Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 9 de julio de 2013

¿Qué pasó con los BRICS?- ¿Por qué donar óvulos?- San Juan El Bueno

¿Qué pasó con los BRICS?
José Blanco
Goldman Sachs, que fue uno de los bancos de inversión y valores más grandes del mundo, argumentó en su momento que el potencial económico de Brasil, Rusia, India y China era tal, que era muy probable que se convirtieran en las cuatro economías dominantes del mundo: fue una tesis propuesta por Jim O’Neill, economista del banco, en un ensayo titulado Building better global economic BRICs (2001). El terminajo fue adoptado por académicos y analistas, pues parecía resumir unos rasgos comunes: es un grupo de países muy poblados con economías ascendentes, clase media en expansión acelerada, crecimiento superior a la media global mundial, y una notable resistencia a la crisis financiera que se había dado inicio a fines de 2007.
 
Lo notorio no es que académicos y analistas hayan adoptado sin más la tesis de O’Neill, sino que los propios países incluidos en el acrónimo de marras, hayan oído esa cuasi solitaria voz proveniente de un banco gringo, para convertirla en un eje de su actuar inmediato, y constituirse en somos el polo dominante del futuro. Hasta ahí puede llegar una voz del país dominante del planeta.

El mundo de la economía global del presente, como estamos viendo, se mueve agitadamente sin cesar, provocando cambios acelerados y continuos, y probablemente la tesis de O’Neill (y de los aludidos) era por lo menos apresurada.

Todavía el informe del PNUD, Índice de Desarrollo Humano 2013, subtituló al documento El ascenso del sur, dando un lugar especial a los BRICS –ya había sido añadida Sudáfrica-, y se había argumentado que podrían haber entrado en los BRICS México y Corea del Sur, pero que no era necesario por cuanto eran parte de la OCDE.

Espero que el gozo no se haya ido al pozo, pero la cumbre que las cinco grandes economías emergentes (o BRICS) acaban de celebrar en Durban (Sudáfrica), comenzó con redoble de grandes tambores, y acabó en susurros. El convenio de canje de divisas suscrito previamente por China y Brasil aparecía como el comienzo de acuerdos de mucho mayor calado, en particular la creación de un banco de desarrollo que sirviera de contrapeso al Banco Mundial y al FMI.

La iniciativa, aprobada por los BRICS desde el año pasado en Nueva Delhi, se había presentado como la base de un nuevo orden financiero mundial: un banco sur-sur que ayudara a los países en desarrollo y desafiara a los organismos dominados por las potencias occidentales. Los BRICS, sin embargo, no pudieron crear en Durban su primer gran organismo financiero. No hubo acuerdo en cómo financiar el banco, ni dónde situar su sede, ni cómo articular la toma de decisiones. Ojalá y esas dificultades puedan ser superadas en el futuro, pero la coyuntura apunta más bien a mayores dificultades.
 
Ahora, la agencia Standard & Poor’s calificó hace unos dos meses la deuda soberana de India en BBB- (el grado de inversión más bajo posible y la más baja nota entre los BRICS). India enfrenta casi todos los retos que una economía emergente puede afrontar. Su gobierno está liderado por una pequeña élite dividida por disputas que paraliza casi todos los intentos de reforma económica.
 
Brasil afronta problemas económicos y políticos crecientes, de corto y de mediano plazo, a los que nos hemos referido en este espacio, al mismo tiempo que tomado compromisos internacionales de gran envergadura. En Rusia el propio Putin ha expresado serias dudas sobre el futuro de los BRICS. Este país está entrando gradualmente a una etapa recesiva de la que no le será fácil salir. Una de las patas del tripié ruso son sus elevadas exportaciones de petróleo y gas a la Unión Europea, y la ya larga recesión europea ha asestado sucesivos golpes a la balanza de pagos rusa, que ya no registra los volúmenes de divisas que recibía hasta hace pocos años. También ha hecho esfuerzos importantes, pero no ha podido controlar una burbuja inmobiliaria que crece, no a velocidad gringa, pero no deja crecer.
 
Sólo China sigue en pie. En una nota reciente Standard and Poor’s se refirió, con esa delicadeza diplomática de tantos funcionarios gringos que operan a nivel internacional, a China y los BRI.
 
De modo que ver en los BRICS el núcleo dominante del futuro, o en un mejor escenario, la constitución de potencias que efectivamente empiecen a configurar un mundo multipolar más o menos equilibrado, se ve como el vagón de cola de un tren que parte velozmente delante de nosotros: se achica rápidamente ante nuestros ojos.
 
No por todo ello Estados Unidos está en una vía de recuperación de su hegemonía de la posguerra. Por el contrario, esa hegemonía se vuelve más y más evanescente. El sentimiento antiestadunidense crece –¡aún más!– en el mundo entero. Ahora hasta la alianza atlántica está herida por el espionaje estadunidense y (entre paréntesis, qué irónico resultaría que los drones que se fabrican en México –como El Gavilán–, diseñado expresamente para vigilancia de multitudes, fuera el instrumento para vigilar la frontera norte por nuestros vecinos: este dron se comercializa por Hydra Technologies de México).
 
Estados Unidos, sí, continuará siendo el país dominante, por su pura fuerza militar y tecnológica; y si el mundo no gringo no logra crear un mundo multipolar equilibrado, nos amenaza una dictadura militar mundial estadunidense, que es el american dream del Partido Republicano.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
 
¿Por qué donar óvulos?
Javier Flores
¿Cuáles son las razones por las que las mujeres donan sus óvulos? El empleo de las tecnologías de reproducción asistida se ha extendido en el mundo entero, en especial en las naciones ricas, y se estima que al menos 5 millones de bebés han nacido hasta ahora mediante la fertilización in vitro (FIV). La donación de óvulos es en ocasiones la única opción para enfrentar algunos casos de infertilidad femenina. Los embriones obtenidos a partir de esta modalidad y a través de la FIV son luego transferidos al útero de las mujeres que acuden a las clínicas especializadas en este tipo de técnicas, lo que se traduce cada vez más en embarazos exitosos.
 
Pero, ¿cuáles son las motivaciones de las mujeres que donan sus óvulos? Para obtener estas células se deben administrar drogas inductoras de la ovulación y luego recuperar estos gametos por procedimientos clínicos que pueden resultar muy incómodos. Entonces, ¿por qué hacerlo? ¿Se trata de un acto de solidaridad para que otras puedan embarazarse? ¿Es acaso una forma novedosa de agenciarse algún dinero extra?

Estas preguntas fueron abordadas en un estudio que fue presentado ayer en el congreso anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE, por sus siglas en inglés), que se celebra desde el pasado domingo en Londres, Reino Unido. Los resultados son producto de una encuesta realizada entre 2011 y 2012, a mil 423 donadoras de óvulos en 60 clínicas distribuidas en 11 naciones europeas que incluyen a Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Polonia, Portugal, República Checa, Rusia y Ucrania.

Los resultados resultan sorprendentes, pues revelan que la donación de óvulos se realiza en la mayoría de los casos (46 por ciento) por altruismo puro y solamente en 10 por ciento de ellos, corresponde a un interés exclusivamente económico. El resto de los resultados corresponden a combinaciones, como el altruismo más la motivación económica (32 Por ciento), el altruismo junto con el propio tratamiento (5 por ciento) y otros (2 por ciento).
 
Hay aspectos muy interesantes en los resultados de este estudio que fue patrocinado por la propia ESHRE y presentado ayer por el profesor Guido Pennings, del Instituto de Bioética de Gante, Bélgica. La edad de las donadoras aparece como factor importante. Las motivaciones económicas se presentan principalmente entre las más jóvenes.
 
También el país de origen parece ser un elemento importante, pues de acuerdo con el profesor Pennings, 40 por ciento de las donantes de Grecia respondió que su motivación era puramente económica y el incentivo dominante en Rusia y Ucrania también fue financiero. ¿Cuánto dinero pueden recibir las donantes? Las cantidades varían considerablemente en Europa (de cero en Francia a 2 mil euros en Bélgica) el promedio es de entre 500 y mil euros. El expositor señaló que en las naciones citadas la donación de óvulos puede resultar muy atractiva para las mujeres desempleadas y pobres.
 
La motivación económica de algunas de las donadoras, era algo esperado en un estudio como el realizado por la ESHRE. En mi opinión lo más interesante es que existen también mujeres que donan sus óvulos sin esperar obtener a cambio una remuneración económica –y son la mayoría en el trabajo citado. Esta motivación está presente en distintos grados en todas las naciones y particularmente en Francia (ciento por ciento), Finlandia (89 por ciento) y Bélgica (86 por ciento).
 
Independientemente de cuál sea el grado de bienestar entre los diferentes países europeos o cómo los afecta comparativamente la crisis económica reciente, los resultados revelan que existe un elevado sentido altruista y de solidaridad entre mujeres en los procesos reproductivos –como ocurría en el pasado, y aún ahora, entre madres e hijas, hermanas, nodrizas–, que podría ser motivo de estudios detallados, a la luz de los avances en las tecnologías de reproducción asistida.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
 
San Juan El Bueno
Sergio Ramírez
Aquel viejo gordo y bonachón de la aldea de Sotto il Monte, que parecía haber dejado su morral y su cayado de pastor de cabras en la Sala de las Lágrimas antes de internarse por los infinitos corredores del Palacio Apostólico Vaticano, ya con las vestimentas blancas que los sastres se apuraron en descoser porque no había manera que le quedaran, fue uno de los íconos de la década de los sesenta, y seguro se hubiera sentido a gusto entre la densa humareda del concierto de Woodstock con su cigarrillo en la boca, porque entre sus placeres estaba el de fumar y, claro, el de comer.
 
Me estoy refiriendo, como se usaba decir antes según los cánones de los circunloquios oratorios, a Giovanni Roncalli, Juan XXIII, a quien en diciembre de este año el papa Francisco elevará a los altares habiéndole dispensado el requisito de un segundo milagro. Muy acertado este Francisco como en tantas otras cosas que ha dicho y hace, saltarse las trancas burocráticas y canonizar sin más trámite a este antecesor suyo, electo en 1958 como una manera de salir del paso. Porque a sus 77 años era juzgado demasiado viejo para emprender algo notable, pero los cinco años que duró su papado estuvieron llenos de verdaderos milagros, suficientes para rebosar el expediente abierto por la Congregación para las Causas de los Santos, si las transformaciones valieran como milagros.

El papa Francisco ha llegado a ocupar la silla de San Pedro, como se usa decir también, a la misma edad, pero no alcanzo a verlo tan anciano como en aquel tiempo al papa Juan, seguramente porque en la adolescencia uno suele envolver a los viejos en una turbia lejanía. Y hablando de lejanías, lo primero que este Juan y este Francisco hicieron fue volverse cercanos. Hay unas páginas de la novela Los Buddenbrook, de Thomas Mann, donde las puertas de los salones del Palacio Vaticano van abriéndose una tras otras al paso del visitante, como si aquellos aposentos fueran infinitos, hasta llegar a la última, donde aguarda el papa, solitario, y aun habiendo llegado a él, siempre lejano.

Ahora Francisco ni siquiera vive allí, sino en la residencia de Santa Marta, tal como se lo explica a un amigo sacerdote en Buenos Aires en una carta del 29 de mayo: “Procuro tener el mismo modo de ser y de actuar que tenía en Buenos Aires, porque, si a mi edad cambio, seguro que hago el ridículo… No quise ir al Palacio Apostólico a vivir, voy sólo a trabajar y a las audiencias. Me quedé a vivir en la Casa Santa Marta, que es una casa (donde nos alojábamos durante el Cónclave) de huéspedes para obispos, curas y laicos. Estoy a la vista de la gente y hago la vida normal: misa pública a la mañana, como en el comedor con todos, etcétera. Esto me hace bien y evita que quede aislado…”

Juan se habría escapado de los aposentos papales para irse a vivir también a una casa de huéspedes si hubiera podido, pero entonces, medio siglo atrás, era demasiado atrevimiento, aunque cometió no pocas transgresiones. Eso de sentarse a comer acompañado, por ejemplo, porque hasta el papado del nada carismático Pío XII, los papas comían solos según la tradición, imaginen tamaño aburrimiento. Cuando Juan empezó a invitar a su mesa a viejos amigos y periodistas, con quienes se quedaba a los postres en amena charla, fumándose su cigarrito, el cardenal camarlengo le hizo ver que estaba rompiendo una regla impuesta siglos atrás por otro papa. Entonces, con la misma autoridad de nuestro antecesor, nos, Juan XXIII, decidimos comer acompañados, dice la leyenda que fue su respuesta, usando ese plural mayestático que seguramente también despreciaba.
 
La historia de la Iglesia, y aquí habla un profano, puede dividirse en el siglo XX entre antes y después del papa Juan. Hay cosas que quizás pocos recuerden, y para eso están las personas mayores, que se van quedando con el vicio consuetudinario de recordar. Soportó mal el boato de califa oriental que rodeaba a los papas, pues entonces, lejos de inventarse aún el papamóvil, eran paseados por la plaza de San Pedro sentados en la silla gestatoria, cargada por ujieres de la nobleza romana, mientras otros criados le soplaban aire con los flabelos egipcios, unos gigantescos abanicos de plumas de avestruz, y la guardia suiza abría la procesión con sus alabardas. Como tenía buen diente, y era por tanto robusto, antes de subir a la silla bromeaba: ¿No se hundirá esto con tanto peso encima? Porque tampoco le faltó el sentido del humor, otra de sus virtudes.
 
Hasta los años sesenta la misa seguía dándose con el sacerdote de espaldas a los feligreses, y en latín, que por supuesto nadie entendía, y todo eso me consta porque fui monaguillo de sotana roja y alba ribeteada de encaje. El Concilio Vaticano Segundo, que él convocó apenas tres meses después de ser electo, e inauguró en 1962, decidió que el sacerdote debía dar la cara a los fieles y hablarles en su propio idioma, tan lógico que parece hoy. Al año siguiente murió.
 
El concilio, que terminó en 1965 bajo Pablo VI, fue la gran revolución dentro de la Iglesia, al tiempo que se daban en el mundo los procesos de descolonización en África y en Asia y los negros en Sudáfrica y Estados Unidos luchaban por sus derechos civiles. Fueron también los tiempos de la guerra fría, y la crisis de los cohetes en Cuba. Quiero abrir las ventanas de la Iglesia para que podamos ver hacia afuera y los fieles puedan ver hacia el interior, dijo cuando decidió convocar el concilio, y palabras más o menos es lo que viene repitiendo Francisco, que habla también a menudo de una Iglesia pobre para los pobres, no otra cosa sino el regreso al humanismo del papa Juan, que era ya santo desde hace ratos, tanto para creyentes como para no creyentes.
Masatepe, julio 2013.
FUENTE: LA JORNADA OPINION

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