Medicamentos piratas, en farmacias
Autor: Ana Lilia Pérez
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Sección: Salud
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El 20 por ciento de los medicamentos que se comercializan en México son apócrifos. Fármacos como el viagra, analgésicos, antihistamínicos, medicamentos para la hipertensión, contra el cáncer y el Sida son los más falsificados. Los que combaten la disfunción eréctil tienen tanta demanda que por cada original se vende uno pirata. Su distribución se da lo mismo en puestos callejeros y mercados, que en farmacias legalmente establecidas, lo que constituye un grave problema de salud pública
Más del 10 por ciento de las mercancías que se venden en el mundo son apócrifas, una gran parte se manufactura en México, que, de acuerdo con la Asociación Internacional de la Propiedad Intelectual, ocupa el cuarto lugar en producción y comercialización de piratería, sólo después de China, Rusia e Italia. Ese lugar revela que cada vez más mexicanos consumen artículos apócrifos, sin embargo, su consumo no siempre es tan inocuo. Hay ocasiones en que la piratería sí mata; ése es el riesgo de consumir medicamentos apócrifos.
La comercialización de medicamentos falsos es global y representa el 10 por ciento de la farmacéutica mundial. Se ha convertido en un negocio tan redituable que internacionalmente genera ganancias anuales por más de 2 mil millones de dólares, de acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, cifra conservadora pues el Center for Medicine in the Public Interest, considera que son 75 mil millones de dólares anuales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica a México entre los principales países productores y comercializadores de medicamentos apócrifos, junto con China, Rusia, India, Brasil y Perú. El país no sólo produce los fármacos piratas para el mercado interno, sino para el extranjero. También llegan de contrabando al mercado mexicano medicamentos apócrifos manufacturados en Asia, Estados Unidos y Centroamérica.
La OMS indica que más del 10 por ciento de los medicamentos que se comercializan en el mundo son falsos, pero en el caso de México, en los últimos años el mercado negro ha tenido un crecimiento exponencial que duplica la media mundial. “La cifra se ha incrementado y estaríamos como en un 20 por ciento de productos falsificados”, revela la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en voz de la directora de Supervisión y Vigilancia Sanitaria, Carolina Jaramillo Flores.
En el país los fármacos piratasse producen en pequeños laboratorios clandestinos, viviendas o bodegas. La Procuraduría General de la República (PGR) identifica a Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Estado de México, Distrito Federal, Nuevo León, Puebla, Tamaulipas y Yucatán como las entidades con mayor manufactura y comercio de fármacos apócrifos.
Los pirateados
El desabasto de medicamentos en el sistema de salud pública, la falta de cobertura médica de millones de mexicanos, la crisis económica, los altos costos de algunos fármacos y la tendencia de la población a automedicarse son factores que inciden en la adquisición de medicamentos en el mercado negro.
La aspirina, el viagra, levitra y cialis, medicamentos contra el cáncer, el VIH, el colesterol, los antibióticos, digestivos son los más falsificados, conforme se infiere por las incautaciones que realizan la Cofepris y la PGR.
De acuerdo con la Procuraduría, también son sujetos de falsificación medicamentos contra el colesterol como la atorvastatina cálcica, que el laboratorio farmacéutico Pfizer comercializa como el medicamento Lipitor, uno de los que registra una alta incidencia de falsificación, debido a su alto costo. Otros como el Procrit, un fármaco para tratar el cáncer, de los laboratorios Johnson & Johnson. También el Serostim, que se utiliza para contrarrestar el Sida.
En Iztapalapa, un laboratorio clandestino producía supuestos medicamentos de la empresa multinacional Novartis para la piel. Allí mismo se imprimían los empaques, etiquetas, hologramas y códigos de seguridad.
En enero de 2011, en Celaya, Guanajutato se descubrió un laboratorio que bajo el nombre de Ireri Andessi, SA de CV, elaboraba medicamentos y vitaminas sin los permisos correspondientes.
Los medicamentos pirata son en apariencia similar a los originales. Se trata de auténticos clones de éstos: impresión perfecta en las cajas, hologramas, sellos, códigos de seguridad e instructivos, incluso algunos en varios idiomas. A simple vista es imposible detectar que son falsos. Su precio es menor al autorizado y de acuerdo con el punto de venta, haría dudar de su autenticidad. Lo más grave es que se comercializan en establecimientos formales.
El director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica, Rafael Gual Cosío, indica que “desgraciadamente, el consumidor ignora que lo que está consumiendo son en su mayoría medicamentos falsos, que en el mejor de los casos pueden ser inocuos o con dosis muy bajas de la sustancia activa, pero otros que también pueden provocarle la muerte”. Añade que “ya de por sí el paciente está en una situación vulnerable, y si se va a tomar el medicamento es porque espera una mejora, pero resulta que al estar más vulnerable su organismo recibe una sustancia que lejos de hacerle bien le hace daño, esto es una condición criminal. Si a eso se le suma que el paciente no tiene la posibiidad a simple vista de determinar que se trata de un producto falsificado o no, como si puede identificar otros productos pirata, como una playera o un disco, en el caso de los medicamentos está confiado de que sea real”. Por ello, la falsificación de medicamentos debe considerarse como un crimen de lesa humanidad”.
Azúcar, talco, harina, sustancias químicas diversas o dosis muy bajas de la sustancia activa real son los ingredientes con los que los laboratorios clandestinos elaboran los medicamentos apócrifos. Aunque muchos ingredientes parecen inocuos, el hecho de que un enfermo suponga que está tomando un medicamento, pero en realidad no es así, evidentemente atenta contra su salud.
Carolina Jaramillo, de la Cofepris, comenta que “si tu recurres a un medicamento para aliviar un mal y resulta que estás comprando [uno falso] o tiene el principio activo o lo tiene en menor cantidad, o tiene otro principio, pues obviamente te va a generar problemas de salud mucho más graves que los que ya tienes”. Cita el caso de los fármacos oncológicos, “en donde el daño que ese medicamento puede causar es muy grave porque personas con cáncer están buscando medicamentos que son muy caros y se están enfrentando al hecho de que son falsos, y si los toman el daño no sólo es económico sino que no se está combatiendo el riesgo y eso es sumamente grave”.
Farmacias virtuales, foco rojo
Pfizer Seguridad Global, área de investigación de los laboratorios Pfizer identifica como factores que han contribuido al crecimiento exponencial del mercado negro de medicamentos: “La creciente participación de mayoristas y reempaquetadores en la cadena de suministro de medicamentos sin la regulación adecuada”, los avances tecnológicos que utilizan los falsificadores, y la proliferación de farmacias en internet.
En la última década, internet se convirtió en un mercado virtual donde los compradores pueden adquirir casi cualquier fármaco –inclusive los de uso restringido– sin receta y a bajo costo; en su gran mayoría son productos piratas. La OMS identifica las farmacias virtuales como la vía donde se comercializa el 50 por ciento de la producción mundial de medicamentos piratas. La estimación coincide con la del Laboratorio Central de Análisis de Falsificación del Instituto de Seguridad Farmacéutica Data, laboratorio europeo dedicado a rastrear en todo el mundo los laboratorios clandestinos de fármacos.
Ante la proliferación de farmacias virtuales, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol, por su sigla en inglés) inició en 2010 la Operación Pangea, para cerrar los sitios web que ofertan medicamentos falsos. Actualmente, el operativo se aplica en 81 países. Como parte de éste, bajo el lema “no sea su propio asesino”, se alerta a los consumidores de fármacos a no adquirirlos vía internet.
Para el caso de México, el internet también es el principal centro de comercialización de medicamentos falsos, de acuerdo con la Cofepris. Hay más de 3 mil farmacias virtuales que operan en México y ofrecen envíos también fuera del país. La otra parte se vende en tianguis, mercados, puestos ambulantes, o incluso al interior del Sistema de Transporte Colectivo Metro donde se ofertan a precios de ganga; y después las farmacias establecidas.
En farmacias, productos pirata
El que los fármacos pirata se comercialicen en farmacias legalmente establecidas es una muestra de “que el sector de falsificación está ya teniendo su negocio en cadenas de distribución formales”, alerta Carolina Jaramillo, representante de la Cofepris.
Casos representativos son el de una bodega de la calle Isabel La Católica, en pleno centro del Distrito Federal, en donde en 2008 se encontraron 506 dosis de Cialis apócrifas que abastecería a farmacias de la zona. También el de diversas farmacias en la ciudad de Mérida, en las cuales, en octubre de 2009, la Cofepris halló medicamentos piratas en siete establecimientos; en noviembre, en otras 15 farmacias que vendían Neomelubrina y Cialis falsos.
En la delegación Gustavo A Madero un laboratorio clandestino producía paracetamol y otros comprimidos, artículos de laboratorio y de higiene médica, todo apócrifos.
Jaramillo Flores explica que esta comercialización se da también en establecimientos formales en Michoacán y particularmente en Jalisco.
Las incautaciones develan que la comercialización de dosis pirata en circuitos legales se ha generalizado. En Veracruz, por ejemplo, en junio de 2010, de dos establecimientos de otra cadena de farmacias la Policía Federal sacó un lote de medicamentos supuestamente apócrifos.
El cálculo global es que el 1 por ciento de los medicamentos pirata se comercializan en farmacias, aunque la representante de la Cofepris indica que en realidad es muy difícil tener mayor certeza de las estimaciones ya que las mismas farmacias pueden haber adquirido el producto sin tener conocimiento de su condición.
“Lamentablemente no en todos los casos las farmacias podrán reconocer cuando un medicamento fue falsificado o no. Identificar un producto así puede ser de mucha dificultad. La falsificación se puede dar desde el empaque de éste hasta la formulación. En muchas ocasiones se produce el medicamento y se empaca en cajas originales, y si eso llega a una farmacia formal, ésta no lo va a reconocer.”
La manera en la que se comprueban esos casos es “cuando los propios laboratorios fabricantes que hacen un monitoreo en los mercados, o por denuncias de fabricantes en donde el producto no funcionó o le hablan a reclamar al fabricante, ellos hacen una investigación, la llevan a sus propios laboratorios para que hagan análisis y reconozcan si su propio producto era original o no”.
El Santuario
También hay zonas en México donde, la autoridad y los compradores tienen conocimiento de que los medicamentos piratas se comercializan abiertamente en locales formalmente establecidos, y que en dichas zonas se manufacturan. Tal es el caso de El Santuario, en Guadalajara, Jalisco, área en donde desde hace varios años es una meca de manufactura, distribución y venta de fármacos falsos.
Desde los más comunes como los analgésicos, antibióticos, hasta fármacos como el Tienam o Cosmogen (utilizados en el tratamiento contra el VIH) cuyo costo oscila en los 8 mil pesos. O los que son contra el cáncer que también se ubican entre los más caros.
Pirateados a partir de las muestras gratuitas que los grandes laboratorios destinan al sector salud, cuya venta está “totalmente prohibida” tal cual reza la leyenda inscrita en cada una de esas muestras.
Invariablemente, en cada operativo que en esta zona se hace se encuentran grandes porcentajes de fármacos falsos. Algunos ejemplos: en septiembre de 2009, en 12 fincas de El Santuario se encontraron pastillas de Viagra pirata. En otra se hallaron medicamentos apócrifos y mariguana (AP/PGR/JAL/AG2/M4/5503/2009).
En marzo de 2010, en 46 establecimientos se incautaron 25 toneladas de medicamentos caducos y apócrifos; después 20 en 41 domicilios y farmacias; en abril, 20 toneladas en 51 locales, que incluían caducos y muestras médicas cuya comercialización está prohibida. En julio, cinco toneladas en 59 establecimientos. En octubre, 500 piezas de medicamentos caducos o adulterados en cuatro locales.
Farmacia tras farmacia ofertan medicamentos falsos que se compran y venden a plena luz del día. El problema, explica Carolina Jaramillo, es que la Cofepris o la autoridad local sólo pueden hacer suspensiones temporales.
Las falsificaciones que se elaboran en El Santuario no conocen fronteras: medicamentos alópatas, homeópatas y hasta naturistas allí se producen.
En 2007, se encontró un laboratorio que hacía té medicinal naturista al piratear una marca reconocida, pero en realidad utilizaba yerbas no aptas para el consumo humano, de acuerdo con la denuncia penal DPE/1566/07 abierta ante la delegación estatal de la PGR en Guadalajara.
Y en estos eslabones de distribución se hallan también cadenas de farmacias. En Guadalajara, en septiembre de 2010, seis establecimientos de una cadena farmacéutica fueron clausurados por vender medicamentos apócrifos contra el cáncer.
Hospitales privados, compradores
Los hospitales privados son también potenciales compradores del mercado negro de medicamentos tanto apócrifos como caducos. En noviembre de 2006, la PGR detectó una organización criminal asentada tanto en el Distrito Federal como en Guadalajara, que falsificaba medicamentos contra el Sida y cáncer, que comercializaba en hospitales “de prestigio a nivel nacional” y en farmacias formalmente establecidas, a los que surtía también de medicamentos originales pero caducos.
Ese año se encontró otro grupo que recibía los medicamentos falsos en el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, para distribuirlos en hospitales de diversas entidades.
En 2007, la PGR detectó la distribución de fármacos pirata u originales caducos para tratamientos contra el VIH y cáncer, en las zonas de Coyoacán y Tlalpan, ésta última concentra importantes hospitales e institutos de salud del país. En el caso de VIH, para los enfermos consumir antibióticos caducos implica no sólo que no se ataca la enfermedad, sino que los hongos se hacen más resistentes.
Mercados como el de Tepito, es otro de los centros de comercialización de medicamentos pirata de todo tipo que llegan a abastecer a clínicas privadas: desde analgésicos, antibióticos, antidepresivos, hasta implantes cardiacos, de todo puede encontrarse. Se almacenan en inmuebles y bodegas de la colonia Morelos, particularmente.
Las ganancias
El crecimiento exponencial del mercado negro de medicamentos se debe a los amplios márgenes de ganancia que éstos generan.
En México, las ganancias de este negocio ilegal se estiman en unos 1 mil 400 millones de dólares anuales, explica Rafael Gual Cosío, director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica.
Las dosis de medicamentos contra el cáncer o el VIH, por ejemplo, pueden venderse hasta en 3 mil a 5 mil pesos las dosis, aún cuando se trate de medicamentos pirata.
En otros casos no es la ganancia de las dosis sino el volumen global de sus ventas lo que aporta más dinero ilícito. Tal es el caso del Viagra, que por cada dosis real se vende una copia. De manera que, para los falsificadores, el negocio resulta relativo, pues, explica Rafael Gual “lo que hemos encontrado es que les resulta igual falsificar un producto de alto valor que uno de alto volumen y bajo valor”.
Importaciones apócrifas
China e India manufacturan el 60 por ciento de los medicamentos pirata que se comercializan en todo el mundo. Detrás de estas redes de producción, distribución, trasiego y comercialización, está el crimen organizado, registra en su base de información la Interpol, que reconoce producción ilegal en México, Perú, Brasil, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Japón, Colombia y Paraguay.
Las indagatorias de la Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas refieren que una parte de esos medicamentos apócrifos producidos en China ingresan a México por los puertos de Michoacán principalmente, en la ruta Asia-Pacífico. Por la frontera Sur ingresan los que se producen en Centroamérica.
En febrero de 2010, en un tianguis de la colonia Balbuena, en la delegación Venustiano Carranza, se encontraron cientos de dosis de Aspirina, Cartibon, Ulcidin, Melizzin, Cimbys y Fixodent apócrifos, producidos en Guatemala. El analgésico, la vitamina A con aceite de hígado de tiburón, el clorhidrato de ranitidina, el jarabe para la tos, el desparasitante biomolecular y la crema adhesiva para dentaduras, todos pirata, manufacturados en Guatemala y que ingresaron de contrabando por la frontera del Suchiate, se ofertaba a los consumidores entre pilas de ropa, puestos de fruta, cacharros y alimentos de todo tipo.
En marzo pasado, a la aduana de Lázaro Cárdenas llegó un cargamento de 422 mil dosis de sildenafil citrato. Las cajas de viagra pirata estaban empacadas hasta con logotipos y hologramas que a simple vista las hacía parecer como originales (AP/PGR/MICH/LC/O50/2011).
Débil combate
El mercado negro de medicamentos gana terreno, y “se ha convertido en un problema de salud pública, frente a una autoridad que no tiene capacidad para combatirlo”, explica el diputado Antonio Benítez Lucho, secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.
Trámites largos y burocráticos implican cada investigación para comprobar la autenticidad de un sólo fármaco. Las investigaciones oficiales duran por lo menos un año desde que la Cofepris hace la visita de verificación, levanta el acta, obtiene un dictamen sobre ésta y a partir de allí cita a comparecer a los laboratorios fabricantes para que reconozcan o no el producto. Los laboratorios por su parte hacen análisis y depende de los hallazgos si presentan o no las denuncias correspondientes. Generalmente, el consumidor ni se entera de que el producto que consumió era apócrifo.
De acuerdo con Benítez Lucho, el problema se agrava porque las autoridades sanitarias no tienen la capacidad para inspeccionar todos los negocios que comercializan fármacos pirata ni para incautarlos, falta también, indica, mucha investigación para poder identificar los laboratorios clandestinos, “tener una revisión y control muy exhaustivos y profesionales de los laboratorios que pudieran estar establecidos en el país produciendo productos pirata o que no tienen la efectividad necesaria. Pero, la autoridad sanitaria no tiene los suficientes recursos humanos para hacerlo”.
Y frente a esa insuficiencia en el combate oficial de este ilícito, “hay un problema de salud pública muy grave, porque por ignorancia, falta de información, o por precariedad económica la gente consume este tipo de medicamentos sin saber que pone en grave riesgo su vida”.
En el mercado de medicamentos pirata ocurre lo mismo que en el resto de los ilícitos que ocurren en el país: la delincuencia busca una y mil maneras de sacar ventaja. Por ejemplo, la prohibición de la venta de antibióticos sin receta médica, que a partir de 2010 impuso la Secretaría de Salud, fomentó la comercialización de dichos productos en el mercado negro. Oficialmente la Secretaría tomó esta decisión debido a la venta indiscriminada de estos medicamentos, lo cual genera que las personas se hagan resistentes a los mismos; lo que ha sucedido es que ahora las farmacias virtuales, tianguis y mercados son los principales ofertadores de antibióticos “sin receta”.
Muestras médicas, el mercado negroDe acuerdo con denuncias presentadas por diversos laboratorios médicos que operan en México, el asalto a sus representantes se ha incrementado dramáticamente en los últimos meses, atracos en los cuales los delincuentes buscan las muestras médicas que los laboratorios envían periódicamente a los médicos y funcionarios del sector salud público y privado.Las muestras médicas tienen un importante lugar en el mercado negro de medicamentos. Traficadas sobre todo porque el comprador tiene la certeza de que es un fármaco original que puede adquirir a un precio mucho menor.El Distrito Federal, Guadalajara y Morelia son las ciudades donde, de acuerdo con la Procuraduría General de la República (PGR), se registra más incidencia de tráfico y comercialización de muestras médicas.En agosto pasado, en Guadalajara, un hombre llamado Gilberto Zamora montó en un estacionamiento de la zona urbana una farmacia ambulante con sólo muestras médicas: 1 mil 997 cajas de fármacos contra la gastritis, antibióticos, analgésicos, vitaminas, hormonas, medicamentos para la osteoartritis, hipertensión, antiparasitario, antianémico, antihipertensivo, antidepresivos, antiulcerosos, antiespasmodico, para el cáncer, el VIH, medicamentos para contrarestar los efectos de las quimioterapias, jarabes, fármacos contra la obesidad, para la colitis, diabetes, oftálmicos, neuronales, entre otros.Los servicios de paquetería son empleados con regularidad por los traficantes para trasegar muestras de una ciudad a otra.En 2006, en un servicio de paquetería de la colonia Guerreo, la PGR incautó un cargamento de 15 mil muestras de medicamentos antidepresivos y para la epilepsia, AFI/UDODGI/3448/2006.En abril de 2001, en la colonia Tenochtitlán, en la delegación Gustavo A Madero, en dos inmuebles de Norte 86, se encontraron 353 piezas de muestras médicas, y medicamento caduco, 799 piezas de material de curación y dispositivos.
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