#YoSoy132 y los infiltrados
Marchan miles contra Televisa y EPN.
Foto: Octavio Gómez
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (apro).- El 11 de mayo, aunque el equipo de campaña de Enrique
Peña Nieto sabía que se enfrentaría a un ambiente hostil, decidió que “el
candidato” asistiera al encuentro con jóvenes de la Universidad
Iberoamericana.
El repudio de ese día y las manifestaciones que desde entonces han acompañado
al candidato del PRI se han transformado en un movimiento liberador para la
juventud mexicana. Es la primera vez que en México hay marchas ¡contra un
candidato! Y contra ¡Televisa!, eso sólo resume que para los jóvenes –y gran
parte de la población mexicana–: Peña Nieto y Televisa son uno.
Ambos buscan el mismo objetivo: poder y dinero. Por conveniencias mutuas
están juntos y porque se puede ver la mano que mece el acuerdo: al expresidente
Carlos Salinas de Gortari dirigiendo cada paso, cada movimiento.
Hace algunos años, cuando Salinas de Gortari era apenas un funcionario más de
la Secretaría de Programación y Presupuesto en el gobierno de Miguel de la
Madrid y quien tenía como su joven secretario particular a Emilio Gamboa Patrón,
trazó uno de sus objetivos: crear poderes fácticos y estar sin estar por encima
de ellos dirigiéndolos; el fin último que tuvieran un poder tal que movieran al
país a su antojo, el de Salinas por supuesto.
Salinas de Gortari se fue en 1994 repudiado por el pueblo mexicano, Televisa
lo trajo de nuevo en hombros, lo invitó a sus instalaciones, lo insertó de nuevo
en la socialité mexicana dando a conocer el matrimonio de su hija Cecilia
Salinas, quien por, cierto, se casó con un actor.
A 18 años del repudio que sembró el expresidente Salinas, hoy se pasea cuando
quiere y a la hora que quiere, y formando parte de la estructura de Televisa a
través de sus muchos seguidores.
A Televisa Salinas la fortaleció y desde hace algunos años Televisa hace y
fortalece “en el imaginario colectivo” a Enrique Peña Nieto.
Alrededor del candidato presidencial del PRI, la televisora creó una imagen
que no corresponde a la realidad, un figurín que cuando sale de ámbito enfurece,
se descontrola, habla mal, muestra su pobre lenguaje, pero sobre todo, evidencia
lo frágil que es.
Y justamente eso fue lo que le ocurrió en la Universidad Iberoamericana a
Peña Nieto, quien luego de responder a los cuestionamientos sobre San Salvador
Atenco desencadenó la furia del estudiantado. Dejó ver no sólo su autoritarismo,
sino que les adelantó cómo gobernaría, si ganaba.
Lo curioso es que Peña Nieto no pensaba abordar el tema, sino que más bien
fue su “gran operador político”, su jefe de campaña, Luis Videgaray, quien, como
lo regresó para decirle que faltaba Atenco.
Nadie midió la furia que dejarían sentir los estudiantes, como nadie
imaginaba el gran movimiento que se generaría, para sorpresa y beneplácito de
muchos de nosotros.
Los jóvenes demostraron que sí están informados, que sí saben lo que no
quieren: al PRI y a Peña Nieto por lo que representa, no por su persona en sí.
Mostraron que tienen capacidad de indignación más fuerte que cualquier cuarentón
cómodamente instalado en su oficina de trabajo esperando su jubilación.
El reclamo es: “no insultes mi inteligencia; sabemos qué representas y a
quién tienes detrás”.
El moviendo estudiantil ha obligado a Peña Nieto a voltear la mirada hacia
los jóvenes, pero tanto él como su equipo ha sido tan torpes que los ha
insultado aún más ofreciéndoles un “manifiesto” que no es otra cosa que los
principios y derechos que están consagrados en la Constitución. Eso cualquier
estudiante de derecho lo sabe, cualquier preparatoriano que lleve la materia lo
entiende. Sólo la prepotencia y falta de entendimiento de Peña Nieto y su equipo
no lo han digerido.
“A mi generación la izquierda nos falló”, me decía una amiga el pasado
miércoles cuando marchábamos a un lado de los estudiantes; “se corrompió, se
vendió, se burocratizó”. Y es cierto, pero ahora a los jóvenes nadie los puede
engañar y nadie los puede desilusionar más que ellos mismos. Ellos son el
movimiento, ellos son los que se organizan silenciosamente por las redes
sociales, ellos son los que traen un nuevo chip en su cabeza que nosotros, los
cuarentones carecemos pero estamos intentando entender.
Las manifestaciones han seguido a Peña Nieto y al parecer lo harán en los
siguientes 33 días que restan de campaña electoral, lo cual nos da esperanzas de
que el PRI y Peña Nieto no lleguen a gobernar este país.
Una semana después del acto en la Iberoamericana, Peña Nieto cayó en las
encuestas, su rostro en la gira por Pachuca, Hidalgo, lo decía todo:
desencajado, molesto, preocupado. Atrás quedó la fotografía, el abrazo y el beso
hueco que había sido toda su campaña electoral.
Hoy su equipo está muy pero muy preocupado. Hace un par de días, uno de sus
operadores políticos comentó que “algo debe hacer el partido con el movimiento
de los jóvenes”. Lo único que pude imaginar en ese momento fue que sin duda, el
PRI trataría de infiltrarse, hacer a un lado su arrogancia y convivir con el
movimiento para que, desde dentro genere violencia.
Ese es el gran peligro al que se enfrenta el movimiento #yosoy132, la
primavera mexicana, a que el PRI, el PAN o cualquier partido político logren
infiltrarse, prender la mecha desde dentro y luego, desde fuera, acusar a los
jóvenes de violentos o de haber sido manipulados por algún dirigente político. Y
finalmente, desactivarlos y pretender poner a la opinión pública en su contra,
la que no utiliza las redes sociales y sólo ve Televisa.
Por el momento lo que sabemos es que los jóvenes harán asambleas de
información y el miércoles 30 de mayo, en el Zócalo, discutirán qué harán
después del 1 de julio, esperemos que también en los días siguientes estén
alertas ante cualquier infiltrado.
Por el momento parece que lograrán su primera demanda concreta: que el debate
de los candidatos sea transmitido por cadena nacional y, doblegar a Televisa, a
quien no le ha quedado otra más que transmitir las movilizaciones en su contra y
en contra del candidato del PRI. Pero la arrogancia aún sigue ahí, y si no basta
recordar el programa de Tercer grado en donde conductor y periodistas intentaron
parecer críticos.
Esperemos que los jóvenes continúen en sus movilizaciones, y que sigan
gritando, manifestando su repudio a la falta de información y que sin duda, nos
enseñen a nosotros a usar las redes sociales para el bien del país, como hoy,
ellos lo están haciendo.
Un abrazo a todos los jóvenes de quienes uno se siente no solo orgulloso sino
identificada.
mjcervantes@proceso.com.mx
Twitter: @jesusaproceso
Llama EPN a dinosaurios y al nuevo PRI “romper con el pasado”
Se reúne EPN con priistas.
Foto: Germán Canseco
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).- Con el fantasma del repudio estudiantil que ha cargado
desde el 11 de mayo, el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, se
refirió nuevamente a los jóvenes; festejó que se expresen y calificó el
movimiento universitario como “respetable y genuino” pero también pidió que
nadie lo partidice.
Al estar por última vez como candidato presidencial ante los integrantes del
Consejo Político Nacional (CPN) de su partido, Peña Nieto les dijo que los 33
días que faltan de campaña electoral deben transcurrir sin violencia. Lo
anterior en clara referencia a la manifestación de repudio de aproximadamente
500 estudiantes en la ciudad de Querétaro, donde una de las camionetas de su
equipo de campaña fue zangoloteada.
“Celebro que hoy la pluralidad de los mexicanos esté más viva que nunca. Qué
bueno que los jóvenes universitarios se expresen y manifiesten en libertad. El
suyo es un movimiento respetable y genuino, que fortalece nuestra
democracia.
“Es un movimiento que abandera la libertad, que debe ser respetado y
escuchado, tanto por los gobiernos, los partidos políticos y por supuesto por
quienes somos candidatos. Es como ellos mismos lo han exigido, bajo ningún
argumento debe tratar de partidizarse este movimiento”, dijo ante los pocos más
de 800 asistentes al consejo y congregados en el auditorio Plutarco Elías Calles
del Comité Directivo Nacional del PRI.
Alejado de cualquier posible incidente, arropado por sus correligionarios y
fuertemente custodiado por su equipo de seguridad, el candidato del PRI se
refirió, no de manera explícita, a las acusaciones de posibles vínculos con el
narcotráfico que pesan sobre el exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington,
quien lo acompañara en parte de su campaña electoral por la gubernatura del
Estado de México en 2005.
“En el México que queremos no tendrán cabida ni la corrupción, ni el
encubrimiento y mucho menos la impunidad”. Antes, pidió a quienes ejercen un
cargo como los 20 gobernadores priistas que estaban presentes y forman parte del
consejo político, diputados y senadores, que actúen “con responsabilidad,
honestidad, transparencia y resultado”.
Porque, dijo, para ganarnos y refrendar la confianza de la gente, hay que
poner el ejemplo, hay que empezar en casa. “El PRI tiene que asumir el papel que
le corresponde, no inspirado en la nostalgia del ayer, sino en los retos del
presente para ganar el futuro”.
El candidato presidencial dijo que su compromiso es con la democracia y las
libertades de los mexicanos, para luego lanzar una advertencia: “quien no lo
asuma así, quien no esté dispuesto a comprometerse con la democracia, la
libertad y la transparencia, simplemente no tiene cabida en este proyecto”.
Y su discurso generó aplausos como si de pronto los priistas de viejo y nuevo
cuño divisaran el camino y encontraran por fin un rumbo para su actuar, siendo
que todo ello está plasmado en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, misma que todos los gobernadores y legisladores presentes debieron
haber protestado cumplir cuando asumieron sus cargos.
Peña Nieto, único orador en la XXX Asamblea Extraordinaria del CPN, lanzó
frases atrevidas, que sonaban huecas para quienes lo escuchaban: “es hora de
romper con el pasado”, dijo ante priistas de viejo cuño como Enrique Jackson,
Carlos Rojas, Pedro Joaquín Coldwell, Joel Ayala, Manlio Fabio Beltrones, la
propia Beatriz Paredes, Francisco Labastida, entre otros.
Luego les pidió a todos, incluyendo a los candidatos a puestos de elección
popular presentes, que hicieran suyo el manifiesto que dio a conocer a inicios
de semana en respuesta a las manifestaciones estudiantiles de repudio a su
persona, el mismo que mientras firmaba la tarde del jueves en Querétaro cerca de
500 jóvenes lo recriminaban.
Pero así como ofrece, según él una respuesta a los jóvenes con su manifiesto,
también pidió a quienes tienen empatía con su actuar, “que a cada ataque de
nuestros adversarios respondamos con una propuesta. Quedan 33 días de campaña,
la sociedad exige que transcurran sin violencia. México quiere vivir en paz,
México dice, no a la violencia”.
Y le pidió al priismo y a sus seguidores que no cedan a las provocaciones,
“contribuyamos a la paz y alegría que debe significar este proceso democrático.
Nosotros no vamos a vivir a México”.
La burla universitaria
Después de 15 días de protestas de jóvenes estudiantes, Enrique Peña Nieto
cambió su agenda que tenía este viernes e incluyó un espacio para “recibir” el
Proyecto de Nación de universitarios.
El equipo del priista y el representante de los 300 líderes con los que
comería más tarde, montaron en un pequeño salón del hotel St. Regis para el acto
de entrega del documento. Ahí, el candidato presidencial del PRI improvisó un
discurso en el que dijo que “busca dar la cara a la sociedad mexicana, de manera
muy particular a los jóvenes de México, porque en ellos se cifra justamente el
interés y la plataforma para construir un mejor país”.
Quien le ayudó a montar el breve encuentro con quienes se dijeron estudiantes
de diversas universidades fue el director en México del banco Santander, Jorge
Ferraes, y quien formaría más tarde parte del grupo de comensales de los 300
líderes.
Supuestamente, la agrupación a la que representan los jóvenes que recibieron
a Peña Nieta, Universia, está constituida por 430 universidades, sin embargo,
los muchachos que estuvieron en el pequeño salón con él apenas llegaron a
25.
Varios de ellos hablaron y le hicieron entrega del Proyecto de nación,
los líderes universitarios proponen; a la hora de la fotografía, Peña Nieto
se refirió a una de las muchachas y le preguntó a otro, “¿la conoces?, es la que
sale en el anuncio” a lo que el joven respondió: “no, no la conozco, yo no veo
televisión y menos Televisa”. Peña Nieto no comentó nada más y concentró en las
fotos.
Minutos más tarde, pasó al salón contiguo y comió en privado con personajes
que la revista Líderes ha reconocido como de influencia para la
sociedad. A la hora de las preguntas, nueve en total y realizadas al azar, se
permitió a la prensa acceder.
Las dos únicas preguntas que pudieran considerarse incómodas fueron si
permitirá que Elba Esther Gordillo continúe al frente del SNTE y, si estaría de
acuerdo en reducir al 50% el dinero que se destinan para las campañas
electorales.
Esta última la realizó el exauditor Superior de la Federación, Arturo
González de Aragón, quien le recordó que del año 2000 al 2009 se gastaron en los
procesos electorales 158 mil millones de pesos, “una verdadera afrenta para los
que viven en pobreza en el país”.
A la primera, el candidato del PRI dejó en claro que no hará movimiento
alguno para relevar a Elba Esther Gordillo de su cargo, pues dijo, eso
corresponde a los sindicalizados. Y de lo segundo, señaló estar de acuerdo a que
se “abra el debate” para analizar los gastos de campaña.
En la mesa de Peña Nieto estuvo el empresario Carlos Peralta, dueño de
Iusacel; la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, a dos mesas el actor René
Casados, frente a él González de Aragón, a un costado el presidente desde hace
más de tres décadas de la Federación Mundial de Boxeo, José Sulaimán, y un poco
más alejado, el obispo emérito de Ecatepec –en retiro hace un par de meses y
quien siempre se ha pronunciado por el PRI–, Onesimo Cépeda y el dirigente de la
iglesia Ortodoxa, Antonio Chedraui Mafud.
Al término del encuentro, y debido a que se rechazó que ofreciera una
conferencia para quienes lo acompañaron durante todo el día, se le soltó la
pregunta de si el incremento de las manifestaciones en su contra ponen en duda
su triunfo y cuánto ha bajado en las preferencias electorales.
Sin embargo, Peña Nieto se negó a responder y simplemente dijo. “Hoy no voy a
hablar” y al momento fue rodeado por sus decenas de guardaespaldas encabezados
por el capitán Cuevas.
Este sábado, el candidato estaría en Guasave y Mazatlán, Sinaloa, pero de
última hora se canceló la visita a Mazatlán debido a probables manifestaciones
en su contra.
El domingo participará en un encuentro con la estructura en Zacatecas. Aquí
también se espera la presencia de estudiantes que están en contra del aspirante
presidencial.
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