Alerta en Nigeria por envenenamiento de niños con plomo
Un doctor de Médicos sin Fronteras, toma una muestra de sangre a una niña, al norte de Nigeria.
Foto: MSF
Foto: MSF
MÉXICO, D.F. (apro).- El pasado lunes 20 la organización no gubernamental pro derechos humanos, Human Rights Watch, lanzó una alerta mundial y pidió a la comunidad internacional ayuda para atender de manera urgente a miles de niños envenenados con plomo. Los pequeños se contaminaron en trabajos de minería en la región de Zamfara, en el noreste de Nigeria.
La concentración de metales pesados en la sangre es letal para los niños, quien sobrevive, padece las terribles secuelas de por vida.
Desde enero de 2010 empezaron las muertes. Nadie podía explicarse la causa.
Los aldeanos discutían si era malaria o los malos espíritus. Cuando las brigadas nigerianas de vacunación llegaron a los pueblos remotos de la provincia de Zamfara, descubrieron que casi no había niños. Ante la cantidad de muertes de menores de cinco años, el gobierno solicitó ayuda a la organización Médicos Sin Fronteras.
Gracias a los análisis de sangre y a las necropsias, los doctores descubrieron que se trataba de un envenenamiento con plomo.
El gobierno nigeriano pidió ayuda a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que de inmediato envió un equipo de expertos. Médicos Sin Fronteras ya para entonces había contabilizado la muerte de 200 niños.
El equipo de la ONU y calculó que había 18 mil personas envenenadas, según anunció en conferencia de prensa realizada el 5 de octubre en Ginebra, Suiza. Elisabeth Byrs, vocera de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), afirmó que tres meses después de los primeros decesos el número de víctimas fatales se había duplicado. Byrs apuntó que el envenenamiento también era por cobre y mercurio como consecuencia de los trabajos mineros de los buscadores de oro.
El otro Rey Midas
Nigeria dio la concesión a empresas chinas de buscar oro en su territorio, pero los nigerianos no querían quedarse al margen de la fiebre del oro y aparecieron cientos de minas clandestinas. La gente se lleva cubetas o tambos con arcilla y la limpia en casa donde los niños ayudan en ese trabajo a sus padres. Los pequeños duermen en el piso o sobre los sacos de tierra, se llevan las manos a la boca, respiran el polvo, en fin, tienen contacto con el plomo de mil maneras. Las madres embarazadas, transmiten el plomo a sus fetos.
Los aldeanos de las regiones de Bukkuyum, Anka y Zamfara extraen tierra y barro de las minas colindantes a sus comunidades y las cargan a sus chozas para hacer una selección manual. Sin saberlo, llevaron la muerte a casa.
Según Médicos sin Fronteras y expertos de la ONU, es difícil calcular el número de enfermos y muertos pues la gente no quiere hablar de ellos ni dejar la minería clandestina. Por un lado, a veces es la única fuente de ingresos, por otra, temen los castigos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las aldeas contaminadas son 43. La OMS encontró que el agua de los estanques tiene plomo y que la concentración de mercurio en el aire es cien veces superior a lo establecido como tolerable.
Las lluvias torrenciales diseminaron el plomo por toda la región noreste de Nigeria. Médicos Sin Fronteras afirmaron en su página web que el envenenamiento por plomo en Nigeria es considerado una de las peores contaminaciones de metales pesados que ha habido en el mundo.
La organización de origen gala no exagera, pues en Yangalama, un tercio de la población infantil murió por envenenamiento, en junio de 2010.
Según el informe de Human Rights Watch publicado el pasado jueves 20 de febrero, en la región Zamfara la concentración de plomo es tan tóxica que en 2010 se estimó que la tasa de mortalidad en pueblos como Abaré, Dareta, Duza, Sunke, Daji Tungar, Guru Tungar y Yargalma fue de 40% entre los niños que mostraron síntomas de envenenamiento.
Según el mismo informe, el gobierno de Zamfara instauró un equipo de limpieza en Bagega, la aldea más grande, donde al menos 2 mil niños necesitan tratamiento médico urgente.
El problema para Nigeria, es la falta de fondos, equipos y experiencia. Los casos más urgentes son llevados a los hospitales cercanos donde los voluntarios de Médicos Sin Fronteras y de la Organización Mundial de la Salud los atiende.
Los síntomas del saturnismo
Al envenenamiento con plomo se le llama saturnismo. Los síntomas en adultos son diferentes a los de los niños. En los primeros, hay infertilidad y abortos involuntarios, presión alta, trastornos nerviosos y dolor muscular en las articulaciones. También causa irritabilidad y afecta la capacidad para concentrarse y recordar.
En los niños el daño es terrible: El plomo ataca directamente al sistema nervioso central y causa estragos permanentes en cerebro, hígado, riñones, nervios, estómago, coordinación mano-ojo, así como discapacidad intelectual y de crecimiento.
Un niño que recibe grandes cantidades de plomo puede desarrollar anemia, fuertes dolores de estómago, debilidad muscular y lesión cerebral. Incluso bajos niveles de plomo se relacionan con coeficientes intelectuales más bajos y trastornos de conducta, afirma la Organización Mundial de la Salud. En los casos más graves, el envenenamiento produce la muerte como en Nigeria.
Prohibir el trabajo infantil, parte del tratamiento
El tratamiento es costoso y requiere tiempo. La terapia es de larga duración con agentes quelantes para remover metales pesados del cuerpo.
El Fondo de Naciones Unidas de Respuesta de Emergencia (CERF) ha proporcionado casi dos millones de dólares la OMS y al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, desde el descubrimiento del problema en Zamfara . Esa ayuda se ha destinado a proporcionar tratamiento, formación de los médicos para realizar diagnósticos y aumentar la concienciación en la población sobre los peligros del plomo.
Los médicos toman muestras y las envían a Europa para ser examinadas, algunas presentan niveles de 300 “que es traumático para alguien acostumbrado a tratar pacientes con niveles por debajo de 10”, dijo la Doctora Jenny McKinsey, de Médicos Sin Fronteras a CNN.
Los niños son tratados con una medicina que se aferra al plomo en la sangre para que pueda salir con la orina.
El llamado con carácter de urgencia que hace Human Rights Watch no solo son es en búsqueda de ayuda médica y financiera para salvar a los niños envenenados sino para que Nigeria respete los tratados internacionales de la que es suscriptora, que prohíben el trabajo infantil, sobre todo con el manejo de sustancias tóxicas.
La concentración de metales pesados en la sangre es letal para los niños, quien sobrevive, padece las terribles secuelas de por vida.
Desde enero de 2010 empezaron las muertes. Nadie podía explicarse la causa.
Los aldeanos discutían si era malaria o los malos espíritus. Cuando las brigadas nigerianas de vacunación llegaron a los pueblos remotos de la provincia de Zamfara, descubrieron que casi no había niños. Ante la cantidad de muertes de menores de cinco años, el gobierno solicitó ayuda a la organización Médicos Sin Fronteras.
Gracias a los análisis de sangre y a las necropsias, los doctores descubrieron que se trataba de un envenenamiento con plomo.
El gobierno nigeriano pidió ayuda a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que de inmediato envió un equipo de expertos. Médicos Sin Fronteras ya para entonces había contabilizado la muerte de 200 niños.
El equipo de la ONU y calculó que había 18 mil personas envenenadas, según anunció en conferencia de prensa realizada el 5 de octubre en Ginebra, Suiza. Elisabeth Byrs, vocera de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), afirmó que tres meses después de los primeros decesos el número de víctimas fatales se había duplicado. Byrs apuntó que el envenenamiento también era por cobre y mercurio como consecuencia de los trabajos mineros de los buscadores de oro.
El otro Rey Midas
Nigeria dio la concesión a empresas chinas de buscar oro en su territorio, pero los nigerianos no querían quedarse al margen de la fiebre del oro y aparecieron cientos de minas clandestinas. La gente se lleva cubetas o tambos con arcilla y la limpia en casa donde los niños ayudan en ese trabajo a sus padres. Los pequeños duermen en el piso o sobre los sacos de tierra, se llevan las manos a la boca, respiran el polvo, en fin, tienen contacto con el plomo de mil maneras. Las madres embarazadas, transmiten el plomo a sus fetos.
Los aldeanos de las regiones de Bukkuyum, Anka y Zamfara extraen tierra y barro de las minas colindantes a sus comunidades y las cargan a sus chozas para hacer una selección manual. Sin saberlo, llevaron la muerte a casa.
Según Médicos sin Fronteras y expertos de la ONU, es difícil calcular el número de enfermos y muertos pues la gente no quiere hablar de ellos ni dejar la minería clandestina. Por un lado, a veces es la única fuente de ingresos, por otra, temen los castigos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las aldeas contaminadas son 43. La OMS encontró que el agua de los estanques tiene plomo y que la concentración de mercurio en el aire es cien veces superior a lo establecido como tolerable.
Las lluvias torrenciales diseminaron el plomo por toda la región noreste de Nigeria. Médicos Sin Fronteras afirmaron en su página web que el envenenamiento por plomo en Nigeria es considerado una de las peores contaminaciones de metales pesados que ha habido en el mundo.
La organización de origen gala no exagera, pues en Yangalama, un tercio de la población infantil murió por envenenamiento, en junio de 2010.
Según el informe de Human Rights Watch publicado el pasado jueves 20 de febrero, en la región Zamfara la concentración de plomo es tan tóxica que en 2010 se estimó que la tasa de mortalidad en pueblos como Abaré, Dareta, Duza, Sunke, Daji Tungar, Guru Tungar y Yargalma fue de 40% entre los niños que mostraron síntomas de envenenamiento.
Según el mismo informe, el gobierno de Zamfara instauró un equipo de limpieza en Bagega, la aldea más grande, donde al menos 2 mil niños necesitan tratamiento médico urgente.
El problema para Nigeria, es la falta de fondos, equipos y experiencia. Los casos más urgentes son llevados a los hospitales cercanos donde los voluntarios de Médicos Sin Fronteras y de la Organización Mundial de la Salud los atiende.
Los síntomas del saturnismo
Al envenenamiento con plomo se le llama saturnismo. Los síntomas en adultos son diferentes a los de los niños. En los primeros, hay infertilidad y abortos involuntarios, presión alta, trastornos nerviosos y dolor muscular en las articulaciones. También causa irritabilidad y afecta la capacidad para concentrarse y recordar.
En los niños el daño es terrible: El plomo ataca directamente al sistema nervioso central y causa estragos permanentes en cerebro, hígado, riñones, nervios, estómago, coordinación mano-ojo, así como discapacidad intelectual y de crecimiento.
Un niño que recibe grandes cantidades de plomo puede desarrollar anemia, fuertes dolores de estómago, debilidad muscular y lesión cerebral. Incluso bajos niveles de plomo se relacionan con coeficientes intelectuales más bajos y trastornos de conducta, afirma la Organización Mundial de la Salud. En los casos más graves, el envenenamiento produce la muerte como en Nigeria.
Prohibir el trabajo infantil, parte del tratamiento
El tratamiento es costoso y requiere tiempo. La terapia es de larga duración con agentes quelantes para remover metales pesados del cuerpo.
El Fondo de Naciones Unidas de Respuesta de Emergencia (CERF) ha proporcionado casi dos millones de dólares la OMS y al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, desde el descubrimiento del problema en Zamfara . Esa ayuda se ha destinado a proporcionar tratamiento, formación de los médicos para realizar diagnósticos y aumentar la concienciación en la población sobre los peligros del plomo.
Los médicos toman muestras y las envían a Europa para ser examinadas, algunas presentan niveles de 300 “que es traumático para alguien acostumbrado a tratar pacientes con niveles por debajo de 10”, dijo la Doctora Jenny McKinsey, de Médicos Sin Fronteras a CNN.
Los niños son tratados con una medicina que se aferra al plomo en la sangre para que pueda salir con la orina.
El llamado con carácter de urgencia que hace Human Rights Watch no solo son es en búsqueda de ayuda médica y financiera para salvar a los niños envenenados sino para que Nigeria respete los tratados internacionales de la que es suscriptora, que prohíben el trabajo infantil, sobre todo con el manejo de sustancias tóxicas.
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