Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 4 de diciembre de 2011

ASTIM ENVIA UNA CARIÑOSA FELICITACION A MAGU- EL PETROLEO Y EL SEXENIO DE LA MENTIRA- POR UNA POLITICA DE LA EXIGENCIA- MAGU:MI PREMIO, OTRO LAMENTABLE ERROR DE DICIEMBRE

Feria Internacional del Libro de Guadalajara
En vano, intenta persuadir para no recibir el galardón
Magú: mi premio, otro lamentable error de diciembre
Argumenta: no respeto las santas instituciones
Pide exorcizar el auditorio donde estuvo Peña Nieto
Gustoso y agradecido, recibe La Catrina
Arturo Jiménez
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 4 de diciembre de 2011, p. 2
Guadalajara, Jal., 3 de diciembre. Es otro lamentable error de diciembre, manifestó el caricaturista Bulmaro Castellanos, Magú, al recibir el reconocimiento-homenaje La Catrina.
Y argumentó en su contra que es un monero que no respeta las santas instituciones, tales como la de los padres de la patria, la de las presidencias peleles, la de los presidentes legítimos, e igual se pitorrea de la suprema institución decembrina de hornear un guajolote en Navidad.
Fue una gran fiesta para el monero de La Jornada, por las decenas de sus seguidores presentes, el acompañamiento de varios familiares, la estatuilla recibida, diseñada por su colega Sergio Aragonés, y la presencia de éste y de Eduardo del Río, Rius.
Un reconocimiento de sus compañeros, de la Universidad de Guadalajara y de varias instituciones, entregado por la directora de la Feria Internacional del Libro (FIL), en el contexto del Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta.
Una fiesta pese al retraso de una hora debido a que se alargó la conferencia, realizada antes en el mismo auditorio Juan Rulfo, del precandidato presidencial priísta Enrique Peña Nieto, de quien también se pitorreó.
El monero dijo, por ejemplo, que antes de viajar a la FIL, él, que es calvo, cambió de look y prefirió cortarse el copete, o que había que llamar al cardenal de aquí (Juan Sandoval) para exorcizar el auditorio, aunque enseguida se arrepintió, porque cayó en la cuenta de que después habría que exorcizar de nuevo ese sitio. Mientras leía su texto, el historietista también movió los brazos de la misma manera que los políticos.
Tras advertir además que podrían denunciar a sus premiadores ante los tribunales de La Haya, Magú (San Miguel El Alto, Jalisco, 1944) continuó con los argumentos para que se arrepintieran:
Foto
Bulmaro Castellanos, Magú, al recibir su premio durante la 25 Feria Internacional del Libro de GuadalajaraFoto Arturo Campos Cedillo
Le concedieron un premio a un caricaturista que no sabe dibujar, que dibuja a los políticos como esperpentos sacados de la Laguna Negra, o de Laguna Verde si llegara a explotar la planta nuclear, que les dibuja narices de torniquete y se ve obligado a ponerle el nombre de oreja, a las orejas, para que se puedan identificar.
Recordó también que ha hecho fraude como dibujante, pues en lugar de monos ha puesto en el recuadro sólo un punto negro, o dibujado frívolas escenas de sus vacaciones en la playa. O que no le paga derechos de autor al cura Hidalgo por piratearse su imagen durante el mes de septiembre, o es incongruente porque sí come guajolotes en diciembre.
O que critica a la sacrosanta izquierda, lo cual lo convierte en un caricaturista de izquierda que incumple sus deberes ideológicos de brindar la debida protección a los políticos de su equipo. Ello, agregó el dibujante, le ha traído acusaciones como la de “estar más maiceado que la empresa tortillera Maseca o hasta la muy merecida y respetable mentada de madre del subcomandante Marcos”.
Pero como sus premiadores ignoraron su argumentación y no hablaron ahora y callaron para siempre, Magú, gustoso y agradecido, recibió La Catrina y se convirtió en un catrín con un sombrero de copa que sacó de una bolsa.
También comentó que, así como la FIL nos dio la bienvenida con 26 muertos, cuando venía para acá se encontró otro difunto que tenía un narcomensaje, que el monero mostró y leyó enseguida: Esta Catrina es para que aprendas a respetar a los pinches moneros.

Por una política de la exigencia
Rolando Cordera Campos
La necesidad de cambiar no debería servir para olvidar que llevamos más de veinte años de promesas de cambio: en la economía o la política, y hasta en la forma de ser y hacer las cosas. Es claro que debe darse un golpe de timón a la escorada nave nacional, pero también lo es que un cambio más sin adjetivos nos puede salir más caro que la democracia fofa, banal, que nos arrojó la alternancia. Junto con un gobierno sin objetivos, lo que hemos tenido es una sistema político sin anclas firmes con la sociedad que lo hace posible y sin capacidad para ampliar y profundizar el espacio público, que es donde se da la deliberación que es indispensable para tener un gobierno basado en la discusión, como los clásicos imaginaron a la democracia que nacía.
El arrancan se dio de modo virtual, porque los vericuetos de la ley y los que sus intérpretes han decidido adjudicarle llenaron de bruma la pista; pero arrancaron ya y con fuerza los del PRI y los de la coalición encabezada por Andrés Manuel López Obrador, mientras los panistas deshojan la margarita y prefieren esperar. La expectativa de la política nutre la política de las expectativas y en buena hora, pero es indispensable hacer campo a la memoria y no dar rienda suelta al entusiasmo sin condiciones.
Lo que se necesita más bien es un interés ciudadano sustentado en la curiosidad a la vez que en la memoria, que se traduzca en la exigencia de claridad en el mensaje y el máximo de precisión en la propuesta o el programa. Sin estos atributos elementales, la sociedad asistirá desarmada al torneo de ingenios, malos y buenos, que desde la impunidad decidan facturar los cuarteles generales de los políticos y sus creativos quienes, como recordamos muchos, pueden llenar de veneno el ambiente electoral con genialidades ofensivas como aquella de que AMLO era un peligro para México.
No podemos pedir que no se repita la guerra sucia del espot o la malevolencia importada, como en la que cayeron los panistas en 2006. Sí podríamos exigir a los abanderados de los partidos que asuman que los espots, como estrategia de saturación, ofende, y que lo que requerimos son ideas y, si se arriesgan, propuestas sobre lo importante y lo urgente, más que sobre lo que se les ocurra a los improvisados bien pagados que sueñan con manipular la opinión de la gente y apoderarse de la mente del que paga.
Precisión, pero sobre todo claridad y compromiso, es el llamado de la hora. Estas tres virtudes que demandamos de la política y de los políticos deberían articularse por la urgencia de asumir y superar los extremos de desigualdad y pobreza que hoy nos caracterizan como sociedad. Esta sería una condición obligada para encarar y disolver las cumbres de violencia y abuso que se han apoderado del imaginario colectivo y sus conjeturas, y que amenazan con despojar al Estado de los mínimos de credibilidad indispensables para sustentar una legitimidad que ha perdido la memoria de su historia, sin agenciarse de la eficacia necesaria para acompañar una creíble convocatoria de refundación.
De aquí la orfandad política del Estado y la dificultad mayor de los políticos gobernantes y de quienes aspiran a sucederlos, para combinar con eficiencia histórica poder y derecho.
Perdidos en la transición quedamos, cuando un clown mal hecho la convirtió en alternancia. Hoy tenemos que admitir, además, que la gran aventura de la globalización neoliberal tampoco nos liberó de la estrecha y unilateral dependencia externa ni sentó las bases de una sostenida superación de la pobreza y la injusticia social.
Es frente a este cuadrante de ominosa soledad que los aspirantes a gobernar deben definirse y asumir con claridad que de lo que se trata es del gobierno de la gente y no de las cosas. Que los estados tienen que administrar dilemas y no sólo recursos.
El show ha empezado y debemos empeñarnos en que siga. Pero con adjetivos para el desarrollo, reclamos a la democracia y exigencias ciudadanas. Entonces veremos si la política todavía puede desplegar visiones de futuro y cumplir sus promesas de civilidad y diálogo.
Desde esta esquina me uno con entusiasmo al homenaje de la FIL a nuestro querido Chema

El petróleo y el sexenio de la mentira
Antonio Gershenson
No es la primera vez, ni mucho menos. Ya Pemex había inventado reservas por montón. Una de las veces más recientes fue en la comparecencia del director general ante la Comisión de Energía del Senado, el 25 de mayo de este año. Aparecieron, para la región Norte, donde está Chicontepec, reservas del doble y del triple de las que oficialmente se tenían. Y, como de costumbre, no eran probadas, más que las que ya se tenían publicadas.
Ahora tenemos un anuncio de un gran hallazgo de al menos 400 mil millones de pies cúbicos de gas, en aguas profundas a 113 kilómetros de Coatzacoalcos. Aparecieron de milagro, porque en los reportes oficiales no había nada de eso.
En el cuadro oficial de reservas de hidrocarburos al primero de enero de 2011, las regiones que tienen reservas, sean éstas probadas (las únicas reales), probables o posibles, son: Marina Noreste, Marina Suroeste, Norte y Sur. Pero nada de aguas profundas, es público que en ellas no ha habido reservas. En los reportes trimestrales, las regiones siguen siendo las mencionadas, y en el más reciente, que llega hasta el 30 de septiembre, tampoco se menciona ningún caso en aguas profundas. ¿Cómo van a aparecer de repente 400 mil millones de pies cúbicos de gas? Y mencionan un solo pozo, el Nen 1. Ya sabemos que se necesitan varios pozos productivos para delimitar un campo y poderlo evaluar. La información anterior es que de todos los pozos en aguas profundas, sólo uno podía producir gas y ninguno generaba petróleo. Y de repente aparece de milagro esta cantidad, con un solo pozo.
La realidad es que, entre la quema de gas y la falta de producción integral y racional del mismo gas natural, nuestras importaciones no sólo siguen sino aumentan. En 2010 se importaron 217 billones de pies cúbicos, y en 2011 se estiman 335 billones. Aumentó la importación de gas en más de 50 por ciento en un año.
Las mentiras no son exclusivas de Pemex, ha habido otros casos. Y las de Pemex tampoco han sido sólo en supuestas o reales reservas. Por ejemplo, la genialidad de importar crudo superligero, con el pretexto de usarlo en las refinerías. Cuando que ya lo exportamos en cantidades crecientes. Lo criminal es exportarlo, en vez de usarlo en refinerías y en complejos petroquímicos. Pero al no haber un negocio para ellos, ya las refinerías no les importan.
Las mentiras vienen, por lo menos desde la campaña electoral del actual gobierno. Y ya vimos que en tiempos del PRI también las hubo, como con el gas que iba a exportarse a Estados Unidos.
Si fuera cierto lo de las mencionadas cantidades de gas, ¿por qué los funcionarios de Pemex entregaron ya yacimientos maduros, casi agotados? ¿Y por qué quieren entregar otros más en condiciones similares, pero ahora ya no por 25 sino por 30 años?
Si fuera cierto, ¿por qué está asignado para este año, para Chicontepec, un presupuesto de más de 20 mil millones de pesos, con una producción del 2 por ciento nacional, 50 mil barriles diarios?
¿Y por qué se asignan 56 mil millones de pesos para este mismo año, a Cantarell, que produce poco más de una quinta parte de 2004, concretamente 416 mil barriles diarios? Menos mal que Chicontepec, pero...
El presupuesto para delta del Grijalva, en tierra, cerca de la costa de Tabasco, es para este mismo año de 6 mil millones de pesos, menos de la tercera parte que Chicontepec. Pero aumentó su producción al triple en seis años, tanto en crudo como en gas. Y su producción de crudo es de 150 mil barriles diarios, el triple que en Chicontepec. Con un tercio de presupuesto, se triplica la producción del delta y se produce el triple de crudo que en Chicontepec.
El presupuesto de litoral de Tabasco fue de 9 mil millones de pesos, menos de la mitad que en Chicontepec. Su producción de gas aumentó siete veces en ocho años. En ese mismo lapso su producción de crudo aumentó cinco veces. Esta última producción fue de 276 mil barriles diarios, más de cinco veces la de Chicontepec, con menos de la mitad de su presupuesto.
Aunque no es un derroche como el de Chicontepec, el de Cantarell, 56 mil millones, nos da una producción decreciente, y ya produce menos que la suma de litoral de Tabasco y delta del Grijalva; esta última suma es de 276 + 150 = 426 miles de barriles diarios. Diez mil barriles más que la producción de Cantarell, y su presupuesto sumado es de 15 mil millones de pesos, poco más de una quinta parte del presupuesto de Cantarell. Y no estamos contando la producción de gas de las dos áreas productivas, varias veces superior a la de Cantarell.
Volvemos a lo que debían hacer si fuera real esa cantidad de gas descubierto. No derrochar el dinero en proyectos con contratistas que perforan cientos de pozos, en los términos señalados. Y sin un provecho proporcional a su producción. Destinar más presupuesto a las áreas productivas, y menos dinero a las menos productivas. No son reales esas millonadas de gas descubierto, pero de todos modos esta alternativa es la mejor.

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