Ofrecen rebeldes 1.6 mdd por Gadafi, vivo o muerto
Los rebeldes en el palacio de Gadafi.
Foto: AP
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MÉXICO, D.F. (apro).- El líder del Consejo Nacional de Transición (CNT) en Libia, Mustafa Abdel Jalil, ofreció una recompensa de 1.67 millones de dólares a quien entregue vivo o muerto al presidente Muamar El Gadafi.
Abdel Jalil, quien fungió como ministro de Justicia en el régimen de Gadafi, expresó su temor ante las aseveraciones del dictador libio, en el sentido de que recorre discretamente Trípoli y que la facilidad con la que los rebeldes entraron a la capital fue parte de su estrategia. Incluso animó a los residentes de Trípoli a “limpiarla” de las “ratas”, en referencia a los rebeldes.
“El régimen de Muamar Gadafi no terminará sino hasta que él sea capturado vivo o muerto”. Su comportamiento “nos hace temer una catástrofe”, advirtió el líder del CNT, un día después de que los insurgentes tomaron el control del complejo de gobierno de Bab El Aziziya.
Además de la recompensa económica –una iniciativa de empresarios, según reportes de la cadena árabe Al Arabiya–, Abdel Jalil ofreció una amnistía para los miembros del círculo cercano al coronel que logren capturarlo y entregarlo.
El pasado lunes 22, cuando los rebeldes entraron a la fortaleza de Gadafi, no encontraron rastro del dictador o su familia, pero hallaron túneles de hasta 30 kilómetros de longitud, algunos de los cuales conducen al mar.
Durante su incursión al complejo, los rebeldes saquearon y destruyeron algunos de los objetos más representativos del gobierno de Gadafi, como la tienda beduina blanca en la que recibía a los mandatarios de todo el mundo, que fue incendiada.
También pintaron la estatua del puño que se cierra sobre un avión caza de Estados Unidos, usado por Gadafi como símbolo del bombardeo a Trípoli en 1986 (ordenado por Ronald Reagan), y destruyeron una figura dorada del dictador, cuya cabeza fue exhibida entre los rebeldes.
La mañana de este miércoles, en las inmediaciones del complejo de Bab El Aziziya, en pleno centro de Trípoli, las tropas fieles a Gadafi lanzaron una contraofensiva en la que utilizaron armas ligeras, ametralladoras, granadas de propulsión y morteros.
De su lado, los comandantes rebeldes afirmaron que seguirán empujando a las tropas gadafistas para sacarlas de la capital y que sigan su camino hacia Zintan, ciudad donde nació el líder libio.
Las milicias leales a Gadafi aún controlan algunos barrios en la capital, como Salah ad Din, Bab Anashir o Al Hadaba al Jadr, mientras que los rebeldes tomaron el control del aeropuerto, una refinería y otras zonas importantes.
Ante el descontrol y la anarquía que priva en Trípoli, decenas de periodistas que cubren el conflicto desde hace seis meses quedaron cautivos durante cinco días en el hotel Rixos, por parte de individuos armados leales a Gadafi. Hoy fueron liberados.
Personal de la Cruz Roja los trasladó en automóviles y camionetas a otro hotel de la capital libia, luego de negociar con las fuerzas leales al régimen la seguridad de los periodistas.
“Pudimos recoger a todos en cuatro vehículos sin problemas”, aunque “por supuesto de todos modos fue una situación tensa”, dijo George Comninos, titular de la delegación de la Cruz Roja en Trípoli.
Los periodistas habían sido retenidos por dos guardias armados con fusiles Kalashnikov, quienes se negaban a dejar sus puestos, pese a los avances de los rebeldes en la ciudad.
Desde el hotel, los periodistas describieron batallas en el área y cortes de electricidad. Con excepción de los dos guardias que los mantenían cautivos, todo el personal había abandonado el hotel, por lo que los periodistas debían prepararse su comida.
Todos dormían en una sala común, con sus pertenencias a un lado, para cuidarse unos a otros y estar listos en caso de una salida repentina.
Y mientras continúan las batallas por el control total en Trípoli, Mahmoud Jibril, uno de los líderes del CNT, se reunió hoy con el presidente francés Nicolás Sarkozy, uno de los principales impulsores de la intervención extranjera en el conflicto libio, para discutir las perspectivas de la transición política, una vez que Gadafi haya salido del poder.
En una entrevista al diario italiano La República, Abdel Jalil adelantó que dentro de ocho meses podrán celebrarse elecciones en Libia, con lo que dio por hecho que Gadafi caería pronto.
“Dentro de ocho meses celebraremos elecciones legislativas, parlamentarias y presidenciales. Queremos un gobierno democrático y una Constitución justa. Sobre todo, no queremos estar aislados del mundo como lo estuvimos hasta ahora”, afirmó Abdel Jalil.
Abdel Jalil, quien fungió como ministro de Justicia en el régimen de Gadafi, expresó su temor ante las aseveraciones del dictador libio, en el sentido de que recorre discretamente Trípoli y que la facilidad con la que los rebeldes entraron a la capital fue parte de su estrategia. Incluso animó a los residentes de Trípoli a “limpiarla” de las “ratas”, en referencia a los rebeldes.
“El régimen de Muamar Gadafi no terminará sino hasta que él sea capturado vivo o muerto”. Su comportamiento “nos hace temer una catástrofe”, advirtió el líder del CNT, un día después de que los insurgentes tomaron el control del complejo de gobierno de Bab El Aziziya.
Además de la recompensa económica –una iniciativa de empresarios, según reportes de la cadena árabe Al Arabiya–, Abdel Jalil ofreció una amnistía para los miembros del círculo cercano al coronel que logren capturarlo y entregarlo.
El pasado lunes 22, cuando los rebeldes entraron a la fortaleza de Gadafi, no encontraron rastro del dictador o su familia, pero hallaron túneles de hasta 30 kilómetros de longitud, algunos de los cuales conducen al mar.
Durante su incursión al complejo, los rebeldes saquearon y destruyeron algunos de los objetos más representativos del gobierno de Gadafi, como la tienda beduina blanca en la que recibía a los mandatarios de todo el mundo, que fue incendiada.
También pintaron la estatua del puño que se cierra sobre un avión caza de Estados Unidos, usado por Gadafi como símbolo del bombardeo a Trípoli en 1986 (ordenado por Ronald Reagan), y destruyeron una figura dorada del dictador, cuya cabeza fue exhibida entre los rebeldes.
La mañana de este miércoles, en las inmediaciones del complejo de Bab El Aziziya, en pleno centro de Trípoli, las tropas fieles a Gadafi lanzaron una contraofensiva en la que utilizaron armas ligeras, ametralladoras, granadas de propulsión y morteros.
De su lado, los comandantes rebeldes afirmaron que seguirán empujando a las tropas gadafistas para sacarlas de la capital y que sigan su camino hacia Zintan, ciudad donde nació el líder libio.
Las milicias leales a Gadafi aún controlan algunos barrios en la capital, como Salah ad Din, Bab Anashir o Al Hadaba al Jadr, mientras que los rebeldes tomaron el control del aeropuerto, una refinería y otras zonas importantes.
Ante el descontrol y la anarquía que priva en Trípoli, decenas de periodistas que cubren el conflicto desde hace seis meses quedaron cautivos durante cinco días en el hotel Rixos, por parte de individuos armados leales a Gadafi. Hoy fueron liberados.
Personal de la Cruz Roja los trasladó en automóviles y camionetas a otro hotel de la capital libia, luego de negociar con las fuerzas leales al régimen la seguridad de los periodistas.
“Pudimos recoger a todos en cuatro vehículos sin problemas”, aunque “por supuesto de todos modos fue una situación tensa”, dijo George Comninos, titular de la delegación de la Cruz Roja en Trípoli.
Los periodistas habían sido retenidos por dos guardias armados con fusiles Kalashnikov, quienes se negaban a dejar sus puestos, pese a los avances de los rebeldes en la ciudad.
Desde el hotel, los periodistas describieron batallas en el área y cortes de electricidad. Con excepción de los dos guardias que los mantenían cautivos, todo el personal había abandonado el hotel, por lo que los periodistas debían prepararse su comida.
Todos dormían en una sala común, con sus pertenencias a un lado, para cuidarse unos a otros y estar listos en caso de una salida repentina.
Y mientras continúan las batallas por el control total en Trípoli, Mahmoud Jibril, uno de los líderes del CNT, se reunió hoy con el presidente francés Nicolás Sarkozy, uno de los principales impulsores de la intervención extranjera en el conflicto libio, para discutir las perspectivas de la transición política, una vez que Gadafi haya salido del poder.
En una entrevista al diario italiano La República, Abdel Jalil adelantó que dentro de ocho meses podrán celebrarse elecciones en Libia, con lo que dio por hecho que Gadafi caería pronto.
“Dentro de ocho meses celebraremos elecciones legislativas, parlamentarias y presidenciales. Queremos un gobierno democrático y una Constitución justa. Sobre todo, no queremos estar aislados del mundo como lo estuvimos hasta ahora”, afirmó Abdel Jalil.
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