Esbozo de la resistencia griega
Furia en Atenas. Manifestantes incendiaron una decena de inmuebles, el 12 de febrero.
Foto: AP
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MÉXICO, D.F. (apro).- Opuestos a las medidas de austeridad y al paquete económico que intenta implementar su gobierno, el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea, obreros, periodistas, jóvenes estudiantes y hasta un perro conforman las movilizaciones más grandes en el país helénico desde la Dictadura de los Coroneles en 1974.
Hace cuatro años, el asesinato del estudiante de 15 años Alexandros Grigoropoulos, a manos de la policía, causó disturbios en las principales ciudades de Grecia. Ya entonces, el diario estadunidense The New York Times diagnosticaba el estancamiento de la economía, la corrupción, el fallido sistema de educación, la pobreza y la precaria seguridad social.
El artículo, llamado “Grecia, una década en crisis”, publicado el 18 de diciembre de 2008, muestra los destrozos que los anarquistas (el “bloque negro”) realizaron en aquella ocasión. De ahí y hasta este 2012, los medios tradicionales de comunicación se ocupan sólo de transmitir las imágenes de la violencia en las calles, pero no de las nutridas manifestaciones de resistencia griega, explica el periodista Andreas Panagopoulos a este medio.
Dos años después del asesinato del joven manifestante, cuando estalló la bomba de la deuda, las amplias marchas convocadas por los partidos de izquierda y las grandes centrales sindicales como la Confederación de Servidores Públicos (ADEDY), el Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME) y la privada Confederación Nacional de Trabajadores Griegos (GSEE) reunieron a más de 100 mil personas en las calles de Atenas.
En un país de 10 millones de habitantes, uno de cada mil griegos protestaba en un inédito cinco de mayo. Ese día murieron tres empleados bancarios por el incendio provocado por una bomba molotov. Tanto anarquistas, banqueros y gobierno todavía se culpan del hecho.
Las protestas del 2010 se extendieron hasta mayo del siguiente año; aunque cambiaron de rostro gracias al movimiento de los indignados griegos, apartidista, no sindicalista, y surgido de la iniciativa ciudadana organizada en redes sociales.
El movimiento llamado “Mayo de Facebook” convocó a 35 mil personas en la Torre Blanca de Tesalónica, la segunda ciudad más grande de Grecia, y a 90 mil personas en Atenas. Parecía, según Andreas, que surgiría un nuevo movimiento social, un movimiento que llegaría para quedarse a acampar, como los indignados de España.
Europa unida
El 5 de mayo de 2010, el Partido Comunista de Grecia (KKE) colgó una enorme manta en la Acrópolis con la leyenda: “Pueblos de Europa, ¡levántense!”.
Casi un año después, los indignados españoles de la Puerta del Sol colgaron una manta que decía: “Hagan silencio, que los griegos están durmiendo”.
En mayo de 2011, los griegos reaccionaron colgando la pancarta: “Hemos despertado. ¿Qué hora es? ¡Hora de que se vayan!”, refiriéndose a los políticos.
Los griegos a su vez, colgaron otra pancarta con la siguiente frase: “No hagan ruido. Los franceses están durmiendo, sueñan con el (mayo del) 68”, haciendo alusión al famoso mayo francés de 1968 que se extendió por todo el mundo y terminó con la represión en México.
Como resultado de las protestas en la Puerta del Sol, los indignados españoles crearon el movimiento ¡Democracia Directa Ahora! En Grecia, inmediatamente, se creó un movimiento hermano que llegó a movilizar de 200 a 500 mil personas en una manifestación pacífica el 5 de junio de 2011, la más grande desde 1980.
Andreas cree que esta es la muestra de un gran movimiento social en toda Europa y más allá.
“…tengo que decir que el movimiento de los indignados hizo que muchos de nosotros bajáramos a las calles por primera vez y formáramos asambleas en las que discutíamos nuevas ideas, soluciones alternativas, incluso la posibilidad de una democracia directa. La gente comenzó a hablarse sin sesgos partidistas”.
A esto se suma el hecho de que los partidos tradicionales de izquierda como el KKE, el Syriza y la Izquierda Democrática no han estado a la altura, pues no están unidos y no ha podido convencer a la gente que tiene un programa alternativo, explica el periodista.
Además, Andreas considera que existe otro problema importante en Grecia: la inconsciencia sobre la importancia de su movimiento, ni para Grecia ni para el resto del mundo:
“No tenemos una clara visión de nuestra importancia porque nos sentimos muy avergonzados por nuestra situación. Somos, como me gusta decir, gente orgullosa pero ciega”.
Violencia mediática
“Los medios de comunicación masivos nos han cegado, nos han dejado inmóviles”, continúa Andreas, “el principal enemigo de toda la civilización Occidental es el diván enfrente de la televisión”.
De acuerdo con el periodista, los medios de comunicación de Estado y las grandes corporaciones esparcen la idea de que todos los trabajadores del sector público no valen y deberían ser expulsados de sus trabajos.
“La misma elite pinta a los ciudadanos que reaccionan como nacionalistas, revolucionarios de la vieja guardia, perezosos trabajadores públicos, izquierdistas, o todo a la vez (…) cuando ellos son los únicos culpables de la crisis y la deuda”.
¿Quiénes son estas elites? Apro publicó en mayo de 2010 un artículo llamado “Grecia: la moratoria de los pobres” donde los motivos de la crisis se relacionan con un rescate bancario de 28 mil millones de euros y la protección oficial a la especulación de los magnates de las flotas navieras, la banca, el turismo, el futbol y los medios.
Esta opinión es reforzada por varios cables que Wikileaks mandó al periódico griego Kathimerini en el 2011. El más revelador es el 06ATHENS1805, titulado: “¿Cómo leer la prensa griega: una guía para los no iniciados”.
El cable dice que Grecia tiene 160 periódicos y 180 canales de televisión con 10 millones de personas. Portugal, con la misma población, tiene 35 periódicos y 62 estaciones. Los medios griegos, dice el cable, no son para ganar dinero, pues son subsidiados por sus dueños, sino para ejercer influencia política y económica.
“Los periódicos, para vender, puesto que no hay suscripciones a casa, deben exagerar las noticias”, dice el cable.
En otro cable titulado “Disturbios griegos, ¿qué pasó y cómo afecta a los intereses de Estados Unidos?”, Daniel V. Speckhard dice que la prensa griega tuvo un papel en agravar e inflamar los disturbios del 2008.
“No hay violencia contra la policía, puedo asegurar esto”, detalla Andreas, “pero sí hay una brutal violencia policiaca contra las personas”.
El periodista aclara que algunas veces grupos de manifestantes actúan defensivamente para protegerse en contra de la policía y los SWAT. Sólo pequeños grupos llamados “el bloque negro” están atacando proactivamente.
“En mi opinión ellos actúan un papel teatralmente para hacer que la policía ataque al resto de la gente. Tenemos muchos casos en los que gente de la policía, enmascarada, ha sido encontrada en los bloques negros, y han sido reconocidos después”, denuncia.
La central sindical PAME publicó el 14 de febrero en su sitio de Internet un comunicado llamado “No nos rendiremos”. El documento describe a amplios contingentes que marcharon durante seis horas separados de los “provocadores infiltrados”, a quienes atribuyen la quema de sitios públicos en el centro de Atenas.
“Un plan de un Estado salvaje que usa la represión mediante encapuchados”, dice.
Andreas detalla lo que los medios de comunicación no muestran, y la gente del mundo no puede ver:
“ …no está viendo a los dos millones de desempleados, nuestras escuelas y hospitales con estudiantes sin libros y con pacientes sin medicinas, las raciones de miles que preguntan por un desayuno en las cocinas populares, los miles sin hogar en las grandes ciudades, los grupos neo-nazis que están atacando a los sin hogar y a los inmigrantes, cientos de miles de personas manifestándose pacíficamente en las calles alrededor de la calle Syntagma, los agentes del servicio secreto y hooligans encapuchados, golpeando a la gente, quemando edificios y rompiendo vidrios para culparnos”,
Y agrega:
“pero tampoco están viendo un vasto movimiento solidario entre los ciudadanos que están compartiendo bienes y servicios”.
La resistencia
“Sabemos que todo esto está mal, sabemos lo que no queremos, pero no estamos planteándonos cambios específicos”, dice Andreas, aunque aclara que hay un sentimiento generalizado de indignación:
“Tenemos que dejar de pagar por otros y exigirles que paguen. Nadie ha tocado la propiedad de la Iglesia ni les pone impuestos a los magnates de la navegación. Nadie sabe dónde está el dinero que la elite económica nos robó”.
Y propone:
“La primera estrategia es encontrar quien creó todas las deudas del Estado griego y exigirles que devuelvan el dinero”.
“ Y comunicarse, comunicarse, comunicarse”, dice Andreas al hablar de las necesidades de los movimientos sociales, “especialmente a través de las redes sociales, para informar a otras personas y al resto del mundo”.
Hay muchas iniciativas que están teniendo lugar en Grecia. Andreas Panagopoulos trabaja como periodista para Eleftherotypia (libertad de expresión), el mayor periódico de oposición en Grecia. Junto a otros 800 empleados, lleva siete meses sin recibir su paga y dos en huelga. Al igual que muchos otros griegos, se ha lanzado a las calles pacíficamente.
Más de 2 mil periodistas perdieron su trabajo durante la crisis del 2009. Los bancos no dan préstamos a los periódicos, especialmente a aquellos que critican al régimen. Las cosas se están poniendo cada vez peor y no es fácil para todos movilizarse hacia los nuevos medios de comunicación, explica el periodista.
“Ahora hay un movimiento para formar patronatos y asociaciones de periodistas libres para comenzar alternativas de noticias y medios. Creamos seminarios para periodistas y gente de los medios. No es fácil pero estamos peleando porque entendemos que nada será como lo fue antes”, dice.
La corresponsal de Proceso en Francia, Anne Maríe Mergier, publicó el pasado 14 de enero en el semanario (número 1837) una crónica llamada “Grecia en estado de coma”, casi al final del texto, visita algunas de las resistencias de Grecia.
En la crónica hablan directores y maestros de escuelas preocupados por crear redes solidarias para ayudar a las familias de sus alumnos, los obreros en huelga de la acerera Helleni Halivourgia, quienes están en peligro de que se les reduzca su horario de trabajo a cinco horas y su salario al 40%, los periodistas que tomaron las instalaciones de Alter Tv por falta de pago y desde donde difunden información sobre los nuevos movimientos sociales.
A ellos se suman un sinfín de iniciativas de comedores populares, organizaciones barriales y de centros de enseñanza como la de la Universidad del Egeo, que ya está rediseñando la educación basada en antiguos elementos de la enseñanza de la Grecia clásica junto a la filosofía, la ciencia y el humanismo.
También se han sumado los fundadores de la resistencia griega, Mikis Theodorakis, un cantautor y opositor contra la Dictadura de los Coroneles, y Manolis Glezos, quien arrancó la bandera nazi de la roca sagrada de la Acrópolis al terminar la Segunda Guerra Mundial.
Theodorakis y Glezos escribieron una carta donde citan a Protágoras y su máxima de la valía del hombre sobre el dinero ahora remplazada por lo que llaman “el valor del mercado sobre el hombre, (…) la dictadura financiera de la mundialización”.
Los dos activistas crearon ya la Resistencia Democrática Unida de los Pueblos (ELADA, por sus siglas en griego).
También, un perro llamado Lukánikos que apareció en la revista Time como “persona” del año junto a los manifestantes de Egipto, Túnez, Estados Unidos y México. Lukánikos no ha faltado a ninguna marcha desde el 2008 y siempre es cuidado por todos los asistentes.
“Debemos encontrar el camino para trabajar juntos, producir y crear, hacer negocios colectivos para sobrevivir”, dice Andreas.
“Hay muchos ejemplos aquí que nos enseñan que podemos hacerlo. Esta crisis puede ser una gran oportunidad para cambiar. Para nosotros, para nuestros niños, y para toda la gente del mundo”.
Hace cuatro años, el asesinato del estudiante de 15 años Alexandros Grigoropoulos, a manos de la policía, causó disturbios en las principales ciudades de Grecia. Ya entonces, el diario estadunidense The New York Times diagnosticaba el estancamiento de la economía, la corrupción, el fallido sistema de educación, la pobreza y la precaria seguridad social.
El artículo, llamado “Grecia, una década en crisis”, publicado el 18 de diciembre de 2008, muestra los destrozos que los anarquistas (el “bloque negro”) realizaron en aquella ocasión. De ahí y hasta este 2012, los medios tradicionales de comunicación se ocupan sólo de transmitir las imágenes de la violencia en las calles, pero no de las nutridas manifestaciones de resistencia griega, explica el periodista Andreas Panagopoulos a este medio.
Dos años después del asesinato del joven manifestante, cuando estalló la bomba de la deuda, las amplias marchas convocadas por los partidos de izquierda y las grandes centrales sindicales como la Confederación de Servidores Públicos (ADEDY), el Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME) y la privada Confederación Nacional de Trabajadores Griegos (GSEE) reunieron a más de 100 mil personas en las calles de Atenas.
En un país de 10 millones de habitantes, uno de cada mil griegos protestaba en un inédito cinco de mayo. Ese día murieron tres empleados bancarios por el incendio provocado por una bomba molotov. Tanto anarquistas, banqueros y gobierno todavía se culpan del hecho.
Las protestas del 2010 se extendieron hasta mayo del siguiente año; aunque cambiaron de rostro gracias al movimiento de los indignados griegos, apartidista, no sindicalista, y surgido de la iniciativa ciudadana organizada en redes sociales.
El movimiento llamado “Mayo de Facebook” convocó a 35 mil personas en la Torre Blanca de Tesalónica, la segunda ciudad más grande de Grecia, y a 90 mil personas en Atenas. Parecía, según Andreas, que surgiría un nuevo movimiento social, un movimiento que llegaría para quedarse a acampar, como los indignados de España.
Europa unida
El 5 de mayo de 2010, el Partido Comunista de Grecia (KKE) colgó una enorme manta en la Acrópolis con la leyenda: “Pueblos de Europa, ¡levántense!”.
Casi un año después, los indignados españoles de la Puerta del Sol colgaron una manta que decía: “Hagan silencio, que los griegos están durmiendo”.
En mayo de 2011, los griegos reaccionaron colgando la pancarta: “Hemos despertado. ¿Qué hora es? ¡Hora de que se vayan!”, refiriéndose a los políticos.
Los griegos a su vez, colgaron otra pancarta con la siguiente frase: “No hagan ruido. Los franceses están durmiendo, sueñan con el (mayo del) 68”, haciendo alusión al famoso mayo francés de 1968 que se extendió por todo el mundo y terminó con la represión en México.
Como resultado de las protestas en la Puerta del Sol, los indignados españoles crearon el movimiento ¡Democracia Directa Ahora! En Grecia, inmediatamente, se creó un movimiento hermano que llegó a movilizar de 200 a 500 mil personas en una manifestación pacífica el 5 de junio de 2011, la más grande desde 1980.
Andreas cree que esta es la muestra de un gran movimiento social en toda Europa y más allá.
“…tengo que decir que el movimiento de los indignados hizo que muchos de nosotros bajáramos a las calles por primera vez y formáramos asambleas en las que discutíamos nuevas ideas, soluciones alternativas, incluso la posibilidad de una democracia directa. La gente comenzó a hablarse sin sesgos partidistas”.
A esto se suma el hecho de que los partidos tradicionales de izquierda como el KKE, el Syriza y la Izquierda Democrática no han estado a la altura, pues no están unidos y no ha podido convencer a la gente que tiene un programa alternativo, explica el periodista.
Además, Andreas considera que existe otro problema importante en Grecia: la inconsciencia sobre la importancia de su movimiento, ni para Grecia ni para el resto del mundo:
“No tenemos una clara visión de nuestra importancia porque nos sentimos muy avergonzados por nuestra situación. Somos, como me gusta decir, gente orgullosa pero ciega”.
Violencia mediática
“Los medios de comunicación masivos nos han cegado, nos han dejado inmóviles”, continúa Andreas, “el principal enemigo de toda la civilización Occidental es el diván enfrente de la televisión”.
De acuerdo con el periodista, los medios de comunicación de Estado y las grandes corporaciones esparcen la idea de que todos los trabajadores del sector público no valen y deberían ser expulsados de sus trabajos.
“La misma elite pinta a los ciudadanos que reaccionan como nacionalistas, revolucionarios de la vieja guardia, perezosos trabajadores públicos, izquierdistas, o todo a la vez (…) cuando ellos son los únicos culpables de la crisis y la deuda”.
¿Quiénes son estas elites? Apro publicó en mayo de 2010 un artículo llamado “Grecia: la moratoria de los pobres” donde los motivos de la crisis se relacionan con un rescate bancario de 28 mil millones de euros y la protección oficial a la especulación de los magnates de las flotas navieras, la banca, el turismo, el futbol y los medios.
Esta opinión es reforzada por varios cables que Wikileaks mandó al periódico griego Kathimerini en el 2011. El más revelador es el 06ATHENS1805, titulado: “¿Cómo leer la prensa griega: una guía para los no iniciados”.
El cable dice que Grecia tiene 160 periódicos y 180 canales de televisión con 10 millones de personas. Portugal, con la misma población, tiene 35 periódicos y 62 estaciones. Los medios griegos, dice el cable, no son para ganar dinero, pues son subsidiados por sus dueños, sino para ejercer influencia política y económica.
“Los periódicos, para vender, puesto que no hay suscripciones a casa, deben exagerar las noticias”, dice el cable.
En otro cable titulado “Disturbios griegos, ¿qué pasó y cómo afecta a los intereses de Estados Unidos?”, Daniel V. Speckhard dice que la prensa griega tuvo un papel en agravar e inflamar los disturbios del 2008.
“No hay violencia contra la policía, puedo asegurar esto”, detalla Andreas, “pero sí hay una brutal violencia policiaca contra las personas”.
El periodista aclara que algunas veces grupos de manifestantes actúan defensivamente para protegerse en contra de la policía y los SWAT. Sólo pequeños grupos llamados “el bloque negro” están atacando proactivamente.
“En mi opinión ellos actúan un papel teatralmente para hacer que la policía ataque al resto de la gente. Tenemos muchos casos en los que gente de la policía, enmascarada, ha sido encontrada en los bloques negros, y han sido reconocidos después”, denuncia.
La central sindical PAME publicó el 14 de febrero en su sitio de Internet un comunicado llamado “No nos rendiremos”. El documento describe a amplios contingentes que marcharon durante seis horas separados de los “provocadores infiltrados”, a quienes atribuyen la quema de sitios públicos en el centro de Atenas.
“Un plan de un Estado salvaje que usa la represión mediante encapuchados”, dice.
Andreas detalla lo que los medios de comunicación no muestran, y la gente del mundo no puede ver:
“ …no está viendo a los dos millones de desempleados, nuestras escuelas y hospitales con estudiantes sin libros y con pacientes sin medicinas, las raciones de miles que preguntan por un desayuno en las cocinas populares, los miles sin hogar en las grandes ciudades, los grupos neo-nazis que están atacando a los sin hogar y a los inmigrantes, cientos de miles de personas manifestándose pacíficamente en las calles alrededor de la calle Syntagma, los agentes del servicio secreto y hooligans encapuchados, golpeando a la gente, quemando edificios y rompiendo vidrios para culparnos”,
Y agrega:
“pero tampoco están viendo un vasto movimiento solidario entre los ciudadanos que están compartiendo bienes y servicios”.
La resistencia
“Sabemos que todo esto está mal, sabemos lo que no queremos, pero no estamos planteándonos cambios específicos”, dice Andreas, aunque aclara que hay un sentimiento generalizado de indignación:
“Tenemos que dejar de pagar por otros y exigirles que paguen. Nadie ha tocado la propiedad de la Iglesia ni les pone impuestos a los magnates de la navegación. Nadie sabe dónde está el dinero que la elite económica nos robó”.
Y propone:
“La primera estrategia es encontrar quien creó todas las deudas del Estado griego y exigirles que devuelvan el dinero”.
“ Y comunicarse, comunicarse, comunicarse”, dice Andreas al hablar de las necesidades de los movimientos sociales, “especialmente a través de las redes sociales, para informar a otras personas y al resto del mundo”.
Hay muchas iniciativas que están teniendo lugar en Grecia. Andreas Panagopoulos trabaja como periodista para Eleftherotypia (libertad de expresión), el mayor periódico de oposición en Grecia. Junto a otros 800 empleados, lleva siete meses sin recibir su paga y dos en huelga. Al igual que muchos otros griegos, se ha lanzado a las calles pacíficamente.
Más de 2 mil periodistas perdieron su trabajo durante la crisis del 2009. Los bancos no dan préstamos a los periódicos, especialmente a aquellos que critican al régimen. Las cosas se están poniendo cada vez peor y no es fácil para todos movilizarse hacia los nuevos medios de comunicación, explica el periodista.
“Ahora hay un movimiento para formar patronatos y asociaciones de periodistas libres para comenzar alternativas de noticias y medios. Creamos seminarios para periodistas y gente de los medios. No es fácil pero estamos peleando porque entendemos que nada será como lo fue antes”, dice.
La corresponsal de Proceso en Francia, Anne Maríe Mergier, publicó el pasado 14 de enero en el semanario (número 1837) una crónica llamada “Grecia en estado de coma”, casi al final del texto, visita algunas de las resistencias de Grecia.
En la crónica hablan directores y maestros de escuelas preocupados por crear redes solidarias para ayudar a las familias de sus alumnos, los obreros en huelga de la acerera Helleni Halivourgia, quienes están en peligro de que se les reduzca su horario de trabajo a cinco horas y su salario al 40%, los periodistas que tomaron las instalaciones de Alter Tv por falta de pago y desde donde difunden información sobre los nuevos movimientos sociales.
A ellos se suman un sinfín de iniciativas de comedores populares, organizaciones barriales y de centros de enseñanza como la de la Universidad del Egeo, que ya está rediseñando la educación basada en antiguos elementos de la enseñanza de la Grecia clásica junto a la filosofía, la ciencia y el humanismo.
También se han sumado los fundadores de la resistencia griega, Mikis Theodorakis, un cantautor y opositor contra la Dictadura de los Coroneles, y Manolis Glezos, quien arrancó la bandera nazi de la roca sagrada de la Acrópolis al terminar la Segunda Guerra Mundial.
Theodorakis y Glezos escribieron una carta donde citan a Protágoras y su máxima de la valía del hombre sobre el dinero ahora remplazada por lo que llaman “el valor del mercado sobre el hombre, (…) la dictadura financiera de la mundialización”.
Los dos activistas crearon ya la Resistencia Democrática Unida de los Pueblos (ELADA, por sus siglas en griego).
También, un perro llamado Lukánikos que apareció en la revista Time como “persona” del año junto a los manifestantes de Egipto, Túnez, Estados Unidos y México. Lukánikos no ha faltado a ninguna marcha desde el 2008 y siempre es cuidado por todos los asistentes.
“Debemos encontrar el camino para trabajar juntos, producir y crear, hacer negocios colectivos para sobrevivir”, dice Andreas.
“Hay muchos ejemplos aquí que nos enseñan que podemos hacerlo. Esta crisis puede ser una gran oportunidad para cambiar. Para nosotros, para nuestros niños, y para toda la gente del mundo”.
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