La mano negra de Calderón, impune e inútil
Felipe Calderón, titular del Ejecutivo.
Foto: Benjamin Flores
Foto: Benjamin Flores
Violó la ley hace dos años y lo vuelve a hacer ahora… Felipe Calderón
incide en las campañas con toda clase de maniobras: aparatosas detenciones –que
luego se desbaratan por falta de méritos– en su lucha contra el narco, promoción
de sus obras de gobierno en tiempos electorales, refuerzo de la campaña de la
candidata panista con familiares o exintegrantes de su gabinete y hasta
intromisión descarada en los foros públicos con el propósito de descalificar al
candidato de la izquierda. Al mandatario no le preocupa lo que le pueda pasar
por romper las reglas. Se sabe impune… y le alzó la mano a Peña Nieto.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Cobijado por una ley electoral laxa que prohíbe la
promoción gubernamental durante las campañas pero deja inmune al presidente de
la República en caso de que incurra en ella, Felipe Calderón reincidió en
promover a su partido y a su candidata, difundir indicadores de su gestión y, ya
sin recato, involucrarse en el debate entre candidatos a sucederlo para
descalificar al de izquierda, Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario ya se ha inmiscuido indebidamente en procesos electorales, en
días previos a los comicios, utilizando su guerra contra el narcotráfico para
desacreditar a los opositores. También difunde propaganda gubernamental durante
el desarrollo de las campañas.
El 25 de agosto de 2010 el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF) resolvió un juicio promovido por el PRI, debido a que el
presidente emitió un mensaje en cadena nacional sobre seguridad, además de
difundir cifras sobre generación de empleo y simplificación tributaria. Ese año,
12 entidades del país eligieron gobernador, congresos y ayuntamientos, en tanto
que otras dos tuvieron elecciones intermedias.
El fallo del TEPJF fue un puro señalamiento. De acuerdo con el criterio
unánime de los magistrados, hay una laguna legal: No existe un catálogo de penas
aplicables al presidente, por lo que no pudieron sancionarlo.
Los dos gobiernos panistas surgidos tras la derrota del PRI en 2000 han
tenido la misma conducta. En el caso de Vicente Fox, su llamado a seguir en el
mismo camino, es decir, el del PAN, llevó a las autoridades electorales a
considerar que puso en riesgo la elección de 2006. En 52 giras que tuvo al
arranque de ese año, el primer mandatario surgido tras 70 años de hegemonía
priista dijo que al “seguir por el mismo camino, México estará mejor que
ayer”.
Propaganda de guerra
Durante el desarrollo de las campañas, Calderón insistió en llamar a los
candidatos a continuar su estrategia anticrimen y, a escasas horas de la
elección, llamó a “no tirar por la borda” lo que según él logró con su
gobierno.
A lo largo de su gestión los alardes de Calderón en materia de seguridad
fueron acompañados por pesquisas judiciales que se convirtieron en pifias, pero
que en principio afectaron los procesos electorales.
El 26 de mayo de 2009, a un mes de la elección federal intermedia, el
gobierno de Calderón llevó adelante un operativo que sería conocido como El
Michoacanazo: se detuvo a 35 personas –alcaldes y funcionarios perredistas–, a
quienes la Procuraduría General de la República (PGR) les imputó nexos con La
Familia Michoacana.
Salvo el caso de Julio César Godoy –medio hermano del entonces gobernador
Leonel Godoy y diputado federal desaforado–, quien sigue prófugo, todos los
implicados en El Michoacanazo quedaron en libertad: Las acusaciones en su contra
no pudieron sostenerse, además de que se documentaron violaciones a sus
garantías.
En 2010 en Quintana Roo fue detenido el candidato a gobernador por la
coalición PRD-PT-Convergencia, Gregorio Greg Sánchez, por sus presuntos vínculos
con el cártel de los Beltrán Leyva y con Los Zetas. Greg Sánchez, empresario y
exalcalde de Benito Juárez, quedó en libertad un año y dos meses después, cuando
las elecciones en las que tenía posibilidades de triunfo ya habían pasado.
Un caso más ocurrió en 2011. Para entonces Enrique Peña Nieto se perfilaba
como virtual candidato a la Presidencia. Estaban por celebrarse comicios en el
Estado de México –donde era gobernador– así como en Coahuila, Nayarit e Hidalgo,
entidades estratégicas para el equipo peñista.
El 4 de junio de ese año, un mes antes de las elecciones, el Ejército
mexicano detuvo al exalcalde de Tijuana y polémico empresario Jorge Hank Rhon,
acusado –supuestamente a partir de una denuncia ciudadana– de tener un arsenal
en su casa.
El 14 de junio, 10 días después del operativo, Hank Rhon fue liberado por
falta de pruebas.
Este año las acusaciones pesaron sobre los exgobernadores de Tamaulipas
Eugenio Hernández y Tomás Yarrington, aunque en ambos casos el encausamiento
ocurrió en Estados Unidos.
En ese país el detonante fue la acusación por lavado de dinero contra el
empresario Francisco Antonio Colorado Cessa, quien se entregó el 15 de junio en
Houston para hacer frente a los cargos. Su presunta implicación con Los Zetas
terminó salpicando lo mismo al priista exgobernador veracruzano Fidel Herrera
que a la panista Josefina Vázquez Mota; ésta usó aviones del ahora indiciado,
según confirmó Juan Ignacio Zavala, su vocero, al reportero Osvaldo Robles.
Aún más: el pasado 21 de junio la Secretaría de Marina anunció la detención
de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, El Alfredillo, a quien se identificó como hijo
del capo Joaquín El Chapo Guzmán. El operativo se armó basándose en información
de agencias estadunidenses.
La panista Vázquez Mota celebró de inmediato la captura y abundó sobre la
efectividad de la estrategia de Calderón. Para su desventura todo fue un error y
la PGR debió informar el 22 de junio que el detenido no era El Alfredillo.
Fuera de control y vapuleadas por los conflictos intestinos y la corrupción
–en especial a partir de las pesquisas contra militares de alta graduación–, el
tropiezo más reciente de las fuerzas del Estado ocurrió cuando tres policías
federales fueron asesinados en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México por compañeros suyos.
Operación legado
La línea se dictó el 13 de mayo de 2011. En el Centro Banamex, reunido con
los secretarios de gabinete, funcionarios y mandos medios así como con los
delegados federales en las entidades, Calderón inició su maratón de arengas en
las que pormenorizaba datos de su gestión.
Ante quienes encontraron empleo bajo su gobierno, una y otra vez insistió en
que hay ataques y calumnias y les ordenó –alzando la voz– defender al gobierno
de la República.
“Les instruyo también que sean portavoces de una señal, de un mensaje de
esperanza y de una información que es fundamental que la conozcan las mexicanas
y los mexicanos en todo el país”, esto último en alusión a que su gobierno sea
percibido con “justeza”, pues afirmó que la ciudadanía debe “saber y reconocer
lo que se hace”.
Esa fue la tónica con los alcaldes panistas en una reunión celebrada el 30 de
julio de 2011. Les recordó que durante siete décadas el PAN había combatido el
clientelismo, la corrupción, la opacidad, la deshonestidad y el dispendio, y que
debía refrendarse esa lucha, aludiendo directamente a los cacicazgos
locales.
Ya en el proceso electoral la candidata panista quedó abandonada. Sólo el 5
de febrero Calderón anunció que la había felicitado y acudió a la sede de su
partido para avalar su triunfo en la contienda interna. Y a finales de ese mes
mostró una encuesta ante consejeros de Banamex en la que se ubicaba a Vázquez
Mota a cuatro puntos de Peña Nieto. Pero el respaldo de su grupo político no se
percibió ni siquiera con la participación del derrotado exsecretario de
Hacienda, Ernesto Cordero.
Plena de tropiezos, la campaña de Vázquez Mota no terminaba de arrancar ni de
materializar en su mensaje político el propósito de su eslogan de “diferente”,
cuando el 11 de abril la hermana del mandatario, Luisa María Calderón, Cocoa,
afirmó que la candidata presidencial no promovía “los logros de su hermano”.
Durante una conferencia en el campus León de la Universidad Iberoamericana,
Cocoa Calderón insistió en que la abanderada panista no invocaba los avances en
turismo y desarrollo social.
“Porque el presidente Calderón, ahí donde ustedes lo ven, está muy bien
calificado (por la ciudadanía)”, explicó.
Vázquez Mota anunció días después un “golpe de timón”.
No fue sino hasta la noche del 30 de abril, en su casa de campaña en la
colonia Del Valle del Distrito Federal, cuando Vázquez Mota recibió a la esposa
de Calderón, Margarita Zavala, así como a diputados federales panistas. La
instrucción que recibió la candidata –y que cumplió al pie de la letra– fue
fundar su campaña en “los logros de Calderón”.
Zavala participó activamente en la promoción de Vázquez Mota, a cuyo equipo
de trabajo se integraron en mayo su cuñado, Juan Ignacio Zavala, Maximiliano
Cortázar y Ernesto Cordero, además de nombrar coordinadora en el Distrito
Federal a Mariana Gómez del Campo, sobrina de Zavala y Calderón.
Se sumaron otros colaboradores del mandatario, como el hasta entonces
encuestador de Los Pinos, Rafael Giménez Valdez, e Irma Pía González Luna, quien
dejó la dirección de Canal 22.
Para el 2 de mayo los secretarios de Hacienda, José Antonio Meade, y del
Trabajo, Rosalinda Vélez, anunciaron que en el primer trimestre del año se
habían generado 343 mil empleos y aseguraron que durante el gobierno de Calderón
se habían creado 1 millón 971 mil 174.
El mensaje tuvo acompañamiento. Ese día Ernesto Cordero se integró a la
campaña de Vázquez Mota y convocó a conferencia de prensa para rendir un informe
similar a los expuestos en diferentes ocasiones por Calderón, abundar en la
estabilidad, el crecimiento y el desarrollo económicos. Tres meses después de
que Vázquez Mota obtuviera la candidatura, Cordero hacía ostensible su
apoyo.
Desde entonces la mayoría de los secretarios del gabinete participaron en
actos de Vázquez Mota, incluido Calderón quien, ya sin recato, recitaba a diario
indicadores en materia social, económica y de seguridad, incluso en reuniones
con organismos internacionales.
El momento más evidente ocurrió el 6 de junio, durante la realización del
debate entre candidatos a la Presidencia convocado por el Instituto Federal
Electoral. Esa noche, luego de que López Obrador explicó su propuesta económica,
Calderón lo descalificó de inmediato vía Twitter dando sus propias cifras.
Un día después Meade y el propio Calderón abundaron en el asunto en sendos
discursos. De manera inusual Calderón concedió por esos días una entrevista en
la que justificó su comentario y rechazó violar la ley electoral. Además, con la
candidata de su partido en el tercer lugar según las encuestas, Calderón dijo
que “cualquiera de los tres punteros” podía ganar.
A partir de aquella reunión con Margarita Zavala, Vázquez Mota incorporó a
sus discursos la mención de los programas Oportunidades, 70 y Más y Estancias
Infantiles; abundaba en el manejo de la política económica y elogiaba la
estrategia de seguridad de Calderón, es decir de todo aquello que el propio
mandatario llama su “legado”. La panista llegó al extremo, en su cierre de
campaña, de anunciar que de ganar invitaría a Calderón a ser titular de la
PGR.
Sobregiro millonario
Durante el desarrollo de las campañas, el uso de programas sociales y el
desvío de recursos para condicionar el voto a favor del PAN fue inocultable.
Incluso en actos de la candidata se repartieron algunos artículos –despensas o
agua– con logotipos de Oportunidades (Proceso 1857).
Sin embargo uno de los programas que se convirtió en objeto de denuncia fue
70 y Más, creado durante el gobierno de Calderón y consistente en entregar 500
pesos mensuales a adultos mayores. Dicho programa fue una innovación del
gobierno del Distrito Federal durante la gestión de López Obrador, muy criticado
por el PAN, que lo tachó de clientelar y populista en diferentes denuncias
legislativas.
Ahora durante el gobierno de Calderón el programa se llevó a comunidades
rurales, pero de manera inesperada el pasado 17 de enero el mandatario anunció
la ampliación del programa a zonas urbanas.
A finales de mayo la bancada del PRI en la Cámara de Diputados identificó un
sobregiro en la aplicación de recursos de programas sociales en el informe del
primer trimestre. En el caso de 70 y Más había gastado para entonces 4 mil 10
millones de pesos para distribuirlos entre 8 millones de ancianos, cundo la
cifra autorizada era de 3 mil 475 millones de pesos.
Según el diputado Miguel Pompa las cifras no cuadran: de haber ampliado la
base de beneficiarios en 1 millón y medio de personas, con eficacia se debieron
gastar 5 mil 400 millones, pero la cifra llegó a 7 mil 588 millones de pesos, lo
que significa que 40% del presupuesto destinado para todo el año se ejerció en
el primer trimestre.
Además la Secretaría de Desarrollo Social gastó en ese primer trimestre 163
millones de pesos para pago de promotores, cuando lo autorizado no podía superar
los 139 millones.
Fiel a su estilo, Calderón no perdió oportunidad para hablar de sus programas
en las semanas previas a las elecciones. Aprovechó las redes sociales y ciertos
compromisos internacionales para defender su política de seguridad afirmando que
fortaleció el estado de derecho. Su agenda continuó, hasta el pasado 29 de
junio, cuando abanderó al equipo mexicano que participará en los Juegos
Olímpicos de Londres.
Aun así no hay indicios de que los órganos electorales puedan sancionar al
mandatario, por las mismas razones que cuando confirmaron que violó la ley
electoral en 2010.
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