Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 20 de noviembre de 2011

Proponen a banqueros una campaña para desprestigiar a Ocupa Wall Street

Discuten estrategas demócratas aceptar el movimiento para atajar victorias republicanas
Proponen a banqueros una campaña para desprestigiar a Ocupa Wall Street
Firma de cabilderos sugiere investigar datos personales de activistas y monitorear redes sociales
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Manifestantes de Ocupa Wall Street en la reunión diaria en el parque Zuccotti en Nueva YorkFoto Reuters
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Muestras de la represión policiaca contra los activistasFoto Reuters
De la Redacción
Periódico La Jornada
Domingo 20 de noviembre de 2011, p. 25
Grupos de cabildeo vinculados a los bancos propusieron un plan de 850 mil dólares para atacar al movimiento Ocupa Wall Street y a los políticos que lo apoyan, informó ayer la cadena de televisión estadunidense MSNBC.
Según un informe de cuatro páginas, publicado por MSNBC, la firma de Washington Clark Lytle Geduldig & Cranford (CLGC) propone a la Asociación de bancos estadunidenses (ABA) llevar a cabo una investigación de Ocupa Wall Street (OWS) para construir un discurso negativo sobre el movimiento y quienes lo apoyan, con el fin de difundirlo en los medios, reportó la agencia de noticias Afp.
El texto indica además que el plan de 60 días pretende vigilar y analizar las redes sociales.
Quizá sea fácil rechazar al OWS como un grupo de manifestantes desordenados, pero está demostrado que deberían ser tratados como competidores organizados, muy hábiles y capaces de hacer mover a los medios (...) Para contrarrestar esto, tenemos que hacer lo mismo, escribió CLGC.
El movimiento Ocupa Wall Street, que surgió hace dos meses en Nueva York, está integrado principalmente por jóvenes que se manifiestan contra la codicia del capitalismo y la especulación. Sus planteamientos son frenar la desigualdad social y poner coto al poder económico-financiero de las grandes corporaciones.
El movimiento se ha instalado en plazas de varias ciudades del país, algo que para algunas autoridades constituye una amenaza para la seguridad pública.
El pasado jueves 17 se cumplieron dos meses de la protesta juvenil, día en el que se registró la mayor movilización de apoyo en varias ciudades de Estados Unidos. Según los organizadores, que citaron cifras de la policía, unas 32 mil 500 personas se dieron cita en el sur de Manhattan. Pero no sólo Nueva York se movilizó. De acuerdo con OWS, al menos 30 ciudades del país y el mundo entero participaron en la jornada de acción global. Los Ángeles y Oakland, en California, Portland, Oregon y en Washington son algunos de los lugares donde el jueves se registraron las manifestaciones anti-Wall Street.
Ante la fuerza que ha tomado el movimiento, ayer se difundió la propuesta de la firma Clark Lytle Geduldig & Cranford (CLGC) para la asociación de banqueros, titulado Occupy Wall Street Response (Respuesta al movimiento Ocupa Wall Street), la cual delinea un plan que incluye monitoreo de redes sociales, encuestas, investigación sobre los sectores opuestos al movimiento, además de una intensa publicidad para desacreditar al movimiento.
El memorando de cuatro páginas difundido en Internet y al que La Jornada tuvo acceso argumenta que algunos de los principales estrategas del Partido Demócrata han comenzado a discutir abiertamente los beneficios de aceptar el creciente y cada vez más organizado movimiento social, para prevenir futuras victorias republicanas en el Congreso y en la Casa Blanca. Hemos visto, añade la firma de abogados en el memorando, que se está dando en ese país un proceso de adoptar posiciones extremas para aumentar la base de votantes, incluyendo los que participaron en el debate de inmigración 2005-2006. Esto significaría más que una molestia política de corto plazo para las firmas de Wall Street, indica el grupo CLGC.
Y alerta: si esto ocurre, algunas compañías del sector llegarían a convertirse indiscutiblemente en el centro de una campaña de los demócratas (del Partido Demócrata) coordinada, con un gran potencial de impactar en políticas públicas en el largo plazo, en normas de regulación y con impactos financieros sobre las compañías de Wall Street.
La firma que elaboró la propuesta para desprestigiar a OWS menciona que no debería sorprender que el Partido Demócrata e incluso el equipo de campaña para la relección del presidente Barack Obama haría campaña contra Wall Street en este ciclo. Sin embargo, agrega, la mayor preocupación debiera ser que los republicanos no defiendan a las compañías de Wall Street y que incluso comenzaran a atacarlas también.
Canalizan frustración
Algunas firmas bien conocidas de Wall Street se han convertido en el nexo que une a los manifestantes de OWS como a los seguidores del Tea Party (movimiento conservador de derecha) y ambos grupos están canalizando la amplia frustración sobre el estado de la economía y compartiendo el mutuo disgusto acerca del programa de rescate bancario (TARP, por sus siglas en inglés, que se implementó tras la crisis financiera surgida en 2008 durante el gobierno de George W. Bush y que continuó en la administración de Barack Obama) y otros rescates.
Esta combinación, alerta la firma de Washington Clark Lytle Geduldig & Cranford, tiene el potencial de ser explosivo a finales del año, cuando los medios reporten la próxima ronda de bonificaciones (a los banqueros) y el contraste con las millones de historias de los estadunidenses que ganarán menos en esta temporada de fiestas.
Los estrategas demócratas han identificado el movimiento Ocupa Wall Street como una forma de aprovechar esta ira populista, añade. Y como ejemplo, cita CLGC, el diario Los Angeles Times reportó que Robby Mook, el director ejecutivo del Comité Demócrata de Campaña del Congreso, escribió un correo electrónico de apoyo al movimiento social, en el que dice:
Los manifestantes se reúnen en Nueva York y en todo el país para que los multimillonarios, las grandes petroleras y los grandes banqueros sepan que no vamos a permitir que la fuerza del uno por ciento de los más ricos impongan draconianas políticas económicas y masivos recortes a cruciales programas para la población.
Ellos, añade en referencia a los estrategas de campañas políticas, están ensayando algunos mensajes y desarrollando planes para desplegarlos tanto en anuncios como en las redes sociales y los grandes medios de comunicación este mismo año. El foco de esas campañas, anticipa la firma de abogados en su propuesta a los banqueros, puede ser señalar al sector de servicios financieros y en particular a las grandes firmas de Wall Street, como responsables de los problemas económicos que enfrenta el país y la clase media estadunidense. Menciona a una estratega política de los demócratas, Celinda Lake, quien –según el escrito– ha reconocido el enorme potencial político que tiene capitalizar ese tipo de mensajes.
El documento describe y propone a los banqueros algunas acciones para desprestigiar al movimiento OWS. Entre ellos cita:
Monitoreo de las redes sociales, para identificar mensajes extremos e ideas que atacan a la industria financiera estadunidense, así como anticipar las tácticas de OWS. La idea, dice, es auditar las plataformas sociales más activas en la red.
El documento también propone que en los medios de comunicación se hagan amplios análisis de OWS y sus líderes; que se realice una búsqueda exhaustiva y se obtengan historiales de participantes del movimiento que incluya información civil y penal, historia de juicios, registros de pago de impuestos, procesos de bancarrota (en Estados Unidos las personas, y no sólo las empresas, pueden declararse en quiebra), entre otros.
Plantean encuesta
Los cabilderos de los banqueros también plantean la realización de una encuesta con mil votantes que sirvan como contexto para sus esfuerzos en cada estado. La firma CLGC considera que los estados más importantes en los cuales realizar su investigación son ocho y coinciden con aquellos en los que el presidente Obama ganó las elecciones en 2008, es decir, las zonas de mayor presencia del Partido Demócrata. Estos son: Florida, Pensilvania, Virginia, Wisconsin, Ohio, Carolina del Norte, Nevada y Nuevo México.
Investigar sobre quienes apoyan al movimiento, conocer sus fuentes de financiamiento e identificar oportunidades para construir una campaña con argumentos negativos de OWS de gran impacto mediático para exponer a quienes apoyan este movimiento.
La clave, apunta, es utilizar información producida por la encuesta para desarrollar golpes fuertes, creatividad irresistible, que pueda mover masas, combatir OWS y ofrecer protección para las figuras políticas que defiendan nuestra industria.
El documento concluye ofreciendo 850 mil dólares de presupuesto para quien pueda desarrollar las ‘piedras angulares’ de esta estrategia en 60 días.

Piden a México y EU humanizar la migración
Leopoldo Ramos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 20 de noviembre de 2011, p. 13
Saltillo, Coah., 19 de noviembre. La Comisión Legislativa Fronteriza demandó a los gobiernos de México y Estados Unidos instaurar políticas adecuadas para humanizar el fenómeno migratorio y combatir la trata de personas, por ser el crimen internacional de más rápido crecimiento.
En sus acuerdos tras dos días de trabajo en Saltillo, la cumbre bilateral se pronunció por que ambos países promuevan la migración documentada, ordenada, segura y humanitaria, y emprendan medidas para el manejo adecuado de los impactos sociales, económicos y ambientales que genera la inmigración indocumentada y la repatriación.
Recordaron que ambos gobiernos están obligados a proteger a los inmigrantes y residentes de la frontera de los abusos de la delincuencia organizada y de la trata de personas, y que la seguridad y la prosperidad de la región fronteriza México-Estados Unidos es responsabilidad compartida.
Consideraron urgente que los gobiernos y el sector privado dediquen fondos para evitar los trabajos forzados debido a que la esclavitud moderna ya no es una tragedia oculta; existe en la actualidad en forma de trata de personas y explotación sexual en un nivel nunca visto.
La 24 sesión de la conferencia legislativa fronteriza fue clausurada este sábado en Saltillo tras dos días de trabajo. En el encuentro participaron legisladores de Coahuila, Nuevo León, Sonora, Cihuahua y Tamaulipas, así como de California, Nuevo México, Texas y Arizona.

Ocupa Wall Street
Alberto Betancourt Posada
Al salir de la estación Chambers del metro de la ciudad de Nueva York uno se encuentra con el solar vacío, antes ocupado por las Torres Gemelas. Un escalofrío recorre la espalda. A una cuadra de ahí se ubicó durante los últimos dos meses el campamento Ocupa Wall Street. Después de una docena de convocatorias de la revista Adbusters, un día la gente realmente acudió y restauró el carácter público de un parque que había sido privatizado después del 11 de septiembre de 2001, por un banco que lo compró, limpió el cascajo y lo bautizó con el nombre de uno de sus accionistas, Zuccotti. La Asamblea General de la Ciudad de Nueva York que sesionó ahí, diariamente a partir de las 6 de la tarde, rebautizó el lugar como Plaza de la Libertad, y comenzó una sostenida y creativa protesta pacífica enclavada en el corazón simbólico del capitalismo, en un mundo en el que, como ha dicho Dave Zirin (en The Nation), hasta los jugadores de la NFL han pasado a 99 por ciento de la población afectada por los apostadores del casino financiero.
El movimiento ha transformado el paisaje político en Estados Unidos. La protesta forma parte de una expresión mundial de descontento cuya profundidad es difícil de sondear. ¿Se trata de un cambio de época como el ocurrido en el 68? ¿Es un despertar de la sociedad norteamericana como el de la lucha contra la guerra de Vietnam? ¿O es una expresión más modesta y coyuntural, sobredimensionada por la visibilidad de los estudiantes de las mejores universidades estadunidenses con mayor poder mediático que los migrantes? En cualquier caso, la ocupación ha puesto temas de la agenda social, en la agenda política y podría ponerlo en la agenda económica.
La temprana incorporación de los migrantes, y particularmente de los latinoamericanos, a la Plaza de la Libertad enriqueció al movimiento, diversificó su composición, lo dotó de la experiencia organizativa de las grandes movilizaciones desarrolladas en los años recientes, amplió su demandas y tendió puentes hacia muchas regiones del continente y a sectores sociales populares a los que no llegaba directamente los universitarios y la clase media.
En el nivel del imaginario, los manifestantes reconstituyeron el principio de la esperanza y abrieron la posibilidad de transitar de un mundo babilónico de tensiones raciales y de clase, a una reconstitución de los lazos sociales entre grupos. El campamento transformó un escenario tipo La hoguera de las vanidades de Tom Wolfe (premios a la ambición, el cinismo y la avaricia financiera desconectada de la producción), a una especie de internacionalismo posbabilónico. Las tensiones al interior del movimiento expresan un conflicto real, pero experimentan una nueva manera de resolverlo. En la esquina del parque donde sesionaba la asamblea, un letrero anunciaba: Si tienes problemas con tus vecinos de tienda de campaña, acude a la comisión de mediación. Según me explicó el geógrafo mexicano Rodolfo Hernández –estudioso del singular proceso de proletarización causante de la migración de 500 mil mixtecos a Nueva York–, las tensiones raciales y de clase son tan intensas en Estados Unidos que se expresan también al interior de los movimientos sociales. En un primer momento hubo mucha tensión, entre los moderados jóvenes clasemedieros y los migrantes más radicales y experimentados. Alguien me llegó a decir que las consignas anticapitalistas afectarían la imagen de pluralidad (ideológica) del movimiento, pero tras ríspidas discusiones, los migrantes llegaron para quedarse, enriquecieron la diversidad cultural del campamento y diversificaron sus públicos.
La policía ha estado presionando todo el tiempo; una noche, mientras hacía una entrevista, un agente Matute, del Departamento de Policía de Nueva York, se acercó a nosotros moviendo su tolete, el compañero entrevistado no se dejó intimidar y dijo: ellos también nos apoyan, un sector de la policía realizó un paro de un día, y algunos de ellos vinieron a apoyarnos vestidos de civiles, aunque eso sí, ese día sus demás compañeros cumplieron su cuota diaria de arrestos. Una noche corrió el rumor de que los iban a desalojar, y al día siguiente, a las 6 de la mañana, llegaron 6 mil personas a la plaza para impedirlo. Posteriormente y a punto de que el campamento cumpliera dos meses, Michael Blomberg, alcalde de Nueva York y barón de las noticias económicas (pulso informativo organizador de los vertiginosos movimientos electrónicos de capitales), reprimió a quienes pedían corregir los sufrimientos provocados por la ambición y la avaricia. Un día después el movimiento seguía ahí, listo para inventar algo nuevo.

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