Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

jueves, 16 de junio de 2011

El secretario de Moreira- Envilecimiento político- Del Michoacanazo al Hankazo

El ridículo…
Del Michoacanazo al Hankazo
Serpientes y escaleras
Salvador García Soto
En espera de lo que respondan los tribunales colegiados a la apelación anunciada, la liberación de Jorge Hank Rhon ordenada ayer por una juez federal representa un duro revés para la PGR y para la procuradora Marisela Morales, responsable directa del caso, y es el primer descalabro para la funcionaria recién estrenada en el cargo. Pero si la procuradora queda en entredicho, el Ejército Mexicano, cuyos soldados de élite fueron utilizados en una detención puesta en duda por los jueces, quedan todavía peor y bajo sospecha de haberse prestado a una aprehensión sin elementos jurídicos.
Para colmo, la segunda liberación a Hank en un mismo día, ésa ordenada por un juez local ante la sospechosa detención de la Procuraduría estatal por homicidio, confirma que este caso se llevó a cabo en el desaseo jurídico total y que las motivaciones políticas evidentes no le alcanzaron al Gobierno de Felipe Calderón, primero, y luego al gobernador Guadalupe Osuna, de Baja California, para mantener en la cárcel a un personaje tan cuestionable al que quisieron hundir, pero paradójicamente lo volvieron víctima y, en un descuido, quizás hasta en candidato priista al Gobierno de Baja California en 2012.
Porque si ya era delicado que los militares fueran utilizados en labores de seguridad pública para combatir al narcotráfico en las calles, pensar que ahora el Ejército hará funciones de Policía Judicial para detener ciudadanos sin órdenes de un juez y allanando domicilios particulares, el asunto se torna aún más preocupante. ¿Han vuelto los militares que persiguen y detienen a quien les ordene el Presidente, sin miramientos de tipo legal y con el argumento del “servicio al Estado?”
Toda proporción guardada y sin comparar para nada a un personaje controvertido y oscuro como Jorge Hank Rhon, ésa era la misma lógica con la que actuaron las Fuerzas Armadas mexicanas durante el periodo de la Guerra Sucia, cuando se perseguía a críticos y disidentes del régimen, a luchadores sociales y a guerrilleros subversivos. Al “servicio del Estado” y en su supuesta defensa, los soldados realizaron todo tipo de atropellos, torturas, masacres y desapariciones forzadas de mexicanos en aquella etapa oscura en la historia reciente del país; nadie desearía que eso volviera a ocurrir.
Ayer la noticia de la liberación de Hank cayó como un balde de agua fría en la Sedena, donde había molestia por la decisión de la juez pero sobre todo por la incapacidad de los funcionarios de la PGR para integrar bien la averiguación previa.
Aunque Marisela Morales tiene una estrecha relación con los mandos militares —al grado de que su casa está dentro de la Zona Militar número 1—, a los altos mandos castrenses no les gustó nada que la acusación contra Hank no haya sido debidamente sustentada. ¿Cómo pueden en el Ejército confiar en las acciones de la autoridad civil, si no pueden acreditar el delito por el que pidieron su intervención? ¿Será que en el futuro también los jueces dirán que fue ilegal la acción de los militares en labores de seguridad en las calles?
Para el Gobierno del Presidente Calderón el daño también es mayor. Aunque quedan todavía recursos legales a los que recurrirá la PGR, es inevitable pensar en el llamado “michoacanazo”, el otro caso que ocurrió con la detención espectacular de alcaldes y funcionarios estatales de Michoacán a los que se vinculó con el narcotráfico, se les retuvo en arraigos extralegales y se les sujetó a un proceso en el que también los jueces los liberaron por falta de elementos aportados por la PGR para sustentar las acusaciones.
Cuando el Ejército entró, con soldados encapuchados a las tres de la mañana a la casa de un personaje priista como Jorge Hank Rhon, ex alcalde de Tijuana y ex candidato a la gubernatura, pocos dudaron que no hubiera elementos suficientes para detener a una figura tan controversial y polémica. Máxime cuando los soldados allanaron el domicilio sin tener una orden de cateo de un juez, pero argumentando “flagrancia” en la posesión de armas ilegales en la casa del también empresario.
Hoy, que el caso se les tambalea por el fallo de dos jueces en un mismo día, uno federal y otro local, que no encontraron elementos de culpabilidad ni por acopio de armas ni por el presunto homicidio de una joven de 24 años, se confirman dos cosas: que los procedimientos penales no son el fuerte del licenciado en derecho Felipe Calderón Hinojosa ni de su flamante procuradora Marisela Morales, y que en el Ejército ya pueden preocuparse: si los usaron indebidamente en este caso y no pudieron sostener jurídicamente su actuación como policías judiciales, ¿qué les garantiza que después de 2012 los van a defender cuando comiencen a salir los juicios por los muertos civiles inocentes en esta guerra contra el crimen?
Astillero
¿Negociación o desesperación?
Tufo a canjes calientes
Y, sin embargo: autochamaqueo
Envilecimiento político
Julio Hernández López
Como si así se lo permitiera un acuerdo alcanzado en las últimas horas, acaso en un forcejeo y posterior arreglo del caso Hank Rhon, el Señor de las Dos Guerras (una, contra el narcotráfico en general; otra, contra la delincuencia priísta organizada) apareció ayer ante los medios de comunicación para pedirle al congreso federal que sesione de manera extraordinaria para aprobar nueve temas que le son de interés a él, el ninja reciente contra el PRI, y que han sido obstruidas o desatendidas por ese mismo partido que presuntamente debería estar en indiscutible pie de guerra, tajantemente indispuesto a escuchar y ayudar a su declarado enemigo, inviable como opción para sacarle al felipismo no del fuego sino de la congeladora las castañas dizque reformistas con la mano de un amigable gato de tres colores.
El campechano asomo mediático del hombre que apenas la víspera había cometido el oso del sexenio (y vaya que la competencia en ese terreno ha sido intensa) era también una especie de literaria vuelta al lugar del crimen. Junto al jefe máximo de las operaciones militares y judiciales fallidas en Tijuana (como en el resto del país) se dejaba ver, flanqueándole, el mini secretario de Gobernación, Francisco Blake, a quien la elite priísta ha acusado de ser uno de los autores intelectuales de la asonada contra el hankismo Caliente. Blake fue secretario de gobierno de Baja California antes de pasar a Bucareli y hasta antes del michoahankazo jugaba a pretender que sería el candidato panista a gobernar aquella entidad ahora más ardiente. Otro acompañante del reformista Calderón era su consejero jurídico, justamente a unas horas de que medio país (a la otra mitad lo único que le preocupa es sobrevivir) se pitorreara de las hechuras en materia legal de ese gobierno federal que de un golpe empinó en una apuesta de casino político a la Secretaría de la Defensa Nacional, el propio gobierno panista fantasmal de BC y la procuraduría federal de justicia; procuradora M&M cuyos afeites y modas, por cierto, no tuvieron pasarela ayer en esa conferencia felipista de prensa, a pesar de que se había anunciado su silenciosa participación en el cuadro de presunto poder convocante.
Por la tarde, como para no dar mucho qué decir, o para mantener en alto la amenaza de un segundo golpe contra el garante Hank si algunos acuerdos de Familias no se respetaran, la titular de la subprocuraduría federal encargada de asuntos de delincuencia organizada advirtió que continuará buscando castigo para el ex alcalde de Tijuana, y se permitió la elaboración de otra de esas frases del felipismo a las que el paso del tiempo sabrá perdonar y olvidar: gran preocupación calderónica por el hecho de que una consignación pésimamente hecha pueda generar impunidad, al no ser convalidada por una juez. Humor negro sin derecho a libertad bajo caución, el dolerse desde el poder por la posible impunidad de un asunto en el país donde sólo una ínfima parte de los casos sometidos a proceso legal son castigados.
El tufo a negociación en lo oscurito para intercambiar la libertad del rehén Hank por las dispares reformas legislativas propuestas y necesitadas por el calderonismo era tan fuerte que al mismo tiempo generaba una natural y sustentada resistencia ante lo obvio. ¿Usar como angustiada y forzada moneda de cambio el hacer un ridículo político que lastima a las fuerzas armadas, al planteamiento general de la guerra contra el narco y a la viabilidad misma del PAN en 2012, a cambio de convocar a sesiones extraordinarias del congreso y sacar adelante la reforma laboral, el remedo de reforma política, la dictatorial ley de seguridad pública, la integración plena del IFE, las asociaciones público-privadas en materia de infraestructura, y otras propuestas felipillas hasta sumar nueve?
Por lo pronto, el PRI se hace el remolón pero va abriendo la puerta para el periodo extraordinario de sesiones y la eventual aprobación de las mencionadas reformas, con sus asegunes. Pero, de confirmarse la especie de que la reactivación legislativa fue el pago de rescate por el levantón de Jorge Hank Rhon, se estaría en presencia de una negociación que podría definir el resto del abatido sexenio y la configuración del escenario de triunfo electoral en 2012. Felipe, el extenuado, pediría oxígeno para cubrir el resto del periodo, material para su propaganda de fin de sexenio, el Presidente de las Reformas (las comillas dejan testimonio de la condición dísel del sustantivo: dice él), algo con lo cual entretenerse mientras aguardaría el advenimiento del priísmo dizque salvador al que él ha acabado consolidando con su Operación Caliente, un presunto bipartidismo de casino.
Peor, sin embargo, resultaría una hipótesis que de comprobarse denotaría enfermedad política extrema de fin de sexenio ya consumado. Que el llamado al periodo extraordinario de sesiones sea solamente una treta más de la genialidad pinolera que tiene al país hundido. Que no se hubieran producido acuerdos ni el PRI hubiera pagado rescate por su muchacho en problemas. Que el cabo Calderón esté desarrollando un libreto más de guerra contra el partido tricolor, pretendiendo culparlo, con demostración al calce, de frenar los cambios que el país necesita y de no colocar por encima de sus visiones partidistas el interés superior de Méxicooooooo. Calderón está empecinado en envilecer la actividad política, en degradar la función pública y en violentar los procesos más o menos naturales de litigio y entendimiento políticos. Si continúa por esa ruta, empujará más rápido al país al precipicio.
Astillas
La descomposición neoleonesa ha llegado a las puertas del gobernador formal, Rodrigo Medina, dos de cuyos guardaespaldas fueron sacrificados por presuntos narcotraficantes en exigencia de reciprocidades incumplidas... Y, mientras en Colima se atribuye al mismo narcotráfico el asesinato años atrás de un ex gobernador, y Gabino Cué amaga a Ulises Ruiz, al encarcelar al responsable de la emisión irregular de miles de concesiones de autotransporte público, ¡hasta mañana!
El secretario de Moreira
Miguel Angel Granados Chapa
¿Llevaría Vicente Chaires Yáñez una doble vida? En horas hábiles sería, como era público y sabido, colaborador cercano a Humberto Moreira. Y en horas robadas al reposo, dedicaría su tiempo a negocios particulares, tan productivos que le permitieron adquirir hace dos años cuatro radiodifusoras (tres de ellas de fidelidad modulada) y una estación televisora. Y adentrarse a través de por lo menos dos empresas, en el mercado inmobiliario de San Antonio, Texas.

Podría tratarse de un homónimo. A lo mejor le pasa lo que a Humberto y Rubén Moreira, que figuran, el primero, como presidente de la compañía Moreira & Sons Transportation, Inc., registrada en California. Y el segundo como vicepresidente de Family Cake Co. Inc. Pero no es el caso de Chaires Yáñez. Se trata inequívocamente de la misma persona que ha acompañado al profesor Humberto Moreira, hoy presidente del comité ejecutivo nacional del PRI a lo largo de su carrera. Fue su secretario particular desde que a mediados de los noventa fue delegado en Coahuila del Instituto Nacional de Educación para los Adultos, cuando fue secretario de educación bajo el gobernador Enrique Martínez y cuando fue alcalde de Saltillo. Convertido Moreira en gobernador y luego en líder nacional priísta, Chaires Yáñez se ha encargado de la administración, del Gobierno estatal y del comité nacional priísta. Durante casi un año, de marzo de 2010 a marzo pasado, actuó como secretario de operación y administración del Ejecutivo del Estado. El cargo implica dirigir al personal del despacho del gobernador, así como las áreas de relaciones públicas, de seguridad inmediata del Ejecutivo (su escolta o cuerpo de guaruras) y del cuerpo de guardias del Palacio de Gobierno. Desde hace tres meses figuraba en la página del PRI apenas dos sitios debajo de Moreira mismo, dato indicador de su cercanía, pero su nombre desapareció de ese lugar. Lo borraron después de que los diarios del Grupo Reforma dieron a conocer la prosperidad del asistente de Moreira. Ayer, a partir básicamente de esa información, el partido Acción Nacional lo denunció ante la PGR por medio del senador capitalino Federico Döring, el mismo discutido político a quien se confió exhibir los videos en que dirigentes del PRD o funcionarios cercanos a Andrés Manuel López Obrador aparecieron recibiendo dinero del empresario Carlos Ahumada, uno de los corruptores más señalados en México, donde contender por los primeros lugares no es empeño sencillo.

Es claro que la denuncia panista se inscribe en el marco de la contienda electoral en Coahuila, donde el hermano del gobernador Rubén Moreira, es el candidato del PRI (aliado con el Panal y el Partido Verde) y el del PAN es el senador Guillermo Anaya, compadre de grado del presidente Calderón. También se enmarca en la integración de un paisaje político donde aparezcan en plenitud los pasivos del régimen autoritario priísta, ya sean los encarnados en personas como Jorge Hank Rohn (libre pero retenido en Baja California), ya sean los de carácter sistémico como los descritos por Calderón en su discurso del domingo en la universidad californiana de Stanford.

En 2009, mientras Chaires Yáñez era secretario de administración del Gobierno estatal, constituyó la empresa Supermedios de Coahuila, integrada por el canal 22 de Piedras Negras, anunciada como el Super Channel, acaso porque su señal alcanza a Eagle Pass, del otro lado de la frontera. En esa misma ciudad, el grupo encabezado por el colaborador de Moreira adquirió dos estaciones de radio XHRE-FM y XHSL-FM; en Ciudad Acuña la XHHAC, y en Saltillo, la XESJ-AM. Las emisoras de FM (las tres primeras) se cotizan muy alto en el mercado de concesiones radiofónicas, cuyo trasiego sólo es posible con autorización gubernamental.

El año pasado Chaires Yáñez integró las empresas inmobiliarias Procom Marketing, Vicap Global Investments y Transnational Construction & Real State Co, con sede en San Antonio, Texas. Es probable que en estas compañías tenga como socios a Rodolfo Cámara, que según el senador Döring representa en McAllen al Gobierno de Coahuila para asuntos migratorios, y a Rubén Flores Jr., un abogado con residencia en San Antonio, que expresamente figura en las empresas de bienes raíces de que Chaires Yáñez es gerente y cuyo domicilio fiscal es el mismo de Flores.

De la averiguación previa que el PAN espera se desprenderá la verdadera naturaleza del papel de Chaires Yáñez. No sería extraño que de un equipo de gobierno priísta se desprendieran negocios particulares. Los miembros de ese partido se han inclinado a la especulación con tierras, y más recientemente también a los medios de comunicación. Sonadísimos han sido los casos de Miguel Alemán, Luis Echeverría y Carlos Salinas de Gortari. El primero hizo su fortuna, desde los años treinta, cuando ya figuraba de modo relevante en la política, fraccionando tierras en Morelos, el DF y el Estado de México. Y luego, al iniciarse la televisión en nuestro país, se las arregló para que andando el tiempo su hijo y tocayo apareciera como accionista de Telesistema Mexicano. Echeverría se quedó, a través de prestanombres, con lo que fue la cadena García Valseca, y adquirió propiedades en Morelos y Quintana Roo. Y Salinas cuidó de tener intereses en TV azteca, que él privatizó y fue adquirida por Ricardo Salinas con un crédito de Raúl Salinas de Gortari, y luego estableciendo sus propios medios impresos.

O sea que la cabra tira al monte, aunque se disfrace con atavíos de modernidad.
La manga del muerto…
O sea que… a Calderón no le alcanzó para echarse un Rhon

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