Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

lunes, 18 de febrero de 2013

Astillero- Sobre el Pentágono, Peña y El Chapo Guzmán- Pacto: escenarios y narrativa- El Correo Ilustrado

Astillero
Narcoherencia creciente
Cambios peñistas
Homeopatía fallida
Hank, siempre no
Julio Hernández López
Foto
CANCELACIÓN POSTAL. En Palacio Nacional, Enrique Peña Nieto canceló un timbre conmemorativo del Día del Estado Mayor Presidencial
Foto Notimex
Enrique Peña Nieto no ha podido desenredar la madeja criminal que como herencia le dejó la administración federal anterior. A diferencia del desquiciamiento belicista que caracterizaba al comandante Calderón, el nuevo régimen ha proclamado la necesidad de desplazar el enfoque meramente represivo para plantear un escenario de prevención del delito, inversión para desarrollo social, coordinación con autoridades estatales y aligeramiento informativo que en algunos casos pretende constituir una verdadera mordaza en temas delictivos candentes. También ha sido evidente un esfuerzo por reducir la participación y guía del gobierno estadunidense en la crisis mexicana del narcotráfico y otras formas de delincuencia avanzada.
 
Una prueba calculadamente preparada para dar fe de esa política federal distinta se acaba de producir en Michoacán, que no solamente es la tierra natal del ex ocupante de Los Pinos Felipe Calderón, sino que, en función de esa oriundez, de proyectos políticos familiares (entre otros, quiso imponer a su hermana, Luisa María, apodada Cocoa, como gobernadora, y luego acabó instalándola como senadora) y de intereses empresariales contrapuestos (la plaza ha sido dominada por grupos regionales que han impedido la expansión de la fuerza sinaloense que sería sexenalmente consentida), sirvió de plataforma de lanzamiento a inicio de 2007 de lo que los mexicanos ni siquiera imaginaban, la terrible guerra contra el narcotráfico que ensangrentó al país, colapsó las instituciones y ha dejado consecuencias que tardará años o décadas superar.
 
Allí, en ese Michoacán marcado por el calderonismo y su guerra, la administración de Peña Nieto comenzó a desplegar su estrategia de seguridad, que en una primera fase contempla la instalación de mesas de coordinación de la Policía Federal con los gobiernos estatales. A diferencia del avasallamiento usualmente practicado por el calderonismo en toda la república, pero marcadamente en Michoacán, donde el último en enterarse de la llegada y acciones de la PF era el entonces gobernador Leonel Godoy, la idea del secretario de gobernación, Miguel Osorcio Chong, es compartir información y toma de decisiones con los gobernadores. Entrevistado por Carmen Aristegui el viernes recién pasado, el hidalguense decía abiertamente que en la anterior administración los gobernadores no eran tomados en cuenta por el poder central (fundamentalmente, según los panistas pinoleros, a causa de que esos gobernadores y sus policías estaban abiertamente entregados a determinado grupo delincuencial, por lo que preferían no avisarles de lo que sabían que de inmedi
ato sería transmitido a los capos en vías de ser afectados).
Sin embargo, los hechos cotidianos muestran un escenario convulso y descontrolado, en el que podrían adivinarse presuntos ingredientes de provocación y reto provenientes de los intereses desplazados por las nuevas jefaturas nacionales, pero también la novatez, insuficiencia o compromisos en conflicto del equipo gobernante de tres colores y en particular de quienes se han encargado de las carteras de la gobernación nacional y de la procuración de justicia. Parte de la conformista aceptación nacional de la vuelta del PRI al poder mediante trampas sabidas o desconocidas (Mónex y Soriana fueron innovaciones) radicó en una especie de esperanza homeopática que suponía que la grave situación del desbordamiento de la delincuencia organizada sería atendida, negociada y atemperada con rapidez y maestría por quienes antes habían mantenido en bajo perfil esa criminalidad detonada durante el calderonismo.
 
Pero no ha habido tal cambio, ni siquiera en dosis mínimas que sugieran que se está frente a un proceso bien llevado. Pareciera incluso que en ciertos estados se ha reducido la capacidad de reacción de los gobiernos locales y que el federal estuviese aún en un paquidérmico proceso de reacomodo. A tal grado que el PAN ha emitido un comunicado en el que reprocha al peñismo la mala conducción del asunto de la delincuencia organizada y le da una especie de consejos para que enderece el rumbo, con un sentido crítico y correctivo que obviamente no tuvo frente a Calderón.
 
Ayer se conoció del ataque de una banda de personas armadas a decenas de universitarios en una fiesta en Cuernavaca, y el sábado el obispo de Colima marchó con unas 5 mil personas para hacer conciencia de lo que está pasando con tanta violencia y que ha cobrado vidas de sacerdotes, como también ha sucedido en Jalisco. En Tamaulipas, en tanto, se ha puesto precio a la cabeza de quien maneja en Facebook y en Twitter una cuenta denominada Valor por Tamaulipas que, como sucede en otros estados, se dedica a difundir información relacionada con asuntos de la delincuencia organizada para que los ciudadanos estén en alerta y eviten exponerse a riesgos. En ese contexto crece el número de policías comunitarias que son instaladas en reacción extrema de rechazo a la palabrería y los planes gubernamentales. ¿Qué está haciendo de verdad Peña Nieto para frenar toda esta violencia desbordada (este sábado jugó golf con Emilio Gamboa en el Country Club de Mérida, en una visita que lo llevó también a Cozumel y a Cancún, aquí para un foro turístico)? ¿Ni siquiera el PRI homeopático podrá frenar el cuadro de descomposición criminal que le heredaron pero que ya va consolidando como propio?
 
Astillas
 
Los Pinos se impuso a Jorge Hank Rhon y se respetó la cesión al beltronismo con Fernando Castro Trenti como candidato priísta a la gubernatura de Baja California. Sin embargo, aún no se sabe el costo ni el desenlace. Se habla en aquella parte peninsular de un acuerdo para que el dueño del Grupo Caliente se quede con dos postulaciones a presidencias municipales y a varias diputaciones locales. Reinstalado en el poder federal el espíritu de las concertaciones salinistas, hay incluso versiones de que el peñismo estuviera creando condiciones para negociar que el panismo pactista siga en el palacio de gobierno de Mexicali… Y, mientras Rafael Correa se declaraba ganador de un segundo periodo presidencial en Ecuador, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: JulioAstillero
Sobre el Pentágono, Peña y El Chapo Guzmán

Carlos Fazio
De la mano del embajador es­tadunidense Anthony Way­ne y a la sombra del Comando Norte del Pentágono se siguen ajustando la estrategia y los tiempos de la guerra de Enrique Peña. La idea es cambiar algunas cosas para que todo siga como está, profundizando la estrategia belicista de la administración anterior bajo nuevas coartadas propagandísticas.
 
Hasta ahora los cambios han sido cosméticos; pura palabrería demagógica. Envuelta con el celofán de los derechos humanos y la defensa de la soberanía nacional, la nueva política de Estado en seguridad de Peña está atada y bien atada a las directrices de Washington, resultado ineludible de una antigua relación bilateral dependiente y asimétrica que cristalizó en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, 1994) y se profundizó con la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN, 2005). Con docilidad supina, en la última fase de la relación −la de la Iniciativa Mérida, 2007−, Felipe Calderón se dejó atrapar por la lógica mercenaria-gansteril-imperial del dúo Bush Jr./Obama desde la Casa Blanca, que sumió al país en una violencia salvaje y derivó en la catástrofe humanitaria actual.

Con base en la estrategia del caos periférico, la guerra de cuarta generación que ha venido impulsando Estados Unidos en México combina acciones de agentes encubiertos expertos en desestabilización y guerra sicológica, con el uso de drones y aviones de reconocimiento, y la intervención de fuerzas de seguridad locales (Ejército, Marina, las distintas policías), mercenarios, redes delincuenciales mafiosas, paramilitares y escuadrones de la muerte para la eliminación física de enemigos, en el marco de campañas de saturación mediática bajo la pantalla manipuladora de la guerra a las drogas.

Con una dinámica abiertamente criminal, la guerra antiterrorista de Bush −aplicada en Colombia, Afganistán, Irak y Pakistán y luego por Obama en Egipto, Libia y Siria bajo la modalidad de operaciones de contingencia en el extranjero− borra las fronteras entre las áreas militar y civil, y busca balcanizar naciones y desestructurar sociedades y organizaciones consideradas hostiles, con la ilusión de retener el control estratégico de grandes territorios poseedores de recursos naturales (petróleo, gas, agua, oro, litio, biodiversidad) a ser depredados por corporaciones trasnacionales privadas.

No sin presiones, rispideces y desgastantes contradicciones aceitadas por filtraciones mediáticas (incluidos el desmentido veto al general Moisés García Ochoa, el asesinato del general retirado Mario Arturo Acosta Chaparro y el encarcelamiento de varios altos mandos del Ejército acusados de brindar protección a traficantes de drogas), la continuidad del modelo intervencionista estadunidense en México quedó garantizada con la designación de los nuevos secretarios de la Defensa y la Marina de Guerra, el general de división Salvador Cienfuegos y el al­mirante Vidal Francisco Soberón, quienes por trayectoria y las funciones específicas que desarrollaron arrastran vínculos orgánicos con el Comando Norte del Pentágono y están bien compenetrados con los candados y compromisos de la Iniciativa Mérida, que a corto o mediano plazo podrá cambiar de nombre pero no su esencia.
 
Según documentos del Pentágono no desmentidos en Estados Unidos ni en México, desde 2010 el Comando Norte ha venido entrenando a soldados, marinos y policías de élite mexicanos en las modalidades propias de las operaciones especiales, que incluyen acciones clandestinas, sabotajes, métodos de espionaje y ataque sorpresa, así como la ubicación, detención-secuestro, tortura y aniquilamiento de enemigos, que, en el caso de la guerra a la delincuencia de Calderón, fueron asimilados a potenciales terroristas.
 
El 31 de diciembre pasado, el secretario de Defensa estadunidense, Leon Panetta, firmó un memorando autorizando el fortalecimiento del Comando Norte de Operaciones Especiales, para mejorar el adiestramiento de fuerzas de seguridad de México en tácticas antiterroristas que contemplan el asesinato de traficantes como Joaquín El Chapo Guzmán, siguiendo el modelo de Pablo Escobar en Colombia y Osama Bin Laden, en Abbottabad, Pakistán, cuyos antecedentes cercanos en México son el abatimiento de Arturo Beltrán Leyva e Ignacio Coronel Villarreal, por la Marina y el Ejército, respectivamente.
 
En el país sudamericano, la estrategia militar de matar a los barones de la cocaína de Medellín y Cali, elaborada, vigilada y apoyada in situ por tropas especiales del Pentágono y agentes de la CIA, la DEA y la FBI, y desplegada por el llamado Bloque de Búsqueda del Ejército y la Policía Nacional colombiana, que integraba el ahora general retirado Óscar Naranjo (asesor de Enrique Peña), involucró a los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en una guerra sucia propia del terrorismo de Estado.
 
Según revelaciones periodísticas, personal del Pentágono llevó a Afganistán, Irak, Kuwait, Pakistán y a la base de Guantánamo en Cuba, a por lo menos tres grupos de oficiales mexicanos, para que observaran y aprendieran tácticas de fuerzas especiales, operaciones de decapitación de mando y estructuras de redes terroristas, técnicas de tortura, asaltos y ataques sorpresa, inteligencia militar y diseminación de inteligencia, y análisis de protocolos de espionaje tecnológico y personal a objetivos específicos.
 
La pinza del Pentágono en México se cerrará pronto con la creación del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y la Gendarmería Nacional, ambos bajo control de la supersecretaría de Gobernación de Miguel Ángel Osorio Chong. En la coyuntura, la elevación del Chapo Guzmán a la categoría de enemigo público número uno de Chicago, con la consiguiente visibilización mediática, parece ser otra maniobra propagandística dirigida a preparar con anticipación los futuros éxitos de la nueva política de Estado de Enrique Peña en materia de seguridad.
Noticia vieja-Hernández


Pacto: escenarios y narrativa

León Bendesky
Las políticas públicas persiguen un objetivo declarado. El Pacto propuesto por el nuevo gobierno contiene 95 puntos que, supuestamente, están articulados de modo que se alcanzará un mayor crecimiento económico, con más empleo, bienestar general y renovación del marco institucional. La congruencia de esos puntos es un asunto clave y, por ello, motivo de debate y, aun, de confrontaciones.
 
El acomodo entre las distintas partes involucradas reclama la creación de acuerdos sostenibles, pero es por eso mismo una fuente de fricciones. No es lo mismo, desde la postura empresarial echar para adelante la apertura de la inversión en Pemex, que aceptar una reforma tributaria que merme los ingresos.

Y se trata no sólo de los ingresos de esos inversionistas, sino del mismo gobierno que recibe una tercera parte de los recursos de los que dispone de la petrolera. Esos recursos tendrán que sustituirse de modo efectivo pues representan ahora una renta imprescindible.

En el terreno financiero se propone reducir las tasas de interés y aumentar el nivel del crédito sobre todo a pequeñas y medianas empresas. Y en este caso se puede ir desde la fijación de esas tasas mediante un tope, hasta modificar las condiciones del funcionamiento del mercado financiero en conjunto.

Incluso se pueden volver a establecer cajones de crédito como existían hace más de 30 años en el país. Pero todas esas formas de intervención acarrean costos que pueden ir en contra del objetivo planteado originalmente. La arquitectura del sistema financiero no es la más propicia para impulsar la expansión del producto, sobre todo en una economía tan desigual como esta.

Así podría repasarse todo el contenido del pacto para analizar su estructura y congruencia, pues los asuntos que abarca son de naturaleza muy distinta.

De tal manera que detrás de un pacto como el que se ha propuesto tiene que haber un planteamiento de escenarios que sirva para establecer las relaciones de influencia positiva o de obstáculos entre las diversas partes. Esos escenarios deben contar con estimaciones cuantitativas de los procesos involucrados y las metas que se han establecido.

Después de todo, muchas de las consecuencias del pacto pueden cuando menos estimarse y establecer los rangos de los efectos esperados. También deben ajustarse al Presupuesto Federal aprobado por el Congreso. Además, se supone que en un entorno de transparencia como el que se ha ido creando (y a pesar de las vergüenzas del Ifai) los ciudadanos debemos poder comprobar que las medidas gubernamentales y, especialmente, su ejecución consiguen los propósitos fijados y en los tiempos establecidos. Después de todo el pacto se ha planteado de una manera muy ambiciosa.

Pero los escenarios detrás del pacto tienen también, por necesidad, un componente discursivo que es igualmente relevante. Se trata de la narrativa de las acciones del gobierno, de cómo ésta se estructura y cómo se presenta públicamente. Esta es una parte muy relevante del quehacer político y la ausencia o limitación de la narrativa puede mermar su contenido formalmente democrático.
 
Es claro que los escenarios a los que nos referimos no se limitan sólo a las condiciones internas, aunque éstas son las relevantes en cuanto a los resultados que se obtengan. La economía mexicana está muy abierta en ciertos sectores y sigue siendo muy cerrada y poco competitiva en otros. Esta dicotomía impone límites a los objetivos del pacto.
La estructura industrial que se ha creado desde mediados de la década de 1990 significa que las exportaciones —que se han acrecentado de manera notoria– están vinculadas a procesos productivos externos, sobre todo en Estados Unidos. Esa es una ventaja que depende de la dinámica de aquel mercado.
 
Un aspecto de la situación económica mundial, marcada por la crisis desde 2008, es el de la relocalización de las manufacturas. Esta se asocia con los cambios en la productividad y las variaciones en los costos de la energía y del transporte. Las ventajas que tiene México deben negociarse para sacar un mayor provecho interno y no depender pasivamente de las decisiones que se toman fuera en los corporativos. Así mismo debe atenderse a los cambios en los precios relativos de las monedas y las ventajas que se buscan con la depreciación, como ocurre ahora con Japón.
 
Una vez más debe tenerse en cuenta que hay una contraposición entre los sectores exportadores y los que dominan el mercado interno en condiciones de muy poca competencia: telecomunicaciones (telefonía, televisión, radio), producción de cemento, sector financiero, partes del sector alimentario y otros.
 
Lo que se observa en la economía mexicana es que hay una divergencia grande y creciente entre los precios de los productos que no se comercian con el exterior y aquellos que sí se comercian. La ventaja para quienes tienen control del mercado interno es muy grande en términos de rentabilidad.
 
Se trata, entonces, de que un pacto como el que se ha propuesto tiene que arreglar de modo estratégico la conformación de la estructura productiva y del control de mercado existente. La protección no es un tema del pasado, todos los países la utilizan para alcanzar los niveles de producto y empleo deseados. Pero la misma globalidad impone formas de establecer esa protección y, de preferencia, con una elevación de la productividad que se exprese en mejores condiciones de creación de ingreso e inclusión social en los procesos de creación de riqueza.
Estrategia de seguridad-Helguera


 
El Correo Ilustrado


La resistencia, camino a la libertad
El 15 de febrero de 2003, bajo el lema no a la guerra, no en nuestro nombre, más de 30 millones en más de 600 ciudades del mundo nos unimos en una protesta global contra la invasión a Irak. No se logró detener la guerra, pero sí que México votara contra la intervención en el Consejo de Seguridad de la ONU. Fue una victoria moral que consideramos necesario conmemorar y analizar como ejemplo para las generaciones presentes y futuras. En México decenas de personas se reunieron en las principales ciudades. Todavía resuenan las palabras de Carlos Montemayor, Rigoberta Menchú y Carlos Monsiváis. Aún están pendientes el juicio y castigo a Bush, Blair y Aznar, principales responsables de la muerte de más de un millón 400 mil civiles, según fuentes académicas, como la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins y la Universidad de Bagdad.
 
Hoy que la barbarie sigue vigente, cuando en México la guerra interna ha costado más de 100 mil muertes, cuando los iraquíes continúan luchando contra los invasores y la máquina de la guerra asola a países como Libia, Siria, Malí, Palestina y otros, el 15F de 2003 nos recuerda que más allá del imperialismo y los gobiernos que se subordinan a él, es en la resistencia organizada de los pueblos donde está el camino a la libertad de la humanidad.

Rosa García, Aracely Cortés, Gabriel Pérez, Pedro Gellert, Clara Ferri, Luis Gámez, Quetzalcóatl G. Fontanot, Ramsés Ancira, Gilberto López y Rivas, Alejandra del Palacio y Saúl Sánchez
Por el diálogo entre la SEP y el SNTE
 
La reforma educativa aprobada por Enrique Peña Nieto y las cúpulas de los partidos tiene como propósito central destruir el diálogo entre las partes: la SEP y el SNTE. Lo sustituyen por un modelo unilateral, único para evaluar el desempeño de los maestros: el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), con autonomía, como el IFE. Y nos preguntamos: ¿por qué desconfiar del libre diálogo y acuerdo entre las partes?
 
El INEE además se lleva, para su control único, el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia del magisterio, o sea, las funciones centrales del sindicato. A partir de que entre en vigor la ley educativa, el sindicato se volverá una organización inútil y decorativa. No se ataca el sistema corrupto y corporativo de control sindical y menos a la líder encumbrada por el PRI. Se destruye al sindicato y las funciones para las que fue creado: la defensa de los intereses de sus agremiados, propiciando el derrumbe del sindicato más grande del país.

Desde luego, nadie defendería el viejo modelo sindical del PRI, pero el nuevo está mucho peor, retrocede al mando unilateral, por sí y ante sí.

Desde 1920 el magisterio lucha por la alfabetización y educación contra las taras porfiristas que arrastraban el autoritarismo de la Colonia. En 1943 surge el SNTE como sindicato incluyente y democrático. Lo charrifican en 1949 con Miguel Alemán y el PRI. Aun así, el gremio dio luchas históricas por restaurar la democracia; en la primavera de 1989 estuvo cerca, pero el gobierno de Salinas lo evitó e impuso a la líder.

No será democrática, ni constitucional ni tendrá futuro la educación, si surge al margen del magisterio y del diálogo bilateral entre las partes.
Por la ANAD, Enrique Larios, Manuel Fuentes, Lauro Sol y O. Alzaga
 
Presume robo de su pensión en servicio bancario
A su sección se envían quejas continuas acerca del servicio de Banamex; ahora me tocó a mí. La pensión mensual de profesor jubilado me llegó a la mitad este mes. Fui a la sucursal Xochimilco, ubicada en Prolongación División del norte, llevé mi comprobante de la SEP donde se consignaba el depósito completo y me dijeron ¡que fuera a la SEP a reclamar! Al día siguiente me apareció en el cajero un depósito parcial, ¡pero no lo puedo retirar por falta de fondos! Pienso que se roban el dinero y los responsables de servicios al cliente se encargan de cubrir a los ladrones. No hay otra explicación.
Jaime Velasco Luján
Aclaración de Gershenson
En mi artículo del domingo 17, sobre el discurso oficial de Pemex, en varios casos se sustituyen las palabras gas esquisto con gas esquisito. Este gas no tiene nada de esquisito, y la palabra original es correcta, en un diccionario se equipara con pizarra.
Antonio Gershenson

Invitaciones
Taller de capacitación de Morena
Morena Coyoacán Centro los espera en la cuarta sesión del quinto ciclo en Coyoacán del Taller de formación y capacitación de formadores políticos de Morena, con el tema Morena, identidad y proyecto político, que imparte Alejandro Quintero, manaña a las 18 horas en el Albergue del Arte, Alberto Zamora 32, colonia Villa Coyoacán. Es importante su puntual asistencia.
Esperanza de Huete, Vladimir Sánchez, Zoia Fernández, J. Remberto Rodríguez, Hugo Sánchez, Guillermo Maldonado, Gustavo Ávila, Elisa Bucio, Miguel Ángel Flores, Leticia Castillo, Margarita Hernández, Nadia Velázquez y Francisco Alcántara

Foro sobre la ley del trabajo y la seguridad social
Foro La reforma a la Ley Federal del Trabajo y sus repercusiones en la seguridad social, con la participación de Gustavo Leal Fernández, académico de la UAM-Xochimilco, mañana martes a las 16:30 horas en el Sindicato Mexicano de Electricistas, en Insurgentes centro 98, colonia Tabacalera (cerca del Metrobús Tabacalera y la estación del Metro Revolución.
Por la Asamblea Nacional de Trabajadores del IMSS, María Luisa López
Charla sobre el panorama de la evolución humana
El Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México invita a la conferencia Panorama de la evolución humana parte del curso Esencia humana, lo bueno, la justicia y la transformación social, el cual está a cargo del profesor Julio Boltvinik, que impartirá Aura Ponce de León, investigadora, arqueóloga y doctora en historia y filosofía.
Se proyectará la película Antes de dominar al mundo, cazar o ser cazado, de Pierre de Lespinois. La cita es el miércoles 20 de febrero a las 16 horas en la sala de videoconferencias de El Colegio de México, en Camino al Ajusco 20.
La entrada será gratuita.

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