En Alemania sobran y aquí faltan… “dedos”
Por: Raúl Flores Rodríguez - febrero 20 de 2013 - 0:00
Flores en Sinembargo, LOS ESPECIALISTAS - 7 comentarios
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Resulta fantástico como de un anecdotario de la vida cotidiana y de una conversación exquisita se puede pensar en la vida pública, en el gobierno, el caso por insignificante que parezca es que en Alemania no te levantan un tarro de buena cerveza hasta que esté libre de la última gota de ese oro líquido, por mera cuestión cultural y el no hacerlo puede resultar una ofensa para el camarero. Pensar en alemán significa que tú decides sobre lo que pagas, que pagas por un servicio y no a diferencia de lo que mentalmente tenemos tatuado en el chip, de que nos hacen un favor. Trasladando este pasaje al gobierno y la administración pública resulta igual en aquella cultura germana, que los políticos y servidores públicos están para servir y tienen el chip de que ellos viven de los impuestos de los ciudadanos y tienen que rendir cuentas y realizar un trabajo digno ante los ojos de la sociedad, sin miramientos y miedos a ser evaluados, algo que me brinca en el caso electoral ya que el Presidente del IFE no se presentará a la reelección porque no quiere ser evaluado en su gestión, meras coincidencias…
El orgullo de la administración pública alemana, las exigencias y la forma de pensar es muy radical a lo que vivimos en México, las estafas y actos de corrupción de políticos en Alemania es muy difícil de ver, de hecho son contadas con los dedos de una mano y sobran dedos. La administración pública está fundada en bases sólidas y transparentes y siempre mirando al bienestar de la sociedad y no al enriquecimiento ilícito de los servidores públicos.
Tal y como lo advierte Sayed y Bruce (1998) quien define la corrupción como “el mal uso o el abuso del poder público para beneficio personal y privado”, entendiendo que este fenómeno no se limita a los funcionarios públicos. También se define como el “conjunto de actitudes y actividades mediante las cuales una persona transgrede compromisos adquiridos consigo mismo, utilizando los privilegios otorgados, esos acuerdos tomados, con el objetivo de obtener un beneficio ajeno al bien común”. Por lo general se apunta a los gobernantes o los funcionarios elegidos o nombrados, que se dedican a aprovechar los recursos del Estado para enriquecerse.
En Alemania hay tres partidos que han gobernado ya sea en coalición o solos: el CDU (Christlich Demokratische Union Deutschland), el SDP (Sozialdemokratische Partie Deutschland), y el FDP (Freie Demokratische Partei, Liberal), este es el más antiguo gobernante desde 1949 partido inspirado en la asociación con ánimo de defender el interés del empresario pequeño, a decir en palabras de mi amiga Catalina Garay (Presidenta del Colegio de Abogados de Berlín), en el siglo XIX nace en el norte de Alemania la figura jurídica de la Sociedad Limitada para proteger los negocios familiares a diferencia de la Sociedad Anónima que nace en Holanda en el siglo XVII para regular la ruta de las especies, lo anterior para entender un poco la mentalidad germana que retomo en este artículo, por tanto la historia electoral más reciente en 1982 Helmut Kohl (CDU, coalición con CSU y FDP), octubre 1998 Gerhard Schröder (SPD, junto a Die Gründe) – noviembre 2005 Angela Merkel (CDU, coalición con CSU y SDP; desde oct. 2009, coalición CDU, CSU y FDP).
CASO 1:
Uno de los sucesos más espectaculares en la historia de la República Federal de Alemania fue el denominado caso Barschel: el 11 de octubre de 1987, un reportero halló el cuerpo sin vida de Uwe Barschel, jefe de Gobierno del Estado federado de Schleswig-Holstein, en la bañera de una habitación del hotel Beau Rivage, en Ginebra. La imagen del cadáver vestido le dio la vuelta al mundo y, aunque se determinó que su muerte había sido causada por envenenamiento, aún no se sabe si Barschel se suicidó o si fue asesinado.
Poco antes de morir, Uwe Barschel se vio implicado en un escándalo político en calidad de Ministro presidente del Estado federado de Schleswig-Holstein, en representación de la Unión Cristiano Demócrata (CDU). Durante la campaña previa a las elecciones parlamentarias regionales de 1987, el jefe de medios de Barschel, Reiner Pfeiffer, hizo espiar al contendiente de Barschel, Björn Engholm, candidato del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Más tarde, Pfeiffer acusó a Barschel de HABER INICIADO LA CAMPAÑA EN CONTRA de Engholm, su adversario político: “Le doy mi palabra de honor a la opinión pública alemana de que las acusaciones hechas en mi contra no tienen fundamento”, juró Barschel en una rueda de prensa televisada en vivo el 18 de septiembre de 1987; poco después, viendo que su credibilidad había quedado destruida, renunció a su cargo y vino su muerte.
CASO 2:
Uno de los más controvertidos políticos alemanes, el ex vicecanciller Juergen Moellemann, fue investigado por denuncias de que este funcionario había violado las reglas sobre el control de fondos partidistas en elecciones, el parlamento alemán le retiro inmunidad para que pudiera ser investigado, los osados actos populistas de Moellemann, con frecuencia se arrojaba en paracaídas cuando hacía campaña, lo ayudaron a impulsarse hacia los más altos puestos del liberal Partido Demócrata, pero renunció en marzo de 2003, Moellemann abandonó su partido afirmando que era víctima de una cacería de brujas. Los jefes del partido atribuyeron a su guerra de palabras con los líderes judíos los pobres resultados electorales del FDP, tras caer en desgracia por acusaciones de antisemitismo y de MANEJO IRREGULAR DE FONDOS PARTIDISTAS, pocas horas después de que su casa fuera allanada por fiscales que investigaban la denuncia del ex político, y con el mismo acto que realizaba en campaña electoral se presume se quitó la vida, fue el medio que se presume utilizó para evadir el escrutinio público por sus actos.
CASO 3:
En 1999, una serie de derrotas en las elecciones locales y la renuncia de Lafontaine a sus cargos pusieron al PSD en aprietos y pareció que los demócratas cristianos ganarían nuevamente. Sin embargo, en noviembre, el ex canciller Kohl fue acusado de autorizar la venta de blindados a países en guerra sin conocimiento del parlamento y, enseguida, de aceptar aportes ilegales de donantes privados, “FINANCIACIÓN ILEGAL DE CAMPAÑA ELECTORAL”. Kohl, quien se negó a dar los nombres de los donantes, tuvo que renunciar a la presidencia de honor de la CDU y fue declarado culpable de manejo ilegal de fondos, se presume que ese donante que no quiso develar fue el mismísimo “líder de la iglesia católica” hoy que está en boga el tema de la renuncia del “Papa Alemán”.
CASO 4:
El ex presidente alemán, Christian Wulff, anunció su dimisión a causa del escándalo de tráfico de influencias en el que se vio envuelto, cuando se desveló que en sus tiempos de primer ministro regional había aceptado un crédito privado con unas condiciones muy ventajosas de empresarios amigos por medio millón de euros, con el que adquirió una casa unifamiliar y unas fantásticas vacaciones todo pagado en 2007 en la exclusiva isla alemana de Sylt que pagó el productor cinematográfico David Groenewold, aunque el expresidente ha asegurado que abonó en metálico su parte a quien ha calificado de amigo personal. Wulff presentó la dimisión un día después de que la Fiscalía de Hannover hubiera solicitado el levantamiento de su inmunidad para que pudiera ser investigado por delitos de corrupción supuestamente cometidos cuando gobernaba Baja Sajonia.
En este tenor, imaginen ustedes amables lectores qué pasaría si nuestros políticos mexicanos, los encargados del dinero público, de la fiscalización de los recursos de los partidos políticos en campañas electorales, actuaran con mentalidad alemana. Es más, sin ir tan alto, cuántos funcionarios públicos serían mal vistos por recibir dadivas, regalos, carros, viajes a cambio de contratos y licitaciones; tendríamos más de 100 casos de suicidios y miles de dimisiones. La única diferencia es que en Alemania se sanciona, es mal visto y se castiga en las urnas y si no al tiempo veremos si la pupila de Kohl, Ángela Merkel, se alza con el triunfo electoral este año, algo que veo muy difícil. Así que será necesario empezar a exigir que se transparenten los recursos en campañas electorales, que se diga la verdad sobre el caso Monex, sobre Soriana, sobre los recursos provenientes del narcotráfico para campañas electorales en México, que se tome el rol de que nosotros pagamos con nuestros impuestos los sueldos de los que nos “representan” y que ellos deben ser responsables de sus actos y transparentarlos ante los ojos de la sociedad, velar, legislar y gobernar por el bien de los ciudadanos, enriquecer al pueblo y no a sus familias y bolsillos.
Nos vemos en la próxima.
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