Desfiladero
¿Qué vamos a hacer con el PRD en el DF?
Sola
enfermóa AMLO
Jaime Avilés
Protesta en el contexto de la ceremonia por el Día de la Bandera, encabezada ayer por el presidente Felipe Calderón en el Zócalo de la ciudad de México
Foto Carlos Cisneros
El método de las encuestas para definir los candidatos a delegados del Distrito Federal impedirá, tal vez, que las tribus del PRD cometan un atropello como el que pretenden los miembros de la corriente de René Bejarano en Tlalpan.
Guillermo Sánchez Torres, ex titular de esa demarcación, quiere postularse por segunda vez a ese cargo para conservar la inmunidad que lo mantiene a salvo de un sinnúmero de personas y organizaciones que desean fincarle acusaciones penales apenas deje de contar con la protección del fuero.
Lo mismo ocurre con su sucesor, Higinio Chávez, quien tratará de saltar al Poder Legislativo para escabullirse de quienes han sido víctimas de sus oscuras pero visibles alianzas con empresarios de la localidad, a quienes refrendó permisos de construcción otorgados ilegalmente por Sánchez Torres.
Sánchez y Chávez han acumulado méritos suficientes para ser sometidos a procesos penales por enriquecimiento inexplicable. ¿Cómo, con su sueldo de delegado político, Guillermo Sánchez Torres pudo comprarse diversos inmuebles de lujo? Aquí va una sólida hipótesis.
El 29 de noviembre pasado, la Contraloría del Distrito Federal ordenó a la delegación Tlalpan (oficio CIDT/ODYR/2778/ 2011) recuperar la parte de la calle Fuente de la Alegría, colonia Fuentes del Pedregal, donde se construye, gracias a permisos otorgados por Sánchez, el complejo habitacional Miravento Luxury Towers.
Hoy, casi tres meses después, Higinio se niega a cumplir la orden, so pretexto de que
está analizando si de verdad hay una invasión de la citada vía pública(nota de Alejandro Cruz Flores, La Jornada, 24/02/12). Sánchez Torres desea relegirse para garantizar la terminación de la obra y la inversión de quienes de alguna manera le llegaron al precio a cambio de las licencias.
Ese del complejo Miravento Luxury Torres (¿por qué no le pusieron Look the wind?) es sólo uno más de los múltiples casos de corrupción en que el dúo cleptócrata abusó de su cargo para incurrir en aparente tráfico de influencias en perjuicio del pueblo que los eligió como
representantesdel movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Porque gracias a los votos de los más pobres de Tlalpan, Sánchez Torres (2006-2009) y Chávez (2009-2012) se coludieron con magnates como Jorge Talavera, dueño del restaurante Don Enrique, quien reconvirtió parte de ese enorme predio en una estación de gasolina a menos de un metro de un conjunto habitacional y muy cerca de escuelas guarderías, lo cual está expresamente prohibido por la ley.
Cuando los vecinos lo demandaron por violar diversas disposiciones legales y le ganaron el pleito, Higinio Chávez, o la delegación Tlalpan, presentó una apelación en favor del empresario y contra los ciudadanos. ¿Con qué cara puede el PRD volver a pedir el voto de la gente en esa región de la ciudad?
Los pobres, las clases medias arruinadas y los empresarios en bancarrota, que si algo tienen en común es el hecho de ser víctimas de la gran catástrofe llamada
gobierno del presidente de la República–un título tan espurio como quien lo ostenta– se alistan para llegar a las urnas el primero de julio con un candidato de lujo, un eficaz proyecto para rescatar al país del horror que lo ha destruido y un movimiento social que organizó y articuló a varios millones de personas.
Sin embargo, no tienen un partido a la altura de las circunstancias. El PRD ha logrado gobernar la capital del país durante 15 años, por dos razones fundamentales: aquí dejó de existir el PRI y la cultura progresista de la inmensa mayoría de los chilangos ha impedido el ascenso del PAN, excepto en los dos grandes enclaves del conservadurismo: las delegaciones Miguel Hidalgo y Benito Juárez.
Desdichadamente para la causa de López Obrador, que es la de al menos 20 millones de mexicanos, ese predominio natural fue transformado en control corporativo de los sectores más débiles de la ciudad, y de tal suerte, el PRD reprodujo los usos y costumbres que el PRI mantiene en los estados que gobierna. En los años 70 del siglo pasado, al cabo de décadas de lucha, primero contra el fascismo y después contra el estalinismo, el Partido Comunista Italiano (PCI) se convirtió en faro de las izquierdas del mundo que no se identificaban con Moscú, pero tampoco con Mao.
Gracias a su arraigo en los combativos sindicatos de industria y a la identificación que estableció con la pequeña burguesía progresista, comenzó a crecer electoralmente y a ganar los gobiernos de las ciudades más importantes del norte de Italia. Pero cuando esos gobernantes utilizaron el poder para enriquecerse, el desplome del PCI fue inevitable y después irreversible. Hoy, ¿dónde está la izquierda italiana?
La ultraderecha racista, fascista y mil veces más corrupta, encabezada por Berlusconi, se apoderó de casi todos los espacios políticos, y la hermosa, alegre y solidaria Italia se volvió la versión europea de un país tan antipático como el Chile posterior a Pinochet, pese a la infinita bondad del pueblo chileno, tan noble como el nuestro.
Después de 50 días de autoexilio en una comunidad del sur del país, donde escribí un libro acerca de AMLO para mostrar aspectos desconocidos de la vida privada de ese político excepcional, regreso a la ciudad de México y encuentro un profundo desencanto en las delegaciones, donde quienes votaron siempre por el PRD ahora no piensan hacerlo. Pues dicen y dicen bien: ¿qué diferencia hay entre delegados de
izquierda, como Guillermo Sánchez o Higinio Chávez, y de derecha, como Gabriela Cuevas o Demetrio Sodi?
¿Qué vamos a hacer con el PRD en la ciudad de México, podrido como en el resto del país? ¿Qué vamos a hacer con los perredistas de buena fe, decentes y desvinculados de chuchos, bejaranos y demás? Responder estas preguntas es una tarea a corto plazo que debe encarar la dirigencia del movimiento obradorista.
Por lo demás, luego de pasar tantas semanas rodeado de aves, mariscos y peces, lejos del neurótico y entrañable bullicio capitalino, percibo que el virus del odio, inoculado en 2006 a millones de hombres y mujeres por el PAN, la olinarquía foxista y Televisa, está rebrotando lenta pero inexorablemente. Un científico me aseguró que ese virus se llama A-Ene-T-O-Ene-I-O-Ese-O-Ele-A: Antonio Sola.
Todo sugiere que su primera ofensiva consiste en esparcir el rumor de que AMLO está muy enfermo. ¿Qué significa esa vulgar calumnia? Que ya empezó la guerra sucia y debemos prevenirnos para que no vuelva a dañarnos el cuerpo, la mente y los sueños.
Todo sugiere que su primera ofensiva consiste en esparcir el rumor de que AMLO está muy enfermo. ¿Qué significa esa vulgar calumnia? Que ya empezó la guerra sucia y debemos prevenirnos para que no vuelva a dañarnos el cuerpo, la mente y los sueños.
El próximo jueves, desde las cuentas de Twitter de @nanzumu, @La_War y @emiajseliva se dará a conocer la ubicación en Internet de El Canario Temerario (@elcante), primer periódico de twitteros para twitteros, que en su número uno ofrecerá una entrevista de su directora general, Nancy Zúñiga-Murrieta, a la directora general de Covarrubias y Asociados, doña Ana Cristina Covarrubias. (Un abrazo tardío pero muy afectuoso a Julio Hernández.)
La revancha-Fisgón
G-20: repensar las instituciones internacionales
Pierre Charasse/II
Se puede explicar en forma esquemática como los países occidentales mantienen una posición dominante en el sistema multilateral y las relaciones que existen entre grupos informales de poder creados por ellos y el resto de las instituciones internacionales donde están representados todos los estados:
El núcleo central del poder económico-político, promotor de las políticas neoliberales, es el G-7. Este grupo nació en París en 1975 después de las crisis del petróleo de los años 70. Con el derrumbe de la URSS en 1989, el G-7 dio un salto cualitativo y empezó a tratar casi todos los problemas del mundo que antes se discutían en la ONU. En 1995 se crea el G-8 con Rusia para tratar específicamente cuestiones de seguridad (desarme, proliferación nuclear, terrorismo). Con la aparición de nuevas potencias económicas como China, Brasil, India, México, los líderes del primer mundo tuvieron que hacer algunas concesiones e invitar por cooptación al club de los grandesa algunos países emergentes cuidadosamente escogidos por ellos, pero sin voz ni voto en los debates. La crisis de 2008 asustó a los países del G-7 y entonces decidieron crear el G-20 a nivel de jefes de Estado en Pittsburgh, en septiembre de 2009. El G-20 incluye hoy a más de 30 países y organismos internacionales. No hay reglas para incorporar nuevos miembros. El G-20 no toma decisiones sino
recomendaciones, siempre por consenso. No tiene sede ni un secretariado permanente. En el G-20 hay debates muy animados, pero el núcleo central occidental jamás pierde la iniciativa o deja que otros grupos de países, como los BRICS, impongan orientaciones diferentes. En los Cabos ni siquiera hubo una declaración final.
Una vez que los miembros del G-7 o G-8 se ponen de acuerdo sobre una cuestión, sus decisiones se imponen al resto de los países a través de las organizaciones internacionales convencionales (por ejemplo la cuestión nuclear con Irán se trata en la Agencia Internacional de Energía Atómica, AIEA, la lucha contra las drogas en la Organización de Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen, ONUDC, la seguridad del transporte aéreo en la Organización de la Aviación Civil Internacional, OACI, etcétera) siempre en los términos impuestos por el G-7/8. De hecho ningún país puede oponerse a las iniciativas promovidas por el G-7/8. Inversamente es prácticamente imposible a un país o grupo de ellos proponer una iniciativa que no tenga el respaldo del G-7/8 o va en contra de sus intereses, salvo excepciones cuando China y Rusia expresan sus desacuerdos en el Consejo de Seguridad de la ONU (Irán, Siria).
Las instituciones económicas y financieras (FMI, Banco Mundial) funcionan todavía sobre la base de la repartición de poderes de los años 50, cuando Estados Unidos representaba 40 por ciento del PIB mundial. Grandes cambios se produjeron en la economía mundial en los últimos 20 años, pero las potencias occidentales conservan todo el poder de decisión a través de los derechos de voto que les dan sus cuotas. Las recientes reformas del FMI acordaron un ligero aumento de la representatividad de los BRICS, sin cambiar nada en el fondo: Estados Unidos es el único país con derecho de veto en el FMI. Así que ninguna reforma de largo alcance se puede decidir sin el visto bueno del bloque occidental.
Otras organizaciones, como la OCDE, funcionan como ejecutores de las políticas decididas por el bloque occidental y son al mismo tiempo fabricas de normas jurídicamente no vinculantes (soft law) muy inspiradas de las prácticas anglosajonas. Es el producto del lobbying de muchos grupos de presión que participan informalmente en la elaboración de las reglas del mundo globalizado, sobre todos los temas, economía, educación, salud, corrupción, etcétera.
El Gafi (Grupo de Acción financiera), sin personalidad jurídica ni estatuto oficial, es el organismo encargado de emitir las reglas de lucha contra el lavado de dinero a escala mundial, sobre la base de
recomendacionesconcebidas para no obstaculizar la circulación libre de los capitales. Los resultados son muy pobres, el sistema financiero acepta de hecho cierta permeabilidad al dinero sucio como
efecto colateralde la libertad e instantaneidad de la transacciones financieras .
La OTAN, brazo militar de Occidente, extendió su radio de acción a todo el planeta e incluye ahora de manera muy selectiva la promoción de los derechos humanos durante sus misiones. Procura colocar sus intervenciones en un marco de legalidad internacional (la ONU), como fue el caso en Libia.
En la ONU los miembros permanentes del Consejo de Seguridad buscan consensos para resolver las crisis políticas internacionales, evitando lo más que se puede la utilización del veto. Muchas cuestiones están previamente discutidas en el marco informal del G-8. Las resoluciones de la Asamblea General, donde están presentes los 192 miembros de la organización, expresan la opinión de una mayoría de países pero prácticamente no tienen peso si no tienen el respaldo de los países occidentales. China y Rusia, con su derecho de veto, son los dos únicos países que limitan los planes de occidente, por ejemplo contra Irán y Siria.
Con estos ejemplos, se puede tener una idea del grado de control que conservan los países industrializados en la marcha del mundo. Se resisten al cambio, pero difícilmente podrán mantener esta posición. La escala planetaria de los problemas y las nuevas tecnologías requieren nuevas formas de diálogo entre los países y los actores públicos y privados de la globalización, y nuevos procesos de toma de decisión. El orden mundial unipolar nacido en 1989 con la caída del muro de Berlín con una concentración extrema de poder en el pequeño grupo de las grandes potencias occidentales, no podrá resistir al auge de los grandes países emergentes, China en primer lugar, y al impacto sobre la población mundial de fenómenos como el cambio climático, la crisis alimentaria y energética o la contaminación que anuncian grandes catástrofes humanitarias. Es cuestión de tiempo.
El G-20 puede ser un foro propicio para debates de un nuevo tipo porque representa el 90 por ciento del PIB mundial y el 65 por ciento de la población mundial. Pero tiene que consolidar su representatividad y legitimidad proponiendo una nueva arquitectura institucional más equilibrada.
¿Cambio climático y última opción para el campo?
Antonio Turrent Fernández *
El campo cuenta potencialmente con los recursos para alimentar a un México de 150 millones de habitantes, aunque es necesario invertir copiosamente para corregir el manejo extractivo actual de esos recursos y para aprovechar sus reservas. En su condición actual, la producción de alimentos es ya crecientemente deficitaria. En el periodo reciente, la dependencia alimentaria de maíz promedió 31.9 por ciento; la de frijol, 8.2; de trigo, 42.8, y de arroz, 67.9. La prolongación de esa tendencia sugiere la insostenible situación de que, hacia el año 2025, habría que importar uno de cada dos kilos de maíz consumidos en México. No hay soluciones
El campo cuenta con 31 millones de hectáreas de tierra de labor (24.7 de temporal y 6.3 de riego), recibe anualmente mil 530 kilómetros cúbicos de agua dulce, posee rica diversidad genética de más de 90 especies cultivadas (domesticadas en Mesoamérica), de sus parientes silvestres y de su biota protectora, y está aprovechado en 4 millones de unidades de producción. Lo más sobresaliente del manejo depredador e ineficiente de estos recursos, pero no lo único, es: 1) la mitad de las tierras de temporal se siembra en laderas desprotegidas contra la erosión hídrica, experimentando una alarmante pérdida de sus suelos, 2) el uso sin restricción de agroquímicos del sector empresarial causa la eutrofización y contaminación de cuerpos de agua, como el Mar de Cortés, 3) la eficiencia promedio con que se riega en los grandes distritos de riego es apenas de 37 por ciento, y de 57 en las unidades de riego; muchos de los grandes distritos de riego fueron construidos sin sistema de drenaje de aguas, lo que se asocia al riesgo de ensalitramiento de sus suelos; a la vez, la erosión hídrica en sus cuencas altas causa el azolvamiento de las presas.mágicaspara enfrentar esta problemática. Ni el cultivo de maíz transgénico, que implica grandes riesgos y que no aumenta los rendimientos, ni la autoproclamada
agricultura de conservacióndel proyecto Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (Masagro) –ambas apoyadas de manera contingente por el Estado mexicano– serán la solución al déficit del campo mexicano.
Este manejo depredador de recursos es ya insostenible. Ante los retos del cambio climático, la producción de alimentos se vuelve aún más vulnerable al aumentar la demanda de agua y los episodios de temperaturas extremas. La seguridad alimentaria está en franco riesgo. El Estado mexicano no puede seguir desentendiéndose de esos grandes problemas.
Las reservas de recursos del campo que se pueden aprovechar para la producción de alimentos son considerables: 1) alrededor de 9 millones de hectáreas de tierra de calidad agrícola en el campo mexicano del sureste, 2) también ahí hay agua dulce no aprovechada para el riego, con un monto que casi duplica la capacidad actual de todas las presas del país, 3) diversidad genética de cultivos nativos (entre estos, el maíz y el frijol), sus parientes silvestres, y su biota protectora, 4) clima privilegiado en el sureste para los cultivos anuales en el periodo otoño-invierno, 5) un mayoritario sector campesino cuyo potencial productivo ha sido gratuita e injustificadamente descartado de los programas oficiales de fomento.
Hay dos grandes tareas nacionales consistentes con la seguridad alimentaria actual y futura ante el cambio climático: a) incrementar la disponibilidad de agua para los cultivos (tanto en términos de intensidad como de capacidad), y b) incrementar la tolerancia genética de los cultivos a la sequía y a las temperaturas extremas. Existen soluciones técnicas y líneas de investigación en México y el extranjero para abordar la primera tarea. La segunda, involucra retos a la ciencia aún no resueltos. La tolerancia a la sequía y a las temperaturas extremas son caracteres de herencia poligénica compleja, no mejorables significativamente mediante la manipulación de un solo gene, como lo persiguen los desarrollos transgénicos disponibles en el mercado. En cambio, el mejoramiento genético clásico (MGC) sí tiene herramientas que le han permitido avances significativos en ese tipo de herencia poligénica compleja –como es el caso del rendimiento–, pero sólo en largos periodos de tiempo. La colaboración entre el MGC y la biología molecular puede acelerar el buscado avance. También la agricultura campesina podría ofrecer un atajo para ese avance. Durante siglos, los campesinos mexicanos han sembrado cada año estratosféricas cantidades de genotipos diferentes de maíz nativo –que actualmente se aproximan a 100 mil millones–, en 4.5 millones de hectáreas dispersas en el país. Siendo la polinización cruzada la estrategia de reproducción del maíz (proclive al flujo génico), es ampliamente probable la aparición conjunta de a) genotipos dotados de tolerancia genética a la sequía y a temperaturas extremas, y b) eventos de sequía y de temperaturas extremas en las siembras de maíz nativo y en sus parientes silvestres. Éste es un espacio privilegiado de la ciencia, para buscar y aprovechar los caracteres deseados para la seguridad alimentaria de la nación. Este espacio no se debe exponer de manera gratuita a la contaminación con ADN transgénico, a la privatización por parte de monopolios agrotecnológicos, o bien a su reducción programada implícitamente en Masagro, porque compromete innecesariamente la seguridad alimentaria futura de la nación y del mundo.
* Investigador Nacional Emérito. Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, INIFAP. Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, AC
FUENTE LA JORNADA
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