Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 6 de marzo de 2013

Astillero- Sacudidas en el paraíso- Clase Política- Norberto Rivera en el cónclave

Astillero
Demonizar el cambio
Chávez descansa ya
Maduro y la mano de EU
Exigencias en el Vaticano
Julio Hernández López
Foto
ROMERO DESCHAMPS, SIN MIEDO. El senador del PRI y dirigente del sindicato petrolero Carlos Romero Deschamps (a la izquierda), dijo estar tranquilo, tener las manos limpias y contar con la confianza de sus agremiados. Aseguró que las críticas contra su familia por dispendios carecen de fundamento y sostuvo que no teme ser llamado a cuentas por la ley. En la imagen, con el senador David Penchyna durante la sesión de ayer
Foto María Meléndrez Parada
 
La figura de Hugo Chávez fue convenientemente demonizada para generar un infundado temor electoral en sociedades donde asomaba la posibilidad del cambio desde la vía pacífica. En México así sucedió especialmente en los comicios de 2006, cuando los múltiples poderes de élite amafiados para frenar a Andrés Manuel López Obrador asociaron en términos propagandísticos al venezolano con el tabasqueño, sin que siquiera éstos se conocieran personalmente ni mantuvieran comunicación o alianza política, en una maniobra de guerra sucia cuyos efectos de división social, atraso político y agravamiento de la corrupción y la injusticia se vivieron durante el periodo del calderonismo y continúan.
 
Chávez, a contrapelo de la imagen negativa que construyeron y difundieron los poderes por él confrontados, llegó y se sostuvo en el poder gracias a una aritmética electoral impecable, a una relación directa de beneficio a las grandes mayorías de su país y a un estilo personal de comunicación que incluyó ribetes que sacaban de sus casillas a sus adversarios, en especial la oratoria grandilocuente, la vocación cantora, las posturas antimperialistas retadoras y esa decantación inequívoca, tajante, orgullosa y militante en favor de las masas, del pueblo, de su gente y, desde luego, de la revolución bolivariana y su vía al socialismo en el siglo 21.
 
Aún en términos estrictos del muy discutible modelo democrático vigente, Hugo Chávez tuvo una legitimidad indiscutida, y a pesar de las permanentes campañas de descrédito en su contra falseando datos relacionados con la economía y exacerbando los puntos débiles de su gobierno, colocó a Venezuela en un lugar destacado de los escenarios mundiales, reavivó y confirmó la esperanza en la lucha por la mejoría de los pueblos y generó múltiples iniciativas internacionales de reagrupamiento y fortalecimiento de gobiernos de izquierda o progresistas (la Unión de Naciones Sudamericanas, Unasur; la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, Alba; la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac; Petrocaribe, el Banco del Sur y Telesur, por dar ejemplos).
 
El acelerado proceso de declinación física de Chávez tiene como referente una gran consolidación electoral del Partido Socialista Unificado de Venezuela, que dejó a la opositora Mesa de la Unidad Democrática con solamente tres de las 23 gubernaturas en juego en diciembre pasado. En estos comicios regionales volvió a ser electo como gobernador de Miranda, la demarcación que incluye parte de la zona metropolitana de Caracas, el principal opositor de Chávez, Henrique Capriles, quien había obtenido 44 por ciento de los votos depositados en octubre del mismo 2012 para elegir presidente de la república, contra 55 por ciento a favor de quien luego, a causa de sus problemas de salud, no pudo presentarse a rendir protesta para su nuevo periodo de gobierno.
 
Capriles es el único personaje de la oposición venezolana con posibilidades de enfrentar decorosamente a Nicolás Maduro, designado por Chávez como su heredero político y encaminado abiertamente desde el lecho hospitalario cubano a ser el candidato a la continuidad en caso de que el comandante nacido en Sabaneta no pudiese cumplir su nuevo periodo de gobierno. Por sí misma, la oposición venezolana al chavismo parecería naturalmente encaminada a otro fracaso electoral, pero habrá de verse hasta dónde llega la mano de Estados Unidos, que ha hecho cuanto le ha sido posible para obstruir el proyecto huguista de cambio. Las fuerzas armadas han expresado inmediato respaldo a la institucionalidad venezolana, pero ayer mismo se había informado de la expulsión de dos agregados aéreos de la embajada de Estados Unidos en Caracas, uno por haber hecho propuestas desestabilizadoras a militares venezolanos y otro por haber realizado contactos no autorizados con oficiales de las fuerzas armadas.
 
El propio Maduro expresó ayer una hipótesis respecto de la muerte de Chávez: Nosotros no tenemos ninguna duda, llegará el momento indicado de la historia en que se podrá conformar una comisión científica que habrá de confirmar que el comandante Chávez fue atacado con esta enfermedad, (...) los enemigos históricos de esta patria buscaron el punto para dañar la salud de nuestro comandante. Aun cuando hay una cómoda proclividad en algunos medios para tratar de asumir que los procesos políticos se mueven sin conspiraciones (cuando lo natural en la política son los acuerdos secretos o discretos entre aliados que buscan derrotar o exterminar a sus adversarios, y aun cuando la historia de las relaciones de Estados Unidos con sus opositores es la de la permanente búsqueda de asesinar a los líderes insurrectos, como infinidad de veces intentó Washington contra Fidel Castro), el planteamiento de Maduro no es desproporcionado. Basta ver la insólita puntería cancerígena de años recientes contra mandatarios sudamericanos no alineados con Estados Unidos.
 
En otro tema, cardenales brasileños han puesto sobre la mesa, antes de entrar al enclaustramiento que permitirá elegir al sucesor de Benedicto XVI, el tema de la investigación (Vatileaks) ordenada por éste a una tercia de purpurados octogenarios respecto de pederastia, sexualidad desbordada, corrupción y peleas por el poder. Según se ha señalado, el quemante informe será entregado solamente al nuevo papa, de quien se esperan juventud, fuerza y decisión para encarar las endemoniadas circunstancias de la política vaticana y sus ramificaciones por el mundo.
 
Los brasileños consideran que el conocimiento de ese diagnóstico crudo permitiría contar con elementos fundamentales para definir el perfil del siguiente pontífice. De otra manera, a fe de este tecleador hereje, se correrá el riesgo cantado de colocar en la cúspide de la Iglesia católica a un partícipe o encubridor de los vicios que según eso llevaron al señor Ratzinger a dimitir del altísimo cargo.
 
Y, mientras la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación pelea para impedir que el gordillazo quede en un reacomodo más de lo mismo, ¡hasta mañana, sin fuero legislativo!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
¿Y el Ferrari, apá?-Rocha
Sacudidas en el paraíso
Luis Linares Zapata
Con un simple manotazo autoritario, el resarcido coágulo de poder presidencial descuadró a la élite mexicana. Unos corrieron a esconderse sabedores de las cuentas que tienen pendientes. Otros, presos de santo temor, pusieron sus barbas a remojar y juraron, ante el espejo de sus propias trabazones, emprender la limpieza de sus cuarteadas imágenes públicas. El coro del aparato de convencimiento acudió, como siempre, presuroso y lamentable, para realzar los nuevos botones de mando que le surgieron de pronto al Ejecutivo federal. Ahora Peña Nieto es otro, dicen, no sólo porta un atuendo distinto, sino que se ha vestido con otro invulnerable. El anunciado parteaguas inaugural tomó por asalto la escena pública ante los atónitos ojos de los ciudadanos, aún los enterados. Una jauría acudió presta y gozosa al festín de la foto tras las rejas. La celebración se extendió por el ámbito público y, también, en la intimidad, en ambas partidas no sin buena dosis de regocijo malsano. La caída de una de las inaceptables reinas de la decadente frivolidad: Elba Esther Gordillo.
 
El desbroce de consecuencias de tal medida no se ha hecho esperar. Por todos los cauces mediáticos han aparecido juiciosos análisis de la novedosa situación creada por el golpe ejecutivo. Los más precavidos previenen contra tales tipos de composturas instantáneas y ponen el acento en la estructura sindical que permanece intacta como fuerza que apergollaba a todo el sistema educativo. Otros, los más, celebran, con entusiasmo interesado, el nuevo orden surgido, de repente, por la valentía presidencial para asumir riesgos. Los tigres, como siempre ha sido predicho, resultan ser de papel.

Pero la celebración en la cúspide del poder tampoco se ha hecho esperar. La entronización de Peña Nieto ha sido calurosamente montada. La reciente asamblea de los priístas armó la tramoya: masiva, bien trabajada, olorosa a un rancio presidencialismo exacerbado. El primer priísta de México ha vuelto por sus propios fueros. Las reformas que restan se otean aseguradas, no sólo porque los priístas, al unísono, respaldarán a su guía, sino porque esperan que todos los demás partidos se le unirán en coro solemne por el México moderno, libre de molestas ataduras ancestrales, que aguarda para construirse. Ese México que todavía no se atreve a mostrar, sin púdico requiebro, sus riquezas, dignas, por cierto, del mejor postor.

Y así vendrán, en tropel, todas esas reformas que esperan, ansiosas, el empuje de una fuerza incontrastable, esa que impulsará la grandeza nacional. Las inversiones, pregonan, seguirán en cascada detrás de los hidrocarburos puestos en subasta. Las refinerías irán mancomunadas al aparejo de los privados, y llevarán al PIB dos o tres puntos más alto de lo esperado, tal como antaño auguraban para justificar las privatizaciones anteriores. Las acostumbradas y temerosas adecuaciones fiscales darán paso a toda una reforma hacendaria que haga de este país uno más solidario y justo, concluyen para respirar profundo. La hacienda pública tendrá, como cualquier nación moderna e igualitaria, los recursos para empujar el crecimiento y, la justicia social llegará sin regateos ni retrasos. Un pueblo educado respaldará tan insigne as de propósitos y sueños, ahora que ya no tiene los escollos de un sindicalismo magisterial anquilosado y corrupto.
El actual Presidente de la República tiene que poner atención y no olvidar el verdadero dictado de las recientes urnas. Éstas no apuntan al diseño autoritario que se ha emprendido con todo bombo y escenarios. Al contrario, el mandato, si se acepta cuando menos el veredicto oficial, se bifurca en apartados similares. Uno le corresponde a un panismo ahora desangrado por sus dislates y pequeño tamaño pero que puede, estirándolo, coincidir con el centropriísmo en marcha. Pero otra parte sustancial se agrupó alrededor de un modelo alternativo que, penosamente tras la derrota decretada, trata de reconstruir su horizonte y base de sustentación. Esta alternativa, sin duda, irá creciendo en la medida que las intenciones y consecuencias de las recientes reformas pulvericen, aún más, las posibilidades de las mayorías para alcanzar una vida al menos más digna que la actual.
Al revisar los datos de las elecciones presidenciales pasadas, presentados con minuciosa precisión por funcionarios de la Fundación Rosenblueth en una reciente edición, se pueden extraer severas conclusiones. Primero, la existencia de tres regiones con distintas simpatías e inclinaciones. Una formada en el norte de la República con marcada preferencia por la derecha: antes (2006) al PAN y, después (2012) por el PRI. La segunda se extiende por el altiplano con vocación plural, pero con firme tintura de izquierda; la tercera región se encuentra en un sur inclinado a la izquierda a pesar de la notoria manipulación que se rebela al sobreponerle, a los datos electorales, las cuencas de pobreza y marginación extrema. Surge entonces, con suficiente claridad, tal manipulación favorable al PRI. En dichas zonas Peña Nieto alcanza, sin causalidad razonable, mayorías hasta de 60 por ciento por municipios. Otra versión electoral, interesante por su composición, habla de un voto urbano balanceado en partes iguales: 27 por ciento a Josefina, 35 por ciento a AMLO y 36 por ciento a Peña Nieto. Esta detallada clasificación por ciudades matiza lo que las zonas marginadas antes descritas arrojan. Pero una muy distinta realidad se percibe al analizar los resultados de las siempre protestadas (por insuficientes) casillas especiales. Como bien se sabe, estos votantes integran una enorme, disímbola, muestra de ciudadanos, (casi 800 mil) en todos y cada uno de los estados. Ahí, en ese concurso de mexicanos participativos, confiables por su activa movilidad, poco manipulables por su aleatoria procedencia y no bien explorada composición, emerge una voluntad por entero distinta a las anteriores: ahí AMLO obtiene 42 por ciento y les deja, a Josefina y Peña, 29 por ciento para cada uno. Esta última versión electoral no ha sido espulgada con el rigor, la justicia y claridad necesaria. Ahora, en la realidad oficializada, habrá que considerarla para que, el rebumbio, espanto, dolor y suspicacias causadas por la captura de la maestra, se identifique, como lo que es: un fenómeno de arreglos cupulares. El paso hacia la legítima gobernabilidad exige, qué duda cabe, de una actitud más democrática y popular.
Clase Política
Limitaciones al fuero
Miguel Ángel Rivera
En adelante los funcionarios públicos de alto nivel, como gobernadores, secretarios de Estado, ministros, magistrados, diputados y senadores podrán ser juzgados al mismo tiempo que desempeñan sus puestos, pero los perderán en automático en caso de ser declarados culpables.
 
En cambio, se mantiene la inmunidad al presidente de la República, quien sólo puede ser acusado de traición a la patria.

Los aspectos mencionados se cuentan entre lo más sobresaliente de la reforma constitucional para limitar el fuero de los funcionarios públicos, aprobada ayer en lo general en la Cámara de Diputados, por 376 votos a favor, 56 en contra y cinco abstenciones.

La cosecha
 
En el Senado, en conferencia conjunta, Jesús Casillas Romero, del PRI; Héctor Larios Córdova, del PAN, y Armando Ríos Piter, del PRD, anunciaron la posible aprobación por unanimidad de las reformas a las leyes de Protección al Consumidor y de Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros, mismas que ya en comisiones recibieron también el visto bueno de los legisladores. La segunda pretende ofrecer a los deudores de los bancos la posibilidad de renegociar sus créditos y garantías de que los despachos de cobranzas no lesionarán su dignidad...
 
Es imperioso que la nueva ley de telecomunicaciones establezca medidas correctivas para evitar la concentración que existe en estos mercados y que no se ha podido controlar, sostuvo la ex subsecretaria del ramo y ahora diputada del PRD Purificación Carpinteyro Calderón, quien destacó que en el mercado se registra una con más de 90 por ciento en manos de Telmex y 70 por ciento con Telcel…
 
El gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, dijo que así como se aprobó la reforma educativa, ya no se deben parar los grandes cambios en el país, y expresó su respaldo al presidente Enrique Peña Nieto para que se realice una verdadera reforma en materia de telecomunicaciones que genere una verdadera competencia…
 
El presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo Vieyra, encabezó la ceremonia en que el nombre del desaparecido cronista parlamentario Federico Barrera Fuentes se confirmó para la sala de prensa de ese órgano legislativo, a propuesta del actual titular de Comunicación Social, Óscar Argüelles…
 
Fuentes de la Procuraduría de Justicia de Chihuahua revelaron que en el caso del asesinato de Jaime Guadalupe González Domínguez, del portal electrónico Ojinaga Noticias de Chihuahua, todo parece indicar que se trata de un crimen pasional…
 
El siglo XXI será el de la evolución de los derechos humanos y del combate frontal a la pobreza, afirmó el procurador federal del Consumidor, Humberto Benítez Treviño, quien firmó un convenio de colaboración con el titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Raúl Plascencia…
Norberto Rivera en el cónclave
Carlos Martínez García
Soberbio, como es, Norberto Rivera Carrera desoye las voces que desde México exigen que no forme parte del cónclave para elegir al nuevo papa. Esas voces han concentrado su llamado en una carta en la que refieren el sistemático proceder del cardenal Rivera al encubrir a sacerdotes católicos cuyos actos de pederastia están bien documentados.
 
Los promotores del documento tienen proyectado entregarlo en la nunciatura apostólica. Firman la misiva Joaquín Aguilar Méndez, di­­rigente en México de Survivors Network of those Abused by Priests (SNAP, Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales del Clero); José Barba, víctima de Marcial Maciel y precursor en las denuncias contra el fundador de la Legión de Cristo; el académico y experto en el tema de abusos clericales Fernando M. González y Alberto Athié Gallo, quien renunció al sacerdocio católico al comprobar la nula voluntad de Rivera Carrera para desenmascarar la falsa piedad de Marcial Maciel.

En la carta se proporcionan antecedentes de la conducta encubridora del cardenal Rivera Carrera. Los firmantes recuerdan que en 1997, cuando la opinión pública se enteró de los abusos sexuales perpetrados por clérigos a través de muy pocos medios, destacadamente La Jornada entre ellos, Norberto Rivera acusó a esos medios de estar confabulados para dañar a la Iglesia católica. Minimizó las denuncias e incluso hizo socarrones comentarios contra las víctimas de Maciel Degollado. En medio de la primera ola de indignación provocada por las denuncias de don José Barba y sus condiscípulos que en la infancia y adolescencia padecieron la pederastia de Maciel, Rivera Carrera hizo alarde de su amistad con el legionario mayor y hasta concurrió a actos públicos en compañía de él. En su momento de esto quedó constancia fotográfica.

De forma irresponsable, que frecuentemente es resultado del poder que se sabe impune, Norberto Rivera Carrera, a sabiendas de los antecedentes pederastas del cura Nicolás Aguilar, autorizó su traslado a Los Án­geles, California. Allá el padre Agui­lar siguió con su conducta lesiva en detrimento de los infantes; abusó sexualmente, informan los firmantes de la carta, de al menos 26 menores. Cuando el cardenal Roger Mahony, cabeza de la diócesis angelina, le requirió a Rivera Carrera sobre las razones por las cuales no le advirtió del historial abusivo de Nicolás Aguilar, el cardenal mexicano respondió que sí lo había hecho. El supuesto documento en el cual Rivera Carrera presuntamente advertía a Mahony de los problemas conductuales de Nicolás Aguilar nunca apareció ni en Los Ángeles ni en México. Muy probablemente porque nunca fue redactado.

Los denunciantes de los encubrimientos de Norberto Rivera han documentado muy bien su modus operandi. Siempre ha desdeñado las pruebas que señalan sus omisiones e inacciones que permitieron a los depredadores sexuales de infantes multiplicar sus delitos. Otra de sus reacciones típicas ha sido atribuir intenciones aviesas a las víctimas que se han atrevido a romper el silencio y llevar su caso tanto a instancias jurídicas como a los medios de comunicación. Si las acciones legales en su contra no han fructificado en México se debe a que las autoridades evaden tratar como probable responsable de encubrir delitos a uno de los llamados príncipes de la Iglesia católica.
 
En sus operaciones encubridoras de pederastas Rivera Carrera siguió el guión establecido en Roma. Es necesario recordar que cuando estallaron los casos de pederastia en Es­tados Unidos, allá los denunciantes demostraron fehacientemente que las cúpulas clericales en distintas diócesis actuaron de la misma forma: negar los ataques y cambiar de parroquias a los abusadores. En una institución tan vertical como es la Iglesia católica, tal accionar se explica mediante instrucciones llegadas desde el Vaticano. Tan es así que, más allá de sanciones muy ligeras para tratar de convencer a la opinión pública de que se estaba actuando a fondo, la cúpula eclesiástica no ha defenestrado a personajes como Norberto Rivera Carrera y Roger Mahony, que conspiraron para evitar que sacerdotes y delincuentes sexuales fuesen llevados a la cárcel. Ambos forman parte de los cardenales que van a elegir al nuevo papa.
 
No cabe duda de que el problema de la pederastia clerical alcanzó a miles de infantes y adolescentes porque la maquinaria eclesiástica decidió tender un manto de silencio sobre el problema. En este sentido la carta que nos ocupa certeramente diagnostica que la mayoría de los victimarios fueron protegidos y encubiertos por sus autoridades respectivas, incluso por las máximas autoridades de la Santa Sede y hasta [por] los mismos papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.
 
Es claro que Norberto Rivera cuenta con el pleno apoyo de la cúpula eclesiástica romana. Debido a ese apoyo irrestricto tiene su lugar asegurado entre los cardenales con derecho a voto en la elección del sucesor de Benedicto XVI. Pero si allá hacen oídos sordos a una petición tan legítima como la que hemos venido comentando, aquí todavía el expediente no se ha cerrado, sino que sigue creciendo gracias a esfuerzos como los encabezados por los firmantes de la carta. Hago mías las palabras con las que concluye el documento: Exigimos que [Norberto Rivera] responda públicamente por sus actos. Si no lo hace, que no lo hará por iniciativa propia, tendrá que hacerlo por la presión de quienes con su movilización le van a ir cerrando paulatinamente espacios de impunidad.Qué injusticia-Helguera

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