Calderón se puso romántico… ¿Para quién la dedicatoria?
Lloriqueando y haciendo sus “cuentas alegres”, Felipe Calderón ya con maletas para salirse de Los Pinos donde vivió, comió, hizo fiestas e invitó a sus cuates de a gratis, mientras ahorró íntegro su fabuloso sueldo, bonos y extras, anda de palenque en palenque como solista, cantándonos lo que según él hizo, cuando fue poco y es su obligación en todo caso. Quiere que le pongamos mantas con la clásica leyenda priísta: “Gracias, señor presidente”. Pero no. Queremos que nos dé cuenta y razón, no sus insulsos informes (y el sexto va a ser kilométrico en varios tomos). Querrá echarse un discurso de despedida, pero tendrá que organizarlo en el Auditorio Nacional con sus panistas afines, los empresarios que favoreció y sus empleados encabezados por el tal Poiré y uno que otro que se arrime.
Pues bien, Calderón se fue a Sonora con su amigo el desgobernador Padrés Elías. Y muy sonriente y romántico (hay el rumor de que su esposa Margarita y sus hijos vivirán en un lugar diferente de él), enfatizó que su gobierno tuvo “alma, vida y corazón”, aludiendo a una clásica canción en voz de Los Panchos (no la banda de los Panchos). Se veía feliz, me contaron mis corresponsales y paisanos sonorenses. Luego se fue a un atracón de carne asada (José Vasconcelos se burlaba de que en el Norte sólo había carne asada), con una selección de panistas, empresarios, el hermano, el cuñado y la esposa de Padrés.
Cuando Carlos Salinas estuvo de arrimado en Los Pinos, organizaba sábados románticos y ponía a cantar boleros a sus empleados (no los de Beatriz Paredes, quien anda muy apurada para que Peña le suelte 80 millones de pesos que invirtió en su fracasada campaña defeña). Ahora, Calderón soltó ese “Alma, corazón y vida” que dicen, lleva dedicatoria. Salinas se divorció en cuanto huyó a Irlanda; Zedillo tuvo a Nilda en terapia intensiva para quitarle su alcoholismo (el encargado fue Juan Ramón de la Fuente quien creyó que por eso sería el sucesor); Fox llegó a Los Pinos con amante para luego casarse con ella: Marta Sahagún; López Portillo, teniendo esposa, andaba de gigoló con fulana y sutana (se mencionó a Rosa Luz Alegría…)
Y Calderón, tan alegre en mi Sonora querida, con “Oye esta canción que lleva/ alma, corazón y vida/ estas tres cositas nada más te doy/ porque no tengo fortuna/ esas tres cosas te ofrezco/ alma, corazón y vida y nada más/ Alma para conquistarte/ corazón para quererte/ y vida para vivirla junto a ti…” Nadie sabe a qué se debe tanto romanticismo de quien exhibieron en una manta como adicto al coñac con Cocacola (la bebida se conoce como “medias de seda”). Y se armó tremendo escándalo cuando Carmen Aristegui la presentó en su programa de televisión. Tuvo hasta un cese fugaz. Tanto romanticismo en la comida superprivada, donde un trío cantó esta canción y no estaba Margarita Zavala, la del reciente desprendimiento de retina y único apoyo de Josefina en su desangelada campaña. Margarita –dicen– quiere la presidencia del Partido Acción Nacional, mientras Calderón se va del país canturreando “Alma, corazón y vida” y no sabemos para quién fue dedicada.
*Periodista
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