Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 24 de octubre de 2012

Elba Esther y Romero Deschamps, thriller sindical- Elba Esther: Tiempo de irte

Elba Esther y Romero Deschamps, thriller sindical

Romero Deschamps durante una sesión en el Senado. Foto: Germán Canseco
Romero Deschamps durante una sesión en el Senado.
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).- No podría ser de otra manera. En el ocaso del sexenio de Calderón y de la alternancia fallida de los panistas, y ante las presiones y reacomodos de los empresarios, inversionistas extranjeros y líderes corporativos frente al botín del próximo gobierno peñista, los dos íconos de la antidemocracia sindical se organizaron sendas ceremonias de coronación y relección por seis años más: Elba Esther Gordillo, en el SNTE, y Carlos Romero Deschamps, en el sindicato petrolero.
Frente a la demagogia de la reforma sindical a favor de la transparencia y la democracia sindical, los actos de Elba Esther y Romero confirman que el pasado no se ha ido y que todo se puede arreglar con Peña Nieto si se garantizan los privilegios, cuotas de poder y tenaz control de los liderazgos funcionales al gran capital inversionista.
Se trata de la relección en dos sindicatos esenciales para el país: uno, controla el gremio más grande de América Latina; el otro, tiene en sus manos el dominio de las contrataciones para la empresa más estratégica del país.
El SNTE y el STPRM son las dos grandes aduanas de intereses políticos y económicos con los que Peña negociará para emprender los negocios más jugosos de su sexenio: la apertura gradual de la inversión privada en las directrices de la educación básica y media básica, pública, y la apertura a la inversión de los consorcios privados extranjeros y nacionales en Pemex.
Elba Esther y Romero Deschamps son herencias directas del salinismo. Y, en buena medida, representan su continuidad. La primera ascendió al SNTE a través de una operación política orquestada desde Los Pinos por Manuel Camacho Solís, entonces “cerebro” de la refeudalización sindical de Salinas de Gortari, para sustituir a Carlos Jonguitud Barrios, un “líder vitalicio” que controló el SNTE menos años que Elba Esther.
Romero Deschamps es el beneficiario indirecto del Quinazo, el primer “golpe espectacular” de Carlos Salinas en 1989 para ganar legitimidad y eliminar a Joaquín Hernández Galicia, el millonario dirigente de petroleros, amo y señor de los contratos y de las comisiones, que fue encarcelado por acopio ilegal de armas. Contra La Quina, Salinas construyó un discurso modernizador que acabó en la demagogia. La corrupción de sus dos sucesores fue mayor. Romero Deschamps quizá ahora es más rico y encabeza una red de corrupción mucho más compleja que la del quinismo. Fue protagonista del Pemexgate, esa millonaria triangulación de fondos a la campaña del PRI en el 2000, y acabó perdonado, exonerado y ahora con fuero como senador de la República.
Elba y Carlos Romero son la muestra clara del fracaso de la alternancia panista. Fox y Calderón pactaron con ellos. Los mantuvieron. Se corrompieron. Y los panistas los dejaron. Por eso suena un tanto ridículo que al cuarto para las doce los senadores del PAN y Calderón defiendan la transparencia sindical en la contrarreforma laboral. Son monedas de cambio y de negociación con Peña Nieto, el cuarto sexenio del salinismo estructural que tomará el poder el 1 de diciembre de 2012.
Los empresarios del Consejo Coordinador Empresarial y de la Concamin publicaron la semana pasada sendos desplegados para obligar a los senadores del PAN a no aliarse con el PRD y los otros legisladores de izquierda. Quieren que la contrarreforma laboral salga “en sus términos” este 23 de octubre.
Ni a esta cúpula empresarial ni a los gobiernos del PRI y del PAN les preocupa democratizar los sindicatos y, mucho menos, respetar el derecho al empleo y al salario dignos.
¿Para qué? Gracias a figuras como Elba Esther, Romero Deschamps y muchos otros líderes sindicales que replicaron su
modelo, han podido mantener el control en el mundo laboral, desarticular cualquier intento de demandar incrementos salariales sustanciales e imponer de facto el modelo de flexibilización laboral que se concreta con el outsourcing y el trabajo por hora. Elba Esther Gordillo es neoliberal en sus propuestas. Apoyó la reforma al ISSSTE y el incremento al IVA a medicinas y alimentos durante el sexenio de Fox.
Este es el verdadero thriller de la reforma laboral. Un juego de simulaciones para negociar por seis años más la impunidad y la corrupción de ambos lados de la ecuación.
 

Elba Esther: Tiempo de irte

La lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo. Foto: Eduardo Miranda
La lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo.
Foto: Eduardo Miranda
MÉXICO, D.F. (Proceso).- ¿Qué se siente ser la mujer más odiada de México?
¿Cómo duermes en las noches sabiendo que eres responsable, en gran medida, del estado deplorable de la educación?
¿Qué opinas de que Enrique Peña Nieto, en su gira por América Latina, haya dicho que el Estado retomaría la rectoría en la educación? ¿Eso significa que en lugar de pactar contigo te enfrentará? ¿Empiezas a escuchar pasos en la azotea?
¿No crees que ya llegó la hora de renovar el liderazgo en el SNTE? ¿No será que el tuyo ya ha llegado a su fin por maloliente?
¿Por qué nunca hablas de la evaluación magisterial o la democracia sindical o la profesionalización docente?
¿Cómo justificas que una camarilla que domina al SNTE ha colonizado al gobierno encargado de la educación, en particular el área de instrucción básica?
¿Cómo explicas lo que la ONG Mexicanos Primero llama la “colonización del sistema”, donde los funcionarios públicos –controlados por el SNTE– privilegian los intereses del sindicato por encima de los alumnos?
¿Con qué objetivo ha capturado el sindicato las subsecretarías, las direcciones generales de la SEP, las secretarías de Educación de los estados?
¿Cómo explicas que de 100 niños que se inscriben en primaria sólo 15 terminan la licenciatura 16 años después?
¿A qué le atribuyes que una caravana de maestros disidentes recorra el país?
Has escrito recientemente que requerimos “recuperar la confianza en la política y en el gobierno”. Para que eso ocurriera, ¿no sería indispensable que tú te retiraras de ella?
¿No crees que eres una carga política muy pesada para el próximo gobierno?
¿Por qué caracterizas el ingreso de las mujeres a la fuerza de trabajo como un “abandono de la madre en la formación de los hijos”? ¿Tú “abandonaste” a tus hijas por trabajar en el sindicato?
¿Por qué responsabilizas a las mujeres que trabajan del “deterioro de la sociedad toda”. ¿No es una actitud retrógrada, basada en la ignorancia de la realidad del país?
Tu ataque reciente a las mujeres trabajadoras ¿no es un intento por negar la responsabilidad del sindicato que controlas en el deterioro de la educación?
Argumentas que “ante el alejamiento de los padres de familia de la educación de los hijos, han sido los maestros quienes han sostenido el esfuerzo educativo y, por lo tanto, es a ellos a quienes se debe que no se haya derrumbado el nivel educativo de los mexicanos”. ¿Pero no es cierto que ese nivel se ha derrumbado y que muchos maestros poco preparados y que no han sido evaluados son corresponsables de esa situación?
¿Por qué colocas la culpa del desastre educativo sobre los hombros de las madres, cuando los malos resultados tienen que ver con decisiones equivocadas de política pública y complicidad electoral?
¿A quién más intentarás –injustamente– responsabilizar de las penurias del sistema educativo, del cual tú eres una parte central?
¿No estás usando a los maestros como escudo para protegerte de lo que es en realidad una crítica extendida a tu control del sindicato?
¿No es tu ataque a las mujeres una coartada fácil que busca trasladar la atención de donde debería estar: en el sindicato y sus prácticas cuestionables, como lo son vender, heredar o intercambiar una plaza de maestro por favores sexuales?
¿Cómo explicas que tu yerno, el exsubsecretario de Educación Básica, haya usado la Red Multipropósito que empujó en la SEP como un vehículo para hacer negocios? ¿Cómo explicas que quiso aprovecharse de los recursos que el Estado había destinado a la conectividad?
¿Moviste la sede del Sexto Congreso Nacional del SNTE de Rosarito a Cancún precisamente para evitar las movilizaciones planeadas en tu contra?
¿Cómo explicas el reproche social en contra de ti y de la cúpula del sindicato?
¿No será porque la cúpula del SNTE bloqueó la Evaluación Universal de maestros, y por ello sólo tres de cada 10 maestros se presentaron al examen?
¿Cómo reaccionas ante la recolección de miles de firmas a lo largo del país demandando que el Poder Legislativo y el Ejecutivo federal dejen de pagar el salario de los maestros que realizan actividades sindicales y cobran como docentes?
¿No crees que ya ha llegado la hora de eliminar la retención automática de cuotas sindicales, permitir la libre sindicalización de los maestros y fomentar la carrera docente con parámetros académicos?
Argumentas que los llamados “poderes fácticos” han lanzado una campaña mediática en tu contra. ¿No eres tú uno de esos poderes que están retrasando la modernización del país?
Dices que los cambios necesarios en la educación no se lograrán sin los maestros. ¿Pero no es cierto que tú llevas más de tres décadas aprovechándote de sus cuotas sindicales?
¿Por qué afirmas que el sindicato promovió la Evaluación Universal de los maestros, cuando se ha dedicado a sabotearla?
¿Cómo explicas que –según un estudio de la OCDE– México gasta más en maestros y menos en alumnos? Cómo explicas que el gobierno mexicano invierte nueve de cada 10 pesos del presupuesto educativo en la nómina magisterial? ¿Cómo explicas que el gasto por alumno es el más bajo de los países que integran la OCDE?
¿No es cierto que la Alianza por la Calidad de la Educación ha sido obstaculizada a cada paso por el SNTE?
¿Cómo respondes al planteamiento de Jacqueline Peschard, presidenta del IFAI, en cuanto a que los sindicatos que reciben recursos públicos –como el SNTE– sean sujetos obligatorios de la ley de transparencia?
¿Por qué crees que mereces ser líder vitalicia del SNTE?
¿Cómo justificas la vida suntuosa que llevas con un sueldo que –según el SNTE– es de 71 mil pesos por nómina?
Has dicho que siempre has creído que “todos tenemos tiempo para cumplir nuestras misiones”. ¿No has cumplido ya con la tuya, que fue subordinar la educación a los pactos políticos con el gobierno en turno?
¿No es cierto que te encuentras en tu peor momento, cuestionada por una multiplicidad de organismos sociales que se dedican no sólo al tema educativo, sino también por aquellos interesados en la transparencia y en la rendición de cuentas? ¿No ha llegado el momento de irte?

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