Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

lunes, 18 de febrero de 2013

American Curios- Ecuador: el triunfo de un proyecto- Desde el Otro Lado

American Curios
Robasueños
David Brooks
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Aspirantes a un puesto de trabajo llenan formularios en una feria del empleo celebrada a principios de mes en Newark, Nueva Jersey. Según investigaciones las ganancias empresariales se han incrementado 171 por ciento en el gobierno de Barack Obama, pero los salarios se han desplomado a su nivel más bajo
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Roba un poco y te llevan a la cárcel. Roba muchísimo, y te hacen rey. Verso de Bob Dylan en su canción Sweet-heart like you.
 
Barack Obama usó su informe presidencial, llamado el estado de la Unión, para reafirmar su postura como el gran campeón de la clase media. Insistió en que ésta es el eje del éxito de este país, la clave para un futuro próspero que de nuevo prometa eso del sueño americano. Entre otras cosas, Obama propuso ante el Congreso elevar el salario mínimo (de 7.25 dólares la hora a 9 dólares), lo cual aumentaría el ingreso de unos 15 millones de trabajadores, subrayando: declaremos que en la nación más rica de la Tierra, nadie que trabaje tiempo completo debería vivir en la pobreza.
 
Pero el estado de la Unión no se define con palabras bonitas ni propuestas que, aunque ayudan, no resuelven lo que en los hechos genera la gran desunión de este estado: la brecha cada vez mas dramática entre los ricos y los demás. Aunque Obama aludió a esto, no informó que él y su gobierno han perpetuado esta tendencia, y que los ricos ahora gozan más que nunca de la desigualdad entre ellos y los demás desde tiempos de la gran depresión.
 
Por ejemplo, como se ha mencionado anteriormente, las ganancias empresariales se han incrementado 171 por ciento durante la presidencia de Obama –la tasa más alta desde 1900–, según un análisis de Bloomberg News. Pero este auge no ha sido compartido. Mientras las ganancias como porcentaje de la economía están a su nivel más alto desde que el gobierno empezó a calcular este dato en 1947, los salarios como porcentaje de la economía se han desplomado a su nivel más bajo.
 
Otras investigaciones recientes registran que los ingresos del 1 por ciento más rico se incrementaron 11 por ciento durante esta llamada recuperación económica de los últimos cuatro años, pero el crecimiento fue nulo o negativo en todos los otros segmentos de la población, según cálculos del reconocido experto económico Emmanuel Saez, de la Universidad de California en Berkeley.
 
Mientras tanto, a plena vista, el poder empresarial, sobre todo el financiero, ha llegado a tal nivel que algunos se preguntan quién manda verdaderamente en Estados Unidos, si el gobierno o el dinero. El reconocido periodista y comentarista Bill Moyers afirmó en su programa de televisión pública, Moyers & Company, que “la Cámara de Representantes, donde el Congreso se junta para escuchar al presidente, antes se conocía como la ‘Casa del Pueblo’, pero ahora el poder del dinero es quien la alquila y la administra desde cuartos traseros secretos”. Moyers agregó que éste es el Congreso más caro que el dinero puede comprar; señaló que se gastaron más de mil millones de dólares en las campañas para representantes, unos 700 millones de dólares para un tercio del Senado, y cada una de las dos campañas presidenciales gastó mil millones. Un cálculo de Político afirma que los dólares gastados en todas las elecciones en noviembre excedieron el número de personas en el planeta: más de 7 mil millones de dólares.
 
Aunque no se sabe exactamente el origen de todo este dinero, sí es conocido que gran parte proviene de multimillonarios y otros sectores muy ligados al llamado 1 por ciento más rico de la población y sus intereses.
 
Ante esto, si uno sólo considera los hechos de estos últimos años, en los cuales los grandes bancos cometieron fraude, lavaron lana para criminales y narcotraficantes, engañaron sobre sus operaciones, manipularon las tasas de interés internacionales y más y, con todo, provocaron la peor crisis económica en casi un siglo (y recibieron un rescate masivo a costa de las arcas públicas, para que continuaran haciendo más o menos lo mismo) sin que ninguno de los principales ejecutivos enfrentaran las consecuencias de esta magnas violaciones legales, todo queda claro.
 
Si uno roba los sueños de millones y viola las leyes un poco, lo meten al tambo; si lo hace en grande, lo hacen rey (y lo multan un poco).
 
La multa supuestamente gigantesca a HSBC por lavar dinero de cárteles mexicanos, entre otros clientes, como negocios ilegales con regímenes enemigos y más, fue el equivalente a cinco semanas de negocios para ese banco internacional. Las multas impuestas a los que engañaron a cientos de miles con hipotecas tóxicas, fraudes y manipulación de tasas de interés internacionales tampoco incomodaron a los ejecutivos. Lanny Breuer, procurador general asistente de Estados Unidos, quien encabezó estas fiscalizaciones, explicó que tenía que ser así, ya que hoy, en un mundo de instituciones grandes, donde gran parte del mundo financiero se basa en la confianza, una resolución correcta es asegurar que las partes no huyan de una institución, que los empleos no se pierdan, que no se genere un evento económico mundial que sea desproporcional a la resolución que deseamos.
 
Para el periodista Matt Taibbi, de Rolling Stone, quien ha estado entre los que más han investigado todo esto, eso significa que, en otras palabras, Breuer está diciendo que los bancos nos tienen agarrados de los güevos... Concluye que con todo esto queda claro que hay una clase que puede ser arrestada y una no arrestable. Siempre lo sospechamos, ahora lo admiten.
 
En tanto, millones de familias perdieron sus empleos, sus casas y sus sueños. Para ellos hay palabras bonitas de que representan lo mejor de Estados Unidos, que los que trabajan todos los días en busca del sueño americano y juegan con las reglas son el motor de este país. Son los que se sacrifican para que sus hijos prosperen, son los que van a las guerras para defender su país, son los invitados a cantar el himno nacional y ondear la bandera, son a los que se convoca a ese patriotismo que envina todo discurso político.
 
La canción de Dylan tiene otro verso: Dicen que el patriotismo es el último refugio/del cual un pillo se agarra, que proviene de la frase famosa atribuida a Samuel Johnson en 1775. El patriotismo es el último refugio de un pillo, en la cual se refería a ese patriotismo falso que se usa para disfrazar los intereses propios.
 
Ecuador: el triunfo de un proyecto
El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, arrasó en las elecciones presidenciales realizadas ayer y fue relecto por una abrumadora mayoría de votos –cerca de 60 por ciento, de acuerdo con resultados preliminares, 10 por ciento más que los obtenidos en su primera relección, en 2009–, en tanto que el sufragio opositor se atomizó entre ex presidentes repudiados, representantes de la derecha oligárquica y disidentes de la oficialista Alianza PAIS.
 
Las razones de este sólido triunfo están a la vista: por ejemplo, desde 2006, cuando Correa llegó por primera vez a la Presidencia, la pobreza ha disminuido 27 por ciento, la inversión pública ha expandido y multiplicado la infraestructura –carreteras, hospitales, escuelas– y el desempleo se encuentra en su punto más bajo en los pasados 25 años; la nación sudamericana experimenta un periodo de crecimiento económico sin precedente, acompañado de una palpable reducción de las desigualdades sociales, y ello se explica no sólo por la correcta utilización de los recursos petroleros, sino también por un manejo fiscal orientado a la redistribución de la riqueza y por una política económica que prioriza el bienestar de la población por sobre la acumulación de capital. En materia de política exterior, Correa ha encabezado un gobierno dispuesto a recuperar la soberanía nacional en casi todos los ámbitos, que ha sacado a Ecuador de los dictados de los organismos financieros internacionales y lo ha situado en el campo de la integración latinoamericana y de las naciones de este continente que, por distintas vías y en diversas magnitudes, han emprendido transformaciones sociales de gran calado: Argentina, Brasil, Bolivia, Cuba, Uruguay y Venezuela, entre otras.
 
Ante la imposibilidad de criticar al gobierno ecuatoriano por sus buenos resultados económicos y sociales, los detractores de la Alianza PAIS se han centrado en calificarla de autoritaria y de violentar la libertad de expresión, en alusión a las querellas judiciales interpuestas por Correa contra medios e informadores ecuatorianos claramente alineados con los intereses oligárquicos. La más célebre de esas demandas fue la emprendida contra el diario El Universo, el cual en 2010 acusó al mandatario de haber ordenado fuego a discreción contra un hospital lleno de civiles, justo en momentos en que se encontraba secuestrado por policías que intentaban un golpe de Estado en su contra. Una vez que las instancias judiciales condenaran por injurias a varios directivos de ese periódico a tres años de cárcel y al pago de 40 millones de dólares, el mandatario otorgó el perdón jurídico y se desistió de la demanda, pero la mayoría de los medios occidentales han usado el episodio para desatar una campaña propagandística en la que presentan a Correa como enemigo de la libertad de expresión.
 
Mucho menos publicitados han sido los conflictos entre el gobierno de Correa y algunos liderazgos indígenas, pese a que tales diferencias plantean un desafío político importante para el proyecto de transformación social en curso en Ecuador.
 
En suma, el triunfo incuestionablemente democrático obtenido ayer en las urnas por Alianza PAIS y su candidato presidencial constituyen una alentadora ratificación popular a una de las propuestas de cambio características de la América Latina de hoy. Por el bien de esta región del mundo y de la ciudadanía ecuatoriana, cabe congratularse por ello.
 
Desde el Otro Lado
Los retos inmediatos
Arturo Balderas Rodríguez
La semana pasada el presidente Obama presentó al Congreso de Estados Unidos su cuarto informe sobre el Estado de la Nación. Buena parte de su discurso lo ocupó para deli­near los principales retos que el país enfrentará en el futuro próximo y la forma en que deben atacarse. Habló sobre el cambio climático, el control de las armas, el aumento en el salario mínimo, la educación y la migración. En estos dos últimos temas puso un énfasis especial.
 
La educación para Obama sigue siendo la llave para que el país recupere el liderazgo que perdió hace algunas décadas debido al descuido en el diseño y la orientación de los programas educativos, y principalmente en la restricción de recursos destinados a esta tarea. Su propuesta descansa en varios ejes, pero el que resulta más novedoso es la creación de un programa de educación prescolar; no sólo es novedoso en el ámbito de la educación, sino ambicioso por los alcances que el presidente pretende darle. En Estados Unidos, a diferencia de otros países como México, la educación prescolar nunca ha sido una obligación que el gobierno haya considerado necesario atender. Para los padres, particularmente las madres que tienen que atender a sus hijos desde que nacen hasta que cumplen seis años, contar con un recinto escolar para su atención ha sido una aspiración nunca cumplida. Hay pocas escuelas preprimarias, y muchas están fuera del alcance de la mayoría de las familias por su costo. El simple anuncio del programa causó una buena impresión entre la mayoría de los congresistas.
 
En otra parte de su discurso conminó al Congreso para que en los próximos meses envíe una propuesta de reforma al sistema migratorio para su consideración. Es sabido que legisladores de ambos partidos trabajan en ese sentido, y que hay acuerdo en torno a sus principales ejes. También es sabido que, como consecuencia del franco desprecio que los votantes de origen latino manifestaron por el Partido Republicano en las pasadas elecciones, sus líderes han considerado estratégicamente oportuno trabajar en concierto con legisladores demócratas en la elaboración de dicha propuesta. Lo que no está tan claro es cómo dirimirán los republicanos sus diferencias sobre algunos detalles de la reforma. Por ejemplo, en su respuesta al discurso de Obama, el senador republicano Marco Rubio, quien encabeza en su partido la intención de conquistar el voto latino, dijo que habrá reforma siempre y cuando se cierre totalmente el paso de indocumentados por la frontera. Nuevamente ese argumento parece una excusa para sabotear la reforma por parte de los republicanos más conservadores.

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