Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 22 de enero de 2012

La maestra se negó a borrar a su hija de la lista para el Senado- Afirman fuentes que Gordillo presidió varias reuniones- PRI-Panal: ¿simulación, reacomodo o debacle?-


Qué tiempos aquellos...
Nuestro reconocimiento y gratitud para Enrique Peña Nieto, señaló Elba Esther Gordillo el 19 noviembre de 2010, en un acto del SNTE Foto la jornada
Afirman fuentes que Gordillo presidió varias reuniones
Estudia Nueva Alianza el escenario para designar a sus candidatos
Andrea Becerril, Laura Poy y Arturo Cano
Periódico La Jornada
Domingo 22 de enero de 2012, p. 10
En una reunión convocada con carácter de urgente por la dirigente del magisterio, Elba Esther Gordillo, el Partido Nueva Alianza (Panal) analizó los escenarios que tiene, tras la ruptura de la coalición con el PRI.
Diversas fuentes coincidieron en que el encuentro fue presidido por Gordillo, quien regresó al país la madrugada de este sábado, aunque el dirigente del Panal, Luis Castro Obregón, sostuvo que fue una reunión de la Comisión Política Permanente a la que él convocó para definir las fases a seguir por el partido, que ahora contenderá solo y deberá elegir a su aspirante a la Presidencia de la República y candidaturas al Congreso.
Sin embargo, trascendió que Gordillo presidió el acto en el que incluso dio un discurso para explicar las razones por las que se rompió la alianza con el tricolor. De acuerdo con fuentes sindicales, la profesora sostuvo que la decisión fue para proteger al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y al Panal.
En la reunión, a la cual se convocó el viernes por la noche, luego de que el PRI hizo pública la ruptura con el Panal, Gordillo insistió en que el paso siguiente es reorganizarse para contender y obtener una votación incluso mayor que la de 2009.
A la cita, que se prolongó hasta las 19 horas, asistieron además de dirigentes estatales del Panal, los secretarios generales seccionales del sindicato.
Antes, en entrevista, Castro Obregón aseguró que Gordillo es absolutamente respetuosa de las decisiones que toma Nueva Alianza, y no milita ni participa en los órganos de decisión del partido.
Rechazó que ella hubiera estado al frente de la negociación con los priístas el viernes, en que se acordó romper la alianza.
Fuentes del SNTE informaron a este diario que ayer se realizaron tres reuniones. La primera, en la Biblioteca Nacional de Educación, presidida por Gordillo. Ahí, en medio de aclamaciones, la dirigente recibió el respaldo de la casi totalidad de los secretarios generales seccionales, quienes ofrecieron estar presentes en la rueda de prensa que dará el Panal este domingo.
La segunda reunión, de dirigentes del Panal, se realizó en un local de ese partido en las calles de Sabino, en la colonia Santa María la Ribera, y fue encabezada por Luis Castro y Mónica Arriola Gordillo, hija de Elba Esther y secretaria general del partido.
La tercera, reservada para los más altos dirigentes del grupo elbista, se celebró en el penthouse que la lideresa tiene en Polanco. En esta última se habrían barajado los nombres para elegir al candidato –o candidata– a la Presidencia de la República.


El quesque nuevo PRI-Rocha
PRI-Panal: ¿simulación, reacomodo o debacle?
   La disolución formal de la coalición electoral entre los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Nueva Alianza (Panal), anunciada el pasado viernes, ha abierto un compás de incertidumbre respecto del futuro político de la segunda de esas fuerzas partidistas, surgida de una fractura en el propio tricolor en las postrimerías del sexenio foxista, aliada de facto del panismo en las desaseadas elecciones presidenciales de 2006 e incorporada durante la gestión de Humberto Moreira en el priísmo nacional como parte de la estructura que impulsa la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto.
Hasta ahora, salvo los directamente involucrados, nadie sabe a ciencia cierta a qué intereses responde la separación amistosa que dieron a conocer anteayer, por separado, los dirigentes del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, y del Panal, Luis Castro. Algunas voces han insistido en que la ruptura es producto de diferencias entre ambas dirigencias por el reparto de cuotas de poder para el partido cuya jefa máxima es Elba Esther Gordillo. Otros intentos de explicación atribuyen el hecho a la salida del propio Moreira de la dirigencia priísta, quien era el vínculo más sólido entre el gordillismo y el aspirante presidencial del tricolor.
Más allá de esas hipótesis, es de destacar que, a diferencia de lo ocurrido hace más de seis años, cuando la salida de Gordillo del PRI se dio en el contexto de una confrontación abierta con la dirigencia de ese partido, ahora la separación se produce en un clima de aparente tranquilidad, en medio de afirmaciones de que la decisión se da de común acuerdo y que persigue el beneficio mutuo.
Con este telón de fondo, es pertinente ponderar el señalamiento formulado ayer por el aspirante presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, de que la anunciada ruptura no es más que una simulación para evitar que la cercanía formal entre Gordillo y Peña Nieto provoque mayor erosión a la imagen del segundo; que sigue vigente el acuerdo entre ellos y que la versión de que el Panal postulará un candidato presidencial propio es una maniobra similar a la que ese partido puso en marcha en 2006, para ayudarle a Peña Nieto como lo hicieron con Calderón. De confirmarse tal hipótesis, daría cuenta de la reiteración, en 2012, de uno de los factores irregulares que marcaron los comicios de hace seis años, y de un nuevo intento por defraudar la voluntad de los votantes de ambos partidos, pues ni unos ni otros estarían informados de qué clase de fórmula política favorecen con su sufragio.
Ha de tenerse en mente, también, la posibilidad de que la presunta separación entre el PRI y el Panal dé lugar a un realineamiento entre las fuerzas partidistas nacionales, y que derive en una alianza de hecho con alguno de los aspirantes presidenciales del Partido Acción Nacional. Esa perspectiva ha sido descartada por Josefina Vázquez Mota y por Santiago Creel, pero no por Ernesto Cordero, quien ayer pidió que se valoren todas las alternativas, absolutamente todas. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en 2006, cuando los oficios gordillistas resultaron determinantes en el desaseo que culminó con el arribo de Felipe Calderón a Los Pinos, la capacidad de operación electoral de la dirigente vitalicia del SNTE parece hoy disminuida: defenestrado Humberto Moreira, con la mayoría de gobernadores priístas sumados a la candidatura de Peña Nieto, y en un momento en que el tricolor parece haberse decantado por el restablecimiento de sus equilibrios internos, luce difícil que las huestes de Gordillo puedan echar mano de la maquinaria electoral –mayoritariamente controlada por los ejecutivos estatales– que tuvo a su disposición en 2006.
Con todo, el escenario que luce menos favorable para los intereses de Gordillo y del Panal es, paradójicamente, el que han bosquejado en horas recientes los dirigentes de ese partido: la presentación de candidaturas propias en las elecciones, sin alianzas formales o informales con otras fuerzas políticas. En la circunstancia presente, tal apuesta parece casi suicida para los intereses políticos de la dirigente vitalicia del SNTE, identificada como un factor de descrédito e ilegitimidad para la actual administración federal, percibida por la ciudadanía como un lastre fundamental para la efectiva democratización del país y señalada como la demostración fehaciente de que el cinismo, la traición y la búsqueda del poder por el poder son la moneda corriente en la vida pública
La maestra se negó a borrar a su hija de la lista para el Senado
Candidaturas de familiares de Gordillo, origen de la ruptura
Pues entonces, que se vaya todo a la chingada, remató la lideresa
Andrea Becerril
Periódico La Jornada
Domingo 22 de enero de 2012, p. 6
La decisión de romper la coalición con el Partido Nueva Alianza (Panal) la tomó la dirigencia nacional del PRI el viernes por la noche después de varias horas de negociaciones telefónicas con Elba Esther Gordillo, quien se encontraba en Estados Unidos.
Ni siquiera una llamada del precandidato presidencial, Enrique Peña Nieto, cerca de las diez de la noche, logró que la dirigente vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) aceptara modificar el convenio.
Los dos negociadores peñistas, Miguel Osorio Chong y Luis Videgaray, así como el presidente nacional del tricolor, Pedro Joaquín Coldwell, habían tratado de de convencerla de que aceptara sacar de las listas para el Senado a su hija Mónica Arriola y a su yerno Fernando González y en su lugar colocar a dirigentes del magisterio.
De acuerdo con versiones de priístas participantes, a las ocho de la noche del viernes se decía en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI que todo se podía arreglar, pero las posturas se endurecieron.
Los priístas le explicaron a Gordillo –quién al parecer se encontraba en su residencia de La Jolla, California, o en algún otro lugar de Estados Unidos– que no se podían sostener las candidaturas de sus familiares, ya que ello había provocado una rebelión interna en el tricolor y fuertes críticas de la sociedad.
Osorio Chong y Videgaray, quienes junto con el ex dirigente priísta Humberto Moreira negociaron los términos de la cuestionada coalición, le pedían un reacomodo de candidatos e insistían en los conflictos generados en Chiapas –donde el tricolor perdió la estructura– y en otras entidades, pero Gordillo no aceptó. Habló luego con Joaquín Coldwell y su enojo y furia iban en aumento. Además de no aceptar que se cayera la senaduría para su hija, que es la secretaria general del Panal, consideró intransitable que la coalición diera un escaño en el Senado, bajo las siglas del Partido Verde, a Pablo Escudero, yerno de Manlio Fabio Beltrones.
Por ello, aunque el propio precandidato único del PRI, Enrique Peña Nieto, habló directamente con ella, Gordillo furibunda prefirió romper la alianza con el PRI, que le representaba 24 diputaciones y cuatro espacios en el Senado.
De acuerdo con versiones de quienes participaron en la negociación, la maestra Elba Esther Gordillo colgó el teléfono con una frase final: Pues entonces, que se vaya todo a la chingada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario