Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 15 de febrero de 2012

Bajo la Lupa- CRISIS GLOBAL: ¿DE DONDE SALIO EL DINERO?- Perder la fe en el capitalismo


Bajo la Lupa
Ocho países en vías de extinción geopolítica, según Brzezinski: desde Israel hasta Pakistán
Alfredo Jalife-Rahme
Foto
Jóvenes norcoreanos asisten a un mitin para jurar lealtad al líder Kim Jong-Un, ayer en el estadio Kim il-Sung, en Pyongyang, en vísperas del cumpleaños 70 del anterior gobernante Kim Jong-il, que se conmemora el 16 de febrero. El rótulo en la tribuna reza: El día de la estrella brillanteFoto Reuters
     Del reciente libro de Zbigniew Brzezinski –Visión estratégica: EU y la crisis del poder global, que resumió en la revista Foreign Policy (enero/febrero/2012)–, se desprende la peligrosa inestabilidad de un mundo huérfano de un Estados Unidos (EU) declinante, así como la incapacidad de China para sustituirle en la cúpula del poder global (Bajo la Lupa, 1º y 5/2/12).
La decadencia inexorable de EU se refleja en el pesimismo determinista de Brzezinski, quien se arriesga a señalar que ocho países en vías de extinción geopolítica: Israel, Pakistán, Georgia, Taiwán, Sudcorea, Bielorrusia, Ucrania y Afganistán. Al unísono del declive de EU y el ascenso de otras potencias regionales, la “seguridad de varios países débiles, localizados geográficamente cerca, dependerán del statu quo internacional que había sido garantizado por la prominencia global de EU” y que hoy serían significativamente más vulnerables en proporción al declive estadunidense: los países expuestos son el equivalente geopolítico de las especies en vías de extinción en la naturaleza, cuyos destinos se encuentran íntimamente ligados a la naturaleza del entorno internacional dejado atrás por un EU evanescente.
Indica los países más débiles que sufrirán: 1. Israel y el Gran Medio Oriente: se moverán las placas tectónicas que socavarán la estabilidad política de Medio Oriente cuando todos los países de la región permanecen vulnerables a varios grados de presiones populistas internas, turbulencias sociales y fundamentalismos religiosos. Si el declive de EU ocurriese sin que el conflicto palestino-israelí sea resuelto, el fracaso para implementar una solución mutuamente aceptable de dos estados inflamaría más la atmósfera política regional. La hostilidad regional a Israel se intensificaría entonces con la percepción de la debilidad de EU, que en un punto tentará a los más poderosos países de la región, notablemente Irán e Israel a prevenir peligros anticipados. Por ventaja táctica, Hamas o Hezbolá pueden precipitar erupciones que podrían entonces escalar a choques militares más extensos y sangrientos”. Las entidades débiles, como Líbano y Palestina pagarían especialmente un alto precio en muertes civiles. Tales conflictos alcanzarían niveles verdaderamente horripilantes (sic) con ofensivas y contraofensivas entre Irán e Israel. Lo que está en juego: confrontación directa de Israel o EU con Irán; ola ascendente del radicalismo y extremismo islámicos; una crisis energética global; vulnerabilidad de los aliados de EU en el golfo Pérsico. Nada nuevo bajo el sol, cuando este apocalíptico escenario se ha echado a andar en la mayor fractura tectónica del planeta: Afganistán-Pakistán-Irán (que incluye el golfo Pérsico)-Irak-Siria-Líbano. ¿Cómo quedará Turquía? ¿Qué sucederá con los kurdos, los cristianos y las minorías raciales y religiosas del Gran Medio Oriente?
2. Pakistán: dotada de armas nucleares del siglo XXI y cohesionada por un ejército profesional de finales del siglo XX, pero que su mayoría es todavía premoderna, rural y extensamente definida por identidades regionales y tribales. Juzga que su sentido de identidad nacional es definido por su conflicto con India, mientras que la división forzada de Cachemira sostiene una antipatía profunda y compartida. Su inestabilidad política es su mayor vulnerabilidad que se incrementará con el declive de EU, por lo que se “podría entonces transformar en varias opciones: Estado militar, Estado islámico radical, Estado de gobierno mixto (militar e islámico) o ‘Estado’ (sic) sin un gobierno central”. Lo que está en juego: caciquismo nuclear, gobierno con armas nucleares similar a Irán (militante islámico y antioccidental); inestabilidad regional en Asia Central con una violencia potencialmente expansiva al RIC (Rusia-India-China). ¿No es acaso lo que le convendría a EU para perjudicar nuclearmente a sus mayores adversarios geoeconómicos del RIC?
3. Afganistán: destrozada (nueve años de guerra con la URSS, mal manejada por los medievales del Talibán, y deprimida por 10 años de operaciones militares de EU): 40 por ciento de desempleo, ranking 215 del PIB per cápita, depende del negocio ilegal de estupefacientes. La retirada militar de EU y/o su declive resultará en su desintegración interna y en los juegos de poder externos de los países vecinos en busca de influencia (Pakistán, India e Irán). Lo que está en juego: resurgimiento del Talibán; guerra por procuración de India y Pakistán; paraíso del terrorismo mundial.
4. Sudcorea: EU ha sido el garante de su seguridad desde 1950, lo cual le ha permitido su notable despegue económico y su sistema político democrático. Enumera las provocaciones de Norcorea, por lo que el declive de EU confrontará a Seúl con dolorosas opciones: aceptar el dominio regional de China y su mayor dependencia a China para frenar las armas nucleares de Norcorea, o buscar una más vigorosa relación con Japón, históricamente impopular. Lo que está en juego: seguridad militar y económica de la península coreana; crisis general de confianza en Japón y en la confiabilidad de los compromisos de EU”. ¿Dónde queda entonces el estéril cerco de Obama a China? ¿Es puro bluff?
5. Taiwán: afirma que “desde 1972 EU ha aceptado formalmente (sic) la fórmula de una sola China. En fechas recientes Taiwán y China han mejorado su relación y el declive de EU aumentará la vulnerabilidad de Taiwán y su atracción a una China exitosa económicamente que aceleraría el cronograma de la reunificación. Lo que está en juego: riesgo de una colisión seria con China. A mi juicio, poco probable. ¿A cambio de qué EU abandonará a Taiwán?
6. Georgia: queda vulnerable a la intimidación política y la agresión militar de Rusia. No podía faltar la legendaria rusofobia de Brzezinski. Lo que está en juego: dominio ruso del corredor energético sureño a Europa, posiblemente llevando mayor presión sobre Europa para acomodar la agenda política de Moscú. Efecto dominó en Azerbaiyán. Se le olvida que el mundo cambió en septiembre de 2008, cuando Rusia puso en su lugar la temeridad belicosa de Georgia, azuzada por Dick Cheney.
7. Bielorrusia: la tercera parte de sus exportaciones van a Rusia, de la que es casi enteramente dependiente de sus necesidades energéticas. Rusia tiene la oportunidad de reabsorber Belarús. Lo que está en juego: la seguridad de los vecinos países bálticos especialmente Letonia. Le faltó señalar que el efecto dominó alcanzaría a Europa del Este.
8. Ucrania: Europa estaría menos dispuesta y capaz de incorporar a Ucrania a una comunidad occidental en expansión, lo que deja más vulnerable a los designios rusos. Lo que está en juego: la renovación de las ambiciones imperiales rusas. La geopolítica de Ucrania ya se había decidido con el bloqueo del gas ruso, la llegada de Yanukovych a la presidencia y el arrendamiento de la base naval de Sebastopol (mar Negro) por un cuarto de siglo.
Conclusión: quiera o no Brzezinski, el mundo va que vuela a balcanizaciones y/o integraciones en medio de nuevos regionalismos con sus respectivas esferas de influencia: una geopolítica multipolar y darwiniana. ¿Dónde deja a Latinoamérica y a África?

Alejandro Nadal
      La economía mundial atraviesa por lo que será la peor crisis en la historia del capitalismo. Las respuestas de política macroeconómica para enfrentar esta crisis están equivocadas y lo único que van a lograr es la intensificación del colapso y el dolor de millones de personas.
Por el lado de la política fiscal, la idea de que la austeridad permitirá sanear las finanzas, resolver el problema de la deuda y activar el crecimiento no tiene sentido. Eso sólo contribuye a castigar a una población. Pero ¿qué hay por el lado monetario? Se ha hablado mucho sobre el papel del Banco Central Europeo, en particular sobre la posibilidad de intervenciones directas en los mercados de deuda soberana. Pero esa discusión oculta un tema medular: ¿de dónde salió el dinero que contribuyó a la gestación de la crisis? Ésta es una pregunta que es necesario discutir.
En Europa la narrativa vulgar es que durante años los pueblos virtuosos del norte europeo trabajaron y ahorraron. Mientras tanto, los pueblos del sur vivieron por encima de sus medios. Los pueblos del norte estuvieron prestando sus ahorros a los pueblos del sur. Y ahora que éstos no pueden pagar sus deudas, les ha llegado el momento de la austeridad y no quieren aceptarlo.
En la teoría macroeconómica convencional existe un relato similar. En una economía hay agentes que ahorran, y hay agentes que necesitan pedir prestado, por ejemplo para invertir en una nueva empresa. Estos distintos agentes se encuentran en un mercado de fondos prestables. Los bancos son instituciones que actúan de intermediarios en ese mercado, recibiendo los depósitos de esos fondos y ofreciéndolos en préstamo a través de sus operaciones de crédito. En esa teoría la tasa de interés es el precio que permite equilibrar la demanda y la oferta de fondos prestables.
Esa visión de las cosas es aceptada por la mayor parte de la gente (y de los economistas). Pero está profundamente equivocada. La realidad es que los bancos comerciales privados realizan una operación de creación monetaria que nada tiene que ver con la noción de los depósitos de fondos que han sido ahorrados con anterioridad y que ahora son prestables.
Hoy los bancos otorgan préstamos cuando hay una demanda de crédito que les ofrece suficientes garantías para recuperar principal y obtener ganancias. Al realizar un préstamo, los bancos abren una cuenta para el nuevo deudor, como sucedería si hubiera realizado un depósito. En síntesis, los préstamos no necesitan un depósito anterior. Como dice una fórmula de autores postkeynesianos, los préstamos crean los depósitos.
Nótese que en la teoría de los fondos prestables, los fondos depositados en un banco son la condición necesaria para que el banco pueda hacer préstamos. La creación monetaria por los bancos (cuando otorgan un crédito) no requiere de depósitos (ni de ahorros). Aunque parezca increíble, los bancos crean dinero de la nada y la cantidad que pueden crear ex nihilo depende de los requerimientos legales de reservas que les impone la regulación bancaria. Entre menos reservas legales, mayor apalancamiento y mayor creación monetaria por parte de los bancos. Y también mayor inestabilidad para el sistema bancario.
Desde esta perspectiva, es correcto afirmar que los bancos no son intermediarios entre ahorro e inversión. Surge ipso facto una pregunta: ¿por qué una función tan importante como es la creación monetaria está en manos privadas? Esa interrogante es crucial. La mayor parte de la población de cualquier país probablemente se opondría a dejar una función tan importante en manos de empresas que persiguen un lucro privado.
¿Cuál es la relación entre la función de creación monetaria de los bancos y la crisis económica y financiera global? La desregulación bancaria abrió nuevas puertas para que los bancos entraran en operaciones cada vez más arriesgadas y especulativas. La capacidad de creación monetaria y la eliminación de reglas para operar en sectores especulativas fue una combinación explosiva. En Estados Unidos y en Europa, las operaciones de los bancos contribuyeron a incrementar artificialmente el precio de distintos activos, en especial de los bienes raíces. Debido a la bursatilización y otras formas de interdependencias en el sector financiero mundial, el colapso del mercado de hipotecas chatarra en Estados Unidos desencadenó la crisis en Europa. Se presentaron diversos mecanismos de transmisión, pero en todos ellos la función de creación monetaria por parte de los bancos comerciales desempeña un papel importante.
Mientras las raíces del colapso se mantienen intocables, en Europa la crisis se fue transformando en un problema de deuda soberana de varios países a los que ahora se imponen planes de austeridad fiscal que los hundirán todavía más. Es claro que el rechazo a ese castigo es justificado. Desde una perspectiva de política, lo que urge es recuperar el control público y democrático de la función de creación monetaria.
Perder la fe en el capitalismo
Maciek Wisniewski*
     Como subraya Susan Buck-Morss, destacada filósofa e historiadora de ideas, cuando a finales del siglo XIX Werner Sombart empezó a hablar del capitalismo (Marx sólo hablaba del capital), éste, aparte del sistema económico, se convirtió en un sistema de creencias.
La crisis en curso cuestionó sus dogmas, como el de los mercados autorregulados, y los sacerdotes del capitalismo recurrieron a los rituales de austeridad, sacrificando las generaciones futuras en un altar del Mammón, para restaurar la confianza de los mercados. A la vez llamaron a los fieles a seguir creyendo.
Pero la ola de la indignación y las ocupaciones en el mundo fue una muestra de la pérdida significante de la fe.
Me acuerdo de que en una plática –y en una entrevista no publicada– que fue a finales de 2007 (antes de la crisis) con don Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, éste ya se mostraba preocupado por la situación de este sistema social dominador, que ha ido concentrando más poder económico en menos manos, generando miseria y que vivíamos un clima de la conflictividad y violencia, casi de una guerra, a causa de la creciente polarización social.
Cité su carta pastoral Una nueva hora de gracia (2004), donde él insistía en las causas globales del conflicto en Chiapas y en la urgencia de un cambio profundo en el sistema económico y político dominante, preguntando si veía en los conflictos sociales la rabia generada por el capitalismo y contestó: Sí. Es una respuesta a esto.
En esta carta anunciaba incluso que la estatua del sistema ya se derrumba, imagen tomada del profeta Daniel. Le pregunté por las señales de este derrumbe e indicó inmediatamente la generalización de la toma de conciencia donde se va descubriendo que la conflictividad que se vive no es individual, sino consecuencia de un sistema concreto, que ya llega a su límite y se necesita pasar al otro.
¿Y qué sustituirá al capitalismo?, pregunté. No lo sabemos. No tiene nombre todavía. Pero como quiera que se llame el nuevo sistema, la aspiración social es que haya una restauración de la justicia y fraternidad, contestó.
Me llamó mucho la atención esta intuición acerca del fin del sistema (lo analizan, por ejemplo, los pensadores del sistema-mundo). Es que don Samuel no ha sido sólo un pastor, sino también político, luchador e impulsor de pensamiento que influía en las transformaciones sociales, me dijo Jorge Santiago, un colaborador de don Samuel que lo acompañó a lo largo de su obispado, cuando reflexionábamos acerca de la mirada anticapitalista del J’tatik, fruto de su adhesión a la teología de liberación e india.
Para él, el fundamento fue la opción preferencial por los pobres y la convicción de que la pobreza no es un resultado de la decisión individual, sino de los mecanismos sistémicos, al igual que la explotación. Un análisis que hacía con las herramientas adquiridas en espacios internos de estudio y en intercambios intelectuales. Don Samuel hacía su tarea: se formaba para hacer un ministerio significativo, subraya Jorge Santiago. Pero añade: Él no ha sido marxista por Marx, sino por lógica: la lucha por la tierra y problemas en Chiapas requerían según él transformaciones sistémicas.
Y nunca puso su fe en el capitalismo: porque él no creía en la injusticia, en la guerra, ni en la pobreza como destino, asegura Santiago. La puso en Jesús Cristo, la fe que transforma y exige relaciones justas.
Según Susan Buck-Morss, para cuestionar las creencias del capitalismo hay que atacar sus estrategias sicológicas, que se apoyan en el interés privado y en la racionalidad (aunque el capitalismo está lleno de irracionalidad; de hecho para David Harvey la crisis es la racionalización de un sistema irracional).
La gente en las calles, manifestando su pérdida de fe, apelaba justamente al interés común (99 por ciento) y cuestionaba la racionalidad del capitalismo, donde la incesante acumulación del capital no significa el bienestar de la humanidad, sino su sufrimiento y la depredación del planeta. Y ponía al desnudo las falsas promesas del sistema que en vez de justicia trae despojo; en vez de riqueza abundante, pobreza y vida precaria para la mayoría, y en vez de igualdad, la creciente brecha social.
Ha sido una gran operación y muestra de la concientización. Algo que mencionaba J’tatik y algo que él impulsó en el ámbito de las comunidades indígenas, que nos pueden servir de ejemplo: “Creo que del indígena podemos mirar que tiene conciencia y valores, como la dimensión comunitaria, necesarios para la transformación e incluso para la persistencia de la humanidad. Hay una esperanza en esta ‘toma de conciencia’ del indígena, de ser sujetos de su propia historia y de poseer valores que pueden aportar para la transformación del sistema”, me dijo.
La imagen presentada por Daniel encaja con la dimensión cuasi-religiosa del capitalismo: una vez perdida la fe, la estatua del sistema se derrumbará.
En memoria de don Samuel Ruiz García a un año de su muerte.
*Periodista polaco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario