Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 3 de julio de 2012

Regreso al parque jurásico-

Elecciones 2012
Abultado expediente de quejas para presentar impugnaciones
El equipo de AMLO recaba actas de casilla para la defensa jurídica
Alma E. Muñoz y Roberto Garduño
Periódico La Jornada
Martes 3 de julio de 2012, p. 5
Conforme lo planteado por Andrés Manuel López Obrador, los partidos de la coalición Movimiento Progresista recaban las actas de casilla para digitalizarlas e iniciar la defensa jurídica de la elección federal, una vez que concluya el cómputo distrital.
Las impugnaciones se presentarán en torno a los comicios presidenciales y en cada uno de los distritos donde la coalición detecte irregularidades.
En coordinación con el equipo de López Obrador, PRD, PT y Movimiento Ciudadano insistirán en que el priísta Enrique Peña Nieto rebasó desde un inicio los topes de campaña y tuvo financiamiento ilegal.
Los equipos jurídicos resaltan que el Instituto Federal Electoral (IFE) cuenta con un documento de 65 páginas con incidencias ocurridas en la jornada electoral, la mayor parte en Veracruz y estado de México.
Tras reunirse ayer con López Obrador en su casa de campaña, el diputado Jaime Cárdenas informó que muchas de esas irregularidades pueden derivar en juicios de inconformidad para anular votaciones en casillas o distritos electorales. Vamos a acudir a todas la vías legales para limpiar la elección, subrayó el legislador.
Recordó que el IFE tiene alrededor de 800 quejas sin resolver, y toda esa parte legal tiene que ser desahogada antes de la calificación de los comicios.
Cada uno de los partidos de izquierda se encuentra inmerso en el proceso de allegarse pruebas, auxiliados en mucho por las redes sociales. Lo mismo hace el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena); las quejas en su mayoría son por la compra y coacción del voto.
La estrategia es recabar las actas, digitalizarlas y empezar a comparar sus resultados con los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), y en aquellos distritos donde la diferencia entre el primero y segundo lugares sea menor a un punto porcentual, conforme establece la ley, solicitar el recuento voto por voto.
La madrugada del lunes, el presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano, convocó a una reunión a primera hora para distribuir responsabilidades y echar a andar una red de abogados para la defensa del voto en cada uno de los distritos electorales. Encontraron, por ejemplo, que sus datos arrojan que en Quintana Roo ganaron en la elección al Senado, pero según el PREP están abajo.
Camerino Márquez, representante del PRD ante la autoridad electoral, indicó que prepararán la impugnación para la elección presidencial, centrándonos en el proceso de desigualdad, la aportación de recursos privados no registrados en la cuenta de la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM), y en la exigencia de la certeza jurídica a plenitud respecto de la indagatoria que la autoridad administrativa debe concluir sobre la campaña de Peña Nieto, dado que desde el pasado 26 de abril está interpuesta una queja, misma que fue ampliada el 26 de junio por rebase de tope.
¿De qué me estás hablando?-Fisgón
Astillero
Doble resistencia
Jóvenes denuncian fraude
AMLO impugna resultados
Televisa, ríos de dinero
Julio Hernández López
Foto
SONRISA. Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila, se presentó en Saltillo para emitir su voto el domingo pasado
Foto Alberto Puente
 
         La celeridad impositiva concertada se ha topado con dos inmediatos puntos de resistencia: el movimiento 132, ya en las calles, implacable y claro, y la recurrencia de Andrés Manuel López Obrador a los tribunales electorales para denunciar un fraude que aún no señala en esos términos pero cuyos ingredientes ya ha precisado.
 
El golpe nocturno dominical en favor de Peña Nieto necesitaba de rapidez para inyectar los virus del desánimo y el cinismo. Por ello se adelantaron las conferencias de prensa de Josefina Vázquez Mota y Leonardo Valdés Zurita, con la intención de ganar tiempo e impedir el surgimiento de algún dato o elemento discordantes. La panista ni siquiera se esperó a contar con una base numérica medianamente aceptable para darse por derrotada: con lo que había, que era ínfimo, dejó colgados incluso a quienes todavía a esa hora ultimaban detalles en casillas de diferentes partes del país. Valdés Zurita también saltó antes de tiempo, para presumir unos comicios límpidos, dar por ganador a Peña Nieto y servir de telonero a un disimuladamente eufórico Felipe Calderón. Lo importante era asentar el golpe. Luego vendrían las negociadas felicitaciones internacionales al presunto ganador. ¡Al diablo con las instituciones electorales!

Fulgurante operación reportó resultados positivos a sus creadores. En horas, Peña Nieto fue impuesto política y mediáticamente como virtual presidente de la Haigacracia (haiga sido como haiga sido, según la inmortal fórmula pragmática de Calderón) y los caminos electorales, en sus vertientes jurídicas y tecnológicas, quedaron desazolvados para cumplir con los rituales de simulación que desembocarán en la confirmación del madruguete dominical. La diferencia oficial de votos fue diseñada especialmente para inhibir las posteriores protestas: no los 20 o 15 puntos de distancia blandidos durante meses anteriores para aparentar que el copete en campaña era imbatible, pero sí los suficientes para argumentar que ninguna protesta podría tener fundamento.

Ayer mismo, miles de jóvenes pertenecientes al movimiento 132 marcharon por calles de la ciudad de México para protestar sonoramente contra la pretensión de imponer a Peña Nieto. Fue una manifestación alegre y creativa pero, sobre todo, decidida. La apabullante propaganda televisiva disfrazada de noticieros y programas de opinión y análisis no melló en nada las definiciones políticas de esos ciudadanos recientes. La cargada de la mayoría de los medios impresos, con sus primeras planas tan contentas por el triunfo del PRI y tan anunciadoras de los ánimos de control que mueven a los nuevos operadores de prensa, tampoco desanimaron a los estudiantes. Salieron del símbolo de la corrupción sexenal, la Estela de Luz, caminaron hacia las calles privilegiadas de Polanco y a su paso se toparon con manos solidarias desde balcones, con bocinas de automóviles festejando el paso de la marcha y no llenándola de improperios, con la mirada y el análisis circunstanciales de una clase media alta que de pronto vio sus dominios invadidos por miles de jóvenes asegurando que Peña Nieto no ganó. Terminaron su caminata en el Monumento a la Revolución.

Un antes y un después, inéditos y altamente significativos: nunca se había producido una manifestación tan concurrida de ciudadanos, sobre todo jóvenes, para fijar postura respecto a elecciones que todavía no se realizaban, como la que ocurrió durante la insubordinada noche del sábado de las velas y las antorchas que desembocaron en el Zócalo y en la lectura de un manifiesto de lucha social y política. Tampoco habían salido a las calles, en tal número y con tanta decisión, apenas unas horas después de terminados unos comicios presidenciales, tantos jóvenes denunciando fraude y anunciando resistencia. Parece claro que la clave para abrir la caja fuerte del sistema autoritario restaurado y agravado es la siguiente: una vuelta a la izquierda, tres a la izquierda y dos más a la izquierda.

López Obrador compareció ante reporteros la tarde de ayer para ir fijando una cuidadosa estrategia de resistencia. Es natural que mida sus palabras porque enfrente tiene a una plantilla mediática aceitada especialmente para tratar de evidenciar la incongruencia de que un candidato presidencial ejerza sus derechos por las vías legales. La trampa fue sembrada de forma evidente e insistente antes de los comicios, cuando se presionaba al tabasqueño para que firmara pactos de civilidad que no verían compra de votos ni mapaches priístas.

El candidato de las izquierdas ha decidido transitar por completo el sendero legal, recabando pruebas y cumpliendo con los trámites procesales. No acepta que a él le corresponda sofocar el gran descontento por el presunto triunfo de Peña Nieto, y establece la enorme responsabilidad del IFE y del tribunal electoral federal ante lo que ha sucedido y lo que pueda suceder. Diariamente informará de las pruebas que se vayan recopilando y no descarta que pueda darse una resistencia civil pacífica.

A nadie debería molestar, mucho menos exacerbar, que un ciudadano en ejercicio de sus derechos recurra a los tribunales para demandar justicia que cree le ha sido escamoteada. Esa vía de inconformidad jurídica tiene como sustento dos hechos que son de dominio público pleno: la parcialidad evidente de muchos medios de comunicación, Televisa de manera militante, en apoyo de Enrique Peña Nieto y en abierto detrimento de su principal opositor electoral, AMLO; y los ríos de dinero que corrieron en todo el país para compra de votos y para el financiamiento de la operación territorial de las brigadas de promoción del voto en favor del PRI.

Y, mientras se posa la vista en Jalisco, donde el PRI y sus aliados del PRD chuchista-padillista hicieron lo mismo que Peña Nieto a nivel nacional (con ríos de dinero, mapachería y guerra sucia) para crear una victoria artificial de Aristóteles Sandoval sobre Enrique Alfaro, ante un creciente enojo social en el que también participan muchos jóvenes, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Regreso al parque jurásico
Luis Hernández Navarro
        Con ustedes, el próximo presidente de México, En-ri-queeeee-Pe-ñaaaaa-Nieeee-to, anunció, el domingo en la noche, en el edificio de Buenavista que alberga la sede nacional del PRI, el maestro de ceremonias del evento, como si fuera presentador de una pelea de boxeo o animador de un salón de table dance.
 
El PRI –dijo el mexiquense en un breve mensaje una vez que Felipe Calderón lo nombró presidente electo en cadena nacional, con apenas 5 por ciento de los sufragios computados– tiene una segunda oportunidad. De estar vivo, Carlos Monsiváis habría añadido: total, la última vez sólo estuvo en el poder 71 años...

Ganó México, insistió una y otra vez sin levantar la mirada de sus apuntes, para demostrar, en lapsus que quiso ser gesto de reconciliación maquillado, pero que evidenció la convicción más profunda de quienes vuelven a Los Pinos: el país comienza y termina con ellos, su triunfo es sinónimo de victoria de una nación entera.

Ningún regreso al pasado, advirtió Peña Nieto, pero esa noche los asistentes celebraron, por cortesía del Canal de las estrellas, el retorno del país al parque jurásico, del que –justo es reconocerlo– no ha acabado de salir nunca. Que lo digan si no los chiapanecos, que el domingo padecieron, cortesía del ex perredista y ex priísta Juan Sabines, una apabullante operación de acarreo, compra y coacción del voto en favor del candidato a gobernador de la alianza PVEM-PRI, similar a la que operó su papá, en los tiempos en el que ese estado era el granero electoral tricolor.

Al calor de la música de mariachis, este domingo, en Buenavista, personajes con el cabello embadurnado de gel peinado hacia atrás y camisas blancas con el logotipo de su partido le mentaron la madre a Andrés Manuel López Obrador cuando apareció en las pantallas gigantes y celebraron su regreso al presupuesto, después de 12 años de vivir en el error de estar fuera de él.
Este 1º de julio se enfrentaron en las urnas dos Méxicos. Uno, ciudadano y crítico, anhelante de un destino diferente. Otro, clientelar, temeroso del cambio, obediente con las jerarquías políticas. Triunfó el país de la restauración, el que cambió su voto por las tarjetas de compra de Soriana, las despensas, la promesa de un empleo. El que justificó su decisión diciendo: todos los políticos son iguales. Con el PRI por lo menos me va a tocar algo...

Inequidad fue el nombre del juego de estos comicios. Los poderes fácticos no regulados, de manera destacada Televisa, impusieron las reglas y definieron su desenlace. La magnitud del financiamiento ilegal en favor del PRI, ante autoridades omisas, muestra cómo las elecciones no se ganan: se compran.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas para el tricolor. Sus sueños de una presidencia imperial se esfumaron. No tendrá mayoría absoluta en ninguna de las dos cámaras. Ganó sólo tres de las siete entidades donde se efectuaron elecciones concurrentes.
El PRI fue derrotado en la elección presidencial en 12 entidades, dos de ellas en estados que gobierna: Distrito Federal, Guanajuato, Guerrero, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz.
Para el Morena y los sectores más cercanos a López Obrador, el saldo es desfavorable. La ilusión de convertir 2012 en la revancha del fraude de 2006 se esfumó, por más que se sigan denunciando las anomalías. Los sufragios en favor de Andrés Manuel se concentraron en Distrito Federal, Guerrero, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco y Tlaxcala. En Baja California, Campeche, Chiapas, Hidalgo, estado de México, Michoacán, Nayarit y Zacatecas ocupó el segundo lugar en la votación presidencial.

Por el contrario, para algunos sectores del PRD que tienen su propio juego político, los resultados no son malos. Adscritos a la filosofía de que de lo perdido, lo que aparezca, son la segunda fuerza en la Cámara de Diputados, ganaron el Distrito Federal, Morelos y Tabasco, y obtendrán un número no despreciable de senadores. Tienen la ilusión de que el priísmo deberá negociar con ellos para gobernar.
Los partidos pequeños salvan el pellejo. De acuerdo con la información del PREP para la elección de diputados federales, se puede inferir que PVEM (6 por ciento), PT (4.6), Movimiento Ciudadano (4.09) y Panal (4.14) siguen vivos.

El gran derrotado de la contienda electoral fue el PAN. Su candidata, Josefina Vázquez Mota, cayó hasta el tercer lugar de la votación. El partido perdió la gubernatura de Jalisco. Será el tercer grupo legislativo en la Cámara de Diputados y el segundo en la de Senadores, señal de que sus simpatizantes votaron de manera dividida.

Vázquez Mota fue la espuma que aglutinó el descontento panista contra el presidente Felipe Calderón. Una vez que obtuvo la candidatura interna de su partido la espuma se disolvió y su campaña fue perdiendo fuerza. La votación en su favor se concentró en cuatro estados: Guanajuato, Nuevo León, Veracruz y Tamaulipas (donde capitalizó el descontento contra el PRI). En cambio, perdió los comicios en Baja California, Baja California Sur, Jalisco, Sinaloa y Sonora, entidades con gobernadores panistas.

Dos de las tres figuras morales más relevantes del PAN abandonaron el barco antes de que llegara a puerto. El ex presidente Vicente Fox llamó a votar por Peña Nieto. El empresario Manuel Clouthier, hijo del difunto Maquío, el hombre que proyectó al PAN a las grandes ligas de la política nacional, fue propuesto fiscal anticorrupción del posible gobierno de López Obrador.

Los comicios dejaron en amplios sectores de la población, especialmente entre jóvenes universitarios, una amarga sensación de agravio. Su voluntad democrática fue burlada por la telecracia, los dinosaurios del parque jurásico priísta y las autoridades electorales omisas. Las anomalías que vieron y padecieron en la calle y en las urnas no existen oficialmente. Para ellos, la restauración autoritaria es una realidad. Más pronto que tarde pasarán la cuenta de la afrenta vivida.

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