Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 20 de diciembre de 2011

Lo que pasa en Europa es para «preocupar a todo el mundo»: FMI- ¿Se pierde una oportunidad?-


Países de la región inyectan 150 mil millones de euros al banco
El próximo año habrá más presión de los mercados hacia la región: Draghi
La moneda única, una balsa a punto de hundirse, señala Strauss-Kahn
Aprueban la entrega de 2 mil 900 millones para el rescate de Portugal
Reino Unido se niega a aportar; la UE llama a aumentar la capacidad del organismo
Dará Europa 150 mil millones de euros al FMI para rescates
Anuncia Fitch que evalúa recortar nota AAA a la deuda del Banco Europeo de Inversiones
Christine Lagarde advierte que la crisis pone en riesgo a todas las economías del mundo
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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, dijo ayer no tener dudas sobre la fuerza y permanencia del euroFoto Reuters
Afp, Dpa, Notimex y Reuters
Periódico La Jornada
Martes 20 de diciembre de 2011, p. 17
Bruselas, 19 de diciembre. Los países de la eurozona acordaron reforzar al Fondo Monetario Internacional (FMI) con 150 mil millones de euros para ayudar a las economías más frágiles de la unión.
Logramos recaudar 150 mil millones de euros y estamos en espera de otros 50 mil millones que podrían ser otorgados por otros países, aseguró un diplomático al final de una teleconferencia de ministros.
Reino Unido se desmarcó de la iniciativa para, según lo establecido en la cumbre de la Unión Europea (UE) de este mes, entregar 200 mil millones al FMI, informó la agencia de noticias británica PA tras la teleconferencia.
El ministro de Finanzas británico, George Osborne, logró que dicha aportación no aparezca más en la declaración sobre la teleconferencia, indicó la agencia antes de difundir el documento. Se trata del segundo no de Reino Unido después de que bloqueó la reforma al tratado de la UE.
La UE hizo un llamado al resto del mundo a que contribuya a aumentar la capacidad del FMI, con miras a que disponga de medios con qué ayudar a la eurozona. El Banco Central Europeo (BCE) afirmó que la estabilidad financiera de la unión se encuentra en el mismo peligro que en el momento de la quiebra de Lehman Brothers, en 2008.
El presidente del BCE, Mario Draghi, dijo no tener dudas sobre la fuerza y permanencia del euro, durante una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, pero aclaró que el futuro de la moneda no depende del BCE.
A quienes creen que el BCE debe intervenir más comprando deuda de países amenazados, expresó: Eso lo prohíben los tratados.
La calificadora Fitch evalúa recortar la nota AAA de la deuda del Banco Europeo de Inversiones (BIE). Anunció que colocó la nota bajo vigilancia, luego de haber puesto el viernes en la misma situación las obligaciones de seis países de la zona: España, Italia, Bélgica, Eslovenia, Chipre e Irlanda.
Una caída de la calificación de España, uno de los mayores accionistas del BIE, con 9.7 por ciento de capital accesible, tendría el impacto más fuerte, señaló Fitch. Las calificadoras Standard and Poor’s y Moody’s degradaron la nota de la región española de Valencia, a causa de sus crecientes dificultades para financiarse, en momentos en que un gran endeudamiento de las regiones autónomas del país sigue inquietando a los mercados.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, afirmó que la crisis europea supone un riesgo para todas las economías del mundo. Lo que está ocurriendo en economías desarrolladas, particularmente en Europa, es una preocupación para cualquiera en todo el planeta, añadió durante un encuentro con el presidente del Senado nigeriano, David Mark, en su primera visita a un país africano desde que asumió la presidencia del fondo.
En tanto, en Washington se informó que el FMI anunció la aprobación de 2 mil 900 millones de euros para Portugal, lo que constituye la tercera etapa del préstamo de rescate de 28 mil millones aprobado en mayo. La severidad de la crisis y la dificultad de los europeos para sortear la crisis creará una onda expansiva a todas las economías, dijo Lagarde.
Más presión en 2012: Draghi
Mario Draghi aseveró que la presión del mercado de bonos sobre la zona euro será muy significativa en el primer trimestre del año próximo. Recordó que en el primer trimestre de 2012 vencerán cerca de 230 mil millones de euros en bonos bancarios y entre 250 mil y 300 mil millones en bonos de gobiernos, a lo que se agregan más de 200 mil millones en obligaciones garantizadas para el transcurso del año.
En Berlín, el Ministerio de Finanzas comunicó que no es muy probable que el país pague toda su contribución al fondo de rescate permanente de la zona en 2012. Los líderes europeos acordaron la semana pasada adelantar un año el lanzamiento del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) para mediados de 2012, recordó Schaeuble al Rheinische Post. Agregó que el pago de la totalidad de la contribución alemana podría crear confianza. El Bundesbank corrigió a la baja sus pronósticos de crecimiento para la economía alemana en 2012; el PIB crecería 0.6 por ciento, declaró.
En Pekín, el ex jefe del FMI Dominique Strauss-Kahn regresó a la vida pública al participar en un foro económico, en el cual comparó la zona euro y la moneda única con una balsa a punto de hundirse. Luego de más de siete meses de conflictos personales, que lo obligaron a abandonar su carrera política, escogió una conferencia sobre economía para recuperar su estatus de especialista en macroeconomía, logrado gracias a su experiencia como máximo responsable del Fondo Monetario Internacional.
Vemos a los países europeos pasar de un plan (de rescate) a otro, de una cumbre vista como la última oportunidad a otra, sin admitir las pérdidas, sin permitir una reactivación del crecimiento y fracasando en recuperar la confianza, señaló Strauss Kahn.

¿Se pierde una oportunidad?
Ana María Aragonés
Chile, Colombia, México y Perú están avanzando hacia una posible integración profunda de sus economías y convertirse en el motor del desarrollo de América Latina. A partir de la segunda Cumbre de la Alianza del Pacífico, celebrada en Mérida, acordaron conformar una zona de libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, y fijaron un plazo de seis meses para que sus gobernantes firmaran el tratado constitutivo de la Alianza del Pacífico, que se llevará a cabo en junio próximo en Chile.
La idea parece muy interesante, pues por primera vez México podrá finalmente adoptar un tratado en el que no sólo se muevan libremente las mercancías y los capitales, sino también las personas. Aspiración que fue totalmente imposible de lograr con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con Estados Unidos y Canadá, por más que se solicitó que se firmara un acuerdo paralelo que incluyera precisamente a los trabajadores migratorios. Pero quizá lo más importante fue la enorme asimetría que existía entre México y sus socios comerciales, que auguraba un futuro nefasto para nuestro país, y que se ha cumplido en la medida en que la asimetría, después de 17 años, se ha mantenido.
Recordemos que una de las ideas centrales que movió a la firma del TLCAN fue que se reducirían los flujos migratorios y se incrementaría la exportación de los productos mexicanos. Lo cual resultó una falacia, pues no se cuidó la dieta básica de los mexicanos, se puso en riesgo la seguridad alimentaria y cada vez se importa mayor cantidad de productos agrícolas. La devastación del campo dio lugar a un extraordinario flujo migratorio, campesinos que son utilizados como mano de obra barata por Estados Unidos y le permite mantener la competitividad de sus productos agrícolas, pero ha supuesto una enorme pérdida para México.
Sin embargo, si bien ésta ha sido la experiencia con el TLCAN, lo que llama la atención es que la Alianza del Pacífico entre México, Chile, Colombia y Perú, presente problemas, y serios, ante la negativa de Felipe Calderón para aceptar el libre movimiento de las personas. Calderón acepta otorgar tarjetas especiales a viajeros de negocios, pero no quiere cancelar las visas exigidas a los ciudadanos de esos países, pues señala que su gobierno tiene muchísima presión al ser país de tránsito hacia Estados Unidos (La Jornada, 5/12/11) y propone analizarlo en febrero o marzo cuando se lleve a cabo una cumbre virtual entre los presidentes de la región. Pero, tal como señala el canciller peruano, quien estuvo en nombre del presidente Ollanta Humala, si no hay libre tránsito, esta alianza será poco profunda.
Se trata de una posición realmente poco comprensible, en la medida en que justamente ese fue el problema que México tuvo con el TLCAN, que produjo el enorme incremento de trabajadores y además el mantenimiento de las diferencias salariales que beneficia básicamente al país receptor. Lo que se pone de manifiesto es la falta de soberanía del gobierno para decidir por sí mismo lo que conviene al país, y actúa en función de lo que conviene al país vecino. También preocupa que en México se sigue criminalizando la migración, en la medida en que es la Secretaría de Gobernación quien se encarga de tales asuntos, a pesar de las graves consecuencias que se han vivido con el Instituto Nacional de Migración y no acepta la sugerencia del presidente de Colombia, en el sentido de que quite la responsabilidad migratoria a los servicios de inteligencia y se los entregue a la cancillería.
¿Podría suponerse que la principal negación de México para eliminar la visa de los países de la alianza es que utilizarían el acuerdo como trampolín para migrar a Estados Unidos? Esto sería un asunto muy debatible, sobre todo si analizamos algunos datos sobre flujos migratorios. Entre los años 2005-2010 la migración neta en México fue de 361 mil personas, en Perú fue de 145 mil, Chile 24 mil y Colombia 6 mil personas.
Si bien la Unión Europea está presentando graves problemas, esto no desvirtuaría la necesidad de la integración regional latinoamericana. El ejemplo del Mercosur hay que tomarlo en cuenta. Conformado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay ha podido afrontar la crisis con bastante éxito, y ha sido menos intensa que la vivida por otros países latinoamericanos y, por supuesto, que las mismas economías desarrolladas. En 2009 pudo incrementar su superavit comercial gracias a la mejoraría de los saldos intra-Mercosur y por su política fiscal. La mayoría de los países optaron por reducciones de impuestos, se aumentaron los subsidios al sector productivo tanto de bienes como de servicios, se implementaron políticas comerciales a fin de desalentar las importaciones, y se promovieron las exportaciones. En cambio México, atado a Estados Unidos, vivió una profunda crisis que lo llevó a una contracción de 8 por ciento entre 2008-2009.
Ojalá que México siga pensando en la necesidad de buscar una integración regional con países latinoamericanos cuyo objetivo sea la promoción del desarrollo económico, tema que fue ignorado por el Consenso de Washington, que sólo buscó la estabilidad macroeconómica y ha llevado al país a mantener una política industrial maquiladora con graves repercusiones para el desarrollo, con empleos mal pagados, que generan poco valor agregado, etcétera.
México no puede volver a equivocarse y debe, ahora más que nunca aprovechar las oportunidades.
Guerra financiera, desastre planetario
José Blanco
La guerra financiera ha trepado un escalón tan significativo, que puede ser el banderazo de un desastre de magnitud desconocida para todo el planeta.
Un recuento: el resultado más estridente de la cumbre de Bruselas de los pasados 8 y 9 de diciembre, fue el autoaislamiento de Gran Bretaña, respecto de la Unión Europea (UE). Entre los acuerdos para una nueva Europa, está tener una cumbre cada mes para seguir el desarrollo de los acontecimientos y gestionar la creación de los nuevos tratados. Serán cumbres borrascosas.
Los gestos falsos expresados en inverosímiles declaraciones entre Cameron y Merkel de que se necesitan mutuamente, que siguieron a la cumbre de Bruselas, no ocultan que detrás del premier británico, está la City, y detrás o junto a ella, Wall Street. Parece truculento, pero los hechos de fondo parecen mostrar el avieso propósito de la City y Wall Street de acabar con la eurozona a la brevedad. Los gobernantes de los 17 miembros de la eurozona, por su parte, son sus mejores aliados: al tiempo que hacen un gesto de independencia frente a Wall Street y la City, cooperan a su propio derrumbe mediante sus nuevos tratados y políticas.
Lejos de avanzar en acuerdos para todos convenientes, ha comenzado una guerra financiera a la luz del día. La primera bomba de fragmentación la lanzó la agencia de calificación Standard & Poor’s (S&P) que, antes de que iniciara la cumbre de Bruselas, advirtió a la zona euro de una perspectiva negativa, amenazándoles con perder la calidad crediticia máxima de triple A; y esta vez no se refería solamente a la periferia derrochadora del sur, sino que incluía a Francia y Alemania, núcleo duro de la UE y de la eurozona.
Merkel y Sarkozy propusieron una reforma de los tratados de la UE, no sólo para la zona euro. Esta reforma –dicen– incluye unos controles estrictos de la operación de los bancos (aún no se conocen las medidas en sus detalles precisos), y una centralización y supervisión de la política fiscal coordinada de la UE. Cameron, desde luego, no formando parte de la zona euro, no aceptó acatar unos nuevos tratados que incluyeran a los bancos de Gran Bretaña y una política que afectara su actual soberanía fiscal. En el fondo, hace tiempo que la City es vista por muchos países de la UE como un paraíso fiscal que, como todos los paraísos, ha sido parte activa y decisiva en la gran crisis financiera que fue convertida en deuda soberana, y brutales programas de ajuste.
S&P aún no se decidía, hasta el fin de la semana pasada, a poner en acto sus amenazas, pero el gobierno francés parece haber asumido que la agencia procederá; tanto así que el pasado viernes el gobernador del Banco Central de Francia y consejero del Banco Central Europeo, Christian Noyer, lanzó duras críticas contra las agencias, y en un gesto indignado, lanzó metralla contra Reino Unido: Las agencias deberían empezar por degradar la triple A de Gran Bretaña; ellos tienen déficit más altos, más deuda, más inflación, menos crecimiento que nosotros y su crédito se está encogiendo; y terminó descubriendo el agua tibia: Las agencias se han convertido, francamente, en incomprensibles e irracionales, dijo Noyer. Lanzan amenazas aunque los estados (europeos) hayan tomado decisiones fuertes y positivas..., y sugirió motivaciones políticas al afirmar que la rebaja (de Francia) no parece justificarse en fundamentos económicos.
Apareció entonces Moddy’s, cómplice de S&P en las bajas maniobras de hundir países profundizando sus crisis al hacerles pagar cada vez más caras sus deudas, diciendo que quizá deban bajar no uno sino dos escalones la deuda de Francia. En tanto, Gran Bretaña continuaría enarbolando su triple A, porque las agencias mandan.
Noyer atacó a Londres en conocimiento de que, durante el tradicional desayuno de la mayoría conservadora francesa de los martes, Sarkozy volvió a atacar al premier, a quien acusó de haberse comportado en Bruselas como un niño testarudo, con una sola obsesión: proteger a la City, que quiere seguir actuando como un paraíso fiscal.
Una contrarrespuesta inmediata provino de la agencia Moody’s que rebajó dos lugares la nota de Bélgica, mientras Fitch anunció su intención de rebajar la de seis países europeos, incluidos Francia, Italia y España.
El barco en que todos navegamos se tambalea. Merkel ha dicho que superar esta crisis llevará muchos años, pero sin duda serán muchos más ayudados por las calificadoras, a las que los gobiernos europeos, aunque pataleen, continúan subordinados.
Está pendiente el impacto de las cada vez más frecuentes y numerosas expresiones de inconformidad de ocupas e indignados que pronto pueden volverse rebeliones que obliguen a una transformación radical de las instituciones que por hoy no gobiernan la economía mundial.
Entre tanto, la desunión europea continúa. El primer borrador de los nuevos tratados (disciplina presupuestaria y la coordinación económica obligatoria) establece que el texto entrará en vigor en cuanto nueve estados de la zona euro lo hayan ratificado. Las negociaciones terminarán el próximo 1º de marzo. Será entonces la última reunión de la UE que apenas en diciembre de 2007 se soñaba la economía del conocimiento más competitiva y dinámica del mundo antes de 2010. Ahora han construido un acuerdo darwiniano para que sobrevivan los más fuertes. Adiós, UE.

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