Ejércitos en el poder
Immanuel Wallerstein
Son casi siempre malas noticias que los ejércitos estén en el poder. En Egipto, el ejército ha sido la fuerza que decide desde 1952. La reciente destitución del presidente Mohamed Mursi por el ejército egipcio no fue un golpe de Estado. No se puede cometer un golpe de Estado contra uno mismo. Lo que ocurrió fue, simplemente, que el ejército cambió el modo en que gobernaba Egipto. Por un corto periodo, el ejército había permitido que la Hermandad Musulmana tomara algunas decisiones de Estado limitadas. Cuando comenzaron a sentir que las acciones del gobierno de Mursi podrían conducir a un incremento significativo del poder de la Hermandad Musulmana a expensas del ejército egipcio, el general Abdel Fattah el-Sisi decidió que ya era suficiente y actuó implacablemente para incrementar el poder cotidiano del ejército.
¿Es posible que los ejércitos jueguen un papel progresista en la política nacional e internacional? Sí, ciertamente. En ocasiones el nacionalismo del ejército lo conduce a abrazar una línea anticapitalista en la geopolítica y un papel populista en el respaldo de las necesidades de los desposeídos. Así era el papel inicial jugado por Gamal Abdel Nasser. Pero el populismo progresista es antinatural para los ejércitos, pues encuentran difícil involucrarse en el proceso de negociación implicado necesariamente en lo interno. Y el populismo progresista conduce a una presteza para imponer el punto de vista del ejército en los países vecinos, lo que precisamente socava lo que era progresista en sus posturas geopolíticas. Esto fue cierto de Nasser como alguna vez lo fue de Napoleón.
Lo interesante de la restricción que el ejército egipcio ejerció sobre la Hermandad Musulmana es la reacción que ha evocado dentro y fuera del país. Primero que nada hay que recordar que antes de que comenzara el levantamiento inicial contra Hosni Mubarak, en la Plaza Tahrir en 2011, la Hermandad Musulmana había logrado obtener un papel limitado en la vida política (una pequeña minoría de escaños en la legislatura y algunos límites a su represión) por un acuerdo tácito con el régimen de Mubarak, lo que quiere decir con el ejército.
Así que cuando la multitud comenzó a fluir hacia la Plaza Tahrir exigiendo un cambio, ni el ejército ni la Hermandad Musulmana fueron de mucho apoyo. Sin embargo, cuando el levantamiento popular comenzó a levantar el vuelo, tanto el ejército como la Hermandad Musulmana decidieron unirse precipitadamente, con el fin de apropiárselo. Y cuando la votación en la primera elección presidencial redujera la opción a una entre Mursi y una antigua figura importante del régimen de Mubarak, tanto la izquierda laica como los votantes de centro y el ejército eligieron a Mursi, lo que le permitió ganar por escaso margen.
Cuando Mursi decidió proceder a poner en efecto una nueva Constitución con un sesgo decididamente musulmán, los votantes laicos regresaron a Plaza Tahrir a denunciarlo. El ejército se unió a ellos de nuevo para controlar la situación. Y los votantes laicos vitorearon ahora al mismo ejército al que habían denunciado dos años antes.
La situación política es directa. Tanto la Hermandad Musulmana como la derecha egipcia (las fuerzas que apoyaron por tanto tiempo a Mubarak) tienen los suficientes votantes como para que en cualquier elección razonablemente honesta puedan, una o la otra, salir victoriosas. Las fuerzas laicas –los múltiples partidos socialistas y los centristas de clase media, cuya figura principal es por el momento Mohamed el-Baradei– son demasiado chicas en número. A final de cuentas tienen que unir fuerzas entre sí, en tanto que realmente no quieren ni a la derecha ni a la Hermandad Musulmana. Y los salafistas egipcios se unieron con la coalición anti Mursi, confiando fortalecer su propia mano entre los activistas musulmanes.
En el resto del mundo, los entusiastas de las acciones del ejército son un grupito extraño: Israel, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, Rusia, Argelia y Marruecos, y probablemente Bashar al-Assad. Los que no están felices son Hamas, Ennahda en Túnez, Turquía y Qatar. Y en cuanto a Estados Unidos (así como Europa occidental), perderá gane quien gane, y se ha vuelto irrelevante.
Para Israel, Mursi representaba una amenaza, mientras que el ejército mantendrá una relativa distensión. Para Arabia Saudita, la Hermandad representaba sus grandes rivales en el mundo árabe. Para Assad, la Hermandad había sido el gran respaldo del Ejército Sirio Libre. Argelia y Marruecos trabajan ambos para constreñir a las fuerzas islamistas, y la caída de Mursi es algo que habrán de aplaudir. Para Rusia, la caída de Mursi probablemente no garantiza ningún viraje importante en la geopolítica de la región, que es lo que quiere Rusia.
Para Turquía (y para Ennahda en Túnez), la caída de Mursi socava el caso para un gobierno islámico
moderado. Para Qatar, la caída de Mursi debilita su mano en la lucha con Arabia Saudita.
Estados Unidos desea, por encima de todo, la estabilidad en la región. Estaba preparado para trabajar con Mursi si era necesario. Ha mantenido durante mucho tiempo ligas lo más cercanas posibles con el ejército egipcio. Ha intentado esquivarse entre ambos ofendiendo a ambos bandos y a los neoconservadores y promotores de los derechos humanos dentro de Estados Unidos.
La supuesta pieza única de apalancamiento estadunidense con Egipto –su asistencia financiera, de la cual 80 por ciento va al ejército– no puede ser utilizada. Por una razón: que Arabia Saudita y los Emiratos ya enviaron más dinero que el que Estados Unidos estaba mandando. Y, en segundo lugar, porque el gobierno de Estados Unidos necesita más al ejército egipcio de lo que éste necesita de EU. Al ejército egipcio le gusta comprar su equipo a Estados Unidos. Pero si queda cortado de hacerlo, puede buscar equipo en donde sea. El gobierno estadunidense necesita al ejército egipcio para sus derechos de sobrevuelo, para que le preste ayuda de inteligencia, le asegure una distensión con Israel y para muchas otras cosas, para las que no hay remplazo. Así que Obama se ve reducido a realizar gestos simbólicos sin mostrar los dientes.
La derecha egipcia ha ganado. La izquierda egipcia perdió (aun si no lo reconoce todavía) y la Hermandad Musulmana se irá a la clandestinidad, de la cual podría remerger fortalecida.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein
FUENTE: LA JORNADA OPINION
Genoma del cáncer
Verónica Gutiérrez Portillo
Un cangrejo se posa en una roca en el Parque Nacional de Isla Galápagos
Foto Reuters
Es evidente ahora que la mitad de los cánceres tienen cura y en el caso de la otra mitad se está librando una batalla sin tregua en dos frentes esenciales: el diagnóstico precoz y la genómica, los nuevos conceptos y tecnologías del ADN que están revolucionando la biología en su conjunto y la investigación contra el cáncer en particular.
A pesar de considerarse una disciplina nueva, la genómica del cáncer tiene aproximadamente un decenio y ha vertido una cascada de nuevos conocimientos en oncología.
Los primeros esfuerzos en genómica del cáncer se centraron en las mutaciones heredadas que confieren una alta propensión a la enfermedad. Este tipo de mutaciones en la línea germinal (alteraciones) que son heredadas son la gran especialidad de la genética desde sus orígenes, con Mendel.
El gigantesco avance en las técnicas de secuenciación del ADN y su acelerado abaratamiento permiten catalogar las mutaciones somáticas –que no son heredadas, sino que surgen del cuerpo adulto– las cuales dirigen el crecimiento de los principales tipos de tumores. Los expertos en la materia han publicado cuatro artículos en la revista Science y dos números especiales en su subsidiaria Science Signalling. Los datos revelan un importante número de nuevas vías para el tratamiento de los tumores.
Uno de los grandes problemas con el cáncer es que no es una enfermedad como tal, sino que engloba alrededor de 200 males distintos, así como que cada paciente es un mundo en sí mismo, y el hecho de que la genómica haya lanzado un alud de nuevos datos sólo empeora las cosas.
Pese a esto, los conceptos generales han empezado a emerger, y con ellos, las nuevas estrategias de tratamiento.
Bert Vogelstein y sus colegas del Instituto Médico Howard Hughes en Baltimore dicen:
Hace 10 años la idea de que todos los genes alterados en el cáncer pudieran ser identificados con la resolución de un par de bases habría parecido ciencia ficción. Un par de bases significa que entre los 3 mil millones de letras del ADN que contiene cada una de nuestras células se puede detectar una errata en una sola letra que tiene efectos cancerosos.
Y agrega:
Ese análisis de amplitud genómica ahora no sólo es posible, sino que es rutina en los laboratorios avanzados de investigación oncológica en el planeta. Vogelstein es premio Príncipe de Asturias 2004 por sus contribuciones a la genética del cáncer y uno de los grandes pioneros en la genómica (aplicación de las nuevas tecnologías de secuenciación del ADN a la lucha contra el cáncer) del mismo.
El abaratamiento de los costos ha sido esencial para este gran progreso, ya que cuando se empezaron a estudiar los primeros genomas del cáncer de colon y mama hace 10 años, secuenciar un tumor de cada paciente costaba alrededor de 100 mil dólares, mientras ahora ronda los mil.
La genómica ha descubierto que los principales cánceres humanos se deben a la acumulación de pocas mutaciones –entre dos y ocho– que se van sumando serialmente a lo largo de 20 o 30 años. Algunas de ellas pueden venir desde el nacimiento, confiriendo a un individuo una alta propensión a desarrollar uno u otro tipo de tumor, o incluso cualquier tipo. Lo habitual es que las mutaciones surjan a lo largo de la vida, y en algunos cánceres la causa no puede estar más clara. Es el caso del que afecta al pulmón y a la piel. De hecho, son estos dos tipos de cáncer los que más mutaciones presentan de todos los examinados por la genómica. A lo largo de los 20 o 30 años que tardan en desarrollarse, se benefician enormemente de la persistencia del hábito de fumar o de que sus portadores tomen el Sol.
Existen 140 genes del cáncer que los investigadores denominan conductores, cuyas mutaciones confieren a la célula que las sufre una ventaja selectiva en su competitivo vecindario celular y que conducen el desarrollo del tumor.
La cifra de 140 genes esconde una simplicidad subyacente que permitirá en el futuro inmediato concentrar los focos en las tácticas farmacológicas más prometedoras a corto plazo, porque estos genes son componentes de sólo 12 sistemas biológicos muy bien caracterizados en las células humanas: los sistemas de transmisión que comunican el entorno de la célula con el núcleo celular donde el genoma reside, se replica y ocasionalmente muta.
En un organismo multicelular como el humano es este avanzado sistema de comunicaciones entre las partes de una célula el que determina su destino; cuándo debe dividirse o morir, si debe convertirse en una neurona o una célula de la piel o, por el contrario, preservar su naturaleza inmadura de célula madre para seguir dividiéndose sin comprometerse a un destino u otro.
En ocasiones, ha de dividirse más de prisa que las demás y es ahí donde está la esencia molecular del cáncer y probablemente, su talón de Aquiles. O al menos eso esperan los genetistas.
Vogelstein y sus colegas opinan que
el mejor plan de gestión para un paciente con cáncer estará basado en un análisis del genoma de su línea germinal (el heredado de sus progenitores) y el genoma de su tumor.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
México SA
¿Quién quitó los alfileres?
Menos empleo, más hambre
Canasta básica inalcanzable
Carlos Fernández-Vega
Arranca el décimo mes del nuevo gobierno que todo prometió, y se constata que, lejos de cumplir, cacho a cachito se desmorona el de por sí precario bienestar social, al tiempo que velozmente se aleja la posibilidad (o el sueño, si se prefiere) de que México por fin salga del agujero económico en el que cayó 30 años atrás.
Así es: en apenas 10 meses de estancia en Los Pinos, el pronóstico económico se desplomó 60 por ciento, y contando. Resultado: menos empleo y más precario, desocupación, pérdida de poder adquisitivo, bajos salarios, inflación por arriba de la comprometida y creciente número de mexicanos a quienes su ingreso no alcanza para comer, entre tantas otras gracias.
Sobre este último aspecto, que no es independiente de los demás, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, advierte que
las presiones sobre el bienestar de los mexicanos se mantienen, y el desequilibrio social, laboral y económico que se gestó durante los años previos ha trascendido a la presente administración. En poco ayudó el diagnóstico y estrategias que en el corto plazo se han aplicado, pues no funciona continuar bajo la inercia de un modelo económico basado en las exportaciones, cuando la desaceleración llegó justamente por dicho sector.
El problema ha tocado al bienestar de la población, particularmente porque su ingreso salarial va en retroceso. El daño no es menor, pues al observar las cifras del segundo trimestre de 2013 se constata que aun los ingresos nominales sufren los estragos de un mercado laboral que contrata menos y que paga mal, cada vez peor, como lo documenta, por medio del índice de la tendencia laboral de la pobreza (ITLP), el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Tal indicador es una referencia a la que no se le otorga la debida atención, subraya el CIEN. Derivado de las encuestas trimestrales de empleo permite dilucidar si las condiciones laborales generan el ingreso suficiente para que las personas puedan adquirir una canasta alimentaria, definida como básica, para alcanzar un bienestar mínimo o si además tienen los recursos suficientes para superar lo definido como bienestar. El primer concepto es contundente, si no se percibe el dinero suficiente la capacidad para consumir alimentos se ve seriamente comprometida.
El problema que el ITLP documenta
es que la precarización del empleo sigue su marcha, hay un avance tanto a nivel urbano como rural. El incremento del ITLP lo coloca en un nivel no visto desde su primer registro (en 2005). Lamentablemente, el Coneval no presenta los registros históricos por un cambio en la metodología.
Sin embargo, el CIEN apunta que
se puede afirmar que los resultados contabilizados durante la crisis de 2009 fueron menos desfavorables que los actuales. Parte de la explicación radica en que la recesión sigue afectando a las empresas, particularmente a las pequeñas y medianas. Además, las políticas aplicadas en los últimos años del sexenio de Felipe Calderón terminaron por minar al mercado interno y las condiciones de contratación de los trabajadores.
A tasa anual, el ITLP aumentó 5.8 por ciento, pese a que se registró un incremento –por llamarle así– del PIB de uno por ciento. En el entorno urbano, este indicador avanzó 5.9 y en el rural 5.6 por ciento. A escala estatal solamente siete entidades de la República presentaron una baja en la precariedad; el resto vio crecer la marginación. Baja California, Colima, estado de México, Jalisco y Michoacán fueron los estados donde el aumento fue mayor a 10 por ciento.
Lo anterior se presentó
a pesar de que la presión de la inflación disminuyó: la razón se encuentra en que el ingreso derivado del trabajo perdió poder adquisitivo, aun con una moderación en la elevación de los precios. En términos de precios de 2010 el ingreso per cápita cayó 4.8 por ciento anual, pero cuando la comparación se realiza utilizando los precios de la canasta alimentaria la contracción fue de 8 por ciento. Aun en términos corrientes se tiene una disminución anual de 0.5 por ciento.
Ello se da en un escenario donde las líneas de bienestar mínimo exhiben un movimiento ligero a la baja, es decir, los precios de la canasta básica alimentaria han frenado su crecimiento en los últimos meses.
Por lo tanto, el aumento en el ITLP se debe en gran medida a la notable disminución sufrida por el ingreso laboral per cápita durante el segundo trimestre del año. Tal situación implica que aun cuando se tiene una canasta básica con un ritmo de precios menos elevado, el nivel de los ingresos laborales no es suficiente para adquirirla.
En conjunto, destaca el citado centro de estudios, todo ello expresa un hecho innegable: la desaceleración de la economía afecta a un mercado laboral que tiene una falla estructural: bajos salarios que causan pobreza y debilidad en el mercado interno. Lo anterior debe llamar a una profunda reflexión sobre cómo reactivar el mercado interno, fomentar la inversión y la mejora en las remuneraciones de los trabajadores”.
Un pacto por el desarrollo productivo de México es necesario, evitar dañar a la economía con mayores impuestos (para “estimular la economía, al gobierno peñanietista no se le ocurrió mejor fórmula que bombardear fiscalmente a la población) y competencia desleal, como la que Dragon Mart representa, deben ser algunos de los pasos a seguir.
Para el segundo año de la nueva administración se requieren nuevas estrategias; los saldos económicos y sociales del primero continúan en la línea de precariedad heredada por su antecesor, algo que presionará el tejido social del país.
Las rebanadas del pastel
Y mientras llega la masacre fiscal, siguen las muestras del
México que todos queremos(Peña Nieto dixit): noveno mes del año, noveno gasolinazo. El aumento en los precios de los combustibles duplica el registrado por la inflación general.
Twitter: @cafevega
FUENTE: LA JORNADA OPINION
No hay comentarios:
Publicar un comentario