Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

jueves, 23 de junio de 2011

RICOS Y POBRES ( QUE CINISMO)ESTRATEGIA DE SEGURIDAD EN CENTROAMERICA- NO NOS REPRESENTAN-


Poseen 42.7 billones de dólares, dice Merrill Lynch; equivalen a 39 veces el PIB de México

Los más ricos del mundo ven crecer sus fortunas 10% cada año

Sobre 7 mil millones de personas, constituyen un grupo de apenas 11 millones
Asia-Pacífico es la zona con la mayor concentración de millonarios, después de América del Norte



Roberto González Amador


Periódico La Jornada
Jueves 23 de junio de 2011, p. 27

Los hombres y mujeres más ricos del mundo superaron el trago amargo de la crisis que estalló en 2008 y que causó la recesión más pronunciada en ocho décadas. En un planeta de 7 mil millones de habitantes, un grupo de 10.9 millones de personas posee activos para invertir por al menos un millón de dólares. En conjunto reúnen una riqueza de 42.7 billones de dólares, 39 veces el producto interno bruto de México. Lo más importante (para ellos): lograron acumular un capital que los regresa al estatus que tenían antes del colapso del sistema financiero en el otoño de 2008, indicó un reporte elaborado por Merrill Lynch-Capgemini, publicado este miércoles.
La revelación de que los millonarios (en dólares) dejaron atrás los efectos de la crisis deja ver lo disparejo de la recuperación tras la crisis de 2008, que tuvo como epicentro Estados Unidos, y que todavía ahora se manifiesta con creciente inconformidad social en algunos países de Europa.
Mientras los millonarios, como los llama el Reporte mundial sobre riqueza 2011 de Merrill Lynch, recuperaron lo perdido, el número de desempleados en el mundo llegó a 205 millones de personas en 2010, básicamente el mismo dato que un año antes, reportó este mes la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El universo de desempleados es 27.6 millones de personas más grande que en 2007, año previo al estallido de la crisis financiera, según el organismo, que definitivamente alberga pocas esperanzas de que la situación se revierta a los niveles previos a la crisis, a corto plazo.
El Reporte mundial sobre riqueza 2011 de Merrill Lynch-Capgemini dice que la población de millonarios creció en 2010, como también lo hizo su riqueza. En conjunto, los que son incorporados a esta categoría por las firmas financieras acumulan una riqueza disponible de 42.7 billones de dólares, un crecimiento anual de 9.7 por ciento, que supera el nivel precrisis de 2007, que de por sí ya había sido el más alto hasta entonces.

Los autores del informe incluyen en la categoría de millonarios a las personas que poseen activos invertibles por al menos un millón de dólares, sin contar su lugar de residencia, autos, aviones o yates, colecciones y bienes de consumo duradero.
Regionalmente, Asia-Pacífico, con 3.3 millones de individuos que tienen activos financieros mayores a un millón de dólares, es ahora la segunda zona del mundo en concentración de ricos, después de América del Norte y, por primera vez, supera a Europa en esta categoría. En total, los activos de los asiáticos suman 10.8 billones de dólares, 12 por ciento más que un año antes.
El producto interno bruto de México, para efectos comparativos, es de 14 billones 140 mil millones de pesos que, a un tipo de cambio de 12.9 pesos por dólar, equivale a 1.09 billones (millones de millones) de dólares.
En el continente Europeo viven 3.12 millones de personas con al menos un millón de dólares de activos financieros personales, con un fortuna conjunta de 10.2 billones de dólares, 7.2 por ciento más que un año antes.
En América Latina, la región del mundo con mayor desigualdad del ingreso, según el Banco Mundial, 500 mil personas poseen activos por 7.3 billones de dólares, cantidad que se explica, como dice el informe de Merrill Lynch, porque en esta zona del planeta viven varios de los supermillonarios.
El reporte de las firmas financieras no menciona nombres. La revista Forbes cifró en 74 mil millones de dólares la fortuna personal del empresario mexicano Carlos Slim, principal accionista de Teléfonos de México y América Móvil, y el hombre más acaudalado del mundo.
En América Latina, la riqueza combinada de los millonarios considerados por Merrill Lynch aumentó 18 por ciento entre 2007 y 2010.







Estrategia de seguridad en Centroamérica
Clamor por ayuda para enfrentar al crimen; graven más a ricos, responde EU
Hillary Clinton anuncia aumento de 40 millones de dólares en apoyos
Detener consumo de drogas y tráfico de armas, exigen los mandatarios

Foto
El presidente de México, Felipe Calderón, con la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, durante la conferencia centroamericana sobre seguridad celebrada en la capital de GuatemalaFoto Xinhua


Claudia Herrera Beltrán

Enviada

Periódico La Jornada
Jueves 23 de junio de 2011, p. 2

Guatemala, 22 de junio. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, respondió a los presidentes centroamericanos que demandaron recursos urgentes para enfrentar a la delincuencia, que su país aportará 300 millones de dólares y que, en todo caso, los ricos de cada nación deberán pagar impuestos justos y ser socios plenos en este esfuerzo.
La seguridad no puede financiarse con base en los pobres, la sociedad civil debe ser un socio pleno para definir e implementar soluciones de largo plazo, planteó Clinton, quien presentó como buena noticia que Estados Unidos dará esos fondos, que en los hechos representan 40 millones de dólares adicionales a los 260 millones otorgados en 2010 a Centroamérica.
Sólo que en 2011 este dinero y el que aporten otros donantes, como el gobierno español, que también dijo que esta lucha iba más allá de los recursos, servirán para respaldar la primera estrategia de seguridad conjunta acordada por los presidentes de Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Panamá y Belice, así como sus invitados de Colombia y México.
El anuncio de Clinton no correspondió con las peticiones hechas por los mandatarios. El nicaragüense Daniel Ortega calificó de limitados estos recursos, si se considera que Centroamérica es el punto más frágil, el talón de Aquiles para la seguridad de Estados Unidos.

Demandas desesperadas

La ex senadora llegó hora y media después del inicio de los trabajos de la primera Conferencia Internacional de Apoyo a la Estrategia de Seguridad de Centroamérica, una vez que la mayoría de mandatarios, entre ellos el anfitrión Alvaro Colom, había hecho demandas desesperadas por incrementar la ayuda internacional a esta región, considerada la más violenta del mundo.
Colom se quejó de que los países centroamericanos destinan a seguridad 4 mil millones de dólares, muchísimo dinero comparado con las aportaciones provenientes del exterior, de 140 millones de dólares. Es decir, el respaldo internacional representa sólo uno de cada 40 dólares invertidos en seguridad.
Clinton hizo referencia a todos los cuestionamientos de los mandatarios y si bien reconoció la responsabilidad de Estados Unidos en el fenómeno del narcotráfico, advirtió que supervisarán que hagan uso apropiado del dinero y sin duplicaciones.
Dejó en claro que los recursos ya fueron etiquetados para la creación de nuevas unidades policiales, un observatorio de la criminalidad, la formación de jueces y fiscales, la promoción de una reforma fiscal y un programa de donaciones con 20 millones de dólares iniciales.
Indicó que Estados Unidos buscará ser observador en el Sistema de Integración Centroamericana (Sica), aunque luego aclaró que el liderazgo debe ser centroamericano, y sostuvo que así como los países de la región pusieron fin a la guerra civil hace dos decenios, también derrotarán al crimen.

Ante las críticas planteadas por los presidentes centroamericanos, admitió que gran parte de la demanda de droga proviene de su país y la violencia que embarga a la región amenaza también a Estados Unidos.
En su defensa, afirmó que el presidente Barack Obama busca que el Congreso estadunidense apruebe 10 mil millones de dólares para programas de prevención de consumo de drogas y acelera esfuerzos policiales para capturar filiales de las organizaciones criminales trasnacionales y perseguir las redes de tráfico de armas.
Los mandatarios ya habían expuesto el panorama trágico que enfrenta la región, cuya tasa de homicidios es 33 por ciento superior al resto del mundo.
Colom aseveró que están llegando al límite de su capacidad y que las bandas de criminales no han tenido freno y hasta se ha configurado un “narcoempresariado” que amenaza con colapsar las economías de sus países. El lavado de dinero es tan criminal como los mismos Zetas, la banda de narcotraficantes surgida en México, expresó.
Al presentar este diagnóstico, estimó que una tonelada de cocaína cuesta ocho asesinatos, mucha sangre. Por esa razón demandó esfuerzos para detener el tráfico de armas, disminuir el consumo de drogas y el lavado de dinero, y deslizó la posibilidad de cobrar un impuesto especial para atender esta emergencia.
La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, no se mostró partidaria de elevar impuestos para financiar esta lucha. Señaló: no podemos seguir postergando la deuda social aplicando raquíticas y regresivas cargas tributarias a las naciones, y propuso la creación de un fondo de compensación para el combate de la delincuencia trasnacional en Centroamérica.

Deuda pendiente de EU

La responsabilidad de Estados Unidos como principal consumidor de drogas y exportador de armas fue señalada con insistencia. El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, remarcó la deuda pendiente de aquel país al no haber ejercido control en la venta de armas, pero reconoció que si los delincuentes no las obtienen por la vía legal, lo hacen mediante la corrupción de las instituciones centromericanas.
Invitado junto con el presidente de México, el colombiano Juan Manuel Santos presumió la experiencia de su país en abatir el crimen y recomendó pegarles a los narcotraficantes por donde más les duele, mediante la creación de un centro regional contra el lavado de activos y un sistema de información de armas ilegales, porque a su nación llegan las armas hasta por el servicio de paquetería de Federal Express, agregó.
La reunión concluye este jueves sin la presencia de Clinton, quien se retiró de inmediato.


Gato por liebre-Rocha

No nos representan
Adolfo Sánchez Rebolledo


Entre los que se lanzan a expresar su indignación en la calle hay de todo. Desencantados de la política y los políticos tradicionales, pacíficos ciudadanos en busca de la comunidad ácrata de sus sueños, jóvenes con grados o escolaridad desperdiciada, desempleados de todas las edades, ex revolucionarios de otras épocas salidos de sus oscuros nichos, en fin, mujeres y hombres adiestrados por la modernidad a quienes la realidad ha puesto ante el dilema existencial de sus vidas sin darles respuestas convincentes.
Las imágenes fluyen a través de la red. Las páginas dedicadas a la protesta permiten seguir los pasos casi en tiempo real. La tecnología al servicio de la disidencia, rompiendo muros y mentalidades. Es tal la diversidad de las consignas acumuladas en las plazas que parece imposible llegar a acuerdos o, cuando menos, hallar un hilo conductor que les dé sentido. Pero no es así, y por eso el movimiento avanza sin extraviar sus objetivos. La queja recurrente se resume en una frase: Lo llaman democracia y no lo es. La insatisfacción adquiere tonalidades morales, pero se expresa bajo el clamor opaco de la épica ciudadana que se mece entre la afirmación de la igualdad como estrella polar y el rechazo a los partidos tradicionales. El desencanto prevalece en plenas elecciones: Nuestros sueños no caben en sus urnas, repiten en Madrid, Valencia o Barcelona unos jóvenes que hasta ayer no eran visibles. No nos representan, gritan después a los diputados provinciales a la entrada de sus respectivos parlamentos. Y exigen democracia real. Ese es el punto que divide a los indignados de los críticos que si bien saludan al movimiento por sus efectos terapéuticos sobre la parálisis del régimen político, a renglón seguido les recuerdan que hay dos límites esenciales infranqueables: 1) concebir la democracia asociada a consideraciones de justicia sustantiva, y 2) ignorar que la política no puede imponer medidas que pongan en peligro la competitividad de la economía (ver: El País, Fernando Vallespín, 21/6/11).
Y, sin embargo, es justamente la desilusión ante el funcionamiento formal de la democracia la que impulsa la urgencia de construir la democracia real, concebida como una adaptación a la sociedad moderna de aquellos mecanismos y procedimientos que le garantizan al ciudadano voto pero también voz en las decisiones. Una democracia más participativa complicaría la escisión, ahora inevitable, entre los políticos y sus electores, entre la política y la sociedad. Dicha exigencia tiene varias vertientes que se expresan desde la primera movilización como la propuesta de una reforma electoral más representativa y de proporcionalidad real a fin de evitar la discriminación que actualmente favorece a los dos grandes partidos en detrimento de los pequeños. De ninguna manera se trata de un planteamiento antipolítico, pues sería difícil, en efecto, pedir que se reforme la ley electoral para darle el mismo peso a todos los votos y a la vez desestimar la necesidad de crear nuevos partidos; o suponer que la democracia directa, con sus mecanismos horizontales de toma de decisiones, puede sustituir sin problemas al Congreso o las administraciones públicas, pero afortunadamente no es eso lo que plantean los manifestantes cuando urgen a reconstruir la democracia como un régimen que haga suyos (y los aplique) los valores racionales de la dignidad, la justicia, en fin, los derechos humanos aquí y ahora. Resulta aleccionador que el movimiento no apele en este terreno sólo a la maldad intrínseca de los políticos versus la pureza ciudadana; ni se reconforte mediante el autoengaño de que las candidaturas independientes dejan de ser por ello partidistas, esto es políticas en el estricto sentido de la palabra. La democracia merece ser reformada. Por no hablar de las conductas políticas que tanto descrédito le acumulan a los partidos.

Es inevitable, además, que la protesta no se conforme con el dogma de que no hay alternativas, repetido ahora por la Comunidad Europea en el caso de Grecia. Se olvidaron de que eso es lo que está en juego en esta crisis: no recaer como si nada hubiera pasado en las mismas prácticas que multiplican la irracionalidad propia del capitalismo. No somos mercancías en manos de políticos y banqueros, proclamaron los indignados en su primera salida a la calle, y esa es, en efecto, la vena más radical del movimiento. También es la más promisoria, pues se adelanta al futuro al plantear que la humanidad no puede despeñarse hacia su propia autodestrucción, que es la de nuestro planeta. Pero esa convicción es la que resulta insoportable para los detentadores del poder real. Más que expresión de una ideología formal, se trata de un nuevo sentido común a partir de la constatación empírica y moral de que las estrategias sacralizadas ya no funcionan o se han pervertido en desmedro de la gente. Los indignados no creen en el realismo de sus políticos. Están hartos. Por eso, la movilización se centra ahora en el rechazo al Pacto del Euro que los gobiernos europeos suscribirán en Bruselas para imponer regulaciones obligatorias a todos los países, sin considerar, como ha dicho Democracia Real, que toca a los ciudadanos decidir si aplicar o no una serie de medidas de recortes o de presión fiscal impuestas por vías no democráticas, mismas que golpearán duramente al ya muy erosionado estado de bienestar. No hay razón alguna para el optimismo. En algún lugar, entre Estados Unidos y Europa, alguien incuba el huevo de la serpiente.

El M-15 en su sexta semana
Ángel Guerra Cabrera
El 15-M o movimiento de los indignados, en el Estado español, llega a su sexta semana de existencia con un rico saldo de decisiones, acciones y prestigio social acumulados. Ello apunta a su permanencia, todavía no asegurada pero en cuya dirección marcha. Importantes avances políticos y organizativos se aprecian en el método asambleario adoptado y su extensión a los barrios, que evoca la Comuna de París. También la organización temática de los debates en comisiones y grupos que luego someten el resultado a las asambleas y la madurez mostrada ante la salvaje represión de la policía catalana. De enorme importancia, las multitudinarias marchas el 19 de junio en 60 ciudades del Estado contra el saqueador Pacto del Euro, que rebasaron todas las expectativas de participación, organización y civilidad. Las consignas, ahora más radicales, concretas y de raigal contenido anticapitalista –Europa para los ciudadanos y no para los mercados, entre otras– demuestran el crecimiento numérico y cualitativo del movimiento y su firme voluntad democrática y pacífica.
Esa hazaña es doblemente meritoria al haberse logrado bajo el fuego concentrado de la delirante campaña de linchamiento lanzada por los medios en estrecha alianza con los intelectuales orgánicos del sistema tomando como pretexto la sentada en los alrededores del Parlament y la supuesta violencia de los indignados. El afamado y celebrado Fernando Savater develó su entraña autoritaria cuando los calificó de hatajo de mastuerzos que no representan a nadie. Sin embargo, una encuesta encargada por El País dio cuenta de que 81 por ciento de la población apoya al 15-M, dato verdaderamente sorprendente y aleccionador. Nada menos que en el mismo Estado donde un mes atrás millones entregaron su voto a la extrema derecha franquista del Partido Popular, que haría pensar en un país muy conservador.
Entre las iniciativas que más educan al movimiento y le granjean la adhesión de la ciudadanía están las desarrolladas en los últimos días junto a las asociaciones de vecinos para detener la expulsión de sus hogares de familias menesterosas, en su mayoría inmigrantes. Un gesto de profunda solidaridad humana, internacionalista, y de rechazo al racismo institucional. Si el movimiento no se hubiera interpuesto y movilizado a los vecinos los gobiernos municipales habrían demolido las casas de estas personas en beneficio del insaciable negocio inmobiliario o desahuciado a tenedores de hipotecas basura para continuar engordando a los banqueros. Son acciones que desafían al Estado como dueño absoluto del monopolio de la violencia y al sacrosanto derecho de propiedad privada, envilecido ya hasta límites de máxima crueldad.
Hablando de violencia, una experiencia muy valiosa vivida por los indignados y por participantes de la comunidad de internautas ha sido el debate sobre el origen de aquella, a raíz de la campaña mediática contra el movimiento por los supuestos actos de guerrilla urbana llevados a cabo frente al Parlamento de Cataluña, pretexto con que se intentó justificar la represión. Este debate, pospuesto por mucho tiempo, es muy revelador sobre la naturaleza del capitalismo. Ahora facilitado por el grado de desfachatez a que ha llegado la expoliación de los pueblos europeos durante la última crisis. Violencia, han afirmado los indignados en decenas de miles de mensajes y manifiestos, es el paro, los desahucios, el que los diputados e imputados ignoren a los votantes para tomar decisiones fundamentales sobre su futuro, es la reducción de salarios y jubilaciones y el desmantelamiento de los derechos sociales mientras los ricos se hacen cada vez más ricos, es la corrupción de los políticos; o la aprobación de la ley que liquida el derecho a la negociación colectiva entre obreros y patronos. Es también la verdad escamoteada por los medios de difusión, el silencio que hacen sobre los movimientos sociales cuando no su descalificación, o su defensa a ultranza del orden establecido.
Total disposición-Hernández

El movimiento tiene ya un programa de acciones. Entre otras, continuar la lucha por impedir los desahucios y su estructuración en todo el Estado. Una represión recrudecida no debe descartarse y qué hacer entonces. La horizontalidad y la toma de decisiones por unanimidad han sido principios de su funcionamiento. Pero no hay que temer el surgimiento de liderazgos en el camino debido a sus méritos. Mucha falta que hacen. En América Latina podemos dar fe de ello.

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