Acusaciones internacionales*
Semanario Zeta
Semanario Zeta
Heredero de una fortuna que
procede de una de las eras más turbias del gobierno mexicano, los roces de
Jorge Hank Rhon con la ley han sido parte de su historia personal. Con la
ilegalidad a la sombra de su trayectoria, el accionista de Grupo Caliente tiene
ya una larga lista de señalamientos a lo largo de su vida, misma que comienza
en México y termina en Estados Unidos, con escala en Nueva York. He aquí el
recuento de las sospechas que pesan sobre su robusta figura.
Primero que nada se dice
que su interés por los animales fue fomentado por su padre, Carlos Hank
González, el maestro rural vuelto magnate gracias a los puestos que ocupó a
nivel federal. Fue él quien le hizo un zoológico en Santiago Tianguistenco,
cuando era gobernador del Estado de México.
Avestruces, cebras,
camellos y hasta hipopótamos permearon la infancia de Jorge Hank. Por eso, de
joven adulto no pareció raro que formara, junto con David Ibarra –hijo del
Secretario de Hacienda lopezportillista David Ibarra Muñoz–, un emporio de
compraventa de animales llamado Promotora Beta.
En 1985, el gobierno
mexicano recibió una solicitud de la Convención sobre el Comercio Internacional
de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) para que investigara
la importación de grandes cantidades de aves exóticas a través de Promotora
Beta. Se supone que el 40% de dichas especies que estaban siendo puestas en
venta por esta empresa, estaban en peligro de extinción. En 1988, CITES obtuvo
listas de especies exóticas que estaban siendo ofertadas por la empresa de Hank
Rhon y su socio, pero la investigación nunca procedió porque entonces México no
había firmado tratados contra el contrabando de animales.
Pero en mayo de 1989, junto
con el Servicio de Pesca y Animales Salvajes de Estados Unidos, se rastreó la
comercialización ilegal de aves de México a California, operación donde salió a
relucir la Promotora Beta en la Ciudad de México y también el domicilio del
Hipódromo Agua Caliente, donde Jorge Hank se había instalado apenas cinco años
antes. Sin embargo, como los especímenes ya estaban en territorio
norteamericano, hubo 12 arrestos; el ahora presunto culpable de acopio de armas
no obtuvo entonces ningún cargo en su contra.
En agosto de 1991, Hank
Rhon recibió una multa al ser detenido en la Garita de San Ysidro, cuando venía
de regreso a Tijuana con un tigre blanco de Siberia, cachorro que viajaba en el
asiento trasero de su Mercedes Benz. Las autoridades norteamericanas
decomisaron al felino (que pasó a residir al zoológico de San Diego) y el
inculpado tuvo que pagar 25 mil dólares por transportar al animal sin los
permisos adecuados.
Pero ése no fue el único
tropiezo de Jorge Hank Rhon. En 1995 fue detenido en el Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México cuando regresaba de Japón. En su equipaje
llevaba diversos artículos hechos con pieles de animales exóticos y en peligro
de extinción. También traía joyas, por eso fue acusado de contrabando y una vez
más escapó de la justicia.
Un año antes, en junio de
1994, Víctor Bernal, quien fuera director del zoológico del Estado de México
fundado por Carlos Hank, fue detenido en el aeropuerto Opa Locka, en Florida,
por un agente del Servicio de Pesca y Animales Salvajes de Estados Unidos.
Bernal se encontraba en dicha entidad para cerrar la negociación por la compra
de un orangután bebé y un gorila, de nuevo especies en peligro de extinción. El
costo sería de 92 mil dólares. En la cartera de Bernal encontraron la tarjeta
de presentación de Jorge Hank. El domicilio al que debían enviarse estos
animales era el Hipódromo Agua Caliente. Bernal fue encarcelado, mientras que
Hank ni siquiera fue cuestionado por las autoridades.
“Los animales son mi único
vicio”, afirmó alguna vez Jorge Hank. Esto también está por verse.
Operación Tigre Blanco
Evidentemente inspirado en
el incidente en el Puerto de Entrada, autoridades norteamericanas echaron a
andar la operación Tigre Blanco en 1997, con el objetivo de exponer a quienes
protegían políticamente y apoyaban de lleno a tres cárteles de la droga
responsables del trasiego de 70% de la cocaína y 18% de la heroína que se
vendía en las calles de Estados Unidos.
Los analistas revisaron 70
mil páginas de inteligencia en las que destacaba la familia Hank. Ahí había 56
casos de la DEA, 28 del FBI, 18 de Aduanas y 140 archivos del IRS, el
equivalente a la Secretaría de Hacienda en este país.
También la CIA y la
Interpol se involucraron en la investigación. Toda la información fue reunida
por el Centro Nacional de Inteligencia de Narcóticos en Johnstown,
Pennsylvania.
Según la conclusión de ese
masivo trabajo, la familia Hank no sólo estaba vinculada al Cártel de Tijuana,
sino también al del Golfo y el de Juárez. El lazo se basaba “en negocios,
cooperación con actividades criminales y contactos personales”.
Una primera bomba estalló
el 29 de marzo de 1999, cuando en la revista semanal Insight, del diario The
Washington Post, apareció un artículo firmado por Jamie Dettmer que hablaba de
la operación Tigre Blanco, señalando el lazo entre los Hank y los cárteles
colombianos a través de su empresa de envíos TMM, además del Laredo National
Bank y del Hipódromo Caliente, piezas clave de un supuesto multimillonario
lavado de dinero. Según Dettmer agentes involucrados en el caso le pasaron la
información temiendo que la administración del entonces presidente
norteamericano Bill Clinton desechara la labor por no afectar las relaciones
bilaterales.
Al cabo de dos meses, justo
el 2 de junio, la filtración de ese documento secreto se dio a través de la
periodista mexicana Dolia Estévez, del diario El Financiero, cuando la
procuradora general del equipo de Clinton visitaba el territorio azteca. Al
poco tiempo, la exfiscal estadunidense Janet Reno descartó la operación Tigre
Blanco, al considerarla sin fundamentos suficientes.
De cualquier forma, la familia
Hank respondió que los señalamientos eran falsos y claramente motivados por un
golpe político en su contra.
Sin embargo, para esas
fechas los antecedentes ya se habían acumulado, a raíz de que en 1996 el
Consejo de la Reserva Federal de Estados Unidos, al asesorar al Laredo National
Bank en la compra del Mercantile National Bank de Brownsville, Texas, detectó
cómo en este caso Carlos Hank Rhon estuvo involucrado con una cuenta de Raúl
Salinas en Citibank, justo cuando este último estaba siendo investigado por el
delito de lavado de dinero. Esto entre una larga lista de supuestas
irregularidades que también incluyó donaciones sospechosas al Partido
Republicano a través de la financiera texana.
Sin embargo, pese a la
impresionante lista de fuentes consultadas, la investigación tampoco llegó a
ninguna parte.
Maquinitas sin permiso
Primero el capricho y en
segundo término, si acaso, la ley. Ésta parece ser la conducta que caracteriza
a Jorge Hank Rhon. Otro ejemplo más es el de las máquinas tragamonedas que por
vez primera aparecieron en Tijuana un viernes 28 de enero de 1994, justo a
tiempo para sorprender a los invitados a la fiesta de cumpleaños del ingeniero.
Hank Rhon ya lo había
advertido. Enlazaría el Hipódromo Caliente con Las Vegas para aceptar apuestas
sobre juegos deportivos que se realizaran en Estados Unidos.
Aunque no tuviera permiso
de la Secretaría de Gobernación para ello, tal y como fue documentado por Zeta
en la edición correspondiente a la semana del 18 al 24 de febrero.
Pero eso no es todo. Al
mismo tiempo la Comisión de Juegos de Azar de Nevada lanzó señales de alerta al
detectar la compra no autorizada de máquinas tragamonedas desde la fábrica en
el Estado de Illinois por un empresario mexicano. De nuevo los caminos
condujeron a Caliente.
Investigado en Nueva York
Por si fuera poco, el 1 de
junio de 2007 Kristine Hamann, inspectora general del estado de Nueva York,
elaboró un reporte para el gobernador Eliot Spintzer. El documento tenía 148
páginas de una investigación a las empresas interesadas en el negocio
billonario de las apuestas y carreras de caballos en dicha entidad
norteamericana.
La empresa Caliente, con
sede en Tijuana, figuró en el informe.
Específicamente en la
página 16, Hamann anotó que Grupo Caliente “ha sido sujeto a numerosos
señalamientos por realizar actividades ilegales.
“Por encima, parece ser una
operación legal que administra hipódromos y centros de bingo en México y que
tiene una red de más de 165 locales fuera de los hipódromos, mismos que están
ubicados en México y América Latina. Además, la empresa cuenta con 88 permisos
adicionales para operar los centros de apuestas a distancia y centros de bingo
en México.
“Durante varios años Jorge
Hank Rhon, quien es el jefe operativo de Grupo Caliente y el actual alcalde de
Tijuana, ha sido sospechoso ante las autoridades estadunidense y mexicana de
sostener actividades de lavado de dinero relacionadas con el narcotráfico,
particularmente con el cártel de la droga de los Arellano Félix, con sede en
Tijuana”, subrayó la inspectora general.
El documento está
disponible en internet y detalla ampliamente las sospechas de las autoridades
norteamericanas sobre la legalidad de las operaciones de la empresa de
apuestas.
“Grupo Caliente es un
servicio de transmisión simultánea y una operación de apuestas con permiso, con
sede en Tijuana, Baja California, que ha sido sujeta a numerosos señalamientos
por realizar actividades ilegales.
“A través del hipódromo del
Grupo Caliente, en Tijuana, la empresa proporciona la transmisión simultánea de
carreras de Estados Unidos al igual que de México. Cuenta con la licencia
otorgada por la Secretaría de Gobernación, válida por 25 años.
Más:
“Las actividades de Jorge
Hank y su grupo son a través de los centros de apuestas a distancia, enlazados
por transmisiones simultáneas con hipódromos estadunidenses.
“Al menos dos reguladores
de juegos de azar formalmente han expresado su preocupación en torno al Grupo
Caliente y Jorge Hank Rhon, entre los cuales está la Nevada Gaming Control
Board (NGCB) y la Administración de Carreras de Puerto Rico, una vez que el
representante del Grupo Caliente de eventos transmitidos simultáneamente, fue
sujeto al escrutinio del organismo boricua. El señor Salazar, residente de San
Diego, solicitó un permiso de la Puerto Rico Racing Administration, mismo que
le fue negado por ser no apto. Actualmente el asunto está siendo revisado, si
el fallo se sostiene podría impactar a los reguladores de carreras en Estados
Unidos, quienes sostienen una reciprocidad entre ellos.”
Sin embargo, “… Grupo
Caliente y algunos de sus socios clave todavía no enfrentan la oposición de
quienes regulan este negocio”.
La Mesa de Control de
Apuestas de Nevada (Nevada Gaming Control Board), uno de los principales
reguladores de apuestas en el país, citó al Grupo Caliente en tres juicios
públicos distintos respecto de si sus permisos eran adecuados. Esencialmente,
se les indicó a las empresas que terminaran sus negocios con Caliente, pero
ninguna lo hizo. Así se sintetizan los incidentes principales en los que se ha
visto involucrado el ingeniero Jorge Hank Rhon, pero las sospechas son aún más.
Sólo hay que considerar que de acuerdo a The Washington Post, en el gobierno de
EU se han emprendido 12 investigaciones en torno al residente más controversial
del fraccionamiento Puerta de Hierro de Tijuana, concesionario del hipódromo
Caliente e hijo de uno de los hombres más poderosos y oscuros de la historia
política de México. l
* Publicado en la edición
1941 de Zeta, este texto es reproducido por Proceso con la autorización del
semanario tijuanense.
FUENTE: PROCESO
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