Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 14 de octubre de 2012

La mejor noticia del fin del sexenio- Sentencia definitiva sobre la CFE, en medio de una oleada- EL DESPERTAR

La mejor noticia del fin del sexenio
Néstor de Buen
El segundo tribunal colegiado en materia de trabajo del primer circuito en el Distrito Federal acaba de resolver, de una vez por todas, el famoso conflicto provocado por una equivocada y malintencionada decisión del Presidente de la República que declaró terminada la existencia de la Luz y Fuerza del Centro, despedidos a todos sus trabajadores y, como consecuencia, fallecido de muerte natural el Sindicato Mexicano de Electricistas, de gran tradición combativa en la historia social de México.
 
Con motivo de una resolución infundada –como es habirual– de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, que declaró improcedente la petición de los trabajadores por conducto de su sindicato para que procediera a la reinstalación y pago de salarios vencidos a todos los trabajadores dados de baja por una supuesta causa de fuerza mayor, se formuló una demanda de amparo que preparó y tramitó el licenciado Carlos de Buen Unna, la cual el tribunal colegiado acaba de resolver diciendo que no existió tal fuerza mayor, sino un simple despido, por lo que en primer lugar declaró que la Comisión Federal de Electricidad es patrón sustituto de Luz y Fuerza del Centro; que no se presentó ninguna causa de fuerza mayor y que, en consecuencia, deben ser reinstalados los trabajadores despedidos y, en su caso, cubiertas las jubilaciones previstas en el contrato colectivo de trabajo para aquellos trabajadores que hubieren cumplido los requisitos a lo largo de los años de la separación injustificada.
 
Con ello se ha dado fin a una de las injusticias más notables de las cometidas por el gobierno, y la justicia federal ha demostrado con creces que merece el respeto de toda la ciudadanía, ya que es capaz de resolver un problema tan delicado en forma contraria al interés del gobierno representado en el caso por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y su sucursal, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.

 
A la vista de este resultado, habrá que insistir que en la posible reforma a la Ley Federal del Trabajo, un tema de la mayor importancia es el de la cancelación de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, que a lo largo de la historia han demostrado ser organismos de ejecución de las decisiones del Poder Ejecutivo, razón por la cual es más que fundada la petición de que se transformen en jueces de lo social dependientes del Poder Judicial y no del Ejecutivo.
 
Para mí es motivo de enorme orgullo que este resultado haya sido obtenido por una demanda de amparo preparada y presentada por Carlos de Buen. Desde luego que su currículo se integra ahora con una resolución enormemente satisfactoria y que ha permitido devolver las esperanzas a miles de trabajadores electricistas y sus familias.
 
Confieso mi vieja simpatía por el SME, al que ha vivido asociada mi familia, ya que dos de mis hermanos han sido trabajadores al servicio de Compañía de Luz y Fuerza, denominada posteriormente Luz y Fuerza del Centro.
 
El problema económico no va a ser escaso para la Comisión  Federal de Electricidad. Lo bueno es que la resolución dictada en el juicio de amparo es una consecuencia de la conducta equivocada del gobierno federal y yo diría que, de manera particular, de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
 
Hay que reconocer el mérito especial de Martín Esparza, secretario general del SME y quien pese a las dificultades y realidades que tuvo que enfrentar con motivo de este conflicto, supo mantener la unidad de su histórico sindicato y llevarlo a buen fin.
 
Sin la menor duda, este resultado tendrá que constituir un freno al sindicalismo mediatizado y corporativo que con el total apoyo del gobierno hemos venido padeciendo. Los trabajadores deberán recuperar la confianza en su propia acción y ser ellos mismos los conductos para suprimir los contratos de protección y las decisiones de las autoridades contrarias a los trabajadores.
 
De paso, también es el momento para que las autoridades ejerzan el papel que verdaderamente les corresponde y suspendan sus acciones ilícitas en contra de los sindicatos. Esa sería una buena decisión para recuperar la condición democrática que debe ser atributo permanente de nuestro país.
 
 
 
 Incomprensible-Hernández
Sentencia definitiva sobre la CFE, en medio de una oleada
Antonio Gershenson
El 8 de octubre, el segundo tribunal en materia de trabajo del primer circuito publicó sentencia definitiva sobre el caso relacionado con Luz y Fuerza del Centro (LFC) y sus trabajadores. Dictamina también que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es el patrón sustituto de los trabajadores, o sea que deberá volver a contratarlos.
 
En la sentencia se echan abajo los principales argumentos del gobierno federal y de la CFE, y le impone a esta última el recontrate de 16 mil 599 trabajadores no liquidados y les tendrá que pagar salarios caídos, casi de tres años. También hay un trato a los jubilados durante este tiempo. Estos trabajadores son miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas, que ha pugnado por estos resultados.

 
El tribunal, antes, obliga a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje a dictar un nuevo laudo, conforme a lo dictado por el mismo tribunal. Y se anulan las que constituyeron medidas que fueron declaradas como secretas durante 12 años.
 
Estas medidas constituyen el debilitamiento de un gobierno federal que está por terminar, que prometió una compañía eficiente. También deja debilitadas a las autoridades de la CFE. Veremos algunos ejemplos, de los que hemos hablado en artículos anteriores. Las fechas mencionadas son de mis artículos, y de este año.
 
La CFE tuvo utilidades, en 2010, de 800 millones de pesos. Pero ya en 2011 tuvo pérdidas de 17 mil millones de pesos (4 de marzo). El primer año con la ex LFC fue más eficiente que el segundo con la empresa de clase mundial.
 
Se han formado por todo el país grupos de defensa contra las tarifas locas. Se han tomado diversas medidas al respecto.
 
La misma CFE ha estado comprando, o contratando para comprar, enormes cantidades de gas desde Estados Unidos, y gasoductos, con una perspectiva de importación de largo plazo y alta cantidad para la generación de electricidad (22 de julio).
 
Nos llegó hace poco tiempo una versión. El secretario general del SUTERM, sindicato oficial de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Víctor Fuentes del Villar, dijo a numerosos miembros de ese sindicato que él no estaba de acuerdo con la corrupción de las autoridades y sus decisiones, y que no iba a asistir al aniversario.
 
La realidad de esa ausencia se mostró en el 75 aniversario de la fundación de la CFE, en una reunión encabezada por el Presidente de la República y los funcionarios de esa entidad y del sector de energía, el 14 de agosto. Pero esto sucedió con ausencia del SUTERM y su dirigente, lo que no tiene antecedentes. Se vio en la información en este diario, el 15 de agosto, en la página 33, con una foto con el Presidente y los altos funcionarios, pero hasta ahí (26 de agosto).
 
Se han producido problemas, como el Proyecto Agua Prieta, para el cual se contrató a varias empresas y hubo tanto errores como actos de corrupción.
 
El gobierno actual ha servido no sólo al gobierno derechista español, no sólo con Pemex, sino que ha recibido enormes mordidas y otorgado variados apoyos al monopolio español Repsol en materia de generación de electricidad. En septiembre de 2007, la Comisión Federal de Electricidad mexicana otorgó a Repsol un contrato para el suministro de gas licuado para la terminal de gas natural en Manzanillo, en la costa del Pacífico de México... Este contrato fue evaluado en 15 mil millones de dólares y provee gas licuado a la planta mexicana por un periodo de 15 años (tomado del informe anual de 2009 de Repsol a la Securities and Exchange Commission, autoridad financiera estadunidense, y estos hechos son sólo algunos de tantos).
 
A este escenario debemos agregar una gran cantidad de hechos locales o regionales. Se afectó a varios núcleos indígenas y simplemente de pobladores, despojándolos de sus tierras y de sus pueblos, para beneficiar a trasnacionales; enfrentándose a quienes se defienden de los altos precios; a afectados en sus aguas o en sus recursos naturales. También llevan un tiempo largo las huelgas de pagos, como en Tabasco, por las altísimas tarifas.
 
Todos estos ejemplos muestran hasta qué punto han sido llevados la dirección de la CFE y el gobierno federal en el campo de la electricidad en materia de servicio público. Por lo pronto, están inmersos en numerosos problemas que hemos enumerado, y también están al margen de la ley, mientras que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje no la aplique en los términos ordenados por el mencionado tribunal.
El Despertar
Conversaciones con un profeta
José Agustín Ortiz Pinchetti
 
En cuanto supe que Eric Hobsbawm había muerto, me apresuré a entrevistarlo. Imaginé que me recibiría en una túnica resplandeciente y no fue así. Tiene el tipo de profeta del viejo testamento: larga cara judía, enormes orejas, melena blanca alborotada, vestía como terrícola normal, un poco descuidado, y movía sus manos para enfatizar lo que decía. Rescato algunos fragmentos de nuestra conversación, que se parecen demasiado al último párrafo del libro Hobsbawm Historia del siglo XX.
 
 
JAOP: ¿Desde su altura podría intentar una predicción para este siglo XXI?
 
EH: Nuestras esperanzas o temores no son predicciones. Sería un despropósito describir que aspecto tendrá un paisaje que ha quedado irreconocible por los movimientos tectónicos del siglo XX y que ha quedado aún más irreconocible con los que se han producido con los primeros años del siglo XXI.
–¿No hay nada que despierte la esperanza?
–A mediados de los 80 del siglo XX tenía razones para pensar que el siglo XXI sería mejor. Quizas dentro de un cuarto de siglo o medio siglo la situación sea más prometedora, hoy no podemos decir si la humanidad puede resolver los problemas que enfrenta desde la última década del milenio, ni tampoco como puede hacerlo.
–¿A quién podemos responsabilizar de que este siglo se haya vuelto tan oscuro?
–A la pobre capacidad de comprensión de los hombres y las mujeres que tomaron las principales decisiones públicas en la segunda mitad del siglo XX y a su aún más escasa capacidad de anticipar –y aún menos de prever –lo que iba a suceder.
–Estoy de acuerdo en que la historia no ayuda a hacer profecías pero las grandes fuerzas históricas siguen actuando…
–Sí, vivimos en un mundo cautivo desarraigado y transformado por el colosal proceso económico y técnico científico del capitalismo de los dos o tres siglos precedentes. El futuro no puede ser una prolongación del pasado, hay síntomas internos y externos de que hemos alcanzado un punto de crisis histórica. Nuestro mundo corre riesgo a la vez de explosión y de implosión y debe cambiar.
Es obvio. El mundo y México deben cambiar pero la perspectiva no es clara.
Hay algo que está claro. Si la humanidad debe tener un futuro no será prolongando el pasado o el presente. Si intentamos construir el tercer milenio sobre estas bases fracasaremos. Y el precio del fracaso, esto es, la alternativa a una sociedad transformada, es la oscuridad.

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