Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 20 de agosto de 2011

LA FUERZA DEL MORENA

No seré aspirante si no estoy bien posicionado, pues no lucho por cargos públicos, advierte
Avalaría López Obrador encuesta sólo entre partidos que integran el DIA
Debe aplicarse a militantes de PRD, PT y Convergencia, y a ciudadanos independientes, propone
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Andrés Manuel López Obrador a su arribo a la segunda asamblea pública informativa del Movimiento de Regeneracion Nacional (Morena ) en Tlaxiaco, OaxacaFoto Carlos Ramos Mamahua
Octavio Vélez Ascencio
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 20 de agosto de 2011, p. 9
Huajuapan de León, Oax., 19 de agosto. Andrés Manuel López Obrador se manifestó a favor de que el candidato a la Presidencia de la República de las fuerzas progresistas en 2012 sea definido mediante una encuesta nacional, pero advirtió que no aceptará un sondeo aplicado entre sus adversarios del PRI y el PAN, y en la mafia del poder y el dinero.
Ante cientos de seguidores reunidos en la plaza principal de esta ciudad de la región Mixteca, el ex jefe de gobierno del Distrito Federal dijo que la encuesta nacional debe aplicarse a militantes de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia, así como a ciudadanos independientes, porque el pueblo es el dueño y constructor de su propio destino.
Sería ingenuo que se consultara a la mafia del poder, a Carlos Salinas, a Elba Esther Gordillo, a Roberto Hernández, a Claudio X. González y a Vicente Fox si quieren que mi nombre aparezca en las boletas electorales, porque ellos ya tienen un candidato y es Enrique Peña Nieto. Quieren otro pelele para mantener sus privilegios y perpetuarse en el poder, aunque suman y arruinen más al país”, asentó.
Subrayó que no aceptará la candidatura si en la encuesta no aparece bien posicionado, porque no lucha por cargos públicos, a pesar de tratarse del más importante para servir a México.
No me traicionaría a mi mismo; echaría por la borda mi honestidad y mi congruencia. Lucho por mis ideales, junto con muchos mexicanos, mujeres y hombres libres y conscientes, por la transformación del país, apuntó.
Interrogado por los reporteros acerca de la posibilidad de que Marcelo Ebrard sea candidato presidencial del PAN, López Obrador expresó que el jefe de Gobierno de la ciudad de México es una persona consecuente.
Durante la asamblea informativa del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), destacó que la mafia del poder se valió de la falta de organización para robarnos la elección en 2006.
Ahora tenemos una organización nacional que no teníamos entonces para enfrentar organizados a la mafia del poder y mantener encendida la llama de la esperanza, porque no podemos caer en el conformismo. No se puede enfrentar a la mafia si el pueblo no está organizado”, señaló.
La conformación del Morena, agregó, responde a la necesidad de organizar al pueblo y así seguir luchando por la transformación de México, porque una minoría rapaz se ha venido quedando con todo y acaparando riquezas.
Ante esto, llamó a sus simpatizantes a hacer labor de orientación en el pueblo y no dejarse llevar por las limosnas ofrecidas por la mafia del poder porque el pan para hoy será el hambre de mañana. El pueblo no quiere migajas; exige justicia, empleo y desarrollo, señaló.
Sostuvo que siempre ha creído que el pueblo es dueño y constructor de su propio destino y está seguro que, a pesar de la manipulación y del engaño que se ejerce a través de la mayoría de los medios de comunicación al servicio de la mafia del poder, la gente terminará de despertar y habrá una insurgencia cívica, pacífica, para transformar la vida pública de nuestro país.
El ex candidato presidencial se reunió también con habitantes de Tlaxiaco, y para el sábado hará reuniones informativas con habitantes de Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca, así como Ayutla de los Libres y Acapulco, en Guerrero.

La unidad de todos tan temida
Gustavo Gordillo/III y último
La unidad de todos tan temida es la unidad programática porque para alcanzarla se necesita sacudir la inercia y los contubernios en los tres partidos.
Aparece con enorme claridad que, a pesar de reiterativos llamados a la unidad, los tres partidos están atravesados por sendas divisiones. Esos himnos a la unidad son más conjuros que propuestas serias. En todos se ha mantenido una frágil organicidad con base en el reparto de posiciones políticas. Pero eso hoy ya es insuficiente.
La razón es que en 2012 enfrentaremos situaciones inéditas. Se combinan desde hace ya varios años tres crisis. La crisis económica con sus ominosas derivaciones en desempleo, informalidad, pobreza y desigualdad. La crisis de seguridad como consecuencia de una estrategia equivocada y una enorme irresponsabilidad de segmentos de la clase política. La crisis de representación que se expresa en la enorme distancia entre la ciudadanía y los partidos.
Esta confluencia de crisis desemboca en lo que será el eje del debate electoral en 2012: cómo gobernar la pluralidad política y social.
Cómo gobernar la pluralidad lleva a plantearse al menos cuatro preguntas. ¿Cómo enfrentar el tema de un esquema de desarrollo sin desarrollo que sólo ha arrojado desempleo e informalidad? ¿Cómo confrontar la debilidad esa sí estructural del Estado mexicano? ¿Cómo construir una estrategia de seguridad humana frente a la violencia, la pobreza y vulnerabilidad de las que somos víctimas casi todas y todos? ¿Cómo garantizar rendición de cuentas de los partidos y de los gobiernos y mayor participación ciudadana?
De estas cuatro preguntas se derivan muchas otras interrogantes que constituyen a mi parecer la agenda de los problemas básicos que enfrentamos como nación.
La confluencia de las crisis, la debilidad de los partidos, el desprestigio de la clase política, la impunidad de los poderes fácticos, la insatisfacción ciudadana; todo obliga al debate y a la deliberación.
La unidad programática parte del disenso si se quiere auténtica y no maquillaje con el que frecuentemente se encubren los llamados consensos nacionales. Disentir es expresar claramente respuestas distintas para las que preguntas que hoy nos apremian. Pero disentir requiere también serenidad en el intercambio y particularmente propósito firme para arribar a consensos básicos.
Coincido con quienes consideran que sólo se puede gobernar en estos momentos la pluralidad –sin socavarla ni debilitarla y menos aún destruirla– a partir de construir la condiciones que hagan posible un gobierno de coalición de las tres fuerzas políticas principales e incluyente de expresiones sociales no partidistas.
Para arribar a ello se debe comenzar por clarificar las posiciones programáticas al interior de cada partido y de cada conglomerado social. No se trata de grandes designios sino de específicamente responder a preguntas semejantes a las planteadas párrafos arriba. Todas tienen que ver con el cómo.
Este es el tipo de deliberación que deberían tener Peña Nieto y Beltrones en el PRI, Vázquez Mota, Creel y Cordero en el PAN, y Ebrard y AMLO en el PRD. Este ejercicio ciudadano clarificaría otras preguntas que han sido pasto de elucubraciones. ¿Sabe debatir Peña Nieto? ¿Es Beltrones un político reformista? ¿Más allá del apoyo presidencial, qué plantea Cordero? ¿Apela Ebrard a las clases medias? ¿Asusta AMLO al votante independiente?
Estos debates frente a los potenciales electores en formatos que faciliten y fomenten la participación ciudadana pueden pavimentar el camino hacia un gobierno de coalición que signifique ante los ojos de todos, no un acuerdo en lo oscurito sino un pacto histórico de cara al país.
Es decir, deliberar sin circunloquios ni redes protectoras para delinear lo que podría ser una plataforma mínima de confluencia entre partidos y ciudadanos en vez de seguir por la pendiente que conduce al desbarrancadero.

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