Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 29 de mayo de 2013

LAS MAS DEL 29 DE MAYO DE LA PORTADA EN LA JORNADA INTERNET

Denuncian que miles de familias se quedaron sin señal de tv
 
Oídos sordos a televidentes
Cientos de residentes de varias colonias de Tijuana se manifestaron frente al palacio municipal para protestar por la entrada en operación del llamado apagón analógico. Desde el primer minuto de ayer martes Televisa y Tv Azteca concluyeron sus transmisiones analógicas en la ciudad fronteriza para dar paso a la tecnología digital 
 Foto Notimex
 
Caos por la desorganización de Cofetel en la entrega de decodificadores
Autoridades: se cubrió a 90% de población; sólo fue a 19%: encuestadora
Ausentes, titular de la SCT, Ruiz Espaza, y el presidente de la industria, Tristán Canales
Apagan televisoras transmisiones analógicas en Tijuana; entran a la tecnología digital
Las empresas deberán devolver al Estado el espectro que tienen en la banda de 700 Mhz
Foto
Un centenar de vecinos de varias colonias de la ciudad de Tijuana se congregaron frente al palacio municipal para protestar por el corte de la señal de televisión analógica, debido a que no disponen de decodificadores para captar la señal digitalFoto Notimex
Miriam Posada García y Notimex
Enviada y agencia
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de mayo de 2013, p. 27
Tijuana, BC, 28 de mayo.
Desde el primer minuto de este martes las televisoras de señal abierta, Televisa y Televisión Azteca, concluyeron las transmisiones analógicas de sus señales televisivas en esta ciudad fronteriza, para dar paso a la tecnología digital.
De acuerdo con el jefe de la Unidad de Sistemas de Radio y Televisión de Cofetel, Fernando Borjón, Televisa realizó el apagón analógico de sus canales 6, 12 y 57, mientras Televisión Azteca cesó las transmisiones análogas del 21 y 27.
La Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) logró realizar el apagón analógico en esta ciudad, a pesar de que se promovieron demandas de amparo en contra de esta medida, y de que unas 14 mil personas no recibieron decodificadores por distintas razones, entre ellas que no son de bajos recursos.
Fernando Borjón señaló que el apagón se realizó porque se logró 93 por ciento de penetración entre la comunidad tijuanense, 3 por ciento más de lo que marca la política de transición a la televisión digital terrestre (TDT).
Los canales análogos 6, 12, 33, 45, 27, 21, 3 y 57 sumarán 48 megahertz que serán recuperados por el Estado; cabe señalar que el canal 57 opera en la banda de 700 megahercios, con lo cual se liberan seis megahercios en esta parte del espectro, que pueden ser usados para servicios de telecomunicaciones, señaló Borjón.
Dijo que con el apagón en Tijuana se recuperaron 48 megahercios de la banda de 700 Mhz que podrían licitarse ya para servicios de telecomunicaciones de cuarta generación (4G).
La Cofetel reconoció que unas 500 personas se manifestaron frente a la presidencia municipal de Tijuana, sin que esa autoridad sea responsable del proceso, porque se trata de un tema federal, por lo que pidió que los inconformes se dirijan a la Cofetel.
Destacó que el despacho Krasovsky no logró obtener ni un amparo porque no hay elementos legales para ello.
Señaló que hay zonas en las que no hay señal pero porque nunca la han tenido, ni analógica, debido a que se trata de zonas donde se interrumpe la transmisión por montañas o valles.
Televisa y Tv Azteca realizaron el apagón desde las cero horas del día 28, pero Televisa antes de apagar puso un cintillo en su pantalla que decía: Por disposición de la Cofetel a partir de las cero horas del 28 de mayo de 2013 este canal cesará transmisiones. Para quejas o dudas comunicarse al 018002000120 y al teléfono del ayuntamiento de Tijuana.
Al acto fue convocado el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT), Tristán Canales, quien canceló su asistencia de último momento, al igual que el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza por razones de agenda, explicó el subsecretario de Comunicaciones, José Ignacio Peralta, en su representación.
El presidente de la Cofetel, Mony de Swaan, dijo que la importancia del apagón analógico consiste en que además de mejorar la señal las televisoras tendrán que devolver el espectro que tienen en la banda de 700 megahercios, que el Estado mexicano prevé utilizar para servicios de banda ancha, al tiempo que destacó la importancia de la transición digital para que se realice la licitación de la segunda y tercera cadenas de televisión, ya que serán cadenas digitales.
El presidente de Cofetel fue mesurado en sus declaraciones sobre las inconformidades de los tijuanenses debido a la veda electoral, pero dijo que habrá coordinación entre los tres niveles de gobierno para atender a la población.
El canal 3, operado por el permisionario Instituto Politécnico Nacional (IPN) concretó el apagón analógico esta noche, durante la ceremonia que se realizó en esta ciudad. Por su parte, el concesionario Mario Enrique Mayans Concha apagó el canal 45 y en las próximas horas se espera que el canal 33, operado por Telemundo, concluya las transmisiones analógicas
  
El premio, de Paula Markovitch, gana mejor película, guión, ópera prima y edición
La herida se mantiene abierta rompe el protocolo durante la entrega del Ariel
Las estatuillas de oro, para Ernesto Gómez Cruz, Mario Almada y Columba Domínguez
Foto
Paula Markovitch recibe el Ariel por la mejor película: El premio, que también ganó en guión original, ópera prima y edición, en la 55 entrega de galardones de cine en el Palacio de Bellas Artes
Foto Roberto García Ortiz
Jorge Caballero
 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de mayo de 2013, p. 43
La película triunfadora en la ceremonia 55 de la entrega del premio Ariel fue El premio, de Paula Markovitch, que ganó cuatro estatuillas: mejor película, ópera prima, mejor guión original y edición. Mientras, Rodrigo Plá obtuvo el galardón para mejor director por su trabajo en La demora.
El Ariel al mejor actor fue para Roberto Sosa, por su estupenda labor en El fantástico mundo de Juan Orol, y la estatuilla a la mejor actriz para Úrsula Pruneda, por su interpretación en El sueño de Lú.
La estatuilla para el mejor guión adaptado fue para La demora, escrito por Laura Santullo.
La ceremonia se desarrollaba de acuerdo con el guión, excepto cuando anunciaron el mejor cortometraje documental, que recayó en La herida se mantiene abierta, de David Cortés, porque al recibir el galardón subió al escenario Trinidad Rodríguez, protagonista del trabajo y líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, quien gritó: Atenco vive, Atenco vive....
A continuación, dijo: Gracias a Alberto, gracias por hacer visible la realidad que vive México y hacer posible que estos temas lleguen a este lugar, porque esa es la vida, no una actuación. Fue algo que vivimos en nuestro pueblo, Atenco, que se mantiene en lucha en defensa de su historia. Pero no sólo en Atenco la herida está abierta, está abierta en todo México, en nuestra patria, cuando día a día vemos las injusticias. Aquí estamos de pie y dispuestos a seguir adelante como sociedad. Somos parte de México y hay que hacer algo para que esto cambie.
El premio al mejor largometraje documental fue para Cuates de Australia, de Everardo González, quien agradeció a los implicados en la realización del filme.
El Ariel a la mejor cinta iberoamericana lo ganó Blancanieves, del español Pablo Berger.
Desde las 19 horas comenzaron a desfilar por la alfombra roja figuras como Mario Almada, Hari Sama, Giovanna Zacarías, Sebastián Zurita, Gustavo Sánchez Parra, Paula Markovitch, Mónica Huarte, Jaime Humberto Hermosillo, Úrsula Pruneda, Carlos Hidalgo y Teresa Ruiz.
La ceremonia se inició con la bienvenida del presidente de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, Juan Antonio de la Riva, quien felicitó a los condecorados en el pasado festival de cine de Cannes y a los que han ganado en festivales nacionales e internacionales.
Exigió el cumplimiento de la ley de cinematografía para que el cine mexicano pueda llegar al público que quiere vernos y no el que se le quiere imponer. El cine mexicano es un asunto de soberanía nacional que inmiscuye a los tres poderes para que se le dé trato justo y digno. La comunidad fílmica de México esta lista para participar. ¡Dignidad!
El primer Ariel que se entregó fue el de coactuación masculina; lo ganó Daniel Giménez Cacho, quien dijo: Gracias a todas las personas que hablan de esos temas que aún nos incomodan en México. El galardón equivalente femenino lo obtuvo Angelina Peláez por su papel en La vida precoz y breve de Sabina Rivas.
El premio para mejores efectos visuales fue para Víctor Velázquez y Alejandro Berea, por su trabajo en Depositarios, y el de efectos especiales para Adrián Durán, por La vida precoz y breve de Sabina Rivas.
El premio de mejor vestuario lo ganó Débora Medina, por El fantástico mundo de Juan Orol; mejor maquillaje, Alfredo Mora, por Colosio, el asesinato, y mejor diseño de arte, Antonio Muñohierro, por La vida precoz y breve de Sabina Rivas.
En mejor sonido, el premio fue para el trabajo de Matías Barberis, Jaime Baksht y Pablo Tamez en Cuates de Australia, dirigida por Everardo González; y en música original obtuvieron la estatuilla Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman, por Carrier 250 metros.
El premio a la mejor edición fue para Lorena Moriconi, Mariana Rodríguez y Paula Markovitch, por El premio; y el de fotografía para Carlos Hidalgo, por su trabajo en El fantástico mundo de Juan Orol.
La medalla Salvador Toscano, como se anunció, fue otorgada a Jaime Humberto Hermosillo. El realizador de La Tarea recibió la condecoración de Paula Astorga y Juan Antonio de la Riva.
No hay mejor premio que un apañe no colectivo. Los amo a todos, señaló Hermosillo.
El primer Ariel de Oro fue para el fotógrafo y guionista Rafael Corkidi. Se lo entregó Ernesto Gómez Cruz, quien pidió un aplauso para el galardonado, quien dijo: Hace mucho tomé la decisión de ser artista, me fui a pasear al cerro de la Estrella, estuve con doña Rosario Ibarra buscando a su hijo y también acompañé a Benita Galeana, esa gran comunista, también estuve con Carlos Fuentes. El sistema nunca me quiso y por eso lo dejé, para buscar herramientas con que activar nuestro cine, que no es malo sino que no lo podemos hacer, y encontré que todos somos humanos y artistas.
La 55 entrega del Ariel siguió con In Memoriam; se recordó a José Luis Borau. Federico Gloria Mestre, Raúl Araiza, María Rivas, Marcel Sisniega, Miguel Ángel Ferriz junior, Carmen Montejo, Camilo Vives, Sara Montiel, Alfredo Guevara, César Portillo de la Luz, Gilberto Gascón, Joaquín Cordero y Chavela Vargas, entre otros.
El premio al mejor cortometraje de animación fue para La noria, dirigido por Karla Castañeda, y el de ficción para La tiricia, de Ángeles Cruz.
Silvia Pinal presentó al segundo homenajeado de la noche con el Ariel de Oro: Mario Almada. La actriz dijo: Todos llevamos tatuadas sus películas en el inconsciente colectivo. En su intervención, el director de La fuga del rojo, señaló; Gracias a Silvia por sus bonitas palabras y por este premio.
El actor Ignacio López Tarso subió al escenario del Palacio de Bellas Artes para otorgar el tercer Ariel de Oro a Columba Domínguez. La actriz de películas como Río escondido, Pueblerina y Mujeres que trabajan. Dijo: Mi amor, mi fe y mi ternura para todos los presentes. Gracias por todo lo que me dan.

Rememora el ex jugador del América
cuando anotó el primer gol en el Azteca
Dios me eligió para hacer la hazaña: Arlindo
Rememora el ex jugador del América cuando anotó el primer gol en el Azteca
Karla Torrijos
 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de mayo de 2013, p. a44
El gran día había llegado. Era 29 de mayo de 1966 y por fin sería inaugurado el colosal estadio Azteca, en el sur de la ciudad de México. Éramos 30 guerreros, 15 del club América y 15 del Torino, y todos, hasta los porteros, teníamos el mismo deseo: ser el autor del primer gol en ese grandioso recinto. No estaba preparado, pero gracias a Dios yo fui el elegido para hacer la hazaña, relata el ex jugador brasileño Arlindo dos Santos.
Con una gran sonrisa y la emoción desbordada por los ojos, el ex americanista de 73 años recuerda, como si hubiera sido ayer, el momento que cambió su vida para siempre:
“Fue en el primer tiempo. Atacaba el equipo italiano, pero en un rebote el balón le cayó a Gilberto Vega, quien se lo mandó a Víctor Mendoza, luego a Jorge Coco Gómez, pa-sando por Alfredo del Águila, Vavá y finalmente llegó a mí… burlé a la defensa, disparé con la pierna derecha ¡y logré vencer al arquero!, y en ese instante, al minuto 27, los 115 mil aficionados que estaban presentes en el estadio enloquecieron y gritaron: ¡gooool! Yo corrí a abrazar a mis compañeros, estaba muy contento, no lo podía creer.
“Lamentablemente no pudimos ganar. Al inicio de la segunda parte José Alves Zague anotó el segundo gol y llevábamos ventaja de 2-0 pero terminaron por empatarnos 2-2. Sin embargo, fue un día glorioso para todos, en especial para mí”.
–¿El América le dio algún reconocimiento especial por esa proeza?
–¡No, qué va!, ¡para nada! Antes del partido inaugural hubo promesas, habían dicho que nos darían premios, que habría uno especial para quien metiera el primer gol, pero no llegó nada. Yo tampoco los busqué ni les pedí nada. Me basta con el reconocimiento y el cariño de la gente, eso es lo más bonito, y el nombre de Arlindo dos Santos quedó inmortalizado, quedó para la eternidad.
Sólo tengo una placa que está en el túnel número uno del estadio. Siempre he dicho que la persona que tenga el privilegio de develar un distintivo como ese debe darle gracias a Dios porque somos pocos los que lo conseguimos.
De pronto, en su rostro aparece gran gesto de orgullo, y cuenta que aunque cinco meses antes de la esperada inauguración tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en la cabeza debido a que le explotó un aneu-risma, ese día estaba ahí, listo para disputar el gran partido.
“No sé bien a qué se debió, no supe si fue por la altura de la ciudad de México o qué pasó, pero afortunadamente me salvé. Esa vez me desperté con vómito, tenía movimientos torpes. Zague llegó a mi casa y le platiqué cómo me sentía, él habló al América y ellos mandaron una ambulancia que me llevó al Sanatorio Español. Sólo recuerdo que ese día, 29 de diciembre de 1965, llegué al hospital, me rasuraron la cabeza, ya estaba anestesiado, creo, y me quedé dormido. Cuando desperté ya era primero de enero del año siguiente; estuve cuatro días inconsciente”.
Agradece nuevamente a Dios por haber salido bien li-brado de la operación y continúa con el relato: “Unos ocho o diez días después llegó Zague a la habitación del hospital y de broma me dijo que me habían llamado para ir a entrenar. Yo reaccioné sorprendido y le contesté que no podía acudir porque estaba convaleciente, y entonces los médicos pegaron de gritos y se abrazaron todos. No sabía qué les pasaba, se suponía que no podían hacer ruido en mi cuarto y ellos estaban haciendo un escándalo.
Enseguida me dijeron que con eso se habían dado cuenta de que mi cerebro no sufrió ninguna afectación, que era la duda que tenían; antes no era como ahora, que pueden checar todo rápidamente con estudios. De ahí en adelante sólo estuve en rehabilitación, descansé un mes en Brasil, regresé y justamente cinco meses después, el 29 de mayo de 1966, estaba inaugurando el estadio Azteca”.
Casi año y medio antes, en enero de 1965, Dos Santos salió de Brasil rumbo a México para formar parte del club América, sin saber qué le depararía el destino.
Originario de Bahía, jugaba en su país desde 1957 con el Botafogo, donde logró cinco campeonatos, pero un día, en 1964, le llegó la oportunidad de emigrar.
En entrevista con La Jornada, el apodado Memín explica que él estaba muy contento en mi equipo y no quería irme, a menos que así lo quisiera la directiva. Pero hubo dos circunstancias que me hicieron salir.
En la sala de su casa, vestido con una playera tipo polo amarilla y un pants azul marino, que evocan los colores americanistas, Dos Santos narra que en aquellos años el Botafogo estaba en números rojos y una opción para sanar sus finanzas era que me vendieran.
Hablando entre portugués y español, comenta que la directiva le explicó la situación. En ese momento había interés por mis servicios en Inglaterra, Italia y también estaba la propuesta del América. Yo no quería salir, pero tenía en mis manos la posibilidad de salvar al equipo que me dio todo.
Con una sonrisa pícara confiesa que el otro motivo por el que aceptó irse fue porque así también podría hacer realidad uno de mis sueños: regalar una casa a mis padres. Se juntaron las dos cosas, la necesidad del Botafogo y mi deseo de dar algo a mis papás, con quienes siempre estaré agradecido.
–De entre tantas opciones, ¿por qué eligió al América?
–La decisión fue fácil. Yo no quería irme hasta no haber logrado un título con la selección, lo cual conseguimos en 1963, al ser campeones panamericanos. Y en 1964 apareció el América y dije ya puedo salir, ya di un título a mi país. El único problema fue con la afición brasileña.
–¿Qué pasó?
–Amenazaron al Botafogo. Que si me dejaba salir tumbarían la dependencia (oficinas) del equipo. Hasta el arzobispo dio declaraciones de que Arlindo no debería salir del país porque Brasil iba a jugar por su tercera Copa del Mundo, en Inglaterra 1966. La prensa hablaba mucho y decía que ¡la selección nacional, conmigo y con Pelé, tenía asegurado el triunfo en ese Mundial! –y se carcajea.
Más tarde tuvo que escribir una carta para la afición, en la cual explicaba que era él quien necesitaba salir del plantel para hacer realidad sus sueños: destacar en el futbol internacional y comprar casa a sus papás. Nunca se enteraron de la verdad, de la pésima situación económica del Botafogo.
Arlindo nunca jugó con la selección mayor de Brasil, ni llegó a ser mundialista. Yo ya estaba en la lista para la Copa del Mundo de Inglaterra, pero vine a México con el América y ya no fui.
–¿En algún momento se arrepintió de haberse ido justo antes de ir al Mundial de Inglaterra 1966?
–No, para nada. Estoy seguro de que hice lo correcto, tomé las decisiones que debía tomar y estoy feliz. Si no hubiera salido del país, tal vez no hubiera alcanzado mis objetivos. En esa ocasión Brasil fue eliminado en cuartos de final y la mayoría de los seleccionados, muchos que fueron mis compañeros, desaparecieron, sólo quedó Pelé y tal vez dos más.
Llegó a México en enero de 1965. Aquí pasó cinco años, durante los cuales formó parte del América, equipo con el que finalmente se retiró del futbol, y además estuvo en calidad de préstamo con el Pachuca y el Toluca.
Al término de su contrato con el conjunto de Coapa, Memín regresó a Brasil, donde estudió para ser entrenador. Después fue a Arabia Saudita para trabajar en las fuerzas básicas de algunos equipos, y en 1985 decidió regresar a México, el país que me dio todo.
Aquí comenzó a trabajar en un club deportivo. Los dueños estaban interesados en crear una liga de futbol y me llamaron para iniciarla, así me quedé.
Vive con su esposa en una modesta casa en Cuatitlán Izcalli y sigue ligado al futbol. Trabaja de entrenador del equipo de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, donde ya tengo una plaza y puedo jubilarme.
–¿Y entonces cuándo se retirará definitivamente del futbol?
–¡Nunca! O hasta que me muera; mientras haya futbol siempre habrá Arlindo dos Santos. Estoy en paz, no le debo nada al futbol y él no me debe nada a mí.
 


  
 
 

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