México SA
Y la
reformalaboral va
Avanza la desocupación
¿Y el paraíso prometido?
Carlos Fernández-Vega
Pues nada, mexicanos incrédulos, que a dos meses de entrar en acción la
reformalaboral no deja de arrojar frutos: en enero pasado, creció la desocupación abierta y la subocupación, mientras el de por sí voluminoso ejército de informales prácticamente no registró cambios (alrededor de 60 por ciento de la población económicamente activa sobrevive en tal sector).
reformaprometieron el oro y el moro, casi el paraíso, si el Congreso validaba las modificaciones legales en materia laboral. Y las aprobó, pero lo cierto es que el mercado laboral mexicano se mantiene en un estado desastroso y es muestra fehaciente de cómo, y a favor de quién, se cuecen las habas en esta República de discursos.
Mal arranca el gobierno de Enrique Peña Nieto en este renglón (sin duda el más importante, pues va de la mano en el combate a la pobreza), porque en sus dos meses de estadía en la residencia oficial se registró la cancelación de 106 mil empleos permanentes y 107 mil eventuales (información del IMSS) en el sector formal de la economía, y ello no es precisamente una muestra del paraíso prometido.
Pero como bien lo apunta el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México,
las cifras de enero ponen en claro que la desaceleración económica ha tocado las puertas de las familias mexicanas en forma de menores oportunidades laborales. La desocupación y precarización laboral van al alza, y tanto las cifras del IMSS como las del Inegi señalan un aumento en la desocupación y en la contratación eventual, la más volátil y que fácilmente se pierde ante un retroceso económico.
La Secretaría del Trabajo divulgó que en enero pasado 213 mil empleos formales fueron dados de baja, mientras que el Inegi informó que la tasa de desocupación en el primer mes de 2013 se incrementó a 5.42 por ciento (la mayor desde julio de 2011), contra 4.9 por ciento reportado un año antes. El aumento no es atribuible a efectos estacionales, al descontarlos la tasa también fue más grande que la del mes de diciembre pasado.
Puesto en otras palabras lo que puede afirmarse es que el crecimiento económico se va debilitando y con ello la posibilidad de encontrar empleo, anota el CIEN.
El
presidentedel desempleo, Felipe Calderón, cerró su sexenio con un incremento cercano a 50 por ciento en la tasa de desocupación abierta. Si se considera el de Fox resulta que con ese par de blanquiazules en Los Pinos (la decena trágica, segunda entrega) entonces tal indicador aumentó 170 por ciento. La herencia de este inenarrable par de accidentes en la historia política del país fue más que desastrosa como para que sigan fingiendo que todo va de maravilla. Repetir el gravísimo error de combatir la realidad con discursos y promesas sólo hundirá más a México.
Por su parte, el CIEN advierte que, cuando menos hasta ahora, no existe evidencia de que las
reformalaboral vaya a revertir la tendencia hacia la precarización que la economía presenta.
Lo que habrá que seguir es si esto no implica un incremento en la forma de contratación temporal. Se desconoce la magnitud de la desaceleración económica, pero es evidente que ella se generaliza hacia sectores interrelacionados con el mercado interno y la producción. La caída de las ventas al menudeo y mayoreo que se reportó en diciembre pasado así lo indica.
Sin lugar a dudas, apunta el centro de estudios,
el debilitamiento del ciclo económico ya afecta los programas y expectativas oficiales, pues no se podrá resolver el problema del hambre y la pobreza sin empleo, las transferencias de dinero solamente ayudarán a que temporalmente se tenga una reducción estadística del número de personas que viven con estas restricciones, no las dotarán de fuentes de trabajo que de manera sostenible les proporcionen un ingreso suficiente para alejarse de la marginación en la que viven. El tiempo sigue avanzando, y los signos son claros: la economía mexicana enfrenta un nuevo proceso de debilitamiento, el tercero en los últimos 12 años. Si Estados Unidos logra impulsar su crecimiento podremos enfrentar esta etapa sin afectaciones severas, de otra manera el modelo económico de México volverá a mostrar su mayor limitante: bajo crecimiento con precarización social.
Con base en la información del Inegi, el CIEN detalla que al revisar la composición de la tasa de desocupación en el país se observa que es la población que cuenta con experiencia la que presenta las cifras más significativas, ya que 89.8 por ciento se encuentra desocupada, en contrasentido con aquella que no presenta experiencia cuyo nivel es de 10.2 por ciento. Una situación similar se presenta por el nivel de instrucción donde la población que tiene mayor preparación educativa muestra las tasas de desocupación más altas (media superior y superior 37.6 por ciento, secundaria completa 36.9 por ciento) en contraste con aquellos que cuentan con un grado de educación menor (primaria incompleta y primaria completa 8 y 17.5 por ciento, respectivamente).
En lo que respecta a la tasa de desocupación por entidad federativa el estado de México y Tabasco (6.5 por ciento en cada caso) son las que presentan los niveles más altos, en tanto que Chiapas (2.3 por ciento) y Veracruz (2.5) reportan cifras menos abultadas. Por su parte, al analizar el cambio porcentual en la tasa de desocupación, las entidades que tuvieron el mayor crecimiento con respecto al año anterior fueron Michoacán, Colima (1.4 por ciento en cada una de ellas), y Morelos (1.3).
Ese es el primer ingrato balance de la administración entrante, sin considerar que cada día que pasa más mexicanos obtienen menor ingreso, porque
hay que ser competitivos, según la máxima neoliberal que ha destrozado los equilibrios entre los factores de la producción.
Las rebanadas del pastel
No mucho tiempo atrás, el gobierno federal consideraba que
lo mejor para combatira un monopolio era un duopolio (aunque fuera desequilibrado, como Televisa y Tv Azteca). Ahora el concepto da un giro de 180 grados: para
combatira un duopolio
lo mejores armar un monopolio, y para ello qué mejor que el zar del cobre y de los ferrocarriles en México, el inefable cuan voraz Germán Larrea (el de Pasta de Conchos), quien también quiere ser amo y señor de las salas cinematográficas. Su empresa Cinemex pretende devorar a la otra parte del duopolio, Cinemark, así que cinéfilos ustedes decidan a quién le engordan la taquilla. Mientras, para la Comisión Federal de Competencia (el ente
antimonopolios) se trata de una simple
fusión.
¿Hacia dónde va la justicia laboral en el DF?
Arturo Alcade Justiniani
Esta semana han estado presentes en nuestro país una veintena de representantes sindicales de Estados Unidos y Canadá, quienes integran la Alianza Trinacional de Solidaridad con los trabajadores mexicanos. Luego de entrevistas y visitas a distintos grupos y centros laborales, han manifestado indignación por las dificultades que advierten para lograr una vigencia mínima de los derechos individuales y colectivos. Han confirmado los gigantescos obstáculos que existen para formar sindicatos democráticos y acceder a una contratación colectiva auténtica. Conocieron, por ejemplo, el penoso comportamiento de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje en el estado de Tlaxcala, que actúa en abierto contubernio con la trasnacional zapatera Bata-Sandak. También actualizaron su información sobre la situación de los electricistas, mineros y otros sectores de trabajadores.
En la ciudad de México conocieron el desastre originado por el gigantesco número de contratos colectivos de trabajo de protección patronal, que abarcan más de 90 por ciento de los centros de trabajo; esos que se celebran a espaldas de los empleados, impidiéndoles contar con negociaciones reales. Observaron la indefensión de los trabajadores de las instituciones gubernamentales contratados por honorarios; confirmaron la grave situación que viven los asalariados de la construcción, los servicios de limpieza, los centros comerciales y los pequeños y medianos negocios, en donde prevalece la ausencia de una autoridad que haga cumplir los mínimos de ley. No hay inspección laboral, no hay diagnósticos por sector, no hay campañas orientadas a lograr la salud en el trabajo, y por lo que se refiere a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal, subsiste una resistencia al respeto de los derechos colectivos y una lentitud injustificada en la tramitación de los conflictos individuales, que se desahogan en un promedio de cinco años. Una pregunta que formularon, difícil de contestar fue: ¿por qué sucede esto en una ciudad con un gobierno progresista, que debería tener entre sus prioridades la promoción y defensa de los derechos laborales, especialmente los colectivos y constituir un ejemplo en el ámbito nacional? ¿Por qué no se atiende como prioridad el cumplimiento de la ley laboral en los centros de trabajo en donde subsisten condiciones insalubres y peligrosas y toda clase de riesgos para la salud? ¿Por qué no han entrado en vigor las sanciones señaladas en la nueva normatividad?
En los próximos días será designado quien ocupará la presidencia de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal, en virtud de la renuncia con carácter irrevocable de su anterior titular, Ramón Montaño Cuadra. El nuevo nombramiento puede favorecer un cambio que urgentemente necesita el modelo laboral de nuestra ciudad. Conviene por ello reflexionar sobre cuáles son algunas de las características que debería tener el o la nueva titular de este órgano de justicia. El primero, está relacionado con los requisitos legales; sin embargo, está demostrado que estos no son suficientes para acreditar la idoneidad en el cargo. Tres requisitos adicionales parecen importantes a considerar. En primer lugar, no estar vinculado con la red de intereses relacionados con los negocios de los sindicatos falsos, emplazamientos de huelga fantasmas y contratos de protección patronal, que benefician no sólo a líderes falsos sino también a los abogados empresariales que los promueven.
Una segunda característica deseable es que conozca la materia laboral para tener la posibilidad de colaborar en el esfuerzo tendiente a suprimir estos vicios.
Un tercer elemento se vincula con la disposición e interés en colaborar con un cambio de rumbo en la política laboral compatible con las características de un gobierno progresista, electo por una mayoría copiosa, que confía en tener apoyo en sus preocupaciones y necesidades elementales, siendo fundamentales el trabajo, el salario y su capacidad de defensa colectiva.
Quien ocupe el nuevo cargo tendrá retos muy complejos, uno es vincularse con la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo para construir el sistema laboral que requiere la ciudad. Esta coordinación debe orientar su gestión hacia la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para obtener los recursos que actualmente les hace falta. Deberá atender la creación del Servicio Profesional de Carrera, mandatado a iniciar funciones a partir del primero de enero del 2014, y el Sistema de Formación, Capacitación y Actualización Jurídica, que emprenderá actividades a partir del próximo primero de junio. La nueva ley impone a las juntas nuevas obligaciones en materia de transparencia, en temas tan importantes como los contratos colectivos y registro de asociaciones. También deberá promover y confirmar el cumplimiento de nuevas reglas en materia de elección de dirigentes sindicales mediante el voto secreto y la rendición de cuentas, aspectos que a tres meses de su incorporación a la ley no se han puesto en vigor, asímismo los nuevos requisitos en materia de subcontratación; especialmente la prohibición de las llamadas empresas de servicios que son de competencia local y que practican el outsourcing generalizado; es una tarea inaplazable y de gran envergadura porque se enfrenta a intereses muy fuertes.
Si bien es estratégica la designación del titular de esta junta, que es sin duda el tribunal laboral local más importante del país, pues atiende 80 mil expedientes a través de sus 18 juntas especiales, las cuales son visitadas por un promedio de seis mil usuarios diarios, su tarea no podrá dar los frutos que necesita la ciudad, si no cuenta con el apoyo y la sensibilidad del gobierno de la ciudad y el de muchos otros actores, como instituciones académicas, fundaciones, litigantes, sindicatos auténticos y organismos especializados que deberían apoyar esta urgente transformación del mundo del trabajo. Un buen principio para este cambio es reconocer que este renglón, con todo lo que implica, es una asignatura pendiente en la agenda política y social de la metrópoli.
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