Esposa de AMLO a Sicilia: “te pongo mi otra mejilla”
Beatriz Gutiérrez y Obrador durante un mitin en
Naucalpan, Edomex.
Foto: Eduardo Miranda
Foto: Eduardo Miranda
MÉXICO, D.F. (apro).- Beatriz Gutiérrez Muller, la esposa del candidato
presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, publicó una carta
en su Facebook, donde le dice a Javier Sicilia que fue “injusto vapulear al
único mexicano que ha dado la cara a favor de víctimas, desprotegidos y
marginados”.
Expresamente, Gutiérrez Muller le escribe al poeta:
“Estimado Javier Sicilia: sé que el cariño no excluye la crítica, sé que la
admiración no complace el disgusto. Pero también sé que has sido injusto al
vapulear al único mexicano que ha dado la cara a favor de víctimas,
desprotegidos y marginados, mucho antes incluso que tú. Andrés Manuel es lo
mejor que tiene México. Te digo NO al voto nulo, no a la manipulación, no al
desconsuelo. Te digo SÍ al amor, sí a la esperanza, sí a la transformación de
México por la vía democrática, pacífica y consciente. VIVA AMLO.
Beatriz Gutiérrez Muller.
P.D. Javier Sicilia: aquí te pongo mi otra mejilla.”
Beatriz Gutiérrez Muller.
P.D. Javier Sicilia: aquí te pongo mi otra mejilla.”
El día de ayer, Sicilia acusó al perredista de autoritario y soberbio, así
como de dar cobijo a figuras emblemáticas de la represión, como Manuel Barlett,
actual candidato al Senado por el Partido del Trabajo (PT).
“Para muchos, usted significa la intolerancia, el resentimiento político, la
revancha sin matices, el mesianismo, la incapacidad autocrítica para señalar y
castigar las colusiones de su partido que, incluso contra la mejor tradición de
la izquierda mexicana, no han dejado de golpear a comunidades indígenas de
Chiapas y Michoacán y a estudiantes de Guerrero”, le espetó el poeta al
candidato de izquierdas durante el encuentro con víctimas de la guerra antinarco
en el Castillo de Chapultepec.
Banqueros piden a EPN aclarar
vínculos del PRI con el narco
29 de mayo de 2012 5 Comentarios
Elecciones2012 EPN
El aspirante presidencial priista, Enrique Peña
Nieto.
Foto: Germán Canseco
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).- Enrique Peña Nieto declinó ante banqueros aclarar las
versiones que ligan al PRI con el narcotráfico.
En una reunión a puerta cerrada, a la que los reporteros sólo tuvieron acceso
vía un monitor instalado lejos del encuentro del candidato del PRI, el moderador
Carlos Elizondo, le pidió detalles sobre sus propuestas ya que les había
planteado minutos antes sólo generalidades.
Pero no sólo eso. Le pidió, mientras escuchaban los consejeros de BBVA, les
aclarara cómo enfrentar los problemas de seguridad, así como los señalamientos
de un posible vínculo entre su partido y el narcotráfico.
Peña Nieto evadió: “este último señalamiento es caer en los señalamientos
(sic) de los adversarios y como ya ha dicho mi partido ante los ataques nosotros
hacemos propuestas”.
Por el seguimiento que se le pudo dar a la reunión a través de un monitor, el
encuentro con consejeros del segundo baco más importante del país, no fue fácil
para el priista.
En un pasaje de la misma, Peña Nieto reiteró, con generalidades, las
propuestas que ha venido manifestando en diversos foros.
Ante ello, los banqueros le pidieron detallar por lo menos una de las cuatro
propuestas de reformas estructurales que según el priísta requiere el país.
Peña Nieto les respondió que para evitar utilizar todo su tiempo describiría
la reforma energética. Sin embargo, lo único que hizo fue citar lugares comunes,
como el de su admiración por el funcionamiento de Petrobras en Brasil, pero
nunca aterrizó en qué consistiría la transformación que propone para ese
sector.
Más adelante, cuando se le cuestionó sobre la forma en que abatiría la
pobreza, Peña Nieto se dedicó a dar cifras del incremento de pobres en los
últios sexenios, pero nunca dijo cómo haría para revertir el problema.
Manifiesto de EPN, insolente y falaz
28 de mayo de 2012 15 Comentarios
Análisis
El aspirante presidencial priista, Enrique Peña
Nieto.
Foto: Octavio Gómez
Foto: Octavio Gómez
MEXICO, D.F. (apro).- Sólo la concepción patrimonialista del poder, pero
sobre todo la insolencia de creer que los mexicanos son estúpidos, explica que
el priista Enrique Peña Nieto ofrezca como novedad lo que la Constitución
consagra como derechos para los mexicanos y obligaciones para los
gobernantes.
El Manifiesto para una Presidencia democrática, el decálogo que Peña Nieto
afirma que contiene los “principios políticos” a los que se apegará si es electo
presidente de la República, es una manipulación por hacer creer que con él los
mexicanos tendrán las libertades que la Constitución consagra hace casi dos
siglos.
Y hay algo más grave: Si Peña Nieto dice que ese “manifiesto” es su respuesta
a la movilización de los jóvenes en su contra, rubricada como #YoSoy132,
entonces no ha entendido que éstos se han levantado precisamente contra esa
visión patrimonialista, falaz e insolente del poder de la que él se ufana –como
en la Universidad Iberoamericana– y que su documento ratifica.
El decálogo de Peña Nieto es, también, la aceptación involuntaria de su
ignorancia sobre la Constitución, aun cuando se graduó de abogado en la
Universidad Panamericana –que quizá por eso no quiere visitar– y, si él no es el
autor del documento, entonces la confesión es que tiene más asesores que
ideas.
Por eso, si el silencio obsecuente sobre este montaje prevalece entre un
sector como cuando lo presentó –el lunes 21– ante “intelectuales” de la talla de
Claudio X. González, Fernando Gómez Mont, Héctor Aguilar Camín y Jorge
Castañeda, y aun es elogiado por personajes como Emilio Álvarez Icaza, no pueda
haber una conducta análoga de quienes conocen mínimamente la Constitución y la
historia de México.
Pero cuáles son los diez “principios políticos” que Peña Nieto presenta como
oferta de campaña: 1) Libertad de manifestación, 2) Libertad de expresión, 3)
Relación con los medios, 4) Derechos humanos, 5) Libertad religiosa, 6) No
discriminación, 7) División de poderes, 8) Elecciones libres, 9) Transparencia y
rendición de cuentas y 10) Federalismo y transparencia.
Salvo el punto 3), los otros nueve planteamientos presentados como novedad
están contemplados en la Constitución: El punto 1) en el artículo 9 y el 2) en
los artículos 6 y 7, y hace apenas un año, en junio de 2011, se aprobó una
reforma constitucional para reconocer expresamente los derechos humanos.
El punto 5) de la oferta de Peña Nieto se refiere a la libertad religiosa,
que ya consagra la Constitución en el artículo 24 y la separación del Estado y
las iglesias lo garantiza el 130, y el punto 6), que se refiere a la no
discriminación, está garantizado en el mismísimo artículo 1º constitucional.
En cuando a la división de poderes, que ofrece el punto 7) del Manifiesto de
Peña Nieto, está previsto en el artículo 49 y las competencias de cada poder se
detallan en los artículos siguientes.
Prueba de que Peña Nieto y sus asesores no conocen la Constitución es cuando
ofrece elecciones libres, que la Constitución garantiza en el artículo 41, y la
transparencia y rendición de cuentas, ofrecidas en el punto 9), están
garantizadas en el artículo 6, y el federalismo en el 115.
Hay quienes alegan, aun de buena fe, que es positivo que Peña Nieto se
comprometa a respetar estos artículos constitucionales, algunos de ellos letra
muerta, pero aceptarlo es convalidar este insolente montaje.
Lo único novedoso en el Manifiesto es el punto 3), en el que Peña Nieto
ofrece una relación democrática con los medios y ofrece una reforma
constitucional para crear un organismo ciudadano que supervise la contratación
de publicidad de todos los niveles de gobierno en medios de comunicación.
Es una burla: Aunque sería positivo un organismo así, lo procedente es que
primero exhiba los contratos que como gobernador del Estado de México firmó con
Televisa y todos los medios, así como los montos que cobraron las actrices
Lucero y Angélica Rivera –su actual mujer– por aparecer en los promocionales,
aun si fue de gratis.
Cabe la pregunta: ¿Quién le cree a Peña Nieto? Exacto, yo tampoco…
Apuntes
Este lunes 28 se cumplió un mes del asesinato de Regina Martínez,
corresponsal de Proceso en Veracruz, donde cuatro días después fueron abatidos
otros tres periodistas, sin que el gobernador Javier Duarte –el más apreciado de
los gobernadores priistas por Peña Nieto, por servil y cómplice– haya hecho algo
relevante no sólo para esclarecer los crímenes, sino para impedir otros. El
sábado 26 fue asesinado José Luis Blanco Rosas, investigador y catedrático de la
Universidad Veracruzana. Amigo de Regina Martínez, Blanco Rosas, de 51 años de
edad, fue hallado muerto el sábado 26, en el interior de su vivienda en la calle
Altamirano, en pleno centro de Xalapa. José Julián González Osorno escribió,
desde la indignación, un texto que se reproduce en la página web de Proceso y
del que reproduzco un fragmento: “¿Qué oscuro espanto se pasea por Xalapa? ¿Qué
horror carcome el alma de Veracruz? ¿Qué infinita crueldad siembra muertes y
muertes en el corazón de nuestro país? Escribo esto porque no podemos callar.
Porque, José Luis, no te habrías quedado callado nunca si un amigo nuestro
hubiera sido asesinado. Porque sabíamos, querido José Luis, que un amigo caído
es la merma de uno mismo, es ir haciéndose cada vez más y más pequeños, más y
más pobres…”
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
¿Qué horror carcome el alma de
Veracruz?
28 de mayo de 2012 26 Comentarios
Destacado
José Luis Blanco Rosas, maestro de la Universidad
Veracruzana.
Foto: Tomada de Twitter
Foto: Tomada de Twitter
A José Luis Blanco, quien llevaba un puño en llamas en vez de corazón
XALAPA, Ver., (apro).- Estamos jodidos y hasta la madre. Nos jodió el brutal
asesinato -aún sin resolver- de nuestra amiga y compañera Regina Martínez,
corresponsal de Proceso en Veracruz, y ahora nos jode y chinga el espantoso
homicidio de nuestro querido compañero y amigo José Luis Blanco Rosas, maestro
de la Universidad Veracruzana, ocurrido el pasado 27 de mayo en la ciudad de
Xalapa, Veracruz. ¿Qué oscuro espanto se pasea por Xalapa? ¿Qué horror carcome
el alma de Veracruz? ¿Qué infinita crueldad siembra muertes y muertes en el
corazón de nuestro país? Escribo esto porque no podemos callar. Porque, José
Luis, no te habrías quedado callado nunca si un amigo nuestro hubiera sido
asesinado. Porque sabíamos, querido José Luis, que un amigo caído es la merma de
uno mismo, es ir haciéndose cada vez más y más pequeños, más y más pobres.
José Luis Blanco era incendiario. Apenas advertía una injusticia, aunque
fuese pequeña, alzaba la voz clara y firme. En el aula de clases, en la radio de
la Universidad Veracruzana, en sus artículos, en sus libros, en la prensa.
Cualquier espacio le era propicio para denunciar y señalar las injusticias con
su puño y letra, con su voz y su risa, siempre estruendosa, siempre contagiosa;
incomodaba, claro, a quienes usan el poder para cometer tropelías y abusos. Pero
no temía. No temió.
José Luis Blanco era, también, un maestro ejemplar, a veces muy exigente con
sus alumnos, pero siempre leal a una idea: sacar de ellos lo mejor de sí mismos
siguiendo la máxima socrática. Creía que sólo la educación nos salvaría de la
barbarie actual, creía que en los jóvenes residía nuestro propio futuro. Y tus
alumnos, querido José Luis, no te han dejado solo, no dejarán este crimen en la
ignominia. Tristes y consternados, han estado pendientes, querido amigo, han
estado preguntando; escribiendo en tu muro del face ya sin ti saludos amorosos
desde Orizaba, donde compartías con ellos tus conocimientos.
Tu muerte, José Luis, no podrán echarla al olvido, aunque lo intenten. Cuando
estábamos colectando firmas para el comunicado de maestros que enviaríamos a la
prensa, un periodista chayotero, de esos que abundan en Xalapa, al servicio del
gobierno, me dijo: “no sean imprudentes, no interrumpan la investigación”.
Respondí con dos cuestionamientos: “¿eres del gobierno? ¿Somos imprudentes al
querer que se esclarezca el asesinato?” Está claro: parte de la prensa en Xalapa
quiere tapar la noticia, ocultar la información, impedir que las personas sepan
los móviles de este salvaje crimen. Pero no lo lograrán. Hemos sido imprudentes,
sí, por no reaccionar a tiempo, por no denunciar antes lo que ocurre en el
estado de Veracruz; por permitir que el poder de los políticos y de los
narcotraficantes se enquistara profundamente en el seno de la sociedad. Pero tú
denunciaste a tiempo. Y hablaste claro y alto.
En junio de 2011, cuando asesinaron al maestro José Luis Martínez Aguilar,
profesor también de la Universidad Veracruzana, José Luis Blanco escribió en
Código Crítico: “Lo que queda claro es que Veracruz sigue siendo ´una plaza´
dominada por los comandos del crimen organizado. Lo que no sabemos es hasta qué
punto mantienen nexos y apoyos con algunos funcionarios del Dr. (Javier) Duarte.
¿Quiénes tienen o mantienen la ´plaza´ del centro de Veracruz? ¿Qué grupo del
crimen organizado la tiene? ¿Cuál o cuáles buscan infiltrarse? ¿Quiénes los
apoyan desde adentro? ¿Tendremos un Coronel Relumbrón entre los
veracruzanos?”
Hoy nos preguntamos lo mismo y agregamos: ¿por qué te mataron tan
salvajemente?, ¿quién ordenó tan cobarde acción?, ¿por qué? Tu madre -a quien
tanto amaste- te encontró muerto en tu estudio. Pero ella no pensó eso: te
desató las manos, te quitó el trapo que amordazaba tu boca y puso bajo tu cabeza
una almohada. Estaba segura que despertarías. José Luis: un amigo caído es la
merma de uno mismo, es ir haciéndose cada vez más y más pequeños, más y más
pobres. Hoy lo sabemos.
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