Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 28 de diciembre de 2011

¿Qué hacer con los recibos «locos» de consumo?- DINERO-Peña Nieto toma curso intensivo de cultura general.- La dictadura de las ideas


Dinero
Peña Nieto toma curso intensivo de cultura general
Slim y Azcárraga, asociados en nuevo canal de tv
Calderón se irá a vivir al Vaticano
Enrique Galván Ochoa
Es notoria la ausencia de Peña Nieto en los últimos días. ¿Salió de vacaciones? Sería un error imperdonable en alguien que está en campaña por la Presidencia y que recientemente ha sufrido varios autogoles. Personas muy cercanas al candidato comentan que se encuentra en Toluca y, por recomendación de sus asesores, toma secretamente un curso intensivo de literatura y otras materias. Prevén que en los futuros –e inevitables– debates con los demás candidatos resultara mal librado si alguno llegara a preguntarle el nombre del autor de El Quijote de la Mancha y se hiciera bolas. Para desmayo de sus asesores, también anda muy mal en otras materias. Siempre le han escrito sus discursos. Por tanto, nunca se interesó en la ortografía. Y en matemáticas, si le preguntan cuánto es dos y dos contesta que 22. Sin embargo, ya dijo Joaquín Coldwell que es sencillamente impensable pensar en sustituirlo por otro. Además, don Beltrone no canta mal las rancheras. ¿Qué tanto podría aprender de literatura Peña Nieto en un curso de dos o tres semanas, sobre todo cuando carece de bases? En Televisa están trabajando en el desarrollo de un chip que se deberá colocar en una oreja, a fin de que sus asesores le soplen las respuestas cuando se le atore la carreta. Tendrá soplones en español e inglés, no vaya a ser que pase por la pena de poner cara de what.
Slim y Azcárraga, su nuevo canal
Cuando pase el coheterío de las celebraciones de fin de año, la Comisión Federal de Competencia recibirá una solicitud singular: Carlos Slim y Emilio Azcárraga harán una inversión conjunta para crear un nuevo canal de televisión abierta. Previamente depondrán las armas, que han venido usando uno contra otro. Azcárraga volverá a abrir la programación de sus canales a los anuncios de Grupo Slim y Grupo Slim reanudará su gasto en publicidad. Las relaciones comerciales habían sido rotas desde principios de año, con sensibles daños recíprocos. Telcel perdió un buen número de clientes al quedar suspendidas sus promociones televisivas, inclusive en los partidos de futbol, y Televisa sufrió la pérdida de la facturación de su principal anunciante. Detrás de bambalinas lo que ha venido librándose es la encarnizada lucha por un nuevo canal de televisión. Azcárraga no quiere que Slim se convierta en su competidor y Slim tiene la obsesión de poseer su propia televisora, que añadiría fuerza política a su enorme poderío económico. Todo indica que hallaron una fórmula que resolvería el problema: crearán un nuevo canal y será propiedad de ambos. La Comisión Federal de Competencia se apresta a darle el visto bueno, ya que, según Eduardo Pérez Motta, no se trata de un nuevo monopolio, sino de dos que, al final de cuentas, ya existían.
Calderón vivirá en el Vaticano
A muchos mexicanos intriga cuál será el lugar del planeta que Felipe Calderón escojerá para fijar su residencia después de que termine su presidencia. Quiso crear un feudo en Michoacán, pero está tan quemado el apellido, que su hermana Cocoa terminó hecha pinole. Ha andado buscando colocarse en una posición en la burocracia internacional, preferentemente en un organismo relacionado con el medio ambiente; sin embargo, hasta ahora no ha tenido suerte. ¿Quién quiere a alguien que huele a muerte? Es una paradoja que el presidente del empleo tampoco encuentre empleo. Sin embargo, intensificará sus gestiones a lo largo del nuevo año, aprovechando que México ocupará la presidencia del G-20. Inclusive, sus miembros se reunirán en nuestro país. Pero los líderes que tienen peso en el grupo no lo ven con simpatía. Sarkozy tomó como afrenta personal que García Luna finalmente impusiera su criterio de no devolver a su país a la francesa Florence Cassez. Y el presidente Obama resultó con muy buena memoria y no ha olvidado que Calderón se ladeó en favor del senador McCain en vísperas de la elección. Así que Calderón ahora anda buscando piedra por otro lado. ¿En dónde creen? En el Vaticano. Traerá al papa Ratzinger a México con gastos pagados. Con suerte le dan la jefatura de una orden laica o lo dejan inventar alguna.
Nueva inmobiliaria
¿Y que van a hacer Marcelo Ebrard y su socio, el titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, Felipe Leal, con todos los regalos que han recibido de las inmobiliarias a las que han dado permisos de uso de suelo? Son numerosos. En todos los rumbos de la ciudad se construyen edificios altos en zonas donde el reglamento lo prohíbe. Se menciona en el medio de bienes raíces que sólo en la Torre del Bicentario, también conocida como torre de Ebrard o de la corrupción, recibirán medio piso de los 24 que autorizaron. En caso de que se quede sin chamba el próximo sexenio formaría una inmobiliaria con su socio Felipe, que llevaría como nombre Bueso, Bienes Raíces SA de CV. Bueso sólo para despistar.
@Vox Populi
Asunto: barata de dólares
Enrique, quiero utilizar tu leído espacio para anunciar que el Banco de México organizará su propio buen fin. Estaremos vendiendo dólares a 10 pesos, pero sólo hasta mil por persona. Sugiero que aprovechen la oportunidad, porque después se dispararán a casi 20 pesos.
Agustín Carstens/Distrito Federal
Twitter
Comenzando enero estaré ofreciendo en el Centro Fox el curso avanzado Haga una fortuna exportando productos agrícolas.
Amigos: hoy es día 28 de diciembre, el de los Santos Inocentes. Sonrían.
Twitter: @galvanochoa
FaceBook: galvanochoa

¿Qué hacer con los recibos locos de consumo?
Antonio Gershenson
Las tarifas de energía eléctrica no se resuelven sólo modificando el montón de tarifas existente. Hay cambios, de un bimestre a otro, que pueden aumentar cinco o 10 veces. La cantidad de personas afectadas por este problema es enorme. Va más allá de lo racional.
La persona que atiende al público, simplemente exige que se pague (tenga el consumidor ese dinero, o no), y si no, se corta la luz. También es irracional. Ya ha habido colonias enteras que se sublevan contra del intento de cortar.
Mientras no haya de plano un cambio de gobierno, la solución racional (en tiempo de Luz y Fuerza del Centro había que hacer colas y demás, pero se iba armando una solución a los recibos locos) debe incluir personal externo a esas órdenes de arriba y con instrucciones muy diferentes de las actuales. Este personal diferente del actual debe tener los conocimientos necesarios.
En primer lugar, se deben analizar los recibos sucesivos, a ver si tenían un secuela lógica de un bimestre al otro. Por supuesto que si ahí está la solución, se resuelve.
En segundo lugar, se rastrean los recibos y se ve de dónde vino el error, para corregirlo de raíz. El sistema de cómputo también puede tener errores.
Hay que liquidar el sistema automático operado por una empresa privada, y donde ya se haya instalado, retirarlo e instalar un medidor nuevo, pero no automático. Este tipo de medidor hace mucho más difícil, si no es que imposible, lograr soluciones como las que proponemos.
Se deben ir registrando todos los errores registrados. A partir de esto, se deben identificar los errores de gran escala, para eliminarlos.
Es posible que los errores sean deliberados, pues no ocurren a favor del consumidor, sino siempre en su contra.
Una vez que se vayan detectando los errores, hay que identificar de quién o de quiénes vinieron, pues es muy posible que el dinero extra vaya a bolsillos selectos.
Además del problema de los recibos locos, se debe cambiar la estructura de las tarifas. En primer lugar, está la DAC, Doméstica de Alto Consumo. El cobro, ya con IVA, es de más de 4 pesos por kilovatio hora (kWh en el recibo). La tarifa doméstica normal cambia mucho, pero un caso intermedio costará poco más de un peso por kWh, así que la diferencia es enorme. Esto facilita el que haya saltos en los recibos, de un bimestre a otro.
No se trata sólo de que sea cara. Es fija, o sea que una residencia de superlujo paga lo mismo por kWh que alguien a quien le colaron, o se le coló, la DAC. Esta tarifa debe ser eliminada, y usar otra forma, escalonada y no fija, de cobrar a los de verdaderamente alto consumo.
Además de este caso, se debe simplificar la estructura de tarifas en general. Y revisar posibles tarifas de privilegio.
Las tarifas también deben cumplir la función de garantizar un importante ingreso a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Y para que alcance, es preciso que se vayan eliminando, o se eliminen, los gigantescos pagos que esta entidad hace a empresas privadas a cambio de la electricidad generada con gas.
También se debe ir eliminando el contratismo para todo, que es muchísimo más caro que cuando la CFE llevaba a cabo las obras y otros trabajos con su propio personal. El costo de los contratos y de las obras será más caro aquí que en otro país, porque aquí incluye mordidas y similares.
La corrupción ha, también, propiciado que se compre a las trasnacionales electricidad a costa del uso racional del agua de las presas para generar electricidad, y a costa de generar inundaciones.
Es mucho lo que hay que cambiar, pero por lo pronto señalamos elementos muy nocivos que no deben permanecer.

La dictadura de las ideas
Alejandro Nadal
Nadie puede darse el lujo de subestimar la importancia de las ideas. Constituyen el prisma a través del cual leemos la realidad, la interpretamos y creemos poder manipularla. En materia de política económica, las viejas y nuevas ideas son el marco de referencia que dicta prioridades e impone instrumentos de la política económica a nivel macro y sectorial.
Sobre este tema no es ocioso recordar el pasaje en la obra de John Maynard Keynes: Las ideas de los economistas y filósofos políticos, ya sea que sean certeras o equivocadas son más poderosas de lo que habitualmente se piensa. Los hombres preocupados por la razón práctica, que se consideran exentos de sufrir cualquier influencia intelectual, son habitualmente los esclavos de algún economista difunto. Y conluye Keynes: Estoy seguro de que el poder de los intereses creados es grandemente exagerado cuando se le compara con el cerco e invasión de las ideas.
Bueno, sabido es que los intereses creados fomentan las ideas que les convienen. De este modo, la dictadura de las ideas se acompaña de la opresión muy real de las armas y la represión física. Así que, desde esta perspectiva, el pasaje de Keynes resulta un tanto engañoso. Para decirlo claro, la opresión de las ideas camina de la mano del despotismo real. Y muy probablemente, sin la primera, el segundo no puede aspirar a durar mucho tiempo.
En su versión vulgar, la teoría económica neoclásica o dominante establece que los salarios se determinan técnicamente por la aportación de cada uno al producto social. Quizás esa representación ha sido la imagen más funcional para mantener el orden social que jamás haya existido. Las clases dominantes han sabido sacar gran provecho de esta visión de las cosas. Y si usted pudiera hacer una encuesta se sorprendería cuánta gente cree que así es, que su contribución al producto económico global es lo que determina su ingreso.
De esta manera, muchos piensan que la desigualdad que rige las sociedades contemporáneas está justificada por un orden tecnológico. Así, ya no es la experiencia religiosa lo que justifica la disparidad. En este marco, el mecanismo económico en su infinita complejidad es lo que explica la diferenciación de clases sociales, así como los niveles de ingreso. Muchos se sorprenderían de saber que nada en la teoría económica convencional justifica esta creencia.
En la realidad los ingresos se determinan por las relaciones de poder y no por una racionalidad tecnológica o por un mecanismo impersonal. Las variables de la distribución se fijan fuera del campo de lo económico, por la lucha entre centrales obreras y uniones de empresarios. Normalmente las segundas gozarán de la protección de las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad del Estado, por lo cual su parte del pastel es mayor. Nada que ver con su productividad.
La representación de la moneda es igualmente importante en su función ideológica. En los inicios de la teoría económica la moneda fue introducida como una tecnología: la moneda sería un invento que permitiría hacer lo mismo que se hace a través del trueque, sólo que de manera más rápida y cómoda. En Adam Smith, David Ricardo y John Stuart Mill encontramos sendos pasajes en los cuales la moneda es descrita como una innovación social que permite realizar las transacciones sin los requisitos que demanda el trueque. Esa tradición se mantiene en la moderna (y absurda) teoría de equilibrio general.
Quizás esta idea es aceptada fácilmente porque invoca a nuestra intuición. Pero las cosas son mucho más complicadas. Lo más importante es que al confinar a la moneda al reino de la tecnología se le quita uno de sus principales rasgos, a saber el de tratarse de un objeto político, creación del Estado. Se abre la puerta a la apropiación privada de la circulación monetaria a través de la operaciones de la banca.
Al concebir a la moneda como una simple tecnología de transacciones se le hace a un lado del proceso de determinacion de precios. El supuesto es que la moneda no interviene ni en la formación de precios ni en las cantidades demandadas y ofrecidas. Tampoco en las decisiones de inversión.
La moneda no es, nunca fue y no podrá ser, una simple tecnología. Ante todo la moneda es un objeto político, íntimamente relacionado con la cosa pública. Pero precisamente para permitir el control privado de la circulación monetaria, la noción de la que la moneda no es más que una máquina que facilita las transacciones es la forma de tender un velo sobre su verdadera naturaleza. De aquí la idea de que la creación monetaria puede ser objeto de apropiación privada, a través de los bancos, no hay más que un sólo paso. Pero si se cuestiona esta idea de base, la estatización de la banca es la lógica medida de política económica. En el contexto de la crisis bancaria global, esta enseñanza es de gran importancia. Nada justifica la apropiación privada del espacio monetario. Sólo el despotismo de las ideas sostiene semejante absurdo.

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