Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 30 de julio de 2013

“Escalofriante” la pobreza en México: Amnistía; políticas de Peña Nieto para combatirla no son transparentes, dice- La otra “delincuencia organizada”

“Escalofriante” la pobreza en México: Amnistía; políticas de Peña Nieto para combatirla no son transparentes, dice

 
Ciudad de México, 30 de julio (SinEmbargo).– La organización Amnistía Internacional dijo este día, luego de que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) diera a conocer que 53.3 millones de mexicanos viven en situación de pobreza, que el panorama del país es “escalofriante” si se considera que, por ejemplo, al menos 86.9  millones de personas se enfrentan a por lo menos una carencia social.
 
Esto significa, dijo, que además de las 53.3 millones de personas, “existen 33.6 millones en una situación de extrema fragilidad ante el riesgo de caer en la pobreza”.
 
La organización criticó la falta de transparencia en las medidas lanzadas por el gobierno mexicano para el combate del grave problema que vive México. “Los mecanismos de rendición de cuentas que son un componente fundamental para garantizar que las acciones sustantivas sean implementadas, han estado notoriamente ausentes tanto en discurso y como en acciones”.
 
Amnistía consideró que la pobreza en México se ha alimentado de la falta de voluntad de las autoridades, que al tiempo que se han comprometido a poner fin a la pobreza se han quedado cortas al momento de implementar políticas efectivas para combatirla.
 
“La pobreza es un grave problema de derechos humanos. Cuando hablamos de pobreza hablamos de falta de agua, de falta de acceso a servicios de salud y educación, de ausencia de una vivienda digna, de hambre. Por eso la lucha contra la pobreza debe poner los derechos humanos en el centro y adoptar un enfoque de derechos que permita garantizar una vida digna a todas las personas en México”, dijo Daniel Zapico, representante en México de Amnistía Internacional, de acuerdo con un comunicado.
 
La organización consideró positivo que el gobierno de Enrique Peña Nieto asuma compromisos para combatir la pobreza, “pero continúan preocupada porque estos anuncios no han establecido objetivos claros y medibles, plazos, acciones específicas”.
 
“Detrás de estas cifras, se encuentran personas con historias de injusticia, desposesión, discriminación e inseguridad. En tanto estas historias no sean escuchadas, los responsables difícilmente rendirán cuentas”, añadió Daniel Zapico en el comunicado.
 
Es fundamental, agregó, “contar con la participación efectiva de quienes sufren situaciones de pobreza para poner fin a estas inaceptables cifras. La organización señala que la falta de acceso a recursos efectivos que permitan a las personas que viven en la pobreza exigir soluciones a los graves abusos y privaciones de los cuales son víctimas ha contribuido a agravar esta situación”.
 
De acuerdo con Amnistía, el gobierno de México tiene aún la oportunidad de mostrar su compromiso con la lucha contra la pobreza y el respeto a los derechos humanos con pasos concretos. “Para ello, Amnistía Internacional espera que  el gobierno mexicano adopte medidas efectivas entre las que se incluye la firma y adopción del Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo Facultativo) y de esta forma abrir las puertas a nuevos mecanismos que permitirán que quienes viven en la pobreza puedan acceder a instancias internacionales para exigir sus derechos”.
 
“La firma del Protocolo Facultativo no solucionará por si misma el complejo problema de la pobreza pero es un paso fundamental para el empoderamiento de quienes viven en estas condiciones y una muestra del compromiso de las autoridades para poner fin a esta tragedia”, agregó Zapico en el comunicado de prensa.
 
“Han pasado ya cuatro años desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el Protocolo Facultativo y lo puso a disposición de los estados para su firma. Desde entonces nueve países de América Latina han firmado ya este instrumento. AI considera que el que México se esté quedando atrás compromete seriamente la credibilidad de su discurso en cuanto a la erradicación de la pobreza”, sostuvo.
 
“Ante las escandalosas cifras que se presentan en día de hoy AI hace un urgente llamado al presidente Enrique Peña Nieto para que sin mayor dilación se firme el Protocolo Facultativo, y al Senado para que lo ratifique sin dilación tras esa firma”, concluyó.
Fuente: Sin embargo.mx
 

La otra “delincuencia organizada”

 
Realmente existe otra forma de delincuencia organizada de naturaleza perversa, simulada y permitida: el poder político. Vive los privilegios de un sistema que ha sabido disfrazarlo de oveja, que le facilita lanzar promesas escondiendo realmente su canto de sirenas y le lleva a disfrutar la impunidad.
Los partidos políticos se comportan como cárteles de delincuencia organizada. Ahí se agazapan los políticos que delinquen, protegidos por lealtades y compromisos de sus colaboradores cercanos. Ellos siempre tienen monedas de cambio y el poder del chantaje para someter al gobierno en turno igualmente corrupto y, por tanto, delincuente. Cooptan a otros y se cooptan entre sí.
Los partidos, en la actualidad, ni siquiera se pueden ubicar como derecha o izquierda, porque su esencia política ha engendrado instituciones políticas kafkianas producto de un acto de prostitución que los lleva a acostarse entre ellos, por poder y a costa del pueblo. Rojos, azules, amarillos y sus hijastros, conforman camarillas de ladrones de cuello blanco prestos a “negociar” la impunidad y la estabilidad del gobierno en turno.
Ellos son los que dirigen el destino del país. Son los que obedecen los designios de los “capos políticos” para favorecer sus prerrogativas de grupo y sus negocios familiares. Ni siquiera son fieles a los principios morales y éticos de sus instituciones políticas, sino a la mezquindad de sus intereses.
Los “representantes” parlamentarios no nos representan. Son más bien sumisos “gatilleros” que cada vez que los “capos” lo indican, alzan la mano poniendo un clavo más en el ataúd que contiene los restos moribundos de la soberanía nacional, de la democracia, de la laicidad y de las conquistas laborales. Y lo que es peor: cíclicamente votamos por la nueva camarilla que continuará con estas mismas farsas y tragedias. Nos engañan y nos engañamos. Ahora más que nunca sufrimos las consecuencias de nuestra ignorancia.
Nuestros impuestos son una forma de “pago de piso” a estos pillos, no sólo por el salario que devengan, sino por sus multimillonarios robos al erario público, con costo a una sociedad desempleada, cada vez más pobre, sin esperanza y condescendiente con el mal.
La sociedad está secuestrada por ellos. La palabra democracia se ha desnaturalizado y no tiene razón de ser. Estamos atados y callados por el miedo que nos controla y que parece que se fomenta desde el poder. Las decisiones que están tomando estos “delincuentes” nos enclaustran en cuatro paredes, temerosos de que se abra la puerta, y el destino y la realidad entren por ella.
Les otorgamos inmunidad y fuero, aún cuando sus decisiones nos estén hundiendo. Y las seguimos otorgando después de que han dejado el encargo público. Sólo alguna vendetta política castiga al infractor que entonces es exhibido y el Estado, simbólica y ritualmente, castiga lo que está mal, pero que paradójicamente fomenta. Fuera de ello, el ladrón se presume libre de toda culpa.
Esta otra “delincuencia organizada” también se ve beneficiada con el cohecho y el nepotismo. No son raras las denuncias que evidencian aquellos casos en los que la familia conforma la plantilla de gobierno del mandatario en turno.
También están aquellos personajes ligados a las finanzas de los estados y municipios que disponiendo de información privilegiada y los contactos debidos, aprovechan la oportunidad para auto otorgarse proyectos con jugosas ganancias económicas a través de empresas fantasma y de presta nombres.
Pero lo permitimos. Se ha hecho tan común el desfalco, la traición, el engaño y el fraude por parte de estos “cárteles”, que ya somos indiferentes a sus actos, los cuales estúpidamente nos parecen normales y lógicos. Seguramente, más de uno sueña con disfrutar las mieles que prodiga esta forma de “delincuencia organizada” e institucionalizada bajo la triste “ley de Herodes”.
Es justo y necesario que el año 2015 inaugure otra forma de hacer política desde la ciudadanía y alejada de los ancestrales vicios que definen a los partidos. El poder político en realidad puede y debe ser ejercido desde la ciudadanía.
Fuente: Sin embargo.mx

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