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miércoles, 13 de marzo de 2013

Sorpresa: El nuevo Papa es argentino y jesuita. Jorge Mario Bergoglio, ahora Francisco I, elección inusual


Sorpresa: El nuevo Papa es argentino y jesuita. Jorge Mario Bergoglio, ahora Francisco I, elección inusual

Ciudad del Vaticano, 13 de marzo (SinEmbargo y agencias).– El nuevo Papa de la Iglesia Católica ha sido elegido hoy en la tercera jornada del cónclave cardenalicio, en la quinta votación.

Es Jorge Mario Bergoglio, argentino. Se llamará Francisco I.

Bergolio es el primer Papa que tiene como origen la Compañía de Jesús. Antes, el 28 de febrero de 1998, se había convertido en el primer jesuita que llegó a ser primado de la Argentina.
Una elección poco usual: ni siquiera estaba entre los favoritos.
El anuncio causó sorpresa, pues los jesuitas y el anterior Papa, Benedicto XVI, tuvieron en agosto de 2012, un enfrentamiento directo.
En ese entonces, Benedicto XVI reiteró abiertamente (antes lo había hecho el beato Juan Pablo II) a los jesuitas obediencia al Vicario de Cristo y fidelidad a la doctrina católica en su integridad y los instó a que el objetivo de sus actividades no sea “ambiguo u oscuro”, a tal punto que los jesuitas piden perdón por las veces en que les ha faltado prudencia o fidelidad en el servicio de la Iglesia.
Históricamente, los jesuitas han sido históricamente enemigos del Papa.
A mediados del siglo XVIII, la Compañía de Jesús fue expulsada de varias monarquías católicas: en Portugal, España, España y Nápoles.
El propio Papa Clemente XIV (proveniente de la orden franciscana), presionado por la mayor parte de las cortes católicas (la única importante que no los había expulsado era la austríaca), accedió a disolver la Compañía, muchos de cuyos miembros se habían reubicado en los propios Estados Pontificios, mediante el breve Dominus ac Redemptor, de 21 de julio de 1773.
Se trata del pontífice número 266 de la Iglesia católica y del primer latinoamericano que ocupa la Silla de Pedro. Al salir al balcón, para conceder al bendición “urbi et orbi”, saludó a los devotos y curiosos concentrados en la plaza de San Pedro.
Las expulsiones y posterior disolución de la Compañía de Jesús trajo como consecuencia el exilio de una gran cantidad de jesuitas en países oficialmente no católicos que toleraban la presencia de súbditos católicos, como el reino de Prusia o el Imperio ruso (que en 1772 habían llevado a cabo el reparto de Polonia, de población mayoritariamente católica). Ambos monarcas (Catalina la Grande de Rusia y Federico II de Prusia) ignoraron el decreto papal, lo que permitió la continuidad de los colegios jesuitas, y de hecho la reorganización de lo más selecto de la intelectualidad de la Compañía.
Las expulsiones y posterior disolución de la Compañía de Jesús trajo como consecuencia el exilio de una gran cantidad de jesuitas en países oficialmente no católicos que toleraban la presencia de súbditos católicos, como el reino de Prusia o el Imperio ruso (que en 1772 habían llevado a cabo el reparto de Polonia, de población mayoritariamente católica). Ambos monarcas (Catalina la Grande de Rusia y Federico II de Prusia) ignoraron el decreto papal, lo que permitió la continuidad de los colegios jesuitas, y de hecho la reorganización de lo más selecto de la intelectualidad de la Compañía de Jesús.
APARECE EN EL BALCÓN
“Antes de nada quiero hacer una oración por nuestro papa emérito Benedicto XVI”, dijo el pontífice y comenzó a rezar el padre nuestro.
En una breve intervención, el pontífice dijo que ahora comienza “un camino” para que pidió que recen “unos por otros para que haya una gran fraternidad”.
“Espero que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea fructífero para la evangelización”. Además, pidió rezar en silencio por él para que dios le ayude en su labor y la multitud guardó silencio.
En uno de los cónclaves más breves de la historia, el argentino fue elegido hoy sobre las 19:00 horas (18:00 GMT) en la quinta votación.
El papa anunció que mañana irá a rezar a la virgen para que custodie la iglesia de Roma.
DE BUENOS AIRES
Nacido en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, Bergoglio era uno de los 183 cardenales de la Iglesia Católica, miembro de la Compañía de Jesús.
Luego de la muerte del Papa Juan Pablo II el 2 de abril de 2005, fue considerado uno de los candidatos a tomar el lugar del Sumo Pontífice.
Bergoglio fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos períodos. Impedido por el estatuto de asumir un nuevo mandato, durante la 102 asamblea plenaria de ese organismo se eligió al arzobispo de la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, José María Arancedo, para sucederlo.
Antes, la fumata blanca que salió de la chimenea de la capilla Sixtina anunció al mundo que ya hay sucesor de Benedicto XVI, lo que fue acogido con una explosión de júbilo por la multitud que esperaba bajo la lluvia en la Plaza de San Pedro y el repique de campanas.
Los 115 cardenales reunidos en cónclave en la capilla Sixtina eligieron al nuevo Pontífice en la quinta votación, llevada a cabo en la segunda jornada.
La fumata blanca salió de la chimenea de la Capilla Sixtina a las 19.08 hora local (18,08 GMT). Los 115 cardenales han tardado poco más de 25 horas en elegir al sucesor de Benedicto XVI. La rapidez en la elección mantiene la tónica de los últimos decenios, en los que no se han superado las once votaciones.
Pío XII fue elegido con tres votaciones y en apenas 24 horas; Juan Pablo I, con cuatro; Benedicto XVI con cuatro, Pablo VI, con cinco; Juan Pablo II, con ocho, y Juan XXIII, con once.
Unas 10,000 personas abarrotan la Plaza de San Pedro y la vía de la Conciliazione del Vaticano y apesar del mal tiempo, una multitud sigue llegando a la emblemática plaza desde la que se divisa la chimenea de dos metros que sobresale de la Capilla Sixtina.
Una explosión de júbilo general se ha registrado en la Plaza de San Pedro después que la fumata blanca surgiese de la chimenea. A la par de la fumata blanca, las campanas de la Basílica de San Pedro han repicado dando la buena nueva al pontífice, que pasará a la llamada sala de las lágrimas para vestirse con sotana blanca y zapatos rojos.
La gente se abraza, llora, y saluda hacia la Basílica donde está el balcón principal engalanado con terciopelo granate y desde el que el nuevo papa se asomará para pronunciar sus primeras palabras como pontífice al mundo.
EL RITUAL
A partir de ese momento se pone en marcha un ritual que culminará con la bendición urbi et orbi que impartirá el sucesor de Benedicto XVI a la ciudad de Roma y a todo el mundo.
Inmediatamente después de producirse la elección canónica, el último de los cardenales diáconos, el estadounidense James Harvey, llama a la capilla Sixtina al Secretario del Colegio Cardenalicio, al Maestro de Celebraciones Litúrgicas y a dos ceremonieros.
Dado que el cardenal decano, Angelo Sodano, y el vicedecano, Roger Etchegaray, no participan en el cónclave por tener más de 80 años, el encargado de preguntar al elegido si acepta ser papa o no ha sido el cardenal italiano Giovanni Battista Re, que ha presidido la asamblea.
El cardenal Re en nombre de todos los electores pide el consenso del elegido con la siguiente frase: “¿ACCEPTASNE ELECTIONEM DE TE CANONICE FACTAM IN SUMMUM PONTIFICEM?” (¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?).
Una vez dada la respuesta afirmativa, le pregunta: “¿QUO NOMINE VIS VOCARI?” (“¿Con que nombre quieres ser llamado?”). El Sumo Pontífice responde: “VOCABOR …” (Me llamaré…)
Tras aceptar -en esta ocasión- ser el 266 sucesor del apóstol Pedro, el cardenal elegido pasará a la pequeña habitación existente a la izquierda del altar mayor de la Sixtina, bajo el “Juicio Final” de Miguel Ángel.
En esa sacristía, conocida como la “sala de las lágrimas” por las que han derramado en ella a lo largo de la historia los papas recién elegidos, meditará en solitario y se vestirá una de las tres sotanas blancas que encontrará preparada.
Ya vestido de blanco, el nuevo pontífice regresará a la Sixtina, donde será recibido con un largo aplauso por los cardenales, que uno a uno se acercará a presentarle su obediencia.
Después el primer cardenal de los diáconos (el Protodiácono), en esta ocasión el francés Jean-Louis Tauran, se asomará a la logia de las bendiciones de la basílica de San Pedro del Vaticano y anunciará al pueblo la elección del nuevo Pontífice con estas palabras: “ANNUNTIO VOBIS GAUDIUM MAGNUM; HABEMUS PAPAM: Eminentíssimun ac Reverendíssimum Dóminum, Dóminum … SANCTAE ROMANAE ECCLESIAE CARDINALEM … QUI SIBI NOMEN IMPOSUIT …”
“Os anuncio una gran alegría Tenemos Papa el eminentísimo y reverendísimo señor …el nombre Cardenal de la Santa Iglesia Romana, que ha tomado como nombre …”.

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