Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 20 de marzo de 2013

“Televisión para jodidos”- Confirman presiones de Televisa contra reformas en telecomunicaciones-

 

El PRI pretende beneficiar a Televisa: MVS y Dish



Joaquín Vargas, Ernesto Vargas y  José Antonio Abad, directivos de MVS. Foto: Miguel Dimayuga
Joaquín Vargas, Ernesto Vargas y José Antonio Abad, directivos de MVS.
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO, D.F., (proceso.com.mx).- Las empresas MVS y Dish acusaron al PRI de pretender beneficiar a Televisa con la reserva a la reforma en telecomunicaciones en el apartado must carry’ / ‘must offer.
La reserva alentada por el PRI dificulta la oportunidad de crecimiento a la competencia y obstaculiza a los nuevos canales abiertos que serán licitados, advirtieron José Antonio Abad, vicepresidente corporativo de MVS Telecomunicaciones y José Luis Woodhouse, director general de Dish México.
Entrevistados por Carmen Aristegui en MVS Noticias, los empresarios advirtieron que la reserva impedirá a las señales abiertas estar en el 50 por ciento del mercado de televisión de paga y tiene la intención de beneficiar a Sky, propiedad de Televisa, que controla este mercado.
Las empresas competencia de Sky deberán pagar a Televisa por sus canales en lugar de retransmitirlos sin costo, denunciaron.
“Lo que se está haciendo con estas reservas es que al final de cuentas vuelva a ganar Televisa”, señaló Abad.
Aparte, el director general de Dish México denunció que la reserva limitará la cobertura de nuevos canales y los pondría en desventaja con Televisa y Televisión Azteca.


“Televisión para jodidos”

Emilio Azcárraga, dueño de Televisa. Foto: Octavio Gómez
Emilio Azcárraga, dueño de Televisa.
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (apro).- “México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil.”
Fueron las palabras de Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre, pronunciadas hace exactamente dos décadas, el 10 de febrero de 1993. Su discurso fue improvisado. Se celebraba el éxito de la telenovela Los Ricos También Lloran que catapultó a la fama internacional a Verónica Castro. El Tigre andaba feliz y se puso sincero.
“Los ricos, como yo, no somos clientes porque los ricos como yo no compran ni madres”, abundó el dueño del imperio Televisa. Los asistentes rieron. Azcárraga Milmo ya era considerado por la revista Forbes como el hombre más rico de América Latina. Aún Carlos Slim no se convertía en magnate global ni buscaba rivalizar con Televisa en el mercado audiovisual. Mucho menos El Tigre quería ingresar al mercado de las telecomunicaciones.
“Nuestro mercado en este país es muy claro: la clase media popular. La clase exquisita, muy respetable, puede leer libros o Proceso para ver qué dicen de Televisa… Estos pueden hacer muchas cosas que los diviertan, pero la clase modesta, que es una clase fabulosa y digna, no tiene otra manera de vivir o de tener acceso a la distracción más que la televisión”, agregó Azcárraga.
Con una claridad típica de su estilo, El Tigre quitaba los velos de la retórica y confesaba lo que todo mundo sabía en este país y nadie se atrevía a decirlo: la televisión comercial es para enajenar (“divertir”) a los jodidos. No pretende más que incorporar a los pobres a la sociedad de consumo. Y tampoco pretende sacarlos de esa condición. Mucho menos instruirlos.
Para Azcárraga Milmo, como para su padre Emilio Azcárraga Vidaurreta, y para su hijo Azcárraga Jean la televisión simplemente es un gran negocio: venderle espectáculo a los pobres y, a cambio, garantizarle al sistema la sumisión de los “jodidos” y el control político vía la información teledirigida.
“Somos soldados del PRI y del presidente”, dijo en otra de sus frases célebres el inigualable Tigre, famoso por sus desplantes, por su ímpetu de patriarca y sus lujos.
Han pasado 20 años de esa declaración. El Tigre falleció en 1997. Su hijo Emilio Azcárraga Jean prometió una apertura. El gobierno de Salinas de Gortari vendió Imevisión para crear una “competencia”, TV Azteca, de Ricardo Salinas Pliego. Y lejos de mejorar los contenidos televisivos, éstos han empeorado.
Ni siquiera las telenovelas han mejorado. Las audiencias extrañan aquellos melodramas de Verónica Castro. Y prefieren ahora las telenovelas colombianas, brasileñas o las de Argos, con un mínimo de coherencia y mejor calidad en su producción.
Si Azcárraga Milmo confesó que su televisión es para “jodidos”, Salinas Pliego ha dado suficientes muestras para llevar este axioma a su máxima expresión. TV Azteca usa y abusa la ignorancia prevaleciente en los televidentes. Ha hecho de la estridencia y el mal gusto un gran mercado. Es la vitrina para enganchar a los “más jodidos” en sus tiendas Elektra, en su banco Azteca, en sus malas réplicas de los productos de Televisa.
Primera lección: la competencia en televisión abierta no es garantía de mejorar contenidos.
Por el contrario, sí prevalece el modelo de una televisión hipercomercializada, orientada sólo al entretenimiento de baja calidad, bajo costo y alta ganancia, el espejismo del rating es sólo una justificación para la vulgaridad.
Una y otra vez, Ricardo Salinas Pliego y Emilio Azcárraga Jean justifican la pésima calidad de la televisión mexicana, argumentando que eso es lo que “la gente quiere ver”.
“Si no están de acuerdo, cambien de canal”, han afirmado. Con esto confirman el menosprecio a los más elementales derechos de las audiencias, es decir, a contenidos dignos, diversos, de entretenimiento, información y publicidad que no hagan trampas con tal de mantener a los televidentes, a los actores y a los productores a expensas de los mercaderes del espectro.
Segunda lección: la dictadura del rating no puede ser el único criterio para medir el éxito o el futuro de una industria. Mucho menos en la era de los cambios digitales y la convergencia.
Han pasado 20 años de aquel discurso de Azcárraga Milmo y los legisladores vuelven a analizar una reforma muy ambiciosa en radiodifusión y telecomunicaciones. El 80% de la iniciativa presentada por el Pacto por México se dedica a regular un mercado de telecomunicaciones, dominado por Telmex-Telcel, y el 20%, a regular el mercado de televisión y radio, dominado por Televisa y TV Azteca.
De los criterios para mejorar los contenidos hay muy poco o casi nada. Se eliminó la obligación de que el Estado “garantizará el derecho a las audiencias” (en el artículo 6 constitucional). Se incluyó la prohibición a la publicidad integrada, pero ningún criterio para matizar la excesiva comercialización en la pantalla.
Es evidente que en la actualidad no se respeta la norma de que sólo el 20% de los contenidos deben ser publicitarios. La realidad es inversa: sólo el 20% de los contenidos no es venta, propaganda o publicidad inducida. La pantalla está plagada de infomerciales, de “productos milagro”, de chabacanerías para bajar de peso, de astrología mala, de gritones que lo mismo pontifican de una crema de afeitar que de un partido de futbol.
Han pasado dos décadas y se cree que con dos o tres cadenas nacionales de televisión este medio entrará a la modernidad, según los criterios de la OCDE y las demandas de muchos especialistas.
Bienvenida esa competencia, pero si van a replicar el mismo modelo de Televisa sólo tendremos una reproducción al infinito de una televisión que ve clientes y no audiencias, que maltrata a sus actores y encumbra a los dóciles.
Imaginemos los noticieros de seis cadenas repitiéndonos al unísono lo que el gobierno federal quiere que se transmita. Imaginemos programas deportivos en los que cada cadena defienda a sus equipos de fútbol. Imaginemos a cada cadena vendiéndonos en todos sus programas sus ofertas de internet, telefonía y video.
Una reforma que sólo privilegie la competencia convertirá a los contenidos convergentes (los de televisión, telefonía e internet) en un gran supermercado. Se podrán eliminar monopolios económicos, pero no monopolios de opinión pública, y menos proponer un modelo distinto al de la “televisión para jodidos”.
En este punto la reforma constitucional que se discute en el Congreso de la Unión no quiere entrarle. Nada que afecte el modelo único de televisión comercial. Nada que ofrezca un modelo de medios públicos (que no gubernamentales). Ni siquiera existe una definición de medios públicos en la iniciativa. Mucho menos la posibilidad de abrir el espectro a propuestas comunitarias, indígenas o universitarias.
¿Es esa la democratización de los medios?
Me temo mucho que no. Si acaso, es la proliferación de muchos bajo el mismo modelo que no incorpora el punto de vista y las necesidades de las audiencias.
www.homozapping.com.mx
Twitter: @JenaroVillamil
 

Confirman presiones de Televisa contra reformas en telecomunicaciones

Las instalaciones de Televisa Chapultepec. Foto: Alejandro Saldívar
Las instalaciones de Televisa Chapultepec.
Foto: Alejandro Saldívar
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- El único ordenamiento de la reforma constitucional en materia de radiodifusión y telecomunicaciones que sí afecta los intereses dominantes de Grupo Televisa pretende ser cambiado en el dictamen por los diputados del PRI que quieren excluir a la televisión restringida vía satélite de la obligación de ofrecer must offer y must carry de manera gratuita, confirmó un especialista que fue testigo de las presiones y negociaciones.
Consultado por la Agencia Proceso, el especialista –que pidió reservar su nombre- confirmó lo que desde ayer ventilaron la diputada federal del PRD, Purificación Carpinteyro y el senador del PAN, Javier Corral, pero que negó airadamente en su cuenta de Twitter el coordinador de los legisladores del PRI, Manlio Fabio Beltrones.
“Yo fui testigo de estas presiones. Personas de Grupo Televisa les argumentaron a los priistas que es imposible que se suban todas las señales de televisión gratuita a los sistemas de televisión restringida vía satélite”, afirmó el especialista en telecomunicaciones.
“Esto sería un retroceso muy grave porque es lo único que tiene un efecto inmediato sobre el monopolio de Grupo Televisa en contenidos de televisión abierta y televisión restringida en la reforma constitucional”, advirtió el especialista.
Esta versión coincide también con la queja expresada por los representantes de la empresa Grupo Dish, de MVS, sistema de televisión restringida vía satélite, que desde hace cuatro años es la única competencia al monopolio que tenía Sky, filial de Grupo Televisa.
La propuesta de los asesores de Televisa es que el must offer y must carry gratuito sólo sea válido para los sistemas de televisión por cable, sector en donde dominan ampliamente las filiales de la empresa de Emilio Azcárraga Jean y que no tiene ninguna competencia.
Concentración de Televisa en TV Restringida.
Los datos recientes de este mercado indican que en televisión restringida vía satelital, la empresa Sky concentra el 70 por ciento de los 6.5 millones de suscriptores en este mercado. Su crecimiento ha sido el más alto de todas las filiales de Televisa: en el 2012 creció 27 por ciento.
En contraste, su competencia Grupo Dish, tiene el 30 por ciento restante del mercado, de 6.5 millones de suscriptores, según los datos aportados por Ramiro Tovar Landa, especialista en telecomunicaciones del ITAM, a partir de los propios reportes bursátiles que ofrecen ambas empresas.
Consultado también por Agencia Proceso, Tovar Landa advirtió que en materia de televisión restringida vía cable, Televisa tiene una amplia concentración: a través de sus subsidiarias Cablevisión, Cablemás y Cablevisión Monterrey (antes TVI) tienen 2.2 millones de suscriptores, que representan el 55 por ciento de un mercado total de 4.4 millones de suscriptores.
La otra empresa más importante en este sector, Megacable, posee el 33 por ciento restante y está asociada con Grupo Televisa a través de Yoo, un cártel de compañías de televisión por cable que tienen el 88 por ciento del mercado total del sector.
En otras palabras, alerta Tovar, Grupo Televisa no tiene competencia real en televisión por cable, pero sí en televisión satelital, a raíz de la creación de Grupo Dish.
En total, en México existen 11 millones de hogares con televisión restringida: 4.4 millones de televisión por cable y poco más de 6.5 millones en televisión satelital.
La ausencia de must offer y de must carry –obligación para retransmitir de manera gratuita las señales de televisión abierta en sistemas de televisión restringida- fue lo que provocó la salida de DirecTV del mercado mexicano, a finales de los años noventa.
Lo mismo podría suceder si en la reforma constitucional los legisladores aceptan las presiones de Grupo Televisa y “eliminan la competencia” en este sector de los contenidos en televisión restringida.

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