Ya casi es una especialidad armar rompecabezas con cuerpos descuartizados o
mutilados
La medicina forense: historias de horror en tiempos de la
guerra contra el narco
Difícil y espantosa tarea: hallar extremidades que correspondan a torsos
desmembrados
Personal del forense de Monterrey levanta el cuerpo de un
agente de la Policía Ministerial ejecutado cuando conducía su
camioneta, cerca del río Santa CatarinaFoto Notimex
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 19 de junio de 2011, p. 8
Domingo 19 de junio de 2011, p. 8
¿Qué se hace en un anfiteatro con 50 descuartizados?... Para los
médicos forenses integrar las piezas de cada persona es una tarea difícil, casi
imposible en algunos casos, tanto que algunos familiares deciden enterrar a sus
muertos de manera incompleta.
En lo que va del año, 50 personas han sido descuartizadas en Nuevo León, la
mayoría con el uso de una sierra eléctrica, modalidad de exterminio utilizada en
los últimos meses.
Es espantoso, dice el doctor Eduardo Villagómez Jasso,
jamás habíamos visto algo igual. Es como si fuera una carnicería con cortes rectos. Ahora agarraron la modalidad de usar sierra eléctrica. Nos llegan pedazos. Unir las piezas es muy difícil. Las manos, los brazos, las piernas y la cabeza. A veces tenemos la mano izquierda, pero nos falta la otra; o sólo la pierna derecha, pero nos falta la cabeza; a veces tenemos la cabeza, pero nos falta el tronco.
La escalada de violencia se ha convertido en una barbarie cotidiana en
Monterrey. Hasta el 15 de junio 743 personas fueron asesinadas: tres militares,
67 policías, 28 inocentes y 645 delincuentes, según las estadísticas.
La guerra contra el narco que emprendió Felipe Calderón ha derivado
en una auténtica matanza con niveles insospechados de brutalidad y primitivismo,
algo que parece no tener fin.
El primer descuartizado del año apareció el 14 de enero frente a las oficinas
de Tránsito de San Nicolás; luego, el 21 del mismo mes, el lugar elegido para
dejar al siguiente fue el Cedeco. El tercero apareció en calles de
Monterrey.
Este método había sido utilizado esporádicamente en el pasado, pero se
incrementó considerablemente en los últimos meses. De los 50 descuartizados, 10
eran mujeres. Un total de 12 en Monterrey, dos en San Nicolás, 11 en Guadalupe,
seis en Cadereyta, cinco en China, tres en General Terán y cuatro en
Hualahuises.
Rompecabezas sin cabeza
A veces los pedazos de los descuartizados son depositados en cubos,
costales, bolsas de basura, hieleras... El 9 de marzo fueron encontrados en
China dos hombres mutilados y decapitados; el 12, uno en Allende y otro en Los
Herreras; el 21, un descuartizado fue dejado en una camioneta en el municipio de
Cadereyta.
Los asesinos no siempre colocan juntas las piezas de cada persona:
Eso dificulta más la labor. A la hora de armar, nos fijamos en el color de la piel, en los cortes, porque se trata de unir y si embona se va armando el rompecabezas. De cualquier forma, siempre se les toman pruebas de ADN para tener la certeza que cada pedazo, mano, brazo o cabeza corresponden al mismo tronco.
El 16 de abril aparecieron tres cabezas frente a la iglesia de Hualahuises:
Luego los cuerpos los dejaron en Los Ramones. Ese caso fue resuelto relativamente rápido porque se encontró el resto y pudimos colocar cada pieza en su lugar.
Sin embargo, no siempre es igual; por el contrario, las piezas van llegando
poco a poco o sencillamente no aparecen todas.
A veces nos llega sólo la cabeza o viceversa. Cuando nos llega la pura cabeza se estudia y se hace la apertura de la cavidad craneal para ver si trae algún tipo de lesión. Si es el puro tronco abrimos el tórax y el abdomen para ver qué lesiones traía.
A cada pieza se le toman muestras para luego hacer el comparativo.
Cuando luego nos llegan las cabezas o los troncos sacamos las otras piezas ya estudiadas para hacer el comparativo y tener la certeza jurídica de que corresponde a esa persona.
Los casos en los que no tienen los cuerpos completos, el agente del
Ministerio Público es quien decide si se entregan incompletos a sus familiares
después de las pruebas respectivas.
A pesar de todo se puede identificar a las personas cuando traen tatuajes, cicatrices o alguna deformidad. Si el familiar lo reclama, lo puede recoger aun sin que no tenga cabeza, aunque normalmente el agente del Ministerio Público se espera para ver si aparece la cabeza o el tronco.
En otros casos, como el de un famoso ladrón de coches apodado La
Gata, no ha sido posible.
De él nos llegó la pura cabeza, nunca se encontró el cuerpo. Dejaron la cabeza arriba de un coche en la zona de Cumbres. Esperamos unos meses y finalmente entregamos a su mamá sólo la cabeza.
El 10 de junio dejaron una cabeza de mujer sobre la avenida Gonzalitos, junto
al restaurante El gran pastor.
Todavía no nos llega el cuerpo. El día que nos llegue lo estudiaremos. Son bastantes y tenemos que revisar las fotos, las autopsias, para determinar la identidad.
El número de decapitaciones ha sorprendido al personal forense y la facilidad
del método:
Usan cuchillos, sierras o serruchos. A veces los cortes no son muy claros, cuando sí, nos damos cuenta que usaron algo muy filoso como un machete. Se ha incrementado en las últimas dos semanas. Antes nos llegaba de repente uno desmembrado allá a las 500, en cambio ahora es frecuente. Y decapitar es relativamente fácil. En el caso del cuello son vértebras que se desarticulan. Nada más con separarlas pueden hacer el corte y se desprende la cabeza del cuerpo. El resto son estructuras blandas, la piel, el tejido celular, la grasa. La vía aérea que es la tráquea, el esófago, todo eso y las arterias, las venas, son estructuras muy blandas que con un cuchillo lo pueden cortar.
Sobrecargados
En el municipio de Guadalupe la violencia se ha incrementado
considerablemente debido a la pugna por la plaza entre Los Zetas y el
cártel del Golfo; este último culpa a la alcaldesa de pactar con los
primeros. Durante el mes pasado hubo seis descuartizados. Los cadáveres fueron
dejados frente a la plaza o de las instalaciones de la policía municipal.
Pero el mes más violento ha sido junio. El día primero apareció un decapitado
frente al edificio de la policía en Guadalupe; al día siguiente, un
descuartizado en Cadereyta; tres días después, otro fue tirado en calles de La
Estanzuela; luego, uno más frente a la estación de policía de Guadalupe, y el 7
de junio fueron encontrados cuatro decapitados en Juárez.
Estamos viviendo una cosa nunca vista. Nunca esperábamos que esto aumentara. Ahora están cambiando la modalidad, lo hacen con sierra y en partes... ¿pues cómo?... La mayoría son jóvenes y adictos. Andan matándose bajo el influjo de las drogas.
El doctor Villagómez Jasso ha tenido que incrementar su personal. En los
estudios y pruebas pueden ver claramente cómo las personas son torturadas antes
de asesinarlas.
En la mayoría de los casos les cortan partes pequeñas como dedos, manos, brazos o piernas para mantenerlas con vida. Hay cadáveres que nos han llegado con celulares en las manos... eso quiere decir que estaban pasando información, o con los dedos cortados, lo que significa que apuntaron a otras personas. Son símbolos que hay que traducir en su lenguaje.
Más anfiteatros
Los médicos forenses han tenido este año un aumento considerable de
trabajo. En un solo día, el 15 de junio, recibieron 32 cadáveres. Hubo cinco
descuartizados, una decapitada y tres mutilados; un día antes encontraron una
mujer decapitada y otro descuartizado y el día anterior cuatro más.
Ante el incremento de cuerpos el doctor Villagómez Jasso ha solicitado un
nuevo cuarto frío. Desde hace unos meses funciona el anfiteatro de Melchor
Ocampo, en el centro de Monterrey, donde actualmente hay más de 50 cadáveres.
Son muchos. Teníamos programada la inhumación para el día de hoy, pero hubo un problema con el municipio de Monterrey.
En lo que va del año han requerido de dos fosas comunes para sepultar a los
no identificados. Ahora tienen 63 cuerpos sin reclamar, y donarán cinco a la
Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León. La mayor parte de
los muertos no son reclamados.
Es por la migración de delincuentes. No se identifican. La mayor parte de ellos no son de aquí. Igual le pasa a otros estados. Tal vez los de Monterrey andan metidos en Sinaloa o en Chihuahua y viceversa.
Uno de los problemas es que hay familiares de desaparecidos que no se han
tomado las muestras para el ADN, y el otro y más importante es la falta de
infraestructura del Estado que carece de un registro nacional de identificación
de cadáveres. El pasado 9 de junio los procuradores aprobaron la creación de
bancos de identificación genética y un registro de personas reportadas como
desaparecidas. La Procuraduría General de la República se comprometió a iniciar,
con más de 10 mil 500 muestras genéticas, el banco de datos de personas
presuntamente asesinadas por el crimen organizado que no han sido reclamadas por
sus familiares.
Los cuerpos encontrados en las narcofosas tienen un grado de
dificultad para su identificación por el tiempo transcurrido. En San Fernando,
Tamaulipas, han encontrado 47 fosas con 236 cadáveres; otras siete con 234, en
Durango; una con cuatro cuerpos, en Michoacán; dos con cinco, en Jalisco; tres
con siete, en Nuevo León, y ocho con 14, en Acapulco: “En este caso se batalla
más porque los cuerpos casi no están reconocibles.
“Hay que esperar para la identificación por las muestras de ADN; el
odontograma, por algún defecto, ropa o tatuajes. Son demasiadas
narcofosas en el país. Apenas ahora se están empezando a sentar las
bases para un registro nacional de identificación. Obviamente, el Estado debe
tener la infraestructura para procesar las pruebas. En el país hay mucha
disparidad de recursos. En Chiapas, por ejemplo, están muy mal. Es urgente una
base nacional de datos, para darle seguimiento a los cuerpos no reclamados y
cruzar información.”
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