simple: si hay crecimiento económico, habrá menos pobres.
Ahí está el caso de Ernesto Zedillo. En los últimos cuatro años de su gobierno, el ajuste del tipo de cambio impulsó las exportaciones y frenó el incremento de las importaciones.
Fue así como las fábricas mexicanas pudieron contratar más trabajadores y el país creció 7 por ciento en el año 2000. Había trabajo y había demanda.
En cambio hoy, el gobierno se vanagloria de que el dólar está muy barato. De que México está preparado para enfrentar cualquier crisis con una reserva de más 120 mil millones de dólares, 5 mil millones de ellos atesorados en lingotes de oro, mientras que 9 millones de mexicanos deambulan por las calles de las ciudades buscando su sobrevivencia alimentaria y otros 12 millones lo hacen en el campo.
Por cierto... ¿Habrán sido pobres todos los jóvenes que hoy están alistados en los ejércitos de los sicarios?
Inconstitucional, que agentes de EU operen en una base militar mexicana: Erubiel Tirado
El Congreso debe tenerlo en cuenta para la ley de seguridad nacional, dice el especialista
Es grave que el gobierno de México no informe sobre los acuerdos con Washington, señala Garfias
Jesús Aranda
Periódico La Jornada
La intervención de agentes estadunidenses en México, con el pretexto del combate a la inseguridad y teniendo como base de operaciones instalaciones militares, es inconstitucional, sostuvo el especialista en seguridad nacional Erubiel Tirado, quien aseveró que la revelación hecha por el diario The New York Times debe ser tomada en cuenta por el Congreso en la elaboración de la ley de seguridad nacional, donde queden definidos los términos del compromiso de la soberanía en materia de cooperación antidrogas.
Añadió en entrevista que, en caso de que exista un acuerdo de cooperación con Estados Unidos en la materia, éste se debe hacer público, para que la sociedad conozca los alcances de la presencia de fuerzas extranjeras en territorio nacional.
Entrevistado en relación con la información publicada por The New York Times, que reveló la creciente intervención de integrantes de las agencias Central de Inteligencia y Antidrogas en México y el uso de instalaciones militares en el norte del país para crear una fuerza bilateral anticrimen, el maestro en derecho por la London School of Economics y encargado del diplomado de Seguridad Nacional de la Universidad Iberoamericana, sostuvo que el tema es particularmente grave, porque las intromisión de agencias estadunidenses no parte de acciones unilaterales del vecino país, sino del llamado expreso del presidente Felipe Calderón a Washington de que necesitamos que nos ayuden en labores de inteligencia, vigilancia electrónica y aviones no tripulados en territorio mexicano, sin que haya rendición de cuentas.
Tampoco sabemos, subrayó, en qué condiciones opera este mecanismo de cooperación con Estados Unidos.
En cambio, para el general de división retirado Luis Garfias Magaña el problema con la información referida radica no tanto en la colaboración en sí, que ya tiene Estados Unidos con otras naciones latinoamericanas como Brasil y Argentina, sino en la falta de información del gobierno mexicano sobre los acuerdos.
La desinformación genera cuestionamientos que hablan de traición a la patria y de otras cosas que no son ciertas, dijo Garfias, quien aseveró que la Secretaría de la Defensa Nacional y el jefe del Ejecutivo federal deben hacer públicos los acuerdos con el gobierno de Barack Obama.
Por su parte, Tirado subrayó que “el gobierno mexicano está equivocado; apenas está en investigación el operativo Rápido y furioso, que originaron unilateralmente las agencias estadunidenses, cuando ya estamos entrando en un nuevo esquema de mayor vulnerabilidad”.
Es muy grave que no haya claridad de parte del Ejército Mexicano ni del gobierno federal sobre el uso de instalaciones militares estratégicas para el combate anticrimen con la participación de agentes del vecino país, indicó.
Si hay un acuerdo entre los presidentes Calderón y Obama, que se haga público, a ver si de veras los que criticamos estamos equivocados. Porque no hay manera de validar constitucionalmente la presencia de agentes extranjeros sin el permiso del Senado de la República.
La revelación del New York Times, en un régimen democrático, habría generado una crisis en el gabinete de seguridad que alcanzaría al propio secretario de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván Galván, y al embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, sostuvo Tirado.
Advirtió también que cuando ocurran los llamados daños colaterales en operativos anticrimen en los que participen los agentes estadunidenses, nadie va a responder por ello, ni el gobierno mexicano ni el estadunidense, y eso no lo están diciendo, señaló en alusión a la postura que fijó el vocero para temas de seguridad nacional, Alejandro Poiré, quien sostuvo que la presencia de los agentes del vecino país se da conforme a derecho y en apego a la Constitución.
Astillero
Asistencia técnica
Obama informa
Más que catarrito
Cabañas: ¿manipulación?
Julio Hernández López
El precandidato oficial a la Presidencia, Ernesto Cordero, desmintió ayer categóricamente los rumores esparcidos con insistencia durante largo tiempo, incluso horas atrás, por miembros del gabinete federal, como el secretario de Hacienda (ha de suponerse que es su homónimo) respecto a la presunta fortaleza económica de México frente a eventuales crisis. Echando mano a un pañuelo bordado con el emblema del PAN en una esquina, el licenciado Cordero dijo, con la vista puesta en Estados Unidos, que cuál catarrito, que ahora sí la cosa es seria. Gulp.
Muy serio, el jefe del precandidato (y secretario) eludió cuanto pudo (al menos, hasta la hora de cerrar esta columna) fijar postura frente a dos temas del día: la nota de The New York Times que da cuenta del intervencionismo creciente y abierto de agentes gringos en operaciones militares y policiacas mexicanas (a este respecto, el gobierno intervenido trata de refugiarse en el falso pretexto de que no confirma ni desmiente la nota por razones de seguridad nacional) y el estallido de un paquete-bomba en un cubículo del Tec de Monterrey, campus estado de México (ni porque inauguró instalaciones de ese mismo Tec, en León, tocó el punto mexiquense que es inquietante en términos hipotéticos de terrorismo social, pero que también podría quedar en linderos correspondientes a meras relaciones personales o privadas; en una de ésas y los sabuesos de Peña Nieto, ya presentes en la trama, encuentran la clave en el resquicio de alguna cama mal tendida).
El silencio político de Calderón respecto a la gravísima evidencia de que ha permitido acción física directa de operadores extranjeros en delicados asuntos mexicanos resultaba más penoso a la luz de los señalamientos campechanos de su contraparte rectora, Barack Obama, quien dijo que la presencia de agentes gringos en suelo mexicano es para mera asistencia técnica. No hay operadores estadunidenses participando en actividades de control dentro de México. Sólo estamos proveyendo asistencia, ayuda, para que ellos puedan concretar los objetivos de Calderón, explicó el técnico mecánico Obama, quien cerró su explicación del desbarajuste al recordar que, en última instancia, es el gobierno mexicano el que debe hacer cumplir sus leyes dentro de sus fronteras (lo que este tecleador en levadura interpreta como una justificación al estilo de: A quien le dan PAN, que llore).
En cambio, el paraguayo Salvador Cabañas demostró ser tardado pero seguro. Dado que hoy el América le donará la taquilla de un partido de homenaje en el Azteca, aprovechó el viaje para recibir en un hotel del sur de la ciudad de México a un agente del Ministerio Público capitalino y al propio procurador Mancera y decirles que ya se acordó de lo sucedido en los baños del Bar Bar y que todo fue por una discusión futbolística con el J.J., que fue su atacante inequívoco. Los abogados del gerente y algunos empleados de ese centro nocturno aseguraron de inmediato que esta nueva declaración del jugador evidencia una vez más lo que han venido defendiendo desde hace un año, que ni el gerente, ni el personal del establecimiento y mucho menos el Bar Bar tuvieron algo que ver con dicha agresión, sino al contrario, con lo cual nuevamente se corrobora que todo fue un montaje mediático por parte de Televisa y las mismas autoridades del Distrito Federal. ¡Otro gol con causa!
México SA
Cordero: el fantasma de Carstens
¿Crisis?: en estos días creo que no
Ferrari: la sombra de Ruiz Mateos
Carlos Fernández-Vega
Los mexicanos deben estar profundamente relajados, porque Ernesto Cordero, secretario (virtual) de Hacienda, ya dijo que el segundo tiempo de la sacudida económica estadunidense no es un catarrito para nuestro país, sino una cosa bastante seria, aunque ello no implica, ni de lejos, que la poderosa economía nacional vaya directo a la recesión (tampoco la del vecino del norte). Lo que sucede, de acuerdo con la versión del candidato-funcionario, es que la economía mexicana es sólida, nuestros indicadores así lo indican (sic).
La de Cordero fue una declaración mañanera al canal de las estrellas que brindó tanta confianza y generó tal certidumbre, que el tipo de cambio peso-dólar trepó a 12.30 y el mercado bursátil se desplomó casi 6 por ciento, la caída más profunda en casi tres años (es decir, desde aquel octubre de 2008, cuando finalmente el lerdo gobierno calderonista reconoció la existencia de la crisis por él insistentemente negada a lo largo de todo ese año). Ante las cámaras de la fábrica de sueños (¿desde qué otra tribuna podría mandar el mensaje?), el susodicho quiso sacudirse el fantasma de Agustín Carstens, quien en febrero de 2008 y en el mismo espacio de Televisa acuñó la ya clásica frase del catarrito y pronosticó, que a pesar de la volatilidad la economía mexicana seguirá creciendo.
El segundo secretario (virtual) de Hacienda del calderonato, con doctorado y mención honorífica en pifias, no quiso repetir en público el diagnóstico que en su momento hiciera el actual gobernador del Banco de México (por su incapacidad le dieron un premio de su tamaño), pero sí la misma sarta de frases huecas que poco más de tres años atrás utilizara el también beisbolista fallido (léase Agustín Carstens) para evadir el impacto real que en la economía mexicana tendrá, inexorablemente, el segundo tiempo de la crisis.
¿Viene otra crisis?, preguntó el servicial entrevistador de Televisa. Y el Cordero del señor respondió: “no, no creo Carlos (Loret de Mola); yo creo que la economía mexicana es sólida, nuestros indicadores así lo indican (sic). Yo creo que más bien el reto de México es uno, que esta incertidumbre en los mercados de capitales y mercados cambiarios en este momento no se traduzca en la economía real, en la producción de bienes y servicios, en lo que gasta la gente, que no se traduzca ahí, y por otro lado yo te diría que es un escenario de desaceleración económica, que es muy distinto a un escenario de recesión económica… Afortunadamente nuestros indicadores macroeconómicos son bastante robustos, podemos aguantar, evidentemente puede fluctuar negativamente el mercado de capitales, nuestro tipo de cambio va a seguir en un periodo de volatilidad, y yo te diría que no va a pasar de ahí, no va a pasar de ahí en términos coyunturales y de corto plazo” (palabras más, palabras menos, lo mismo que dijo Carstens en febrero de 2008 al mismo locutor).
El aguerrido entrevistador le reviró: ¿para la economía mexicana viene otra crisis?, y el ilustre funcionario dijo yo creo que no. El del micrófono de las estrellas insistió: ¿no vamos hacia la recesión?, y Cordero, el brillante, contestó: yo veo que no, y en Estados Unidos yo creo que tampoco. Y la mejor de Loret: o sea, no va a pasar mayor cosa. Y la claridosa respuesta de Ernesto: en estos días creo que no; qué va a pasar después cuando la economía estadunidense se esté recuperando mucho más lento de lo que todos preveíamos, en Europa igual. Sin duda alguna es un reto para nosotros fortalecer nuestro mercado interno, seguir invirtiendo en infraestructura, seguir apoyando a las pequeñas y medianas empresas, expansión de crédito, sacar las reformas estructurales, yo creo que todo lo que hagamos por fortalecer el dinamismo interno de nuestra economía va a ser una buena idea. Tan no va a pasar nada, según el secretario (virtual) de Hacienda, que no se modifica el pronóstico oficial de crecimiento para 2011: 4.3 por ciento. En pocas palabras, Agustín Carstens reloaded.
Las sabias cuan tranquilizadoras palabras de Ernesto Cordero se registraron justo cuando el Fondo Monetario Internacional advertía que una desaceleración prolongada en el crecimiento de Estados Unidos será una carga sustancial para la economía de México y la OCDE encendía los focos rojos: “se observan signos de desaceleración económica en las naciones que integran las organización (como es el caso de México)… La histórica baja de la nota crediticia estadunidense, junto con una crisis espiral de deuda en la zona euro, ha elevado los temores de una vuelta a la recesión global”. Entonces, si cae Estados Unidos, el motor del mundo, cuantimás lo hará su peligrosamente dependiente vecino del sur, aunque Cordero no se dé cuenta.
Lo mejor de todo es que las privilegiadas neuronas del gabinetazo calderonista no se limita a las de Ernesto Cordero. Para tranquilidad de los mexicanos también se cuenta con las de Bruno Ferrari, secretario (virtual) de Economía, quien ante la zarandeada recomienda: no se debe entrar en pánico ante la incertidumbre generada por la degradación de la nota crediticia de Estados Unidos. El país debe ser cauto, porque no se sabe qué magnitud tendrá esta crisis. Cualquier cosa que pase sin duda nos va a pegar, pero no con la dimensión ni la fuerza como ocurrió en 1994 (¡sorpresa!: se le olvidó la dimensión y la fuerza de las crisis de 2009)… Este es el momento que la economía mexicana ha esperado desde hace 15 años… Es muy pronto para generalizar cuál será la reacción. No se debe entrar en pánico ni tomar medidas irresponsables o de proteccionismo, como tampoco gastar más dinero del que tenemos… No se ha modificado el pronóstico (de crecimiento económico), no hay que precipitarnos”, de acuerdo con su atinada declaración al diario Excélsior.
En los primeros días de octubre de 2008 (apenas unas horas antes de que el calderonato reconociera oficialmente el estallido de la crisis), otro ilustre panista, Gerardo Ruiz Mateos, en ese entonces secretario de Economía, declaró: es ocioso tomar medidas extraordinarias ante la crisis en Estados Unidos. No vale la pena anticiparnos sobre algo que todavía no pasa. Si se toman medidas será hasta ver cuál es el impacto del sistema financiero americano a los bolsillos de los mexicanos. Cómo se ve, Ferrari sigue sus pasos.
Las rebanadas del pastel
Carlos Fernández Vega
En octubre de 2008, los partidos de oposición exigían a Calderón que deje de mentir sobre la supuesta salud económica del país. Pues bien, tales agrupaciones deberían insistir en su requerimiento, aunque obvio es que desde que se instaló en Los Pinos el susodicho no ha hecho otra cosa.

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