El aspirante presidencial del Movimiento Progresista, en las zonas más violentas de NL
Bátiz y Mondragón estarían en el gabinete de seguridad de López Obrador
La inseguridad es un asunto del mal gobierno, sostiene
Hospitalizan a Muñoz Ledo
Andrés Manuel López Obrador habló en Nuevo León de la política social como estrategia para revertir la violenciaFoto Carlos Ramos Mamahua
Alonso Urrutia y David Carrizales
Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 12 de febrero de 2012, p. 7
Domingo 12 de febrero de 2012, p. 7
Sabinas Hidalgo, NL., 11 de febrero. En esta zona gravemente afectada por el crimen organizado, el precandidato presidencial del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, hizo dos nuevos anuncios de sus colaboradores, quienes se encargarían de
serenaral país y enfrentar la secuela de los 50 mil muertos que heredara el gobierno actual. Bernardo Bátiz sería procurador general de la República, pues es un hombre
incorruptible, y Manuel Mondragón y Kalb, el próximo secretario de Seguridad Pública.
Al comenzar una gira de dos días, López Obrador eligió esta entidad para hacer los anuncios de dos personas que serían clave en su gabinete, pues asumirían plenamente las tareas de seguridad bajo su proyecto de retirar al Ejército de las calles en seis meses. Mondragón tendría la tarea de conformar la nueva policía nacional federal, más profesionalizada y capacitada pero también con el valor de la honestidad como base.
Mondragón se desempeña actualmente como titular de Seguridad Pública del gobierno capitalino y ha logrado, según dijo, buenos resultados. Ahora se crearía
una buena policía nacional federal que nos permita enfrentar el flagelo de la violencia, el crimen organizado y que al mismo tiempo vaya sustituyendo al Ejército.
En su visita a esta entidad, el precandidato presidencial aprovechó para denunciar al que hace seis años era gobernador priísta, Natividad González Parás: “Ese le ayudó en el fraude al PAN, siendo del PRI, ayudó en el fraude a Calderón. Tengo pruebas de lo que estoy diciendo, porque aquí en Nuevo León nos robaron, aquí y en Guanajuato, y aquí todo el operativo de fraude en 2006 estuvo a su cargo y él fue quien impuso al que está ahora (como gobernador), ya ven cómo los imponen ahora: los visten bien, los peinan, los engominan y con la tv los proyectan y allí están las consecuencias”.
En entrevista sobre la postura del aspirante presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, quien consideró que al difundirse expedientes sobre las indagatorias de ex gobernadores priístas se emprendía una campaña contra su partido, insistió en que para la justicia no hay tiempos electorales.
–¿Está defendiendo lo indefendible?
–Él tiene derecho a defender a sus amigos del PRI, pero si hay elementos que señalan a los priístas, panistas o perredistas, sea quien sea, se tiene que aplicar la ley y se debe terminar la corrupción, porque si no, no vamos a salir adelante.
Comida y cena con empresarios
En esta región, López Obrador dijo –en una comida con pequeños empresarios– que la inseguridad no es asunto del destino ni una fatalidad,
es un asunto del mal gobierno. Insistió en que se retirará el Ejército, pero hacerlo de inmediato sería
dejar en la indefensión a la población.
Por la noche López Obrador continuó sus acercamientos con el sector empresarial y sostuvo una cena privada con Javier Garza Calderón, del grupo Domos, entre otros. Ante ellos, explicó su propuesta de cambio verdadero y la república amorosa.
Antes, recorrió algunos de los municipios más agobiados por la inseguridad, Sabinas, Linares, entre otros, donde hay constantes enfrentamientos y ejecuciones por las disputas entre bandas del crimen organizado y la acción de fuerzas federales. Desde que se recrudeció la violencia del narcotráfico, Nuevo León vivió en 2011 el año más violento, cuando se contabilizaron 2 mil 3 homicidios dolosos, mil 825 de ellos relacionados con grupos delictivos.
En Sabinas Hidalgo, de seis ejecuciones en 2010 subió a 22 en 2011; en Linares, se pasó de cuatro a 24; mientras en Montemorelos en 2010 hubo 19 y en 2011 se contabilizaron 59 crímenes. En Cadereyta se reportaron 24 en 2010; 119, en 2011, y 11 en enero del presente año.
Esa fue la ruta que hoy recorrió López Obrador y efectuó mítines concurridos.
Ante habitantes de esos municipios, el precandidato habló de la importancia de la política social para revertir la violencia. Entre los asistentes, las historias de pobreza muestran diversas caras. Josefina, una abuela dedicada a la venta de tamales para paliar los efectos devastadores de la sequía en el campo inutilizado por la sequía y el abandono oficial, sostuvo que los apoyos al sector no han pasado de lo que anuncian en televisión, la cosecha de su marido ya se perdió.
A sus 80 años, José vino por segunda vez a escuchar a López Obrador para ver si las cosas cambian, aunque sea ya en el ocaso de su vida. Jubilado, vive con los mil 600 pesos que le tocan de la pensión pues acá no ha llegado aún el programa 70 y Más del gobierno federal. En tanto, el precandidato cuestionaba el dispendio gubernamental.
Mientras estaba en el mitin de Linares, Porfirio Muñoz Ledo se retiró al sentir un dolor originado por una hernia. Fue atendido en el hospital San José de Monterrey, donde lo reportaron estable pero se quedó en observación.
Este domingo a mediodía, López Obrador estará en uno de los municipios más ricos del país, San Pedro Garza García.
El despertar
La vivencia de una revolución silenciosa
José Agustín Ortiz Pinchetti
Hace unos días me entrevistaron desde una estación radiofónica que opera en Los Ángeles sobre AMLO. Les interesó mi referencia a una revolución cultural silenciosa en México. Me queda claro que empezamos a despertar cuando el régimen priísta no fue capaz de mantener el crecimiento económico. Resistieron con trampas y fraudes, pero se inició la transición a la democracia. Proceso lento e inacabado, pero no pueden negarse los cambios profundos en la cultura política. Tarde o temprano el impulso de un pueblo más exigente va a imponerse.
¿Qué factores están provocando el fenómeno? El más poderoso es el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría, acompañado por la corrupción y el desprestigio de los gobiernos. El cambio es respuesta a una incitación: los sufrimientos y frustraciones de las últimas tres décadas. Pero no sólo es una reacción, la gente está más informada. Cierto, la televisión intenta controlar la opinión, pero las redes informales, muchas estaciones de radio y periódicos están abriendo espacios. La sociedad se ha vuelto laica, desobediente y retobona. Como sea, existen partidos políticos, debates, candidaturas. Todo el mundo habla de política. El IFE puede ser imperfecto, pero hay un árbitro a quién reclamarle; cada día son más los inconformes. Y tenemos también la influencia exterior. A partir de 1989 han caído todas las dictaduras y han sido sustituidas por regímenes democráticos. A veces el tránsito ha sido cruento, a veces suave, pero la democracia es ya un paradigma mundial.
La revolución silenciosa no ha despertado mucho interés en la academia; en cambio, los grandes jerarcas de la política la observan, vigilan y espían.
Mi propia fuente de información sobre estos cambios profundos es el Morena. Cada vez que me acerco a los grupos que están creciendo constato en qué consiste el fenómeno. Me asombra cómo los grupos populares que se adhieren son cada vez más entusiastas y puntuales. En las reuniones, la gente está alerta. Opina con gran libertad y claridad política. Entiende todos los mecanismos de control y los impugna. Sus acciones son cada vez más efectivas. Por lo menos para ellos, la pesada costra que sometía a la población se está resquebrajando.
Cuando converso con mis amigos en la capital sobre estas experiencias me oyen incrédulos. Creen que toda esta estructura se va a desplomar cuando el PRI reparta regalos y/o cuando el PAN amenace con quitarles los subsidios que otorga a la gente pobre. Lo que pasa en el fondo es que mis amigos no tienen fe en la gente común. Para mí, la verdadera esperanza no está en la clase política y sus amarres, sino en el despertar multitudinario de la gente común y corriente, que tendrá su prueba de fuego en la próxima elección presidencial.
Sumando fuerzas
Antonio Gershenson
El acto conjunto y el documento con los que Cuauhtémoc Cárdenas apoya la candidatura de López Obrador son un paso más en un proceso en el que se están sumando fuerzas. En este caso, son fuerzas de izquierda. Entre los puntos de programa hay varios que son al mismo tiempo demandas populares, y varios otros que la izquierda tiene en común.
No son, sin embargo, la única forma de sumar fuerzas. Ya antes se había iniciado un proceso que ha seguido creciendo, en el que empresarios se suman a la misma candidatura. Tal vez un acto llamativo fue el celebrado con una multitud en Monterrey. Pero este proceso se ha dado ya en varias localidades.También se han sumado afectados por minas altamente destructivas, sindicalistas, choferes que deben pagar diésel carísimo, agricultores, desde estudiantes hasta intelectuales y muchos otros. Incluso escritores que en el pasado se opusieron a López Obrador, ahora dicen lo contrario.
Esto ha dado lugar a una serie de puntos programáticos muy variados. También hay movimientos populares que no han tomado partido en el proceso electoral, pero tienen adversarios muy bien definidos, como las empresas extranjeras que han despojado a localidades para hacer negocio con generadores de viento, en La Ventosa.
Estos últimos, lo mismo que las mineras depredadoras y otros más, tienen el apoyo de las autoridades. Esto puede ir apuntando a que las luchas populares puedan ir derivando hacia el cambio de régimen, y en especial a un cambio electoral de fondo. En algunos casos eso ya sucedió.
En el petróleo, un paso clave es la integración en una sola entidad. No sólo se sustituyen varias estructuras burocráticas en una sola, sino que se suprimen los
precios de transferencia, con los que se venden bienes y servicios de una entidad a otra de las que ahora forman a Pemex.
El petróleo crudo se debe dejar de exportar gradualmente, y debe procesarse en el país. Para eso, se debe aumentar de manera importante la capacidad de refinación. Se deben bajar los precios de los energéticos. Es preciso llegar a la eliminación de la importación de la gasolina, de otros refinados y reducir la de los petroquímicos. Con eso, además, llegaremos a una gasolina, y otros combustibles como el diésel, más baratos.
En el sector eléctrico se suman varios problemas. El despido masivo de los miembros del SME, el cual sigue en lucha. Las tarifas
locasy además las muy caras por diferentes razones. Por ejemplo, se establecieron tarifas de verano para lugares con mucho calor en el norte. Pero en el sur, no llegan a tanta temperatura pero la mayor humedad hace mayor la necesidad de aire condicionado, y se acaba cobrando carísimo. Esto ha llevado a huelgas de pagos en poblaciones enteras. Y a una
guerrapermanente contra los que quieren llegar a cortar el servicio. También está el pésimo estado de las instalaciones en varios lugares, resultando el daño a aparatos eléctricos y también apagones, a veces tan largos que se echa a perder la comida en el refrigerador o en el congelador. Es evidente la necesidad de energía más barata y de un servicio de mejor calidad.
En el mismo sector eléctrico, se ha visto que se quedan las mismas autoridades con el PRI y luego con el PAN, lo cual hace más claro para los afectados que ambos partidos causan los mismos problemas, por lo que sólo queda como alternativa la izquierda.
Hay un aspecto de solución que abarca diferentes fases. Es la inversión y la superación de los monopolios. La inversión en la industria, en la agricultura, etcétera, crea empleos y también producción. Al superarse los monopolios, los productos y servicios van a ser más baratos. La inversión pública en las áreas estratégicas impulsa también a la otra inversión. Hay que procurar que esta inversión sea cada vez más nacional.
La autonomía alimentaria, además, nos permite tener más fuentes de trabajo y al mismo tiempo alimentos, en especial, más económicos. Podemos, además, orientar esta última producción en un sentido favorable a la salud.

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