Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

lunes, 20 de febrero de 2012

Astillero- Barbarie institucionalizada- La promesa de gobernar con la gente en Oaxaca- El eje Wojtyla-Ratzinger y Calderón

Astillero
Oprobio en listas
Chuchismo; veto a Corral
Barbarie institucionalizada
Quadri recomendado
Julio Hernández López
Foto
EN FAMILIA. En el Consejo Nacional del Partido Nueva Alianza, donde se designó a Gabriel Quadri (derecha) candidato a la Presidencia. Lo acompañan René Fujiwara, nieto de Elba Esther Gordillo; Francisco Arriola, ex marido de la maestra, y Fernando González, yernoFoto Marco Peláez
 
     Ajenos al pulso popular, entregados al onanismo electoral, distantes de todo interés que no sea el de las camarillas, panistas y perredistas forcejearon hasta ayer para integrar sus listas de candidatos a diputaciones y senadurías, en un ejercicio de endogamia apenas disfrazada (el PAN hizo una consulta abierta) que sólo promete la continuidad, en la legislatura federal venidera, de los peores vicios hasta ahora conocidos.
El mayor estruendo general fue producido, como tradicionalmente sucede, por los grupos perredistas que hasta la hora de teclear esta columna no se ponían de acuerdo en la relación de sus aspirantes convenidos. Algo iba quedando claro, sin embargo: el futuro del sol azteca seguirá dominado por las tendencias ajenas al lopezobradorismo, sobre todo por la Nueva Izquierda que mantiene el control del aparato partidista y que, en alianza con Alternativa Democrática Nacional, puede definir aritméticamente toda controversia. La ganancia política de 2012 ya está en las cuentas de los Chuchos, el marcelismo-camachismo, el cardenismo y la corriente de Amalia García (Foro Nuevo Sol, con el que busca una candidatura luego del saqueo de Zacatecas). Ellos pueden ya quedarse con el PRD luego de julio próximo, en espera de la salida prevista de AMLO para tratar de fortalecer lo que quede de Morena, si no alcanza el triunfo presidencial.
En el PAN, los acomodos entre josefinistas y corderistas tenían como punto de referencia Los Pinos para tratar de evitar desbordamientos o ruido. Al igual que en el PRD, caras sucias asomaban como si nada, a pesar de los escándalos relacionados con corrupción o ineficacia. Todo cabe en un jarrito blanco y azul sabiéndolo acomodar, aunque hubo problemas destacados en Ciudad Juárez, Chihuahua; Tantoyuca, Veracruz (véase en http: //youtu.be/fU6kT4dbeyM a personal de casilla indicar a votantes por quién sufragar), y en Jiquipilco, estado de México. Según los primeros datos, en la urbe fronteriza hubo maniobras de altura, con el priísmo estatal como brazo ejecutor, para cerrar el paso a Javier Corral, el panista nunca bien visto por el calderonismo. Quitándole la posibilidad de ser senador a Corral, al enviar grupos no panistas a sufragar por otro aspirante en la consulta blanquiazul, son bien servidos los deseos de las empresas televisivas a las que se ha opuesto con tenacidad y fundamentos en sus diversas maniobras lesivas del interés nacional.
Pocos panistas protestarán por este evidente atropello cometido para satisfacer los ánimos vengativos de Los Pinos y de Televisa y Televisión Azteca, pues el partido en el poder ha quedado uniformado por la ambición de poder, con el anzuelo de la continuidad como pegamento básico. Dado que en un acto de pragmatismo está en curso una invitación para que Manuel Clouthier júnior sea candidato a senador por las izquierdas, cabe suponer que una propuesta similar podría ser hecha a Corral, en busca de una fórmula chihuahuense de derecha escindida, a menos que ante el escándalo por el cochinero de Ciudad Juárez la directiva nacional panista decida limpiar el proceso y convocar a uno nuevo, con la garantía de que no haya ingredientes intencionalmente interpuestos para alterar el sentido natural de la contienda.
Esas luchas internas por la conformación legislativa aportan saldos distintos para cada candidato presidencial: el PRI fortalece su estrategia oscura con la entrega de candidaturas a representantes de grupos que aporten recursos de toda índole para reforzar la postulación mayor, la de Peña Nieto: hay un cerrar de filas cuyas amenazas de escisión o desobediencia están siendo rápidamente conjuradas por padrinos de primer nivel; el PAN también está apuntalando la apuesta presidencial, con una presunta operación cicatriz que permita a Vázquez Mota aparecer como centro de unidad. Pero las listas perredistas de candidatos debilitan o ponen en entredicho al aspirante López Obrador. Algunas de esas postulaciones son abiertamente contrarias a los postulados del tabasqueño, y él mismo, con algunas de sus propuestas a nombre de Morena, defiende y empuja opciones con sentido oportunista, sin compromiso ideológico verdadero.
El país de la barbarie institucionalizada gana espacio en medios de todo el mundo, ahora con los muertos en el penal de Apodaca. Cuando menos 44 asesinados en una presunta pelea entre miembros de cárteles enemigos. La historia apenas conmueve a una opinión pública largamente preparada para aceptar como natural estos episodios de pérdida confesa de control gubernamental en los reclusorios. El comandante Calderón, mientras tanto, continúa con su caravana discursiva de temporada, ensalzando a las fuerzas armadas, enfatizando los altos aumentos salariales asignados solamente a ese personal, aceptando que hay algunos errores y abusos pero minimizándolos y asegurando que son sometidos a los cauces legales, presuntamente justicieros. Eso sí: ayer no hubo caballitos para montar, con soldaditos a los lados.
Astillas
Gabriel Quadri de la Torre, candidato a declinar en favor de Enrique Peña Nieto, quedó prendado de la grandeza de Elba Esther Gordillo luego de tratarla personalmente. Apenas unos días atrás, al darse a conocer su postulación, el ecologista del copete con miel había mencionado, como prueba de su presunta falta de entendimiento con la máxima jefa, que ni siquiera la conocía. Ayer ya se declaró todo un admirador de la Elbeja Reina del Panal. Quadri, por cierto, tiene relación política antigua con Marcelo Ebrard, una de las debilidades políticas de Elba Esther Gordillo. Léase en http://bit.ly/yuYlgx al propio Quadri, entrevistado por Mariana F. Maldonado: Dicen que Marcelo Ebrard te recomendó, ¿es así? Yo conozco a Marcelo desde hace muchos años, desde que yo era ecologista y él estaba en la Sedue, Marcelo me conoce bien. Si Marcelo hizo eso, se lo agradezco mucho… Y, mientras se cumplen seis años de Pasta de Conchos, entre impunidad y abandono oficial, ¡Hasta mañana, en esta columna que sigue adelante!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
La promesa de gobernar con la gente en Oaxaca
Iván Restrepo
 
     La defensa del patrimonio cultural y natural de Oaxaca se distingue los últimos 40 años por la presencia del pintor y mecenas Francisco Toledo. Varias instituciones emblemáticas de su capital se deben al trabajo y capacidad de convocatoria del artista. Cuando se trata de reclamar el cuidado de los bosques y el agua, allí está Toledo. A la hora de evitar adefesios en el centro histórico, él encabeza la lucha junto con los integrantes del patronato que fundó hace varios lustros. Uno no se explica de dónde saca energía y tiempo para realizar su valiosa obra, impulsar proyectos culturales de la más diversa índole, encabezar las denuncias por los atentados a la herencia material y cultural de su estado y ofrecer soluciones viables, sensatas a los problemas. Hasta las cosas que parecieran no tener importancia le interesan. Como cuando cuestionó las nuevas bancas que iban a remplazar las tradicionales de la Alameda. O la instalación de un McDonald’s en pleno centro o una horrible estatua del Quijote. Está también al lado de los indígenas injustamente encarcelados y para ayudar a sus familias. Por todas esas acciones, Francisco Toledo ha recibido múltiples ataques e insultos en algunos medios, que tienen origen en los sótanos del poder. Basta recordar los que recibió en los nefastos sexenios de José Murat y Ulises Ruiz.
En Oaxaca hay un gobierno que no responde a los intereses del PRI y prometió, entre otras cosas, lograr el desarrollo sin deteriorar el medio ambiente; consultar a la gente a la hora de, por ejemplo, aprobar los proyectos de infraestructura pública, a fin de que no destruyan los recursos naturales y no contaminen. De enterrar la costumbre de que los contratos de obra pública sirvan para hacer ricos a políticos, funcionarios y sus familiares. Esta forma de saquear el erario lo ha documentado la administración actual, pero los culpables principales siguen como si nada.
Ahora Toledo encabeza la inconformidad ciudadana por la construcción del distribuidor vial Cinco Señores, vía rápida con un costo cercano a 126 millones de pesos. El crucero donde se llevaría cabo es hoy cuello de botella por ser paso hacia municipios conurbados como Tlacolula, San Bartolo Coyotepec, Zimatlán y Ocotlán de Morelos. Con el distribuidor, asegura el gobierno local, se agilizará el tráfico diario de casi 84 mil vehículos y habrá mayor seguridad para 7 mil peatones y los ciclistas. Pero esa obra olvida las necesidades de la población que no tiene coche y la conveniencia de impulsar otros medios de transporte no contaminantes. Quede claro que Toledo, el patronato que preside, los pintores y agrupaciones sociales y de profesionistas no se oponen al progreso, a modernizar el transporte público y la vialidad de la ciudad (de atención urgente por su obsolescencia), sino a que se imponga un proyecto sin consultar a la gente, sin estudiar otras alternativas que vayan en armonía con el medio y las necesidades de la población.
Ante la inconformidad que despertó la citada obra, el gobernador Gabino Cué afirmó que todas las propuestas que sirvan para mejorar el proyecto serán bienvenidas, valorando los alcances de las mismas; reiteró que, contra lo que se piensa, no fue producto de la casualidad. Y que lo único que está a discusión es la imagen arquitectónica, por lo que si hay propuestas que podemos conjugar para mejorar la imagen visual se aceptarán, siempre y cuando estén en el rango de la inversión que se va aplicar.
En esa dirección va la reciente propuesta del arquitecto y urbanista Alberto Kalach, sometida a discusión en la capital oaxaqueña: reducir la magnitud (y el costo) de la obra a un túnel o un puente, con su rotonda para la distribución vehicular, además de pasos peatonales y arborización. El ahorro permitiría además instalar ciclovías e iniciar el rescate del río Atoyac, hoy un basurero. El distribuidor vial Cinco Señores debe ir de la mano de una política pública para instaurar un sistema de transporte público eficiente con base en autobuses y trenes eléctricos que desanimen el actual modelo, pésimo, contaminante y peligroso.
Veremos pronto si se hace realidad en Oaxaca la promesa de gobernar con la gente, no contra ella.
El eje Wojtyla-Ratzinger y Calderón
Carlos Fazio
 
     Cuando en marzo de 2005 el papa Karol Wojtyla agonizaba en Roma, hacía ya años que había dejado de gobernar a la Iglesia católica. El dilema del cónclave de cardenales que debería designar a su sucesor era si elegirían a un pontífice que retomara el Concilio Vaticano II o uno que prolongara la contrarreforma católica. La incógnita estribaba en quién predominaría: ¿Juan XXIII o Juan Pablo II? ¿Una nueva transición o el continuismo?
El designado fue Joseph Ratzinger, quien de noviembre de 1981 al momento de su nombramiento como nuevo pontífice se había desempeñado como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Teólogo de profesión, durante el pontificado restaurador de Juan Pablo II ese teutón nacido en Baviera se había convertido en su verdadero alter ego, liderando desde el edificio de la antigua Inquisición, cual fiel cruzado, todas las guerras de Wojtyla contra los obispos, sacerdotes, religiosas y teólogos contestatarios que osaron poner en duda su magisterio, incluidos los juicios sumarísimos propios del ex Santo Oficio contra reputados teólogos de la talla de Hans Küng, Edward Schillebeeckx y Leonardo Boff, así como el acoso permanente a obispos proféticos como Sergio Méndez Arceo, Óscar Arnulfo Romero, Leónidas Proaño, Pedro Casaldáliga y Samuel Ruiz.
Duro, ortodoxo y mordedor –el diario británico Daily Mirror recibió su designación con una foto en portada coronada por un encabezado que rezaba: De rottweiler de Dios a Benedicto XVI, mientras The Sun, el tabloide más popular del Reino Unido, tituló “De las juventudes de Hitler a papa Ratzi”, exhibiendo una foto de Ratzinger adolescente con el uniforme hitleriano–, el nuevo Papa había sido visto como forjador y continuador de la Iglesia de neocristiandad wojtyliana –de reconquista en el sentido medieval, de contrarreforma y de antimodernismo la había caracterizado Hans Küng años antes, cuando acusó al Vaticano de ser el último Estado totalitario de Europa–, que reafirmó como esenciales los valores del patriarcado y la represión sexual en la Iglesia (haciéndose de la vista gorda en los escandalosos casos de abusos sexuales contra menores perpetrados por obispos y sacerdotes), así como de la supeditación de la ciencia a la religión.
En un mundo capitalista depredador y globalizado, consumista y secularizado, y en el marco de una nueva guerra imperial por territorios y recursos geoestratégicos, la Iglesia católica se había inclinado ante el dios mercado y se hacía cada vez más romanocéntrica. Junto con el desaparecido Wojtyla, Ratzinger emergía como el hombre que normalizó a la Iglesia con un estilo estalinista: sacando del paso a los incómodos. Como brazo de hierro de Juan Pablo II, ayudó a convertir a la Iglesia en un feudo. Para decirlo con las palabras que utilizó Leonardo Boff hace unos años, cuando señaló que el pontificado de Wojtyla era la última expresión de un tipo de Iglesia que nació en 1077 con Gregorio VII, el antiguo pontífice y su guardián de la ortodoxia forjaron una Iglesia feudal controlada y dominada desde Roma; clericalizaron la Iglesia a partir de una visión imperial, dando pie a la dictadura del clero sobre toda la comunidad cristiana.
La nueva religión, el integrismo neoliberal –el imperialismo del mercado total lo llamó Franz Hinkelammert–, impuso una ideología global que llegó acompañada de un credo políticamente desactivador, que estimuló la pasividad y el conformismo. Wojtyla y Ratzinger contribuyeron a fomentar la amnesia histórica impuesta por el modelo de dominación imperial estadunidense, con la represión a la Iglesia popular en América Latina y sus teólogos de la liberación, y con sus llamados a la resignación ante el poder de los dueños del dinero. Al despuntar el siglo XXI y el pontificado de Ratzinger, el resultado es un mundo sin reglas (o desregulado), donde se ha instalado un neodarwinismo social, una lucha de todos contra todos. Un mundo medievalizado sumamente violento, signo que no escapa al México caóticamente sangriento de nuestros días, cuando fenece el sexenio de Felipe Calderón.
Wojtyla y Ratzinger respondieron a una de las más clásicas amenazas de falsificación del fenómeno religioso: la tentación de dominar a Dios y de mantenerlo atado y bien atado, según la clásica expresión de la España franquista. La del cardenal Ratzinger fue la obsesión por una forma de ortodoxia que quiere tener la verdad amurallada, incontaminada. Lo que según el jesuita español José Ignacio González Faus corresponde a ese tipo de patología que la Escuela de Francfort denomina la personalidad autoritaria y que Max Horkheimer describía como una entrega mecánica a los valores convencionales; sumisión ciega a la autoridad, junto a un odio ciego a todos los oponentes y marginados; pensamiento rígido y estereotipado.
En ese contexto, a partir de la matriz ideológica de Ratzinger, se puede conjeturar que su visita a México en marzo –dado que a nivel temporal y espacial la misma se verificará al filo del arranque de las campañas electorales por la Presidencia de la República y se circunscribirá a Guanajuato, tierra de raigambre cristera y gobernada los últimos dos decenios por el conservador Partido Acción Nacional– fue minuciosamente calculada para apoyar al PAN y avalar el sueño cristero de Felipe Calderón. La visita forma parte de la ofensiva de la ultraderecha y la jerarquía católica local en la perspectiva de construcción de un Estado confesional en México, que se incuba en la contrarreforma al artículo 24 constitucional a estudio en el Senado –que incluye la educación religiosa en las escuelas públicas, la posesión y administración de medios electrónicos por las asociaciones religiosas y la abierta participación política y electoral de los ministros de culto, de manera colectiva y fuera de los templos sin necesidad de pedir permiso a la autoridad– y se nutre del mesianismo de fin de sexenio que aqueja al presidente católico Calderón.

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