Ciberterrorismo de Estado
“A esa pinche vieja destrúyela, avísale al equipo, ellos saben cómo”. Según la fuente consultada, el Gobernador dio esa orden para eliminar a una periodista incómoda en Quintana Roo. Pero la orden no se la dio a un policía ni a un sicario, sino al coordinador de los cibernautas del PRI. Por eliminar no se entiende quitar la vida, sino inventar historias para destruir su reputación, afectar sus redes de apoyo y su entorno laboral; desacreditar a sus familiares y sus relaciones afectivas. Esa es la nueva estrategia que desde enero de 2012 llevan a cabo varios gobernadores, entre ellos Javier Duarte de Veracruz y Roberto Borge de Quintana Roo.
Las nuevas tecnologías han abierto un novedoso campo de batalla para la venganza de los gobernantes mexicanos que, acostumbrados a comprar periodistas orgánicos, buscaron nuevos métodos para destruir y vengarse de los y las periodistas y comunicadoras libres y autónomas. Sus probadas técnicas crean a veces terror entre sus víctimas. Por un lado, las redes sociales han permitido vías de comunicación alternas para hacer eco del disenso que los medios de las 32 provincias de la República no reconocen ni reflejan; por otro, el PRI nacional decidió contraatacar con un ejército juvenil dispuesto a lo que sea para adquirir poder virtual, a cambio de un salario pagado con recursos públicos. La idea es brillante: las y los cabecillas del Movimiento Nacional de Cibernautas ganan cientos de miles de pesos, mientras que sus ejércitos de jóvenes afiliados al PRI son utilizados, explotados o engañados para trabajar a cambio de un potencial e inexistente poder político.
El PRI nacional creó para la campaña de Enrique Peña Nieto una agrupación de cibernautas presidenciales comandada por Alejandra Lagunes. Después, a fines de 2010, desde la Fundación Colosio, Sergio José Gutiérrez junto con Erika Cabrera crearon el Movimiento Nacional de Cibernautas; adherente al PRI y subvencionado por la CNOP. Su misión original era posicionar al candidato presidencial así como a algunos gobernadores del PRI. Además, ofrecían contrarrestar las críticas en redes sociales con hordas de tuiteros. Esta agrupación nacional –de la cual SinEmbargo tiene documentos internos– ha crecido hasta operar directamente para diversos gobernadores. Los casos más notables son el de Veracruz y el de Quintana Roo.
El Movimiento Nacional de Cibernautas (MONACI) Quintana Roo, encabezado por César Mortera Egremy (@CesarinME) formó el grupo #Betonautas encargados originalmente de crear “buenas noticias” y apoyar en el proceso electoral de Roberto Borge y de los candidatos del PRI en el estado. Este grupo, financiado según su propia declaración en YouTube por el CEN del PRI, consta, solamente en Quintana Roo, de ocho hombres y seis mujeres directivos y más de dos mil “clickeros” o soldados rasos, todos ellos expertos en nuevas tecnologías y con conocimientos para crear bots, trolls y llevar a cabo ciberataques estratégicos diseñados desde las oficinas de gobierno. Egremy ha logrado obtener poder de tal magnitud que su nómina de 50,943 pesos quincenales la paga directamente el gobierno del estado. Es él, según fuentes del gobierno estatal, quien opera la guerra sucia del Gobernador en contra de periodistas. Egremy y su equipo cercano han hackeado periódicos, creado hasta 600 bots que tuitean hasta 180 mil mensajes para atacar a periodistas, empresarios y disidentes que critican al gobierno. En la línea de tiempo de estos tuiteros, que pueden ser trolls, bots o alteregos (tres modalidades de personalidades creadas por el MONACI en redes sociales) se puede dar seguimiento a los ataques y paralelamente a la defensa del Gobernador y promoción de su mandato.
Esta nueva generación de jóvenes priístas comprometidos con el espionaje y los ciberataques contra la prensa, se dividen entre operadores, tuiteros y “clickeros”, a estos últimos les pagan 400 pesos por semana, mientras los hackers especializados reciben al menos 16 o 18 mil pesos mensuales.
Su tarea consiste en propagar información falsa y en limpiar la imagen de sus gobernadores, pero también en adquirir información directamente de las redes sociales de periodistas, e incluso, según una fuente que trabajó con ellos en un principio, Mortera han creado un sistema de ciber-espionaje gubernamental del cual surge información que entregan directamente al Gobernador Borge. La fuente asegura que hacen trackback y cruzan información de redes sociales de periodistas así como de su correo electrónico, lo hackean y crean copias paralelas de toda la información para luego manipularla.
La tarea regulada de espionaje que lleva a cabo el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) perteneciente a la Secretaría de Gobernación, consiste en acumular información de grupos y personas que, por su trabajo o actividad, puedan representar algún peligro para la gobernabilidad. Es cierto que el CISEN espía desde siempre a la prensa, y particularmente a periodistas que pueden representar liderazgos para la disidencia política del régimen en turno; sin embargo, sus técnicas para crear las tarjetas informativas (que en general se mantienen a buen recaudo) deja fuera información de la vida privada que no resulte importante para el Estado. A diferencia del trabajo de CISEN, lo que algunos de estos grupos del MONACI-PRI de Quintana Roo y Veracruz hacen, consiste en el espionaje directo de periodistas, la creación de fuentes de datos de vida personal, el hackeo de blogs y correos electrónicos. Una vez que tienen un target señalado por el propio Gobernador o sus asesores, cruzan información con el centro de espionaje gubernamental oficial. Sus fichas están plagadas de libelos, mentiras, fotografías familiares y de sus redes de apoyo.
Hay sobrada evidencia de cómo este grupo de cibersoldados (como se autodenominan) intervienen periódicos y los clonan para sembrar información falsa. Lo mismo con La Razón QR que con la revista Luces del Siglo, a quien no conformes con desaparecer las revistas de papel, clonaron el sitio favoreciendo al Gobernador en todas sus notas falsas. Noticaribe, un sitio independiente de periodismo, sufrió la misma suerte, además de la persecución de sus periodistas. Los ataques no han quedado ahí; medios nacionales como SinEmbargo y Reforma también han sido clonados y utilizados por el equipo priista para desacreditar a periodistas.
La semana pasada, los “Betonautas” clonaron los tuits de los medios libres: Luces del Siglo, crearon cuentas de Twitter falsas del diario Noticaribe, de la revista Luces del Siglo e incluso de CNN en Español para propagar falsas noticias, cuya meta es por un lado llegar a las y los seguidores de periodistas y por otro desacreditar a esos medios haciendo creer que son ellos quienes tuitean libelos.
En el caso de Veracruz, Javier Duarte llegó a pagar inicialmente tres millones de pesos a Sergio José Gutierrez, presidente nacional del CEN de los cibernautas del PRI, a Erika Cabrera y Viridiana Romero, luego de las denuncias que el Gobernador recibiera en redes sociales por su censura y orden de arresto de tuiteros locales. Su equipo, según cuenta un ex colaborador, trabaja con 60 personas en tres turnos de cuatro horas. Los estudiantes que son subcontratados pueden estar en cualquier estado de la República y son entrenados para crear personalidades diferentes que en redes sociales hagan creer que viven en Veracruz. Se vinculan con diferentes seguidores de periódicos y en particular con tuiteros de izquierda, para así crear una base de seguidores. En todos los casos, para la defensa ya sea de Peña Nieto, de Borge, de Duarte u otros gobernadores, la o el coordinador envía un correo a su red interna, en la que puede haber hasta 100 mil jóvenes. El correo indica: hoy a las 2 pm defenderemos al Gobernador Duarte con “Yo apoyo a #Duarte: fuera los tuiteros mentirosos”, o “Yo apoyo a #Borge, Quintana Roo mejor que nunca”. Les dan tres o cuatro opciones de tuits para que las suban, creando una aparente masa de opinión pública y tendencias o TT a favor de los gobernantes.
Uno de los fundadores y entrenadores del PRI que ha denunciado la corrupción al interior de este ciberejécito, asegura en entrevista que llevan también las cuentas de Castro Trenti y de Manlio Fabio Beltrones. Son, dicho por él, un cuarto de guerra cibernética pagada por el Estado.
Ya en junio de 2011, SinEmbargo había documentado el ciberterrorismo nacido en el Estado de México. Ahora, a partir de la evidencia con que contamos, podemos asegurar que los gobernadores Duarte y Borge han aplicado la misma norma contra cualquier disenso, ya sea periodístico, civil o empresarial. Primero amenazan, después publican mentiras atroces vinculadas a la vida privada y las diseminan por Internet; hackean y clonan medios, los manipulan y difunden. Su estrategia es la misma: aplastar la credibilidad y perseguir hasta el silenciamiento. La evidencia muestra que estos grupos pagados por los impuestos de la sociedad, son utilizados para perseguir, amedrentar, e incluso desaparecer a medios de comunicación críticos y a quienes los editan. Una nueva forma de violencia de Estado ante la cuál las herramientas de defensa tradicional no son útiles.
Todo parece indicar que como en la realidad ellos no pueden ganar, al menos lo hacen en un universo paralelo: el ciberespacio, donde las reglas del espionaje y la neodictadura priista sí funcionan. A defendernos pues.
@lydiacachosi
FUENTE: Sin embargo.mx
Maestros: La hora de Peña Nieto
La marcha de ayer que, otra vez, puso de cabeza a la Ciudad de México y tuvo impacto en por lo menos en 10 estados más de la República Mexicana.
El gobierno de la República y los opositores a la administración de la izquierda en el Distrito Federal reclaman furibundos que no se ha demostrado legalidad ni fuerza. La administración de la Ciudad de México tiene casi un mes reclamando que el gobierno federal, encabezado por Enrique Peña Nieto, tome cartas en este asunto que claramente se le ha salido de las manos.
La Ciudad de México fue ayer escenario de confrontaciones, pero también las hubo, por lo menos las más numerosas, en Veracruz, Michoacán, Oaxaca, Tlaxcala, Aguascalientes, Guanajuato, Chiapas, Tabasco, Guerrero, Nayarit y Querétaro.
Si este tema se está extendiendo y la Federación sigue sin meterle mano en serio, ¿entonces de quién es la responsabilidad?, ¿quién va a tomarla?
Los ciudadanos de la Ciudad de México están hartos, y con razón, de vivir casi un mes atrapados entre marchas y protestas. El gobierno, encabezado por Miguel Ángel Mancera Espinosa, ha sido acusado de todo: “blandengue”, “populista”, “electorero”.
Pero las mismas críticas no se han realizado contra los que generaron este conflicto y no han sido capaces de sentarse a la mesa con los maestros disidentes: el gobierno federal de Enrique Peña Nieto.
¿Qué están esperando para actuar, para escuchar, para dialogar? ¿Quiénes o qué partidos se benefician con todo esto?
El gobierno federal ha asignado en las mesas de negociación con los maestros a funcionarios de tercera, cuarta y hasta quinta responsabilidad. Y los profesores, insisten, quieren tener como interlocutores directos ya sea al titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, o al propio Presidente Enrique Peña Nieto.
La cosa es que ninguno de los dos les ha escuchado y las protestas, como vimos ayer, se radicalizan día con día.
Son evidentes los reclamos porque los docentes han trastocado la vida de los ciudadanos en la Ciudad de México, mientras que el Gobierno del Distrito Federal (GDF) ha tratado de aligerar los daños –sin poder contener, está claro, las grandes molestias viales, de transporte y daños en la economía de sus habitantes, está claro–. En este escenario, las voces que piden mano dura e incluso represión a este grupo opositor de la Reforma Educativa se avivan día con día.
Sin embargo, el gobierno federal se ha hecho a un lado.
Desde Los Pinos permanece omiso a los reclamos y ha dejado crecer un movimiento que ya no está presente sólo en el Distrito Federal, sino en por lo menos una tercera parte del país.
¿Qué están esperando para sentarse a negociar? ¿Acaso no son políticos profesionales y, por tanto, saben que la mejor arma es el diálogo?
Pasan los días y el tema de la disidencia magisterial crece. Si Peña Nieto y su equipo político, incluyendo al Partido Revolucionario Institucional (PRI), no despiertan y dan la cara, este asunto –antes incluso que el de la seguridad–, puede echar al traste su novel paso por la Presidencia de México.
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