Reforma migratoria en tiempos de crisis
Jorge Durand
Parece que por fin habrá una reforma migratoria en Estados Unidos, pero que ésta sea la solución a la migración irregular es otro cantar. Depende del tipo de reforma que se logre negociar en el Congreso y de la voluntad política de llevarla a término.
El resultado fue precisamente contrario a lo que se esperaba: la migración irregular, que era de un millón de personas en 1988, creció hasta llegar a 11 millones actualmente.
En 2013 el contexto es totalmente distinto, todavía no se sale de la crisis económica y financiera desatada en 2008, el proceso de recuperación es muy lento y la tasa de desempleo sigue muy alta para los estándares estadunidenses (en torno a 8%).
En el tema migratorio las reformas suelen responder a problemas urgentes de corto plazo y sólo se pretende legislar para el mediano plazo. En buena parte porque es un proceso dinámico y cambiante, además de la tensión entre las urgencias de la economía (demanda de mano de obra) y el doble rasero con el que se aplica la ley. Es por eso que las leyes migratorias dan signos de ineficiencia a los 10 años de promulgadas, y a los 20 entran en situación de colapso.
Con el paso del tiempo, los políticos aducen que hay consecuencias de la ley no esperadas o anticipadas, por lo que es necesario legislar nuevamente y ajustar los sistemas de control. En realidad muchas de las consecuencias no estaban previstas, porque se supone que la ley se va aplicar con todo rigor, lo que no siempre sucede. No es factible que un legislador prevea o reconozca que la ley que promulgó no se vaya a aplicar.
Por ejemplo, la ley de 1986 estipulaba sanciones a los empleadores que contrataran indocumentados, pero nunca hubo voluntad política para aplicarla, ni los medios efectivos para verificar la autenticidad del documento que se solicitaba: el Social Security Number.
De ahí que el tráfico masivo y abierto de documentos y la multiplicación de identidades falsas fuera una
consecuencia no anticipada. Los empleadores recibían los documentos y simplemente los guardaban en el archivero, no tenían modo de verificar su autenticidad y ellos partían del principio de que el documento era válido hasta que se demostrara lo contrario. Supuestamente no eran conscientes de contratar indocumentados, por tanto eran inocentes y la ley no podía aplicarse.
La situación contaba con la complicidad del gobierno, que hacía muy poco al respecto, por la sencilla razón de que todos esos números falsos pagaban impuestos regularmente y lo que es mejor, no devengaban beneficios en el presente, ni los reclamarían en el futuro.
Ahora se pretende solucionar este problema y hacer obligatorio el sistema de verificación de identidad (E-Verify). Pero ya se adelantó que habría un periodo de gracia de dos años para los empleadores que contraten a más de mil personas, es decir las grandes empresas. Pero ya tienen la solución en puertas, si hay reforma, habrá regularización y los indocumentados serán muy pocos.
Por otra parte, será muy difícil que en tiempos de crisis se castigue a aquellos que generan riqueza y trabajo, los empleadores. La marcha de la economía es una prioridad absoluta, no se puede atentar contra los empresarios, el futuro del país depende de ellos.
Se parte por tanto de un razonable escepticismo de que la ley sólo se aplicará parcialmente, por lo que se espera que no se dé una solución definitiva a la migración irregular. Las sanciones a empleadores van contra el espíritu y la práctica del capitalismo. En vez de exigir y perseguir a los empleadores es más fácil ir contra los migrantes, al fin y al cabo con la sola sospecha de que una persona sea irregular la policía puede proceder a cumplir esa fracción aprobada de la Ley Arizona.
La consecuencia anticipada, en este caso, es la creación de un mercado negro de trabajo al que ingresarán los migrantes no regularizados y los nuevos que lleguen de manera subrepticia. Hay que señalar que hoy la mayoría de los 11 millones de migrantes irregulares no están en un mercado negro de trabajo, a pesar de sus pésimas condiciones laborales, deben pagar impuestos y se les respeta en términos generales el salario mínimo.
Los migrantes que no puedan acreditar su estado legal, tendrán que sumergirse en la vorágine de un mercado negro laboral, que no respeta mínimos, paga el salario en efectivo y se escapa de las regulaciones laborales.
El otro tema pendiente, que no está en la mesa de negociaciones, es el del control a la hora de la salida. Si sólo se controla el ingreso, seguirá como práctica rutinaria que los turistas abusen del tiempo estipulado en su visa y pasen a ser irregulares, por otro lado muchos de los trabajadores temporales se quedarán definitivamente. Hace unos años se hizo el intento en algunos aeropuertos donde uno debía checar la salida con el pasaporte, pero sólo fue un intento.
Con la frontera controlada la nueva migración irregular habrá entrado con visa. La forma I-94 que se supone hay que dejar a la salida no sirve para nada y nadie la controla. De hecho si uno entra por la vía aérea y sale por tierra no hay lugar donde entregar la forma I-94.
En resumen, en 20 años tendremos en puertas una nueva reforma migratoria. Pero en el corto plazo, los migrantes irregulares serán una cifra controlable que ya no preocupará a los medios, ni a los políticos, ni tampoco molestará a la opinión pública.
El escrito priísta de energía: retroceso al pasado
Antonio Gershenson
Ya habíamos dicho que el actual PRI regresa a posiciones anteriores a las que tuvo en 2008 y 2009 sobre Pemex y su entrega al exterior. El larguísimo escrito que entregan, “Estrategia Nacional de Energía 2013–2027”, retrasa las obras de una nueva refinería de la que el anterior hablaba, pero no hacía.
nueva refinería de Tula. ¿Nueva? Llevamos más de cuatro años sin hacer nada. Y dice que
Pemex Refinación estima el inicio de operaciones para 2017. Un añito más de otro retraso, y se acabó otro sexenio sin refinería.
Saca de nuevo también la
Reconfiguración de Salamanca. ¡Gran idea! Al fin que ya hubo reconfiguraciones hechas totalmente por trasnacionales, como Ciudad Madero y, sobre todo, Cadereyta. Con años de retraso y fallas ahí también. Y carísimas, y todavía era antes del PAN.
También el proyecto del anterior gobierno de 2009 de Salamanca, frente a una producción de un tren de refinación para Tula, que era de 142 mil barriles diarios, la reconfiguración iba a producir 26 mil diarios, menos de la quinta parte del citado tren. Pero el costo de Salamanca era de más de 3 mil millones de dólares, frente al costo del tren, de la refinería de Tula, que era de más de 9 mil millones de dólares, Salamanca era de una tercera parte. El costo de procesar el crudo sería mucho más caro en Salamanca.
Es más, en esta reconfiguración,
su terminación se tiene contemplada para 2017. Por si fuera poco. Otro caso en que haya otro retrasito y se brinca para el siguiente sexenio también.
Se dice que
se debe establecer una política que incentive la inversión del sector privadoestimulando su participación.
El siguiente tema de la estrategia es
Diversificar y optimizar el parque de generación. Reconoce que hay una dependencia unilateral para generar electricidad de gas natural, pero dice que no hay problema porque hay producción propia excesiva. Nosotros comentamos que las importaciones crecientes y las obras en ese sentido dejan esa producción propia en la imaginación de los funcionarios que escribieron este librote.
Lo planteado en el libro es que haya para 2027 un 72 por ciento de gas natural para generar energía, lo cual, si lo vemos objetivamente, es una barbaridad. Es una supeditación del exterior que afecta la soberanía nacional, y nos hace depender de una sola fuente de energía estratégica.
Otro tema a continuación: la industria petroquímica. Resulta que el deterioro de esta industria no es por el manejo de directores pésimos, sino por la segmentación entre la petroquímica básica, exclusiva del Estado, y la secundaria, accesible a la empresa privada. Es más, el atraso viene porque
los complejos más modernos de Pemex Petroquímica, como son Cangrejera, Morelos y Cosoleacaque, fueron concebidos con tecnología de los años 70 y 80.Se quiere, insinuándolo, abrir la puerta a que en adelante estos complejos sean privados, y sobre todo del capital extranjero.
Es bastante evidente que la construcción de estos complejos petroquímicos no se siguió porque tuvimos varios sexenios de tecnócratas, de neoliberalismo, períodos que no han terminado.
Más adelante hay otro tema: Exploración y producción, aunque no falte quien diga que los temas del documento están un poco desordenados. Se empieza por la producción en Cantarell, que fue la mayor producción, pero tuvo una gran decadencia. Califica el libro esta caída de la producción como algo normal, aunque han contado en ella una pésima administración, la inyección de nitrógeno y otras medidas.
Se elogia el desarrollo de Ku-Maloob Zaap, sin mencionar su crudo pesado y superpesado, y el hecho de que el monto de su producción no basta para compensar la caída de Cantarell. Tampoco menciona la importancia de yacimientos con gas en cantidad creciente, con cantidades crecientes de crudo ligero y súper ligero en Litoral de Tabasco y algunas partes de la Región del Sur.
Los que hicieron el escrito reservan sus mayores elogios para Chicontepec, o Aceite Terciario del Golfo. Califican a sus reservas como
las más cuantiosas del país, sin mencionar que sus reservas probadas son mínimas y que las que ellos presumen tienen muy bajas posibilidades de existir.
También elogian los contratos (no los menciona así) en campos maduros, que en realidad tienen muy escasas posibilidades de producción y a muy largos plazos.
Se presume de nuestras supuestas gigantescas cantidades de lutitas de gas e incluso de petróleo, aunque la realidad probada es mínima y la que existe, causa mucho daños al medio.
Ya hemos señalado zonas con producción decreciente y con inversión extranjera, como ejemplos de que la inversión extranjera en petróleo en México no es productiva. Pues aquí se presume de Burgos y otros sitios como fuente gigante de lutitas. Hay un título que se quiere hacer pasar de lado,
Recursos Prospectivos. Este título, traducido al mexicano, quiere decir que ni siquiera son las más pobres reservas, no son reservas y punto. En los documentos de Pemex sobre exploración no se menciona en la categoría de
reservasningún recurso prospectivo.
Toda esta propaganda, ¿es para vender sectores de Pemex a empresas extranjeras? En general, vemos que la estrategia de energía deja mucho que desear.
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