Rechazan se investigue a cardenales o mujer cercana al Papa
MÉXICO, D.F. (apro).- Hasta el momento, las investigaciones en torno a la
filtración de documentos reservados del Vaticano tienen como único acusado al
mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, a quien todavía no se le comprueba su
culpabilidad, asegura la oficina de prensa de la Santa Sede.
Por su parte, algunos medios italianos, como el periódico Il Foglio, ya han
empezado a señalar que Gabriele no está implicado en esta filtración de
documentos, conocida como Vatileaks, y que es sólo un chivo expiatorio a quien
se escogió debido a su cercanía con Benedicto XVI.
El pasado lunes 28, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, confirmó que
ninguna otra persona está siendo investigada por la comisión cardenalicia que
efectúa las pesquisas y es presidida por Julián Herranz.
“Ningún cardenal, italiano o extranjero, está siendo investigado. Tampoco
ninguna mujer. Lo desmiento de manera tajante. Lo que se cuenta es pura
fantasía”, dijo Lombardi.
Con esto desmintió las versiones de que algunos cardenales son investigados,
lo mismo que una mujer allegada al pontífice y de quien no se ha dicho su
nombre.
Lombardi recalcó que, hasta el momento, el único detenido es el mayordomo. Y
el Vaticano –agregó— actuará con “transparencia” para crear un clima de “verdad”
y “confianza” que ataje las especulaciones.
Otra de estas especulaciones, señaló Lombardi, es relacionar el escándalo de
los Vatileaks con la reciente destitución del presidente del Banco Vaticano,
Ettore Gotti Tedeshi. “Son casos distintos. No hay que confundir las pistas”,
dijo el vocero del Vaticano.
Así, el único acusado formalmente sigue siendo Gabriele, un laico de 46 años
que se encargaba de vestir, darle sus alimentos y –durante las audiencias
generales–acompañar al pontífice en un vehículo descapotado.
Al mayordomo se le acusa de haber filtrado documentos muy confidenciales de
Benedicto XVI; se trata de comunicaciones internas entre cardenales y otros
altos funcionarios de la curia, y en ellas se tratan temas candentes del actual
pontificado.
Algunos de estos documentos fueron publicados en el diario Il Fatto
Quotidiano y también en el libro Su Santidad, del periodista Gian Luiggi Nuzzi.
El Vaticano, por cierto, calificó de “criminal” al libro y está viendo la
posibilidad de emprender acciones legales contra su autor.
Por lo pronto, el mayordomo Paolo Gabriele continúa detenido. De comprobarse
que él filtró los documentos, podría ser sentenciado a 30 años de prisión por
violar la correspondencia de un jefe de Estado, lo cual es considerado como un
atentado a la seguridad de la Santa Sede.
Sin embargo, el abogado del mayordomo, Carlo Fusco, acaba de emitir un
comunicado en el que confía en la inocencia de su defendido. Ahí señaló que el
mayordomo “ofrecerá la más amplia colaboración” y “responderá a todas las
preguntas” de los investigadores, pues su intención es que “se sepa la verdad”.
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