Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 1 de diciembre de 2012

LAS MAS DEL 1 DE DICIEMBRE DE LA JORNADA EN INTERNET

 
Reporta el diario datos compilados en el sexenio de Calderón
Empleados públicos mexicanos entregaron la información, sostiene
Es reflejo de un gobierno que nunca tomó en serio el problema: WRH
El compilado, incompleto, contiene datos de los estados nunca publicados, indica el diario
Revela The Washington Post lista de PGR con 25 mil desaparecidos en el sexenio
Afirma Human Rights que el documento prueba que el gobierno de Calderón conocía el tema
De la Redacción
Periódico La Jornada
Sábado 1º de diciembre de 2012, p. 17
La Procuraduría General de la República (PGR) compiló una lista con más de 25 mil adultos y menores de edad desaparecidos a lo largo del sexenio de Felipe Calderón, según documentos aún no publicados, reportó The Washington Post.
Los datos que integran la lista fueron entregados por procuradores estatales y revisados por el gobierno federal, pero nunca fueron difundidos públicamente; el total de desaparecidos es muy superior a cifras oficiales previas. El rotativo estadunidense informó que los nombres están registrados en columnas en formato Excel de Microsoft, e incluyen las fechas en que desaparecieron, sus edades, cómo vestían, sus empleos y algunos detalles breves a veces escalofriantes sobre su desaparición.
Un ejemplo repetitivo según el Post: Su esposa fue a comprar medicina y desapareció. Otros: Su hija fue forzada a entrar a un automóvil o El padre fue arrestado por hombres con uniformes y jamás fue visto más.
El diario reveló que estos documentos fueron entregados por burócratas frustrados por lo que describen como una falta de transparencia oficial y el fracaso de agencias gubernamentales en investigar estos casos.
The Washington Post señaló que esta lista filtrada no está completa ni necesariamente es precisa, ya que no se saben todos los detalles de las desapariciones, ni cuántas no han sido reportadas. Pero ofrece una cuenta constante que ha mantenido el gobierno, confirma lo que activistas de derechos humanos y familias de los desaparecidos han estado diciendo: que México ha visto una explosión en el número de este tipo de casos y que el gobierno parece estar abrumado, reportó el corresponsal del Post en México, William Booth.
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Familiares de desaparecidos en el acto Despedida de Calderón y el mapa de la vergüenza, en Bellas Artes, el pasado 25 de noviembreFoto Marco Peláez
Silencio oficial
El rotativo informó que el vocero de Felipe Calderón declinó ofrecer una razón por la cual estos números no han sido hechos públicos durante su gestión, mientras que la oficina de la PGR no respondió a preguntas sobre la lista que su personal ha compilado.
El Post señaló que algunos críticos en México consideran que estas cifras se han mantenido secretas porque resaltaría el fracaso del Estado en investigar los casos y minaría los esfuerzos de Calderón en demostrar que su lucha respaldada por Estados Unidos contra el crimen organizado está funcionando.
El periódico estadunidense recordó que en diciembre de 2011 Calderón se comprometió públicamente a crear un banco de datos nacional, que incluiría a los desaparecidos y que éste existiría a principios de 2012. En marzo, el Congreso aprobó una ley para establecer el banco de datos, pero desde entonces los legisladores no han logrado publicar las regulaciones para implementar la nueva ley.
Problema ignorado
También resaltó que la lista, con base en informes de autoridades estatales entregados a la PGR, incluye una amplia gama de personas que han desparecido, sea por secuestros, amantes que se fugaron o de individuos que se fueron a buscar trabajo del otro lado de la frontera.
Nik Steinberg, de Human Rights Watch, comenta al Post que esa lista tan mal compilada refleja un gobierno que nunca tomó seriamente el problema de los desaparecidos y que ahora intenta cubrir sus huellas. A pesar de sus problemas, el documento ofrece pruebas claras de que miles de mexicanos están desaparecidos y que el gobierno sabía de ello.
 
Enrique Peña Nieto tomó protesta en Palacio Nacional a los integrantes de su gabinete
En los primeros minutos de hoy se realizó la ceremonia en la que Felipe Calderón Hinojosa transfirió el poder a su sucesor, Enrique Peña Nieto. El acto incluyó la entrega de bandera. El mexiquense rendirá esta mañana protesta ante el Congreso y recibirá la banda presidencial
Foto La Jornada
La rendición de protesta y toma de posesión ocurrirá esta mañana en San Lázaro
Calderón entregó el poder a Peña Nieto en el primer minuto de hoy
Los medios de información fueron excluidos de los actos celebrados en Palacio Nacional
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Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto durante la ceremonia efectuada en los primeros minutos de este sábado en Palacio NacionalFoto La Jornada
José Antonio Román
Periódico La Jornada
Sábado 1º de diciembre de 2012, p. 7
En una ceremonia insólita, en punto de la medianoche de este sábado, en el Patio de Honor de Palacio Nacional, se concretó el cambio de escolta de bandera y entrega de insignia del Poder Ejecutivo federal, con lo que el presidente Felipe Calderón entregó el poder a su sucesor, Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, la ceremonia oficial de rendición de protesta y toma de posesión del nuevo presidente será esta mañana en una sesión de Congreso General, donde recibirá formalmente la banda presidencial, para más tarde dirigir su primer mensaje desde Palacio Nacional.
Luego del acto, Calderón Hinojosa y Peña Nieto saludaron a los miembros del nuevo gabinete, antes de hacer lo mismo con el saliente.
Además, de manera inmediata, Enrique Peña Nieto, presidente número 66 de la vida independiente del país, tomó protesta a los nuevos miembros del gabinete de seguridad, también en Palacio Nacional. Así, los primeros en rendir protesta fueron los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, y de Marina, Vidal Soberón Sanz, así como Manuel Mondragón y Kalb, subsecretario de Planeación y Protección Institucional de la Secretaría de Gobernación.
Audio y video por un solo emisor
Ambos actos se desarrollaron sin la presencia de reporteros, fotógrafos y camarógrafos de los medios de comunicación, y tanto las imágenes como los audios fueron difundidos por la Presidencia de la República.
En el primer minuto de este día ha entrado en funciones el nuevo gobierno de la República; ha concluido así una transición ordenada, legal y transparente. Este proceso ha contribuido a preservar la estabilidad política, económica y social de la nación. México ha dado cuenta de la madurez democrática y solidez institucional, expresó el presidente Peña Nieto en las primeras palabras, antes de tomar protesta a los miembros de sus gabinete de seguridad.
Horas antes, también en Palacio Nacional, el todavía presidente en ese momento, Felipe Calderón, ofreció una cena a los jefes de Estado y de gobierno, miembros del cuerpo diplomático acreditado en el país e invitados especiales que asisten a la transmisión de poderes del gobierno federal. Ahí, agradeció el apoyo y la solidaridad expresados a México en estos años, cuando debió enfrentar momentos de prueba y turbulencia.
En la cena que les ofreció en el Salón de Tesorería, Calderón aseguró a los visitantes que eran recibidos por un México donde prevalece una democracia plena, con una pluralidad vigorosa de partidos políticos, con una absoluta libertad de prensa, con plena separación de poderes independientes y equilibrados.
En un discurso de 13 minutos, Calderón presumió la situación que vive el país desde su perspectiva. Así, se refirió al crecimiento de la economía nacional, pese a las difíciles circunstancias económicas internacionales; a la inversión histórica en infraestructura; a las abultadas reservas internacionales, que representan lo doble de la deuda externa; la cobertura universal alcanzada en materia de salud y de educación primaria; a las 140 universidades públicas construidas en su gobierno, de donde egresan –afirmó– más de 113 mil ingenieros, que dan mayor competitividad a la economía mexicana.
Efigie de Morelos
Se refirió a los graves problemas que enfrentó el país, entre ellos la violencia de la criminalidad, la crisis económica y el virus de la influenza. Pero lo relevante no es que se hayan tenido que enfrentar adversidades en México, sino que una a una las ha venido superando.
La cena comenzó una hora después de la cita original, debido a una reunión bilateral con Felipe de Borbón, príncipe de Asturias, y a un encuentro informal con los jefes de Estado y de gobierno asistentes al acto, en un salón contiguo al de la Tesorería, también en Palacio Nacional.
Previo a la cena, acompañado con su gabinete, su esposa Margarita y sus tres hijos inauguraron en la Galería de Presidentes de Palacio Nacional un cuadro al óleo del mandatario saliente, del pintor Santiago Carbonell. En la pintura se observa a un Felipe Calderón de pie, con la banda presidencial cruzándole el pecho, manos enlazadas y su brazo izquierdo recargado sobre una columna que tiene el busto del Siervo de la Nación, José María Morelos y Pavón.
 
 
El precipicio fiscal es un desastre imaginario, publica The New Yorker; no obstante, podría dañar la economía
 
La actual batalla política en Estados Unidos es parte de una guerra que lleva décadas y tiene como eje la relación entre los más ricos y el resto de la población. En la imagen, protesta de Ocupa Oklahoma frente a una tienda Walmart. En las pancartas se insta a comprar en negocios locales y a boicotear la opresión Foto Ap
 
 
EU: una ficción que amaga agravar la crisis
El precipicio fiscal es un desastre imaginario, publica The New Yorker; no obstante, podría dañar la economía
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 1º de diciembre de 2012, p. 40
Nueva York, 29 de noviembre. La magna batalla política entre la cúpula sobre impuestos, gasto público y deuda es, como ocurre en tantas batallas bélicas, algo que nunca debería haber estallado porque brota de un engaño, aunque en este caso sí forma parte de una guerra política real librada a lo largo de las últimas décadas sobre el papel social del gobierno, una entre neoliberales y lo poco que queda de los hijos del New Deal.
Inmediatamente después de la elección, el debate político nacional aquí se obsesionó con algo que suena como un desastre natural mundial pero que en efecto es una fabricación imaginaria entre políticos estadunidenses: el precipicio fiscal.
El precipicio fiscal es un desastre imaginario; sólo existe mientras miembros del Congreso y el presidente no logren resolver sus diferencias. En 2011, ambos partidos acordaron que la mejor resolución fue ninguna resolución, escribe Jill Lepore en un amplio reportaje sobre la historia de los impuestos en Estados Unidos en The New Yorker. Afirma que este mes el gobierno federal está intentando prevenir un desastre que él mismo creó.
Este desastre tiene que ver con el acuerdo de no hacer nada el año pasado sobre el asunto básico del papel social del gobierno en la economía –supuestamente uno de los ejes centrales del gran debate electoral entre demócratas y republicanos– y que, en el guión oficial, gira en torno a los impuestos y el gasto federal.
El acuerdo del año pasado estipula que, a menos que el Congreso y el presidente logren un consenso sobre un plan para arreglar el déficit fiscal –que ha superado un billón durante los últimos cuatro años–, en el primer día de 2013 se detonarán de manera automática una serie de recortes en gasto federal e incrementos en impuestos de un total combinado de más de 500 mil millones de dólares.
Lo curioso es que este desastre fabricado podría tener consecuencias muy reales, incluyendo nutrir la crisis económica nacional e internacional, según informes oficiales del gobierno estadunidense y otras entidades.
Obama lanzó una ofensiva política esta semana para generar presión para su propuesta, que esencialmente establece que los impuestos sobre 98 por ciento de los contribuyentes se mantendrán congelados, mientras se incrementará la tasa para el 2 por ciento de más altos ingresos. Sin embargo, ha indicado que, a cambio, está dispuesto a ceder ante argumentos republicanos para reducir algunos rubros del gasto social, incluyendo contemplar una reforma (léase, reducción) de los pilares del sistema de bienestar social, pero que eso se negociaría el año entrante, después de un acuerdo para evitar las consecuencias del precipicio.
El liderazgo republicano, encabezado por el presidente de la Cámara baja, John Boehner, continúa rechazando cualquier incremento de impuestos, con el argumento de que eso debilitará la inversión y la generación de empleo.
Sin embargo, algunos republicanos han empezado a romper filas, pues el costo político de ser acusados de hacer que el país caiga al precipicio, lo cual implicará recortes en todo el presupuesto, incluyendo el gasto militar e incrementos de impuestos, es cada vez más alto.
Esta intensa batalla política es en verdad parte de una guerra que lleva décadas y que tiene como disputa central, para ponerlo en sus términos más básicos, la relación entre los más ricos y todos los demás. En las últimas décadas ha quedado claro que los más ricos han estado ganando esta guerra, logrando reducciones dramáticas a sus contribuciones, mientras se desmantela poco a poco la red de bienestar social, y se asfixia la inversión en infraestructura, educación y salud en el ámbito público, al tiempo que se generó la mayor concentración de riqueza en casi un siglo.
Uno de los hombres más ricos del planeta (el segundo más acaudalado del país) lo confirma. El inversionista Warren Buffett señaló que los que están en la lista de Forbes –él incluido–, de los 400 más ricos, en combinación lograron un nuevo récord de riqueza acumulada de 1.7 billones. En años recientes mi banda ha estado dejando a la clase media en el polvo, afirmó en un artículo publicado en el New York Times esta semana. Agregó que en 1992 los impuestos pagados por los 400 que cuentan con los ingresos más altos del país tenían una tasa promedio de 26.4 por ciento, pero para 2009 ésta era de 19.9 por ciento. Comentó sarcásticamente: Es padre tener amigos en altos lugares.
Buffett escribe que el ingreso promedio anual de los 400 más ricos en 2009 fue de 202 millones, lo cual, si se pone en términos salariales, sería un sueldo de 97 mil dólares por hora en una semana laboral de 40 horas. Añadió que más de una cuarta parte de los súper ricos pagaron menos de 15 por ciento en impuestos, y una mitad menos de 20 por ciento. Por tanto, comentó que elevar las contribuciones tendría impacto negativo sobre las inversiones y llamó a que el Congreso implementara un impuesto mínimo de 30 por ciento sobre ingresos de entre uno y 10 millones, y una tasa de 35 por ciento para ingresos mayores.
La otra cara de la moneda en esta disputa supuestamente sobre el déficit también es clara para algunos. Reducido a su esencia, el precipicio fiscal es un instrumento para forzar un desmantelamiento del Seguro Social, Medicare y Medicaid, como el precio para evitar los incrementos de impuestos y recortes en programas civiles federales y en el ámbito miliar, afirma James Galbraith, profesor de políticas económicas (hijo del famoso economista John Kenneth Galbraith) de la Universidad de Texas. Expresa que la crisis del déficit es una distracción y que el enfoque debería ser sobre nuestros problemas reales: empleo, vivienda incautada, infraestructura y cambio climático.
El economista y premio Nobel Paul Krugman recordó que la gran era de la prosperidad compartida de este país sucedió en las décadas de la posguerra, justo cuando había mayor justicia económica, cuando se duplicó el ingreso medio familiar, entre 1947 y 1973. En ese periodo los ricos pagaban mucho más en impuestos y los trabajadores tenían mayor poder, a través de los sindicatos, para negociar mejores salarios y condiciones.
En los 50, informa, las contribuciones de empresas y por los ingresos de los más ricos eran de aproximadamente el doble de hoy día. Krugman insiste en que en medio de una crisis económica las recetas de austeridad son justo lo opuesto a lo que se necesita, y que la meta tiene que ser el estímulo del crecimiento económico y la generación de empleo, lo cual, a mediano plazo, resuelve el déficit al generar mayor ingreso al gobierno. Lo otro sólo incrementa la concentración del ingreso.
Por el momento la gran disputa es qué tanta austeridad imponer a casi todos, menos a los más ricos, muchos de los cuales han gozado de enormes subsidios del tesoro público.

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