Mensaje del C. Martín Esparza Flores Secretario General del Sindicato Mexicano de Electricistas
Compañeras y compañeros
Muy buenas tardes:
En términos del Art. 63 fracción V, de nuestros estatutos, me permito informar de las actividades más sobresalientes del periodo comprendido del 14 de Julio al 14 de Diciembre del año en curso.
Es importante mencionar que de las actividades de cada uno de los miembros del Comité Central y Comisiones Autónomas, se enviarán los respectivos informes a la Secretaría de Educación y Propaganda, para que sean publicados en la Revista Lux.
Hoy, el Sindicato Mexicano de Electricistas cumple 97 años de gloriosa existencia. Y agradezco en esta fecha histórica en que libramos quizá la más dura de nuestras batallas la presencia de todos ustedes.
También de nuestros invitados especiales, de los dirigentes de distintas organizaciones así como de los usuarios que luchan en contra de los cobros abusivos de la CFE. Y de manera especial, nos honra y alienta el día de hoy, la presencia de los familiares de nuestros compañeros en la resistencia y de nuestros 12 presos políticos.
Quiero aprovechar la ocasión para agradecer el apoyo de todas las organizaciones y actores de la vida nacional, que con su ayuda han hecho posible la realización de eventos como el que hoy nos reúne. A todos ellos, nuestro eterno reconocimiento por su inquebrantable solidaridad.
Sean todos bienvenidos a esta Plaza del Monumento a la Revolución, pues estoy seguro que hoy, ésta asamblea será histórica, porque el SME, ¡está más vivo que nunca! .Son ya 97 años de lucha y hoy nada nos detiene
¡Viva nuestro glorioso Sindicato Mexicano de Electricistas¡
Hoy más que nunca, debemos volver los ojos a nuestro pasado. Releer nuestra propia historia para extraer de nuestros antecesores el ejemplo de su casta y su fuerza que permitieron forjar el temple independiente y democrático que ha mantenido y mantendrá de pie la lucha del SME.
Por eso, debemos recordar que hace 97 años, un grupo de valientes trabajadores, cansados de recibir bajos salarios y malos tratos por parte de las empresas extranjeras que controlaban la naciente industria eléctrica en el país, decidieron constituirse, al lado de sus compañeros telefonistas en el “Sindicato de Empleados y Obreros del Ramo Eléctrico”.
Fue así que el 14 de diciembre de 1914, fueron elegidos como Secretario General, Luis R. Ochoa, y como Secretario del Interior, Ernesto Velasco. Días más tarde, el 21 de diciembre, el nombre de la naciente organización cambió por el de Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Vigente, con su glorioso pasado e historia, hasta nuestros días.
Eran aquellos los tiempos en que el país se convulsionaba inmerso en el movimiento revolucionario iniciado en 1910 y acentuado tras el asesinato de Madero; diez días antes del nacimiento del SME, el 4 de diciembre de 1914, el Ejército Libertador del Sur, con Emiliano Zapata a la cabeza, y la División del Norte, comandada por Francisco Villa, se habían encontrado en Xochimilco para establecer su alianza y entrar victoriosos a la ciudad de México, obligando a Venustiano Carranza a replegarse a Veracruz.
El seis de diciembre de aquel glorioso 1914, 50 mil integrantes de ambas bandos revolucionarios desfilaron juntos desde Chapultepec al Zócalo. Por eso podemos afirmar que nuestro sindicato nació a la par de los grandes sucesos nacionales pues desde el primer momento demostró su lucha al lado de las grandes causas sociales, de los trabajadores y del país.
Apenas a un mes de haber visto la luz, el SME inició con los representantes de las entonces empresas telefónicas, la Mexican Telegraph and Telephone y la Ericcson las negociaciones de sus más urgentes demandas como lo eran el aumento de salario, la jornada de ocho horas, el pago de horas extras y la desaparición de los temidos cuerpos de seguridad de las empresas con los que se agredía a los trabajadores.
Las empresas se dijeron dispuestas a negociar pero se negaban a reconocer al SME, buscando a través de las represalias y los despidos, sobre todo contra los miembros de las comisiones negociadoras, acabar con la legítima representación sindical. El estallamiento de la huelga no se hizo esperar y el 25 de marzo de 1915, el SME empezó a dar muestra de la fuerza de sus fundadores. Las peticiones y la lucha también se extendieron a la Mexican Ligth and Power, firma extranjera que como medida de presión no sólo retuvo el sueldo de los trabajadores sindicalizados sino que contrató aprendices con la finalidad de sustituirlos.
El 4 de mayo de 1915, el movimiento de huelga se hizo sentir con mayor fuerza al dejar de funcionar los sistemas de bombeo de aguas negras, el transporte público de tranvías y el servicio eléctrico de la ciudad de México.
El entonces presidente convencionista, Roque Garza, propuso a las partes en conflicto un pacto que consistía en la reintegración de los sueldos a los trabajadores sindicalizados, reinstalación de los despedidos y sanciones a quien maltratara a sus agremiados.
Meses después, en los vaivenes de los bandos en disputa, nuevamente instalado en la ciudad de México, el gobierno de Venustiano Carranza decretó a principios de 1916 la obligación de todos los sindicatos a informar acerca de sus sesiones. El SME se mantuvo como fuerza independiente ignorando los llamados de Carranza.
El gobierno carrancista expidió entonces una medida que le atrajo no sólo el rechazo del aguerrido SME sino de otras organizaciones como la Federación de Sindicatos de Obreros del Distrito Federal al establecer el pago de los salarios mediante el entonces llamado papel moneda “infalsificable” en vez del pago en oro como moneda de circulación corriente, con lo que se aniquilaba de un día para otro el poder adquisitivo de miles de trabajadores.
Como no se llegó a ningún acuerdo surgió nuevamente la amenaza de huelga suspendiendo sus labores las compañías de luz, tranvías y teléfonos. Carranza amenazó a los trabajadores con imponer penas y severos castigos si no regresaban a sus labores en dos días, pero ni así logró amedrentar a quiénes peleaban por el sustento digno de sus familias.
Fue por ello que el 27 de julio 1916, ante la negativa de la Mex- Ligth en la forma de pago a los trabajadores se dio el paro en las plantas eléctricas de Necaxa, Nonoalco, Indianilla y San Lázaro, deteniéndose con ello la actividad de las principales industrias del Distrito Federal, incluyendo la fábrica de municiones del gobierno carrancista.
Esto dio a Carranza la excusa para acusar de traición a los huelguistas, procediendo los militares a ocupar las plantas de Nonoalco, Indianilla y Necaxa, clausurando con lujo de violencia el Salón Star, sede de las oficinas del SME, y arrestando a los comités de huelga y al Secretario General, Ernesto Velasco.
A éste último se le sentenció a muerte, acusado de alta traición y rebeldía, pena que fue conmutada gracias a la presión y el apoyo de las entonces organizaciones hermanas, a 20 años de cárcel, misma que más tarde también fue revocada ante su inocencia, obteniendo su libertad en febrero de 1918.
Por eso, al recordar hoy la fecha histórica del nacimiento de nuestro sindicato, patentizamos nuestro eterno reconocimiento a la lucha encabezada por el compañero Ernesto Velasco que como nuestros compañeros presos políticos de hoy, sufrió en el pasado la represión de un gobierno intolerante y autoritario.
Su ejemplo es y debe ser honrado por los electricistas de hoy y de las generaciones futuras.
Es importante señalar que en septiembre de 1916, a un mes de la huelga y la represión contra los electricistas, al gobierno de Carranza no le quedó otro camino que dar marcha atrás a su decreto y retornar al oro nacional como moneda de pago a los salarios de los trabajadores.
Ese mismo mes, el SME firmaba con la Mexican Ligth and Power el logro de sus demandas planteadas, entre ellas: antigüedad, ajuste de los salarios, incapacidad, servicio médico, indemnización a incapacidades permanentes y el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas y la capacitación personal.
Meses después, el 5 de febrero de 1917, se aprobó, en Querétaro, la Constitución Política vigente hasta nuestros días, y fue un hecho indiscutible que las luchas iniciadas por el Sindicato Mexicano de Electricistas al igual que sus demandas, se vieron reflejadas en el marco jurídico de los derechos laborales plasmados en el artículo 123. Una de ellas: el derecho a huelga, fue impulsado en los hechos por los fundadores de nuestro sindicato.
Años después, con la llegada a la Presidencia del General Lázaro Cárdenas, el primero de diciembre de 1934, el movimiento obrero escribiría uno de sus capítulos más importante en su historia, apoyándose en la cohesión ideológica, de lucha y unidad del SME.
Cómo olvidar que fue el Sindicato Mexicano de Electricistas el convocante a la unidad obrera del país, el 12 de junio de 1935, cuando grupos fascistas alentados por los resabios del callismo intentaron agredir al gobierno cardenista y a las organizaciones sociales del país.
Bajo los auspicios del SME, el 15 de junio de ese año, se constituyó el Comité Nacional de Defensa Proletaria, entre cuyos objetivos primordiales estaba el detener “las amenazas contra los derechos conquistados por los obreros y campesinos”. El frente de apoyo a Cárdenas, propuesto por el SME, permitió al entonces presidente, detener los intentos reaccionarios y fascistas en México.
En 1936, esa alianza del SME con el general Cárdenas se acrisolaría en la histórica huelga encabezada por el entonces compañero Secretario General, Francisco Breña Alvirez. Luego de vencerse el plazo para la revisión del contrato con la Mex-Ligth, el 30 de abril de ese año, los directivos de la empresa mostraron una franca intransigencia a negociar las demandas planteadas por nuestro sindicato.
Tras diversas prórrogas solicitadas por los directivos de la empresa, el SME comunicó el 15 de julio al Presidente Cárdenas sobre las reiteradas dilaciones, notificándole del inminente estallido de la huelga y como hasta la madrugada del día siguiente se mantuvo la negativa a la revisión contractual, el día 16 estalló la huelga, misma que no se levantó sino hasta el 25 de julio en que la empresa firmó la aceptación completa del pliego petitorio.
Pese a que grupos empresariales y de la derecha buscaron presionar al general Cárdenas para obligar a nuestro sindicato a levantar la huelga, el Presidente nunca cedió y se mantuvo respetuoso de nuestro movimiento. Fue este inolvidable movimiento de lucha, uno de los gloriosos episodios que marcaron el fortalecimiento del SME, como una organización sindical sólida e independiente.
Dos años después, el SME nuevamente daría su apoyo total a otra decisión nacionalista, al lado del pueblo de México: la expropiación petrolera, decretada por el general Cárdenas el 18 de marzo de 1938. Los electricistas de entonces, otorgaron sin regateos su solidaridad a los trabajadores petroleros en su lucha contra las compañías extranjeras que intentaron sabotear la histórica medida.
Otra página gloriosa que hoy debemos recordar en el marco de nuestro 97 Aniversario es sin duda la nacionalización de la Industria Eléctrica, anunciada durante el Segundo Informe de Gobierno por el Presidente Adolfo López Mateos y concretada con el apoyo total del SME y del pueblo de México, el 27 de septiembre de 1960.
Al lado de Adolfo López Mateos, desfiló Luis Aguilar Palomino, entonces Secretario General del SME, refrendando al entonces Presidente el apoyo irrestricto de los electricistas para sacar adelante una industria que pasó a ser parte del patrimonio de la nación y, por ende, de todos los mexicanos, adquiriendo el compromiso histórico de defenderla y protegerla como un baluarte para el desarrollo de nuestra economía.
El 11 de octubre del 2009, un gobierno carente de toda vocación nacionalista, decidió dar un golpe artero no sólo a la industria eléctrica nacional sino al combativo SME, al pretender extinguir, por la vía de un ilegal decreto presidencial a Luz y Fuerza del Centro.
De un día para otro, 44 mil trabajadores fuimos lanzados a la calle. La noche anterior a lo que podría calificarse como un claro golpe de estado a las garantías individuales de los electricistas y la soberanía nacional, Felipe Calderón y su Gabinete, hicieron un aparatoso e inusual despliegue de las fuerzas públicas.
Pensaron de forma equivocada que podrían amedrentarnos, que acudiríamos en tropel, seducidos por el espejismo de la zanahoria al asno, a liquidarnos. Se atrevieron a pronosticarnos no más de tres meses de vida.
Sabían que había que desaparecernos para poder entregar a las trasnacionales, a precio de liquidación, toda la infraestructura de la industria eléctrica nacional que a los mexicanos nos llevó décadas levantar así como la fibra óptica y que es patrimonio de la nación. Creyeron ingenuamente que al estar en el poder, la patria les pertenece, que es su propiedad privada.
Pero se equivocaron, pecaron de ignorantes al desconocer en lo absoluto el origen, la historia y las solidas raíces ideológicas del SME.
Y hoy, a más de dos años de la cobarde y brutal acción en nuestra contra, estamos de pie, dando la batalla no sólo por recuperar nuestra fuente de empleo, sino por la defensa de nuestra industria eléctrica que el Presidente López Mateos entregó al pueblo de México hace 51 años.
Y también como ayer, estamos del lado del pueblo, estableciendo una alianza social con la lucha de los usuarios en contra de los excesivos cobros que les endosa arbitrariamente la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Empresa que en manos de los gobiernos panistas ha terminado por desvirtuar los objetivos nacionalistas con que fue creada por el Presidente Lázaro Cárdenas el 20 de enero de 1934. En todo el país se han recopilado más de 2 millones de quejas, por altos cobros a la población de escasos recursos, en contra de la mal llamada “Empresa de Clase Mundial”.
Desde aquí le decimos hoy a éste gobierno de derecha, acostumbrado a los dobles discursos y a no respetar los acuerdos de sus mesas de negociación, que no se puede suprimir la esperanza de los 16 mil 599 electricistas en resistencia, ni la de millones de mexicanos, por decreto.
Su cuenta regresiva del gobierno de Calderón ha comenzado y el SME está más vivo y actuante que nunca.
Que lo escuchen los panistas en el marco de nuestro 97 Aniversario: ¡El SME se queda, y ellos con Calderón se van¡
Nuestra fuerza histórica, que se nutrió de las grandes decisiones nacionales, nos alienta a defender a nuestra industria eléctrica, hoy puesta en manos de empresas extranjeras.
Por eso, en el marco de tan importante celebración, el SME exige a Felipe Calderón y sus funcionarios que dejen de dar vueltas y vueltas en el carrusel de sus contradicciones y, por el bien de la nación, pongan los pies en el terreno de la institucionalidad, respetando sus propios acuerdos.
En septiembre pasado, y actuando con responsabilidad, decidimos levantar el plantón que mantuvimos en el Zócalo. Aceptamos dialogar en la Secretaría de Gobernación para sentar las bases de una mesa de negociación donde, al más alto nivel, se buscaran soluciones definitivas al conflicto derivado de la extinción de Luz y Fuerza. Se estableció una agenda y se acordaron plazos.
Pero mientras Calderón da una instrucción a sus funcionarios, él mismo se encarga de cercenar la vía del diálogo para la construcción de acuerdos con el SME.
El pasado día ocho, en Monterrey, “El Presidente del Desempleo”, dijo con todo cinismo y el más grande de los desparpajos, que una de las más grandes reformas estructurales de su gobierno, fue la extinción de Luz y Fuerza del Centro, que truncó el proyecto de vida de 44 mil trabajadores, 22 mil jubilados y de sus familias. Y con mucho orgullo dice: lo hice sin que pasara por el Congreso de la Unión.
Como un consumado demagogo, volvió a responsabilizar al SME de la supuesta inoperancia del organismo público. Y mintiendo a la nación, de nuevo echó mano del gastado sofisma de que el país se ha ahorrado 50 mil millones de pesos anuales con la, según él, dolorosa pero necesaria medida.
Tras leer tan endebles argumentos que la realidad refuta todos los días, debemos preguntarnos todos los mexicanos:
¿En manos de quién están las riendas del país?
¿Por qué no dice Calderón que esos recursos eran para pagar los subsidios de las tarifas eléctricas?
¿Por qué habla de inoperancias de los trabajadores electricistas cuando sabe perfectamente que el déficit financiero de Luz y Fuerza del Centro era por comprar a CFE la energía eléctrica a altos costos?
¿Por qué no comenta de los cobros excesivos que ahora CFE impone a la gente de escasos recursos?
¿Por qué nada dice de la terrible corrupción de la CFE por parte del señor de los yates, los ferraris, y los sobornos en millones de dólares cometidos por el hoy prófugo, Néstor Moreno Díaz?
¿Por qué no le explica al pueblo sobre las fechorías cometidas por el ex director de CFE, Alfredo Elias Ayub que duró 11 años al frente de la paraestatal y que lo mismo sirvió a los gobiernos de Zedillo, de Fox, y ahora al de él?
¿Por qué tampoco habla del corrupto ex director de Luz y Fuerza, Jorge Gutiérrez Vera a quien él lo nombró en el cargo?
¿Por qué Calderón nunca se refiere a los cientos de explosiones de las mal llamadas Mufas, en el primer cuadro de la ciudad?
¿Por qué no menciona la falta de pericia del personal de las empresas contratistas de CFE?
¿Por qué no habla de las decenas de accidentes mortales?
¿Por qué no le dice al pueblo de México que la mitad de la energía qué se genera en el país la producen firmas extranjeras a las que CFE les compra de forma obligada la electricidad a elevados precios?
¿Por qué no habla de la traición que él y sus funcionarios están cometiendo a la patria al entregar la industria eléctrica a las trasnacionales?
Y lo más grave y delicado a reflexionar, es: ¿A dónde se dirige un país con un Presidente que no respeta la Constitución, los Tratados Internacionales, nuestras leyes, los derechos humanos y mucho menos los derechos laborales?
Un ejemplo de esta violación a los derechos humanos se dio hace apenas dos días cuando fueron asesinados en forma artera, dos estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, en Guerrero, por el sólo hecho de manifestarse.
En la brutal represión donde murieron Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, participaron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Federal. Desde aquí enviamos a nombre de nuestra organización nuestro más sentido pésame a sus familias y exigimos el castigo a los responsables de este indignante hecho.
En consecuencia, debemos preguntarnos: ¿Qué nos espera de un gobierno que si no respeta la vida, menos respeta los derechos humanos, y por supuesto los derechos laborales de millones de trabajadores?
Por eso, si creen que con engaños van a acabar con nosotros, que van a minar nuestra paciencia y nuestro movimiento de resistencia, se equivocan nuevamente.
Aquí estamos y aquí seguiremos luchando por recuperar nuestros empleos, por la defensa de nuestro contrato colectivo de trabajo, por la defensa de la industria eléctrica nacional y la libertad de nuestros presos políticos.
Por eso, hoy les informamos, compañeros, que la lucha del SME ha sido también por la defensa de nuestro Contrato Colectivo de Trabajo. En ningún tribunal hay una sentencia en nuestra contra, por lo cual nuestras relaciones colectivas de trabajo siguen vigentes.
Y aunque haya ilusos del gobierno y agoreros que digan lo contrario.
¡El SME, compañeros, sigue vivo¡
También vigente está en el Congreso nuestra iniciativa de ley tendiente a la creación de una nueva empresa en la zona centro del país. Pese a sus intentos, los panistas no pudieron desecharla como lo hicieron con muchas otras, por lo que nuestra propuesta en San Lázaro está lista para ser discutida en el Pleno de la Cámara de Diputados en el próximo periodo de sesiones.
Los panistas ya se van pero nuestra iniciativa se queda firme porque es una propuesta nacionalista que busca mejorar la calidad en el servicio del centro del país y defender a los usuarios.
Por eso, hoy a 97 años, sabemos que nos asiste la razón y que nuestro compromiso con nuestra propia historia y con la del país, son nuestra fuerza y aliciente para seguir adelante.
Hoy, el SME cumple 97 años de existencia. Y llegará a los cien, y muchos más, pero eso ya no lo verán quiénes soñaron con vernos extintos.
¡Porque el SME se queda, pero Calderón y los panistas se van¡
¡Viva la Resistencia!
¡Vivan Nuestros Presos Políticos!
¡Viva nuestro glorioso Sindicato Mexicano de Electricistas¡
¡Viva México¡
Muchas Gracias
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