Londres: Irrumpen antipeñistas en transmisión de Televisa
La protesta en Londres.
Foto: Youtube.com
Foto: Youtube.com
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Al grito de “¡Fraude!”, “¡Peña no ganó,
Televisa lo ayudó!”, una docena de mexicanos interrumpieron la transmisión de
Televisa Deportes el día de ayer en Londres.
“Queremos que nos pasen en televisión porque tenemos el derecho de salir
ahí”, le dijo una joven a Javier Alarcón, director editorial de Televisa
Deportes, quien transmitía afuera del estadio St. James Park, en la ciudad de
Newcastle, al noreste de Inglaterra.
En el lugar, donde el comentarista deportivo Miguel Gurwitz hacía un enlace,
los aficionados cantaban “El que no brinque es Peña” y sostenían pancartas con
las leyendas: “Not to the electoral fraud” y “Peña, México no te quiere”.
Alarcón se negó a continuar la transmisión y los jóvenes lo siguieron con
reclamos hasta un restaurante, según un video colocado a las 12:00 horas en
Youtube en el que se presume: “lo que no viste ayer 26 de julio en la cobertura
de Televisa Deportes”.
Televisa y el negocio de la democracia
#YoSoy132 realiza toma simbólica de Televisa por 24
horas.
Foto: Octavio Gómez
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (apro).- El primer cerco pacífico de 24 horas a las
instalaciones de Televisa ubicadas en la avenida Chapultepec y Balderas inició
con una proclama de los jóvenes integrantes del movimiento #YoSoy132: “¡Basta de
envenenar a la verdad con dinero!”.
Nunca más claro. El problema con Televisa y su socio, TV Azteca, es que hace
perdió la veracidad frente a las audiencias para convertirse en un modelo de
poder político.
No es la primera vez que se organiza una protesta contra la empresa fundada
por la dinastía Azcárraga y estrechamente vinculada a la historia del PRI. La
noche del 26 de julio del 2012, los integrantes del movimiento recordaron cómo
Televisa surgió a unos cuantos años de distancia de la fundación del
Revolucionario Institucional, en el sexenio de Miguel Alemán, quien fue uno de
los beneficiarios de las primeras concesiones de Televisión. “El contubernio
Televisa-PRI tiene más de 60 años”, advirtieron. Y no les faltó razón.
Televisa siempre tuvo una doble condición: como ministerio de Información del
régimen priista (a la usanza de la televisión soviética) y, al mismo tiempo,
como empresa cuyos contenidos privilegiaron siempre la comercialización por
encima de la calidad.
Televisa ha sido un híbrido a la mexicana de empresa de Estado y
consorcio privado altamente redituable. Así lo definió desde 1985 el primer
estudio serio que compiló una aguda crítica contra la empresa: Televisa,
Quinto Poder, coordinado por Raúl Trejo Delarbre.
La #OcupaTelevisa del jueves 26 de julio también recordó algunos de los
momentos más escabrosos de la historia entre el emporio y el poder político. La
noche del 2 de octubre de 1968, tras la matanza estudiantil ocurrida en
Tlatelolco, el noticiario estelar conducido por Jacobo Zabludovsky abrió con la
noticia de un día soleado. El clima siempre es nota cuando las protestas
políticas quieren ser nubladas en la pantalla.
En 1986, el neopanismo que surgió en las elecciones de Chihuahua, con
Francisco Barrio como candidato a gobernador, protagonizó una serie de protestas
contra Televisa por la cobertura noticiosa sesgada y tendenciosa sobre el verano
electoral de ese año. Ahora pocos panistas lo recuerdan, pero llamaron a un
boicot contra la empresa que dirigía Emilio Azcárraga Milmo, el
Tigre.
Dos años después, en las elecciones presidenciales de 1988, Televisa volvió a
ser el eje de las protestas que encabezaron los candidatos de la oposición
Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel J. Clouthier. Este último, más radicalizado que
Josefina Vázquez Mota, planteó un boicot a la empresa que favoreció la
candidatura de Carlos Salinas de Gortari.
La capacidad de Televisa para reinventarse como eje del poder político y
mediático se ha demostrado en los últimos 15 años. La muerte de Emilio Azcárraga
Milmo no significó la transformación ni mucho menos la democratización de la
industria televisiva en México.
Su heredero, Emilio Azcárraga Jean llegó en 1997 a dirigir la empresa con una
promesa: “los compromisos de mi padre no son los míos” y “Televisa se va a abrir
a todas las opciones”. En 2004, cuatro años después, Azcárraga Jean presumió
ante inversionistas de Nueva York que “la democracia es un buen negocio”.
Y cómo no iba a ser. Los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón
no disminuyeron en nada el poder de Televisa. Al contrario, lo potenciaron. Al
amparo de esta impunidad mediática, la empresa de Ricardo Salinas Pliego, TV
Azteca, protagonizó el Chiquihuitazo en diciembre de 2002, y la protesta de los
trabajadores de Canal 40 fue acallada por la propia presidencia de la República
que se desentendió de este conflicto con la famosa frase “¿y yo por qué?”.
Los jóvenes de #OcupaTelevisa también recordaron la Ley Televisa de 2006, que
marcó las polémicas elecciones de ese año y el gobierno de Felipe Calderón
Hinojosa. La Ley Televisa fue cancelada en términos jurídicos por la Suprema
Corte de Justicia en 2007, pero su aspiración principal se concretó con el
sexenio de Calderón.
Ningún gobierno –ni siquiera uno de extracción priista- le otorgó tantos
beneficios y dinero a la empresa de Azcárraga Jean como el de Calderón: le
permitió acrecentar su poder en televisión restringida, convertirse en
competidor en telefonía fija y móvil, tener la primera concesión de fibra óptica
de la CFE, le perdonaron deudas fiscales y, además, se canceló la posibilidad de
licitar una tercera cadena de televisión y de reformar la Ley Federal de Radio y
Televisión.
Y como cereza en el pastel, este 2012, la Comisión Federal de Competencia
acabó por autorizar la fusión de Grupo Iusacell, de Ricardo Salinas Pliego, y
Grupo Televisa, convirtiendo a los supuestos competidores en socios al 50 por
ciento en el negocio más rentable de los próximos años: el cuádruple
play.
Todos estos beneficios del poder político al poder mediático fueron
recordados en el primer acto del cerco a las instalaciones de Televisa. Junto
con esta apretada síntesis, el otro elemento que ha convertido a la empresa de
medios más grande del país en juez y parte del presente conflicto electoral.
Desde 2005, tal como lo documentamos en Proceso y
luego en el libro Si Yo Fuera Presidente, el Reality Show de Peña Nieto,
Televisa emprendió un negocio multimillonario con el gobernador recién
electo en el Estado de México, Enrique Peña Nieto, para que él culminara el
proyecto que dejó trunco su padrino y tío Arturo Montiel: llevar al Grupo
Atlacomulco a la presidencia de la República.
Televisa siempre ha negado la existencia de este proyecto y desestima los
documentos que acreditan este contubernio, incluidos los que divulgó el
periódico británico The Guardian.
A sus dichos se contraponen los hechos. El proyecto Peña Nieto se ha cumplido
en siete años, eslabón por eslabón, spot por spot, encuesta
por encuesta, entrevista por entrevista. La idea de “comprar” la presidencia de
la República desde el poder mediático es la que hoy está en juego y ha generado
la protesta social, encabezada por el #YoSoy132.
Una vez más, como descubrieron los panistas de Chihuahua en 1986, no pueden
existir elecciones limpias ni transición a la democracia sin democratizar el
régimen de medios de comunicación. Hoy este reclamo está en manos de quienes
acampan afuera de las instalaciones de Televisa, símbolo y poder de una
regresión.
Da Tribunal Electoral ultimátum al IFE por casos Monex y Soriana
Sesión en el TEPJF.
Foto: Octavio Gómez
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (apro).- El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF) dio al Instituto Federal Electoral (IFE) un plazo de 48 horas
para que entregue avances sobre los casos Monex y Soriana.
Lo anterior se deriva de una petición del Movimiento Progresista para que el
IFE “realice y/o concluya” las investigaciones pendientes acerca de presuntas
irregularidades de gastos de la campaña del priista Enrique Peña Nieto.
En un documento del TEPJF, con fecha del jueves 26, se precisa que los
magistrados que integran la comisión calificadora de la elección presidencial,
Constancio Carrasco, Flavio Galván y Salvador Nava, recibieron la solicitudes
del Movimiento Progresista el lunes 23, en el que las izquierdas exigen se
realice esta petición al IFE.
Los magistrados acordaron la recepción del escrito de la coalición de
partidos de izquierda y dar trámite a la petición de información, con el fin de
que el Consejo General, el secretario ejecutivo y la Unidad de Fiscalización de
los recursos de los partidos políticos, todos del IFE, “realicen y/o concluyan
las investigaciones y subsanen inconsistencias en el trámite de los
procedimientos administrativos sancionadores electorales de su conocimiento, así
como asuntos vinculados, respecto de los cuales refieren, no ha recaído de
resolución alguna”.
Los dirigentes nacionales de la alianza de izquierda (PRD, PT y MC) se
reunieron este viernes con los magistrados que integran la comisión instructora
para calificar la elección presidencial.
Al término del encuentro, el perredista Jesús Zambrano descartó que con dicho
encuentro pretendan ejercer algún tipo de presión sobre los impartidores de
justicia que estarán a cargo de analizar el juicio de nulidad que
interpusieron.
Reconoció, sí, que los magistrados tienen una enorme responsabilidad, no sólo
para ejercer una sentencia con apego estricto al Estado de Derecho, sino también
para garantizar que la exigencia histórica de elecciones libres pueda ser una
realidad.
Según Zambrano, durante la reunión los magistrados Constancio Carrasco,
Flavio Galván y Salvador Nava reconocieron que la demanda que interpusieron
estaba bien fundada y se comprometieron a revisarla exhaustivamente.
El dirigente nacional perredista comentó también que su actitud de acudir a
tales instancias no los evidencia como “malos perdedores”, como asegura el PRI.
El objetivo es, dijo, garantizar que la Presidencia no sea robada con
violaciones a la ley.
Acompañaron a Zambrano los dirigentes nacionales del PT, Alberto Anaya, y del
Movimiento Ciudadano, Luis Walton; además del exministro Genaro Góngora
Pimentel, así como de los representantes de los partidos ante el IFE.
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