Astillero
Amenaza conjunta
Sangriento conejillo
Narcofavores 2012
Coordinación sin Chuchos
Julio Hernández López
CONAGO. El secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, y el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, durante la reunión plenaria de gobernadoresFoto Cristina Rodríguez
A través de sus múltiples agentes, Estados Unidos ha realizado operaciones de delincuencia organizada en México, algunas de ellas incluso sin que lo supieran sus anfitriones presuntamente aliados, pero en realidad sujetos a menosprecio y engaño. Hasta ahora, esas acciones encubiertas solamente han producido daños y muerte en el lado mexicano, dotando de armamento a los bandos en mortal conflicto e incluso transportando hasta acá millonadas de dólares para ser blanqueados, sin que en la contraparte haya disminuido el consumo de drogas y sin que allá se hayan asestado golpes a la corrupción que necesita ser similar a la mexicana para cumplir con éxito el ciclo económico del narcotráfico y sin que haya violencia en las calles gringas en proporción a la que sus vecinos proveedores sufren día con día.
Lo peor es que, ante un gobierno federal mexicano de comportamiento avasallado y colonizado, los interventores delincuenciales se niegan siquiera a dar explicaciones públicas de lo que con un desenfado punible han venido realizando en su presunto patio trasero. Como si nada, funcionarios estadunidenses pusieron a funcionar un plan conocido como Rápido y furioso con el que acabaron llevando a manos de narcotraficantes no oficiales el armamento avanzado y suficiente para que fuera más letal la
guerrade reacomodos gerenciales y control social que puso en marcha el calderonismo. Ahora se ha sabido que también introdujeron al país cargamentos de billetes verdes y, por lo que se ve, ya sólo falta que pronto se anuncie que también han proporcionado asistencia técnica en materia de cultivo de estupefacientes y de fabricación de drogas sintéticas o que ofrecen santuarios en su territorio a los capos ejecutivos.
Todo, según eso, en aras de conocer las redes de trabajo de los delincuentes mexicanos (para luego combatirlos en mejores condiciones, no para manipularlos y usarlos en la desestabilización de México ni para beneficiarse económicamente de esas operaciones o desviar las ganancias a tareas
patrióticasque no alcanzan financiamiento gubernamental estadunidense, como ya ha sucedido en otras ocasiones memorables, una de ellas la de los
contrasnicaragüenses). Sin embargo, en Washington se ha puesto en evidencia el desconocimiento y la falta de control de esos arriesgados estrategas a la hora de enviar armas cuyo destino final perdieron de vista. México transformado en sangriento conejillo de Indias, ya fuera por torpeza extrema de los aficionados a las series policiacas de televisión que fungen como responsables de agencias gringas relacionadas con el combate a las drogas, o por intención expresa de diseñadores de crisis, divisiones y desestabilización que así pretenden consolidar su mando sobre un abatido país que ya forma parte de su carpeta roja de seguridad nacional.
Metidos a fondo en México, los operadores estadunidenses también podrían verse tentados a acomodar el proceso electoral de 2012 a sus conveniencias, si no es que esas posibilidades ya estén en curso. Haiga sido como haiga sido, lo cierto es que en el arrancadero de la contienda por la Presidencia, el Congreso y otras posiciones estatales, el calderonismo (es decir, la mano de gato usada por los gringos para sacar las castañas del fuego político y social) ha instalado con firmeza el riesgo del narcotráfico como inhibidor o supresor de comicios. Ayer mismo, el senador priísta Francisco Labastida hizo saber que en su partido están plenamente convencidos de que se les prepara un
michoacanazo, es decir, una aplicación selectiva de procesos judiciales para golpear a adversarios políticos. Y el ex candidato a gobernador por el PRD en Michoacán, Silvano Aureoles, ha confesado que lo amenazaron de muerte durante su anterior campaña y ha planteado su convicción de que, a como van las cosas, el narcotráfico llegará a instalar al presidente de la República en 2012.
El factor central de distorsión del proceso electoral en curso ha estado infiltrado por agentes estadunidenses que han actuado abiertamente en suelo mexicano conforme a sus planes e intereses, sin que haya autoridad local que se oponga a esas acciones, e incluso esa misma autoridad ha sido largamente acusada de favorecer a uno de los bandos en pugna de ese narcotráfico, lo que, de ser cierto, establecería una relación de mutuos favores y de entendimiento global que bien podría manifestarse en presiones, amenazas y ayudas relacionadas con lo electoral. Es decir, conforme a lo que se va diciendo, conociendo y difundiendo, el amenazante fantasma del narcotráfico no es un ente autónomo, de comportamiento caprichoso y objetivos primarios, sino una parte activa y ofensiva de un conjunto de intereses que llegan o surgen de casas de poder en países vecinos. El uso electoral del narcotráfico no es un accidente sino una consecuencia del amplio plan de conservación del poder, al costo que sea, que mantienen ciertos aliados que ya antes decidieron sumir al país en la sangre y el horror, para superar una crisis de legitimidad y para contrarrestar con anticipación futuros brotes de inconformidad, y que ahora maniobran juntos para darle continuidad a su libreto sombrío de largo alcance.
Astillas
No es mayor el escándalo porque el personaje no tiene esa talla, pero el ebrardista Mario Delgado ha demostrado que las pifias literarias no son exclusivas de copetes de tres colores ni corderos desbalagados: a pesar de que esa obra es una de las más conocidas a nivel popular, tanto en título como en autor, el aspirante a jefe del gobierno capitalino atribuyó Cien años de soledad no a Gabriel García Márquez, como tanta gente lo sabe casi por concatenación automática, sino a Mario Vargas Llosa... Y, mientras el zacatecano Ricardo Monreal ha sido designado coordinador de la campaña del fundadamente amoroso Andrés Manuel López Obrador, con Yeidckol Polevnsky en las finanzas, sin Chuchos, con puros morenos y petistas en las coordinaciones temáticas, y dos representantes de Marcelo Ebrard en las cinco circunscripciones (René Cervera y Patricia Patiño), ¡hasta mañana!
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Furiosamente cínicos-Helguera
Casa sobre la Roca en Gobernación
Bernardo Barranco V.
Existe una seria preocupación entre sectores protestantes por la designación de Obdulio Ávila como subsecretario en la Secretaría de Gobernación (SG). La razón es delicada, me señalaban, ya que al parecer pertenece a Casa sobre la Roca y tiene lazos muy estrechos con sus dirigentes fundadores: el matrimonio Orozco. En términos formales, nada impide a Obdulio Ávila, ahora número dos de la SG, que en términos de sus creencias pueda ejercer dicho cargo de gran responsabilidad. El Estado laico le garantiza el pleno goce de sus derechos, independientemente de que pueda ser católico, adherente a Casa sobre la Roca y rendir cualquier otro culto.
Sin embargo, hay una línea inquietante muy delgada por la simiente que porta Casa sobre la Roca como organización político-religiosa, o religiosa parapolítica. Es decir, hablamos de un movimiento cívico religioso ultraconservador de derecha radical, cuyos nexos e intereses pueden tener consecuencias graves en el manejo de la política interior del país en los momentos de por sí graves que vivimos. La preocupación también alcanza a sectores de la jerarquía católica, que a veces no alcanza a entender las señales del presidente Calderón, quien se dice y reafirma católicodispuesto a recibir al papa Benedicto XVI en la próxima primavera y, al mismo tiempo, estrecha aún más sus lazos políticos con la ultraderecha neopentecostal que Rodolfo Montes ha evidenciado en su libro La cruzada de Calderón. Ahí se señalan acciones claras que ponen de relieve los privilegios y arropamientos que su administración ha ofrecido generosamente al matrimonio de Alejandro y Rosi Orozco y su movimiento. La siguiente duda es si nuevamente el presidente Felipe Calderón está provocando los principios y fundamentos laicos del Estado moderno, que debe estar absolutamente ajeno a todo tipo de inclinación político religiosa. Y esta señal debe empezar por los funcionarios claves en su gobierno que deben tutelar dichos principios históricos.
A lo largo de la investigación en torno a la Casa sobre la Roca que editorial Grijalbo me encomendó para hacer la introducción del libro mencionado, encontré repetidas menciones e intercambios que pudieran indicar vínculos entre Ávila y, especialmente, Rosi Orozco. Obdulio Ávila, cercano a Calderón, califica a Rosi de su amiga y
heroínaen Twitter; Rosi Orozco, a su vez, lo califica de
gran lídery
ejemplo de los jóvenes, exaltación que recuerda los halagos del Vaticano a Marcial Maciel.
Entre otros muchos cruces, el libro de Rodolfo Montes detalla el reclamo de militantes panistas que se sentían agraviados por la dirigencia panista del DF, encabezada entonces por el actual secretario de Gobernación, por las excesivas concesiones. “Que quede claro ante la opinión pública –decía en abril de este año Pacheco López, ex consejero nacional– que el tema de los panistas de Gustavo A. Madero no es la labor legislativa de Rosi Orozco, sino el trato preferencial que ha recibido ella y su agrupación. Le pedimos que explique en qué consiste el acoso”, en referencia esto último a la victimización que hizo Rosi ante las pantallas de Televisa contra el periódico Reforma.
Quien piense que la ultraderecha sigue siendo primitiva y corta de argumentos, se equivoca. Se ha deshermeneutizado. Ya no son los grupos cerrados, recalcitrantes y secretistas; ahora utilizan el discurso de la democracia moderna, usan con soltura los términos y técnicas de las grandes empresas; sin empacho parafrasean los conceptos de la sicología moderna y de la superación personal. Los nuevos grupos conservadores tampoco son monopolio de los católicos; en América Latina se han extendido con fuerza en América Central, Brasil y en Colombia, de donde se inspira Casa sobre la Roca; recomiendan a sus adherentes que se introduzcan en el servicio público, escalen puestos y cargos en gobiernos e incidan en las políticas públicas. Que se posicionen en agrupaciones de la sociedad civil, asociaciones civiles, en organismos de asistencia social, de filantropía y en los medios de comunicación.
La secularización y la globalización en términos de la cultura han tocado las puertas de los nuevos grupos conservadores. El discurso social y político se está reconstruyendo; por ello la distinción ahora es más sutil para diferenciar a las derechas. Sin embargo, la esencia se mantiene, aunque las imposturas modernizantes son nuevas, así como las apariencias para ganar espacios, legitimidad y hasta plausibilidad. La agenda moral conservadora es la nueva expresión del terreno de combate político e ideológico.
Casa sobre la Roca invita a repensar clichés que tenemos sobre los movimientos conservadores. Primero, no todos los grupos de conservadores son católicos ni todos los católicos son conservadores. Sin embargo, históricamente la referencia a este binomio en México ha sido inseparable. El matrimonio Orozco nos conduce a los laberintos evangélicos como un nuevo actor en la construcción de nuevos grupos conservadores en el país. La tentación religiosa totalizante de los nuevos grupos conservadores subsiste bajo posturas y formulaciones distintas que reafirman la necesaria incidencia en las políticas del Estado para defender la familia monogámica, heterosexual con precepto reproductivo único, por tanto están contra los matrimonios de personas del mismo sexo, contra los diferentes métodos anticonceptivos. Su noción de sexualidad es la misma del Yunque. Enfrentan con furia la despenalización del aborto y rechazan la educación sexual en las escuelas.
Esta derecha modernizada tiene intensos vínculos y enlaces internacionales de apoyo financiero e ideológico y conforman redes de complicidad. Por ello, Obdulio Ávila debe dar una explicación convincente que aclare sus ligas con dicha agrupación o desmienta los crecientes rumores que recorren y se acrecientan en los pasillos de las iglesias tanto evangélica como católica.
Cuartel Peña Nieto-Fisgón
México SA
Se va el porro... al Senado
Lozano: hueso e impunidad
Pavoroso tiradero laboral
Carlos Fernández-Vega
El secretario del Trabajo, Javier Lozano AlarcónFoto Notimex
No dio una en los últimos cinco años, pero Javier Lozano Alarcón, por fin, ofrece una buena noticia: dejaría la Secretaría del Trabajo
a más tardarel próximo 15 de diciembre. Excelente, uno menos en el gabinetazo, pero no lo hará como resultado de su estrepitoso fracaso al frente de tal dependencia y del enorme daño que causó al mercado laboral, sino porque rápido y veloz va en pos de hueso y protección en la siguiente bancada blanquiazul en el Senado de la República. Personajes como el citado deberían terminar enchiquerados, pero la gran
democraciamexicana les facilita muchas rutas de escape para que impunemente siempre caigan para arriba.
Se va
satisfecho con los resultados–según dijo– de la Secretaría del Trabajo, aunque con la modestia que lo caracteriza reconoce dos
frustraciones: no lograr la
legalizacióndel outsourcing (
la no aprobación de la reforma laboral) y no poder dar la puntilla a los trabajadores de la aerolínea insignia del país (
el caso no resuelto de Mexicana de Aviación). Pero más allá de esas dos ronchitas, él se dice orgulloso con sus
logrosal frente de la citada dependencia. ¿Será?
Pues bien, un breve repaso de lo que al país le significó mantener a este señor durante un quinquenio al frente de una de las dependencias públicas más importantes para el desarrollo económico y social resume lo
satisfechoque Lozano puede retirarse en pos de hueso y protección: en esos cinco años, y sin considerar rezagos, sólo 27 de cada cien mexicanos lograron colarse al mercado formal de la economía, y de ellos la tercera parte lo hizo de forma eventual. Ello, sin considerar mutilaciones contractuales, creciente desempleo, desplome salarial, fortalecimiento de la informalidad, porrismo sindical, esforzados servicios a los barones –a Germán Larrea, de manera destacada–, decidido impulso a la
tercerización, entre otras gracias del futuro candidato panista al Senado de la República.
En cinco años (noviembre de 2006 a igual mes de 2011), la generación de empleo formal a duras penas acumuló un millón 530 mil puestos de trabajo, con un promedio anual ligeramente superior a 306 mil plazas. De ese total, un millón 28 mil 403 son plazas permanentes (205 mil 680.6 por año, en promedio) y eventuales 501 mil 901 (100 mil 380 por año). En igual lapso, la población económicamente activa (mexicanos en edad y condiciones para laborar) se incrementó en 5.5 millones de personas, de tal suerte que en el satisfactorio balance de Lozano queda claro que 4 millones de mexicanos terminaron por migrar al extranjero, en la informalidad, el desempleo o el crimen organizado. De ese tamaño puede ser su
satisfacción, y de ese tamaño, también, la vergonzosa permisividad de la
democracianacional con este tipo de
funcionarios.
Sin duda, la noticia de su salida de la Secretaría del Trabajo deja muy contentos a los mexicanos, aunque efímeramente, pues ellos saben que a esa dependencia pública arribará otro de la misma calaña y que, quiéranlo o no, también pagarán los excesos de Lozano en el Senado, puesto que la candidatura del poblano pianista tampoco lleva riesgo: será plurinominal.
Mientras dura el regocijo por tal acontecimiento, la Cámara de Diputados reporta que al cierre del tercer trimestre de 2011, el IMSS dio a conocer que el número de trabajadores asegurados permanentes y eventuales urbanos ascendió a 15 millones 215 mil 211 personas, con lo cual acumula un incremento de 603 mil 582 nuevos cotizantes en el año. Si se compara con el mismo periodo de 2010, el crecimiento en la generación de empleos resulta menor en 117 mil 901 cotizantes, es decir, una reducción de 16.3 por ciento, lo que tampoco corresponde a las
cifras históricaspresumidas por Javier Lozano.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo levantada por el Inegi, la desocupación se ubicó en 2.7 millones de personas durante el tercer trimestre del presente año, para un incremento de 197 mil respecto al segundo trimestre de 2011. Al cierre de septiembre pasado, la tasa oficial de desocupación se ubicó en 5.7 por ciento de la población económicamente activa, por arriba de lo registrado antes de que comenzara la crisis. De igual forma, la población que reconoció tener la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le permite (subocupación) creció en 323 mil personas durante el mismo trimestre, para ubicarse en 4.2 millones; con lo que en septiembre representó el 8.9 por ciento de las personas ocupadas, la segunda cifra más alta desde mayo de 2010 (en octubre creció a 9.3 por ciento).
De esta manera, puntualiza la Cámara de Diputados,
resulta evidente que la generación de empleos formales (cotizantes en el IMSS) ha sido insuficiente para reducir el alto desempleo. El empleo formal ha crecido muy por debajo de lo necesario para cubrir el crecimiento poblacional. A consecuencia de la dificultad para encontrar empleo en el sector formal de la economía, las personas recién incorporadas al mercado laboral (en su mayoría jóvenes) han optado por buscar empleos en el sector informal, donde carecen de prestaciones económicas y seguridad social. Tan sólo en el último año, más de 533 mil personas se incorporaron a la informalidad, para alcanzar la cifra histórica de 13.4 millones, o 28.7 por ciento de la población ocupada. Además, la cantidad de personas que dejaron de buscar empleo pero que se encuentran disponibles para trabajar creció en 467 mil durante el último año, para alcanzar 6.1 millones de personas. Hoy, el país cuenta con más de 25 millones de personas en situación de alta vulnerabilidad al no contar con ingresos estables, ya sea por estar desempleados (incluyendo a los que no buscan empleos pero están disponibles), subocupados, o trabajando en el sector informal; esto equivale a alrededor de la mitad de la población económicamente activa.
Cincuenta por ciento de los mexicanos en edad y condición de laborar se encuentra en las condiciones descritas por la Cámara de Diputados, pero Javier Lozano se dice
satisfechocon sus
logrosal frente de la Secretaría del Trabajo. Seguirá dañando al país, pero ahora desde el Senado de la República. Todo un triunfo de la
democracia
Las rebanadas del pastel
Más que risas y choteo debe provocar preocupación la cantidad de disparates que los políticos dicen (y hacen) por segundo. Y no se limitan al abierto desconocimiento de libros y autores (caso concreto Enrique Peña Nieto, Ernesto Cordero, Josefina Vázquez Mota –también Mario Delgado, el delfín de Marcelo para el Distrito Federal– y los que se acumulen), sino de la delicada realidad nacional. Se supone que de esa bola de burros saldrá la siguiente tanda de
gobernantes.
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