Astillero
¿Absolutamente impensable?
EPN:
plenamente capacitado
Fantasma de la sustitución
No me defiendas, alumno
Julio Hernández López
EN DEFENSA DEL PRECANDIDATO. En su primera conferencia de
prensa como dirigente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell sostuvo que el
precandidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, tiene
una sólida formacióny está
plenamente capacitadopara gobernar el paísFoto José Antonio López
Enrique Peña Nieto asiste impávido a su lenta cocción en el fuego de
la incapacidad. El gran escándalo, el que le va tumbando puntos de popularidad y
aumenta las versiones de que podría llegar al punto de ser sustituido como
candidato presidencial, no proviene en sí de la degradante escena que
protagonizó en la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, sino, en
realidad, de la exhibición pública, rotunda y constante, que de impotencia y
torpeza ha venido dando frente a aquel episodio que otro hombre bien forjado en
la política habría superado sin mayores problemas, sin abonar el terreno para
que creciera y se multiplicara (sobre todo en el nuevo mundo de la crítica libre
que florece en Internet) hasta llegar a los niveles actuales.
No hay punto de comparación entre el sobrado gobernador del estado de México,
que dejaba el puesto a un propio y que se erigía en virtual candidato
presidencial arrollador, con el personaje huidizo, propenso al tropiezo en
cuanto le retiran el tutelaje aislante, silenciado por la fuerza de los yerros,
que hoy recurre al discurso prefabricado, la frase preparada o la entrevista
previamente arreglada. Los destellos del faraonismo precoz que hacía frotarse
las manos a los cuadros priístas por un supuesto retorno inminente a Los Pinos
han ido entrando en una fase precavida, de apenas disimulada reflexión.
El rostro elegido para hacer campaña frívola y superficial permitió antes de
tiempo que se conocieran sus trascendentes defectos, y ahora el temor lleva a
esos estrategas de tres colores a preguntarse qué pasará cuando el hombre sin
tres libros que marcaran su vida se enfrente a los retos de los debates sin
protección, a los cuestionamientos a fondo, a la exigencia de respuestas sin
apuntador. Tal vez si los comicios fueran hoy Peña Nieto aún ganaría, pero cada
día de exposición a la lupa ciudadana añade pérdidas a la cuenta recibida con
amplio superávit.
Tanto es el bombardeo al copete antes puntero, que ayer mucho sufrió el
siempre correcto Pedro Joaquín Coldwell (PJC) a la hora de dar su primera
conferencia de prensa como presidente nacional del PRI. El tema central era,
evidentemente, la postración intelectual del candidato a la Presidencia de la
República. No hubo ni tenía por qué haber misericordia de los reporteros, y uno
de ellos preguntó (entre carcajadas de los periodistas, según narra Enrique
Méndez en la nota del portal de La Jornada) si habría capacitación del
partido de tres colores hacia su abanderado. El quintanarrooense que por
arreglos de transición encabeza el PRI hubo de hacer de tripas corazón y negó
que al mexiquense le faltara capacitación pues, arguyó, había estudiado en dos
instituciones
muy prestigiadas, que le habrían dado
una sólida formación(la Universidad Panamericana, donde cursó la licenciatura en derecho, y el Tec de Monterrey, donde alcanzó el grado de maestría en administración de empresas; centros académicos que bien podrían hoy demandar:
no me defiendas, alumno).
Faltaba aún a Joaquín Coldwell pasar el amargo trago de la pregunta respecto
de las posibilidades de que el Copete que Cae pudiera ser sustituido. El simple
hecho de que esa eventualidad haya alcanzado tales dimensiones en el debate
público y en el bagaje periodístico representa por sí mismo una anormalidad que
debería preocupar a todo dirigente o estratega. Pero, obviamente, el sucesor de
Humberto Moreira apostó por la contestación heterodoxa, la del librito de
instrucciones ante momentos críticos: “Tenemos el candidato más sólido en muchos
años, el mejor posicionado en las encuestas… Está plenamente capacitado para
gobernar al país y tiene las destrezas que debe tener un político”, dijo PJC,
según el relato del reportero Méndez.
Es evidente que la tregua de temporada caerá como bendición en las
atribuladas filas del peñanietismo, pero no es de esperarse que el paso del
tiempo se constituya en solución mágica. Suficientes días han pasado desde la
catástrofe de la FIL sin que hasta ahora el atropellado Enrique haya acertado a
enhebrar una postura inteligente y eficaz que le permita salir del pantano y
recuperar puntaje o cuando menos frenar la disminución. Si de esa manera
enfrenta el candidato puntero un problema menor, relacionado con lecturas, que
dejó crecer hasta convertirse en su pesadilla, hay fundamento para preguntarse
de qué manera enfrentará problemas de índole superior y que afectarían
gravemente no sólo la imagen de un político sino el destino de un país.
Absolutamente impensable, dijo Joaquín Coldwell que es cualquier
consideración respecto de un cambio en la candidatura del tricolor.
Como suele suceder con esas reacciones sentenciosas que pretenden acallar
críticas o discusiones mediante la simple emisión de sonidos de
autoridad, el enunciado es por sí mismo absolutamente falso. El propio Coldwell, al pensar en el tema y la respuesta, consideró tales posibilidades. Y muchos priístas, y muchos ciudadanos, también se preguntan si el PRI no tiene una mejor presentación a ofrecer al público electoral del año entrante que la de un personaje que no puede salir de un problema menor. Absolutamente de pensarse.
Astillas
Marcelo Ebrard agradeció a AMLO el
gestode considerarlo como futuro secretario de Gobernación pero, en un fraseo que mucho dice sin decir, no se comprometió explícitamente más que a desear
que triunfe el proyecto progresista para el país y si tengo que participar lo haré(sin precisar un
sía la invitación concreta que el tabasqueño le hizo) y a que
si se integra un gobierno así, por supuesto que simpatizamos y lo apoyaríamos…
Otro invitado, Juan Ramón de la Fuente, dijo que
pensaráel asunto, según mencionó el propio AMLO, quien habló de que el ex rector de la UNAM pasa por un momento personal difícil...
Y, mientras Calderón y Madero hacen lo necesario en Sinaloa para unir en su
contra a nivel nacional los apellidos Fox, Clouthier y Creel, ¡hasta mañana, con
el batidillo Pemex-Sacyr-Repsol!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio
Astillero
YouTube: Peña Nieto
Víctor M. Toledo
Se dicen muchas cosas. Que el Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes (CNCA) lanzará el año próximo la convocatoria a un torneo nacional de
versificadores cuyo tema central será el lector Peña Nieto. Que ya la SEP
contempló la idea de un concurso de selección de una docena de maestros cuya
tarea será hacerle una elegante síntesis al candidato del PRI de 40 libros
básicos. Que según un sondeo en las redes sociales, las tres bromas ganadoras
fueron: “Menos Face y más books”, “Aún no termina de leer
El dinosaurio, de A. Monterroso”, y
Fue despeinado y despeñado. Que una pequeña empresa de cosméticos ya lanzó un gel para pelo, color verde, blanco y colorado, llamado EPN. Que el aspirante prometió a su familia y a su partido leer completitos durante las vacaciones tres libros: La Biblia, El capital y El origen de las especies. Y en fin, que está naciendo un nuevo partido político, el PPP, para refutar a la hija incómoda.
Pero esto son meros rumores, supuestos que deben comprobarse. Lo que debe
atenderse y entenderse es lo que sucedió en Twitter del sábado 3 al martes 6 de
diciembre con el caso Peña Nieto. Cada día en esta red social se generan a
escala global unos 95 millones de mensajes o tuits, y en México existen
casi 4.6 millones de usuarios. De manera permanente la red monitorea todos esos
mensajes y cuando localiza un tema que se repite y especialmente que aumenta el
número de usuarios dramáticamente lo sitúa como un trending topic. Tras
el incidente de Peña Nieto en la FIL de Guadalajara, el sábado 3, se generó un
incremento notable del tema, que alcanzó su pico a la medianoche, después de lo
cual los sitios generadores fueron cancelados o bloqueados temporalmente, para
rebrotar a lo largo del domingo y alcanzar un pico mayor la noche de ese día
(casi un millón de hits). Cuando iba decayendo apareció el inusitado e
irreverente mensaje de Paulina Peña contra los pobres o proles, un
hecho que desencadenó una reacción descomunal e inmediata casi tres veces mayor
a lo de la FIL, la cual fue de nuevo bloqueada (ver: pulsociudadano.com/). Mucho se ha escrito
sobre este fenómeno, incluidos los brillantes artículos de Javier Corral y Juan
Villoro, pero muy poco se ha dicho sobre lo que parece fue una censura de la red
ante las presiones del PRI, un efecto que alcanzó la página del analista Jenaro
Villamil (www.homozapping.com.mx),
autor del libro El reality show de Peña Nieto.
Pero la #Librería Peña Nieto sólo ha sido un suceso que ha disparado un
interés por escudriñar con cuidado al candidato presidencial, y del Twitter se
ha pasado al YouTube. Un paseo por este último medio devela varios productos. El
más notable y que se convierte en fuerte candidato a ganar el Óscar de la
picardía mexicana es una farsa montada a partir de la película La
caída, (2004) en la que Adolf Hitler, convertido en el amo del país, se
entera del libresco desliz de Enrique Peña Nieto. Los autores se sirven del
original alemán para editarlo y ponerle rótulos en español. Subido por varios,
este video se está viendo por 250 mil ciudadanos al día, alcanzando los 1.8
millones. Derivado del anterior, un nuevo capítulo subido el viernes 9
(Hitler se entera del TT Soy prole) registra unas 50 mil reproducciones
diarias. Otro, denominado Homero Peña Nieto, encuentra en un corto de
Los Simpson la misma situación sufrida por el candidato (más de 600 mil
reproducciones). Otros cinco videos dan versiones del sucesos de la FIL (3.4
millones de reproducciones).
Más allá de los citados, tres videos sobre Peña Nieto anteriores al acto de
la FIL ofrecen materiales para el análisis y la investigación de la personalidad
y la vida del candidato. El primero es aquel que descubre a Peña Nieto como
cliente frecuente de la tienda de ropa más cara del mundo: The House of Birjan
(véase mi artículo “El PRI se va de shopping”, La Jornada,
21/6/11 ). El segundo es una entrevista realizada por la cadena Univisión, donde
el candidato no sabe de qué enfermedad murió su anterior esposa, en una reacción
muy parecida a la del tema de los libros. El tercero es un reporte realizado por
Denise Maerker sobre el maestro y director de una escuela en Ecatepec, que
públicamente se declara homosexual y defensor de los derechos de las minorías.
El maestro, reconocido por su escuela y comunidad, fue cesado de inmediato, ante
lo cual levanta una demanda y acude a pedir apoyo al entonces gobernador del
estado, quien expresa su rechazo a los
maricones. Días después es aprehendido, encarcelado, golpeado y violado, puesto en libertad, y de nuevo agredido y violado por golpeadores. Meses después sale del país. Este video ha sido visto por más de 1.3 millones de personas.
Como ha sucedido en otros países, las redes sociales propiciadas por las
nuevas tecnologías de la comunicación se están convirtiendo en nuevo factor del
cambio o de presión de la sociedad civil. Ahí están los acontecimientos de los
países árabes (Egipto, Túnez, Siria, Marruecos), la campaña electoral de Barack
Obama, las movilizaciones de los antiglobalización, o de los
indignados. Hoy toca a México, donde se estima que unos 28 millones
utilizan estos medios, entrar de lleno en estas dimensiones del debate y de la
información. En una sociedad verdaderamente democrática, los candidatos a
puestos públicos están automáticamente bajo el ojo escrupuloso de las redes.
Ya veremos en los meses que vienen cómo se da, quiénes aprovechan, y sobre
todo quiénes ganan y pierden esta guerra digital.
Origen y destino
Luis Linares Zapata
El banderazo oficial de salida para la contienda de 2012 se dio el
pasado domingo 18 de diciembre. Y, con distingos notables, los participantes han
iniciado su tarea de conquistar las simpatías de los votantes. Las plazas y las
multitudes aparecieron enfundadas de múltiples colores, ánimos y cantidades. Las
diferencias, empero, se empezarán a delinear más adelante. Sin embargo, no todos
los que aspiran a ocupar la Presidencia acarrean pasados, experiencias y
compañías semejantes. Uno, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), llega de muy
lejos, fincando sus raíces desde abajo, con cristalizadas honduras de líder
social y político, labrado a conciencia, penosamente. Tiene gran fuerza entre
amplias capas del electorado situado a la izquierda del espectro ideológico.
Peña Nieto es, por ahora y en el arranque, el más adelantado, según la
opinión encuestada. Su buchaca viene retacada de imágenes televisivas bien
enfocadas a su rostro, destacando su atildada figura. Se acompasa con frases que
realzan sus positivos deseos y promesas. Desde el inicio de su vida pública
recibió protecciones y cuidados y, de esa encandilada manera, ha continuado,
ahora bajo todo un tinglado de poder, el del sistema imperante. La intensidad
con que su imagen ha sido introducida al auditorio, sobre todo al más incauto,
le ha permitido, hasta ahora al menos, sortear cuanta crítica se le ha
enderezado. Sus últimos dislates empero, parecen haber mellado el caparazón que
lo cubría y lo han dejado, de cuerpo entero, a la intemperie.
Falta uno o una que abandere a las ralas huestes del partido azul.
El ganador de su contienda interna saldrá soportado por una sustantiva parte de
aquellos situados en el sólido rincón de la derecha extrema. Ahí encuentran, los
panistas de buena cepa como suelen llamarse a sí mismos, el nicho que les
permite moverse con gracia y soltura. Y, por lo que apuntan las poco confiables
encuestas difundidas, los chances de Vázquez Mota parecen mejorar. Los dos
restantes se han ido rezagando pero siguen intentando cambiar el desfavorable
momento. Los panistas tendrán que sobrellevar el enorme fardo de la docena de
años de mal gobierno, tanto de Vicente Fox como del señor Calderón. La violencia
desatada, sobre todo los años correspondientes al actual periodo, levantará un
muro de lamentaciones y reclamos. ¿Cómo pasar de largo ante tanta sangre y
dolor? ¿Cómo justificar tan exigua capacidad de gestionar el bienestar para las
mayorías nacionales? ¿Podrán renovar esperanzas?
Tanto López Obrador como Peña Nieto lograron situarse al frente de sendas
alianzas partidistas. El tabasqueño conjuntó, tras su esforzada candidatura, una
sólida formación de partidos progresistas. Pero su apoyo mayor proviene de un
movimiento de masas con alcance nacional, inédito, que se ha ido revelando como
un fenómeno sociopolítico de trascendente envergadura. Al mexiquense lo ampara
un priísmo con fortalecido espíritu de cuerpo. Se siente al borde del triunfo y
actúa en consecuencia. Pretende transmitir una expectativa de cambio y
renovación que choca, de frente, con el inocultable rostro de personajes bien
conocidos por sus malas artes y probadas mañas agazapados tras él. En esa
apretura de sombras, manos y cuerpos, la impunidad campea. Brota entre esas
filas partidarias hasta formar un denso caparazón que, al extenderse, corroe las
mismas entrañas de la República. Este amasijo de complicidades y francos delitos
sin castigo ni penas aporta, a los priístas, una coraza apelmazada con un sinfín
de tristes y penosas historias. Al lado de Peña se han adherido otros compañeros
de viaje que aportan sus ambiciones y desventuras. Tanto los verdes como la
troupe de la profesora Gordillo, son simples pandillas de traficantes
de influencias. Don Enrique pretende, con ellos, asegurar una mayoría
legislativa que le permita mandar con anchura de gustos, modas e intereses. Tal
y como se hacía en los indecorosos días del presidencialismo autoritario. Un
modo de gobernar catalogado como dictadura perfecta. Por eso les busca, los
acepta de mil ganas y les concede inmerecidos premios anticipados. Tanta ha sido
la desmesura que ha cundido un intenso malestar y hasta rebeldía entre los
priístas, aún entre aquellos acostumbrados a recibir órdenes y
consignas.
Peña Nieto acude a la contienda sustentado en robusta amalgama de mandones
locales y caciques renombrados. Ha logrado penetrar, con televisivo aporte
interesado, hasta en las rijosas filas de la izquierda. Nada se diga del
neurálgico centro del espectro electoral. Pero su asentamiento más pronunciado,
sin embargo, lo absorbe la derecha mexicana. En su mismo extremo compite, hasta
con cierta ventaja, sobre Vázquez Mota. El único que lo puede desbancar en ese
segmento, dominado por la gente bien, los educados, los apolíticos y un amplio
contingente de analfabetos electorales, es el señor Cordero que, en un golpe de
timón orquestado desde Los Pinos, podría meterse a la contienda por la puerta de
tras banderas, como su patrocinador.
A López Obrador lo dieron por muerto en incontables ocasiones los voceros
orgánicos del sistema. En el largo transcurrir de los últimos seis años, le
fueron adhiriendo trazos negativos al ya de por sí grueso expediente de ataques,
infundios, desprecios y denuestos. Los calores remanentes de 2006 todavía son
recordados y puestos en circulación por sus malquerientes, muchos de ellos
actuando bajo consigna. Pero ahí lo tienen, trasegando por la República,
sorteando obstáculos, afinando su mirada y comprensión de la realidad. Nadie
puede, en buena lid, regatearle el mérito de su incansable saga personal para
aglutinar a esa porción del descontento nacional consciente de su situación.
Sería deshonesto, sino es que necio, negar la vital aportación de AMLO a la vida
democrática de México. Se ha ganado a pulso su posición como personaje crucial
del presente. Pero su cometido no se agota en el pasado. López Obrador pretende
encabezar un gobierno que inicie, que encauce con firmeza una ruta de renovación
integral de la sociedad. Tres son los pilares que propone como sostenes: la
honestidad, la justicia y la solidaridad (valores). Y son creíbles sus
propuestas, están respaldadas por su dilatada lucha por esos capítulos. Al
regreso del venidero periodo vacacional de invierno, se decantará lo que antes
fue sembrando.
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