Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 27 de diciembre de 2011

México SA- Dinero


Dinero
Brasil desbanca a Inglaterra como sexta economía mundial
El año del dragón
En busca de la curación del cáncer
Enrique Galván Ochoa
Lula da Silva es un obrero que no fue a Harvard ni a Yale. Dilma Rouseff fue su jefa de gabinete, ahora es la presidenta, estuvo en la cárcel por sus ideas de izquierda. Entre ambos han hecho algo que parece prodigioso: Brasil desbancará este año a la orgullosa Gran Bretaña de su posición número seis entre las mayores economías del mundo, según refleja un estudio elaborado por el Centro de Investigaciones Económicas y Empresariales. El país sudamericano, con una población de 200 millones de habitantes, más del triple que Reino Unido, registró un crecimiento de 7.5 por ciento en 2010, y prevé que cerrará 2011 con una expansión de 3.5 por ciento, a pesar de la turbulencia internacional. Antes de Brasil figuran Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Francia. Nótese que otro país de los llamados emergentes –China– se colocó este año como la segunda economía del mundo. En otras palabras, ya son dos los que se han incorporado a las ligas mayores. ¿Y México? Sigue perdiendo terreno. Vicente Fox alardeaba de que era la novena economía mundial, quién sabe si fuera cierto, pero en todo caso hoy ya no lo es. Cayó en los 10 años de panismo primero a la posición número 13 y va camino a desplomarse hasta la 15 o más abajo. Aun así, podría ser un país donde la gente viviera con cierto nivel de bienestar, sin embargo, tiene en contra la desigualdad. Y ahora también otra tragedia, la violencia.
El año del tsunami
2011 bien merecería el título del año del tsunami. Apenas comenzando ocurrió el tsunami del Japón. En Europa tenemos un tsunami financiero y político. El de Estados Unidos sigue pegando fuerte. Y en México sufrimos nuestro propio tsunami, un año violento para no recordar. La economía y los negocios sufren un daño directo. El de Japón fue un fenómeno de la naturaleza, imprevisible, inescapable; los otros tsunamis tal vez pudieron evitarse. Pero tenemos a la vista 2012, el año del dragón, de acuerdo con la tradición china, y según la misma tradición será de riqueza y de salud. ¿Qué podemos esperar bueno de 2012? En círculos científicos se comenta que podría encontrarse finalmente, si no una cura definitiva para el cáncer, sí las claves para entender mejor la génesis de la enfermedad, lo que eventualmente conduciría a crear tratamientos más eficaces. Este año vimos cómo notables personajes fueron víctimas de la enfermedad. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el ex presidente de Brasil, Lula da Silva, de quien hablaba líneas arriba. Y cómo olvidar la pérdida que significó la muerte temprana de Steve Jobs, además de un incontable número de personas cercanas a nosotros. Está en marcha la investigación más grande que se haya emprendido hasta hoy. Un grupo de laboratorios alrededor del mundo, que van de Cambridge, Inglaterra, a Cambridge, Estados Unidos, a Shenzhen en China, han creado un consorcio para examinar 50 tipos distintos del problema. Es el Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer. Hurgan en el ADN de las células en busca de encontrar las claves que luego conduzcan a una curación. Para finales de 2012 el consorcio, cuyo centro de operaciones se encuentra en Toronto, Canadá, tendrá los primeros resultados.
@Vox Populi
Asunto: el secretismo
El secretismo del que usted habla en su artículo de ayer lunes 26 es algo que hemos padecido desde siempre los mexicanos, además de que somos tratados como si fuéramos retrasados mentales. Por ejemplo: la moneda estadunidense sigue subiendo y como bien lo señala llega a costar ¡$14.50 pesos!, pero nadie explica bien a bien por qué carajos nuestro peso está tan devaluado. Cómo es posible que nadie nos diga con claridad y sencillez que, de alguna manera, los países pobres mantienen a los países ricos, como sucede con nuestro país. Es indignante, además de injusto, que a un país como Estados Unidos, que se la ha vivido perpetrando guerras en todo el mundo y despojando a los países de sus riquezas, tengamos que estarle pagando cantidades insultantes por su moneda. Pero lo más insultante es que los gobiernos lo permitan. ¿Qué no se darán cuenta nuestros gobernantes del daño tan enorme que nos causan a los mexicanos permitiendo esta atrocidad? Pregunta ingenua, ¿verdad?, porque la respuesta la estamos padeciendo día a día.
Blanca N. Palacios/Guadalajara
R: La explicación oficial es que la devaluación se debe a la turbulencia financiera internacional. Eso dice mucho y al mismo tiempo no dice nada en concreto. Lo que estamos viendo es una silenciosa fuga de capitales, tanto de extranjeros como de mexicanos. No hemos sido informados de su cuantía.
Asunto: sospechosismo
Se me hace raro que el gobierno federal esté enviando tantos mensajes sobre la captura de un lugarteniente del Chapo; para mí que en pocos días vociferarán la captura del mismísimo jefe. Hay que recordar que ya estamos en periodo electoral y con algo querrán pararse el cuello o mostrar a los futuros electores que van ganando su famosa guerra en contra del narcotráfico.
Octaviano Valdés/Distrito Federal
R: Mira: si nos dijeran que ya detuvieron al mismísimo Chapo y lo presentaran ante las cámaras de televisión tampoco les creeríamos. Muchas personas supondrían que es un montaje. Así de bajo anda volando la credibilidad gubernamental.
Twitter
¿Le traería Santa Claus a Cordero su cheque de 6 mil pesos?
¿Será que no quitaron la tenencia en Nuevo León para apoyar a EPN con dinero para su campaña? Piensa mal y acertarás.
¡Bendito sea San Marcelo Ebrard! Al menos 90 por ciento de los capitalinos no tendrá que pagar tenencia. No llegan ni a vocho.
@guzmex46 Francisco Guzmán
Twitter: @galvanochoa
FaceBook: galvanochoa
México SA
En 2012 seguirá el rescate
Insaciable, la banca pide más
Estados Unidos fracasó; Europa en turno
Carlos Fernández-Vega
A finales de 2008, el gobierno estadunidense, con George W. Bush, todavía en la Casa Blanca, abrió sus arcas de par en par para rescatar al sistema financiero-especulativo que provocó la crisis. Miles y miles de millones de dólares pertenecientes a los contribuyentes se desviaron para atender servicialmente las urgencias y cubrir los excesos de los grandes corporativos sectoriales, pero ni de lejos se logró atemperar –ya no se diga evitar– el peor desplome económico desde la gran depresión, que arrastró a la comunidad internacional.
Tres años después, con la crisis irresuelta, y comprobado el fracaso de la citada política de rescate del entonces inquilino de la Casa Blanca, los gobiernos de la eurozona decidieron proceder exactamente de la misma manera en la que lo hizo el junior Bush. Cataratas de recursos públicos para salvar a los corporativos privados, mientras a los dueños de ese dinero, los ciudadanos, les recetaban draconianas políticas de ajuste con el indeleble sello fondomonetarista, aderezadas con una sobredosis de gas lacrimógeno y cualquier cantidad de bastonazos y patadas.
En ese periodo, durante el cual el río de dinero público se desbordó en beneficio de los barones, creció el hambre, la pobreza, el desempleo, la desigualdad, a la par que el bienestar y las fortunas de los banqueros rescatados, los de aquí al lado y los del viejo continente. El bienestar de millones de habitantes de este planeta se fue al caño, junto con la dignidad –si es que algún día la tuvieron, como José Luis Rodríguez Zapatero comprenderá– de los serviles gobiernos que optaron por rescatar a los causantes de la crisis y hundir aún más a quienes nada tuvieron que ver con su gestación, pero que fueron obligados a pagar la factura.
El año nuevo en puerta será el de la continuidad, pero de la crisis, y traerá más de lo mismo, es decir, más hambre, más pobreza, más desempleo, más desigualdad, y, desde luego, más bienestar y mayores fortunas para los de siempre. Más sacudidas económicas, y más rescates y salvamentos privados con recursos públicos; más ajustes fondomonetaristas, más gobiernos serviles, porque ninguno de ellos está dispuesto a corregir un milímetro las verdaderas causas de la crisis (la depredación practicada por la banca, por el sistema financiero-especulativo), y cada día más indignados, millones de ellos, hasta que todo esto simple y sencillamente reviente.
Y como recordar es vivir, en noviembre de 2008 el corresponsal de La Jornada en Estados Unidos, el querido David Brooks, reseñaba que el gobierno de George W. Bush anunciaba mecanismos de hasta 800 mil millones de dólares en nuevos préstamos y adquisiciones de deuda para buscar descongelar los mercados de crédito para los consumidores y rescatar el libre mercado de la peor crisis desde la gran depresión, en lo que ya es la intervención estatal en la economía más costosa de la historia de Estados Unidos. Con esta iniciativa, el gobierno estadunidense ya ha invertido y/o comprometido más de 5 billones de dólares en 22 programas para rescatar la economía, y según algunos cálculos el total podría llegar a 7.5 billones, equivalentes a la mitad del producto interno bruto de Estados Unidos en 2007 o casi el doble del costo estadunidense de la Segunda Guerra Mundial.
Mientras se registraba una contracción económica en el último trimestre de 2008, con pronósticos aún más pesimistas para 2009, añadía Brooks, continuaba el desplome en el gasto del consumidor como también en los precios del sector inmobiliario y más bancos al borde del abismo. El gobierno aparentemente está dispuesto a romper con todas las reglas del libre mercado y hacer lo necesario para subsidiar la economía. La Reserva Federal y el Departamento de Tesoro presentaron dos nuevos programas para ampliar el crédito a fin de promover el gasto del consumidor y reducir las tasas de interés de las hipotecas, y con ello intentar resucitar dos pilares de la economía, el del consumidor y el sector inmobiliario.
Paralelamente, la Casa Blanca, con Bush junior adentro, anunciaba un acuerdo para proteger 306 mil millones de dólares de créditos en riesgo de pérdida del gigante financiero Citigroup, además de que realizará una inyección directa de recursos por 20 mil millones adicionales. Citigroup recibirá protección contra eventuales pérdidas inusitadas sobre un paquete de activos por cerca de 306 mil millones de dólares en créditos y seguros respaldados por bienes raíces residenciales y comerciales, que permanecerán en el balance del grupo. El monto comprometido se destinó a compensar las pérdidas inusitadas, en lo que constituyó la segunda acción de rescate gubernamental al gigante financiero.
Poco más adelante llegó Barack Obama, se sentó en la Casa Blanca y terminó el trabajo del junior, mientras el desempleo crecía a paso veloz y el nivel de bienestar de la mayoría en aquel país se fue para abajo. Miles y miles de millones de dólares de los contribuyentes fueron a parar al sistema financiero-especulativo, para que la economía estadunidense se mantenga en la lona, mientras los barones del dinero siguen haciendo de las suyas. Lo mejor del caso es que el propio Obama, en su toma de posesión, anunció que se acabó el tiempo del inmovilismo y de proteger intereses mezquinos, porque una nación no puede ser próspera cuando sólo se favorece a los ricos.
Parece que fue ayer, porque los gobiernos europeos no se enteraron del sonado fracaso de su par estadunidense, pues dieron su visto bueno para que el Banco Central Europeo, por primera vez en su historia, otorgara créditos a largo plazo e intereses blandos por alrededor de 500 mil millones de euros (algo así como 641 mil millones de dólares). Pero los destinatarios de esa catarata de recursos públicos no son los angustiados ciudadanos, sino los grandes corporativos financieros, es decir, los causantes de la crisis. Entonces, simplemente reprodujeron el numerito de George W. Bush, de tal suerte que es predecible cuál será el resultado.
Las rebanadas del pastel
En el Distrito Federal se mantiene el cobro por tenencia de automóvil (para vehículos con precio superior a 350 mil pesos). La misma decisión para el caso de otros estados (gobernados por distintos partidos), de tal suerte que al voraz paso que llevan, en un futuro no muy lejano cobrarán por la tenencia de televisores, planchas, cafeteras, equipos de sonido, calzones, condones y lo que se les ocurra, porque al final de cuentas todos los citados, como el automóvil, no son más que bienes de consumo, los cuales ya son gravados con IVA. ¿Qué tal un impuesto por pifias, excesos y conexos de los funcionarios? De cobrarse, México siempre tendría superávit fiscal.

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