Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 14 de octubre de 2012

El mesianismo y sus consecuencias

El mesianismo y sus consecuencias



El mesianismo y sus  consecuencias
 

 
“Yo no soy un libertador, los libertadores no existen.
Son los pueblos quienes se liberan a sí mismos”.

Ernesto Che Guevara.
Nuestra historia atraviesa por la resistencia y la lucha en contra del colonialismo, y para emprender esta lucha, los movimientos progresistas se han valido de distintas herramientas culturales, desde la utilización del estandarte de la Virgen de Guadalupe, hasta la apuesta por el despertar de las conciencias. Entre opción y opción, vemos un fenómeno que ha caracterizado a las luchas revolucionarias, reformistas o anticoloniales en México: el caudillismo.

Para el antropólogo Max Weber el poder se expresa en formas de dominación y estas formas las categoriza en tres: la carismática, la histórica y la legítima. La carismática se refiere a la aceptación masiva de determinados perfiles y posiciones que terminan ejerciendo un liderazgo sobre el grueso de la población, o la masa como solía llamársele.

Es desde esta perspectiva que podemos comprender sin caer en el lugar común de lo bueno o malo, el origen de los caudillos que han dirigido los grandes movimientos de masas en México, desde Hidalgo y Morelos, hasta el Subcomandante Marcos y Andrés Manuel López Obrador; pasando por Juárez, Zapata, Villa, Jaramillo, Cabañas, Cárdenas y muchos otros personajes que al compartir su visión del mundo han logrado no solo ganar simpatías sino crear una red de acompañamiento, solidaridad y acción conjunta y masiva.

El liderazgo de estos personajes es necesario, pero puede ser llevado (tanto por el dirigente como por las bases del movimiento), a otro extremo que es propio del totalitarismo: el mesianismo.

Cuando las bases del movimiento no logran empatar su acción política a procesos formativos adecuados a las necesidades del tiempo en que están desarrollando su acción misma, suele suceder que a los más avanzados se les idealiza y al dirigente se le otorgan valores supra humanos; con frecuencia se le considera “el salvador” o quien tiene la respuesta certera a cada problemática. Ese fenómeno es la base existencial de todas las religiones y la destrucción de cualquier movimiento social.

A veces, cuando las oligarquías quieren desacreditar a un movimiento, suelen acusar a su dirigente de ser un “Mesías”, de hecho es lugar común para descalificar a la resistencia; así lo hacen hoy en contra del Movimiento Regeneración Nacional, no solo los gobiernos de la derecha, sino adversarios internos dentro del movimiento progresista, pero ¿qué tan cierto es eso?

“Solo el pueblo puede salvar al pueblo
Y solo el pueblo organizado puede salvar a la Nación”

Andrés Manuel López Obrador

Andrés ha sido para propios y extraños, el líder mexicano más influyente de principios de siglo; no obstante el permanente golpeteo por parte de los medios oficiales de comunicación y de todos sus adversarios (internos y externos), sigue siendo hasta la fecha, el único personaje con la capacidad de convocar a millones, ya sea a una manifestación, ya sea a votar por él. Esa posición privilegiada se la ha ganado por tres elementos creo yo: 1. Su excelente trabajo en cada posición política que ha ocupado y sobre todo como Jefe de Gobierno del Distrito Federal; 2. Su congruente postura humanista, anti monopolios y anti oligárquica, que le ha significado mantener un mismo relato durante toda su carrera política; y, 3. El contraste tan marcado entre el grueso de la clase política que no solo ha transigido con la corrupción sino que ha sido parte de ella y él, que ha conducido su vida con austeridad y sobriedad.

Andrés en múltiples ocasiones ha llamado a las bases del movimiento a construir procesos autónomos, por ejemplo luego de la fraudulenta elección del 2006 donde a través de los comités del Gobierno Legítimo y del Plan de Resistencia Civil Pacífica, promovió la creación de alternativas de consumo popular para mantener el boicot contra todas las empresas que apoyaron el fraude, pero estos comités no funcionaron por la falta de preparación de las bases y la incapacidad y falta de voluntad política de muchos de los liderazgos medios que desde entonces ya estaban pensando en el siguiente proceso electoral y no tanto en construir resistencia.

El lugar tan complejo que le toca jugar a Andrés le impide de pronto hacer o decir muchas cosas, él mismo no puede supervisar y ejecutar ciertas actividades, para ello tiene un equipo que en teoría debería ser el responsable de estrechar los vínculos entre las bases y la dirigencia, pero también es cierto que él mismo no está abierto a la crítica al menos externa (solo el equipo más cercano podría decir si a ellas y ellos sí les atiende).

Acusar sin fundamentos es un terrible vicio de nuestra práctica política, por ello me parece un exceso con jiribilla acusar a Andrés de Mesías; lo único comprobable es que él siempre ha dicho: “Solo el pueblo puede salvar al pueblo”, consigna que contradice todo intento mesiánico. Lo que sí puedo señalar es la actitud de un sector de la base de MORENA que ve en Andrés al único capaz de resolver los problemas del país y poseedor de la verdad absoluta. Esta base que representa al sector con menos preparación política dentro del movimiento es el reflejo de una dicotomía entre la sociedad colonizada con todas sus implicaciones económicas, culturales y educativas; y la sociedad civil que a pesar de las carencias heredadas busca construir otras realidades para sí. Este sector además es el más leal al movimiento, y debe ser tratado con respeto, lo cual implica que los elementos más avanzados en cuanto a formación política deberían acercarles herramientas para la mejor comprensión de la realidad.

“La presión para que levante este movimiento es mucha,
Pero no lo haré, aquí los voy a dejar”
Gerardo Fernández Noroña.

También en la actualidad nos encontramos con personajes que a partir de un mediano reconocimiento buscan ungirse como los salvadores del pueblo. El caso del exdiputado Noroña es emblemático en este momento pues ha adquirido mucho eco. Gerardo (espero) actúa con buenas intenciones para fortalecer lo que él cree prioritario para el movimiento popular; pero ¿quién determinó que su estrategia es la adecuada? ¿a quién le consultó por ejemplo, para hacer los llamados “sentones” afuera de las cámaras?

El pasado martes 2 de octubre, Noroña convoca a una manifestación afuera del Senado de la República, un “sentón” que impidiera el acceso de las y los Senadores al recinto y de esta forma no pudieran discutir y por ende aprobar la neoliberal Reforma Laboral que nos deja Felipe Calderón como último acto criminal en contra del pueblo mexicano. Pero resulta que esta manifestación se cruza con la de los sindicatos de la OPT y la UNT, que son los sindicatos que se han mantenido más cercanos a los procesos de resistencia popular (SME, CNTE, Telefonistas, STUNAM, entre otros). Lo lógico al tratarse de frenar una reforma LABORAL, es que las figuras públicas y las bases del movimiento social, nos sumáramos a las actividades del sector OBRERO, pero no, Noroña in situ y en redes comenzó a cuestionar que las y los trabajadores en vez de sumarse a su sentón, “insistían” en llevar a cabo su mitin. Como si los sindicatos además, pudieran darse por convocados a través de twitter a un acto.

Luego el exdiputado escribe en su twitter, donde cuenta con más de 50 000 seguidores, que lo están presionando mucho para levantar el movimiento pero que no lo hará, como si efectivamente, fuera el dueño de dicho movimiento.

Es una actitud autoritaria por parte de Gerardo, decidir unilateralmente qué acciones llevar a cabo y si alguien le manifiesta su desacuerdo, él lo ignora, lo acosa o en el peor de los casos, sin presentar pruebas lo exhibe como un infiltrado frente a sus simpatizantes; esa es una actitud irresponsable y poco confiable de un compañero del movimiento.

Por otro lado, qué terrible vicio creer que uno sabe más que una colectividad, tratar de imponer un plan de acción al movimiento obrero para impedir que las leyes antilaborales se ejecuten es precisamente lo que acusa una actitud de salvador, es decir, mesiánica por parte del compañero.

Si no modificamos estas prácticas, si no las señalamos sin hacer escarnio, pero con claridad y contundencia, el movimiento progresista seguirá siendo tapete de la derecha, y en estos momentos en que la derecha pretende arrebatar al pueblo mexicano lo poco que nos queda, sería una terrible irresponsabilidad de las izquierdas permitirnos guardar silencio y no construir unidad.
Eder Guevara - Opinión EMET

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