Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 9 de octubre de 2012

No hay punto de comparación entre el triunfo de Chávez y el "triunfo" de Peña

No hay punto de comparación entre el triunfo de Chávez y el "triunfo" de Peña


No hay punto de comparación entre el triunfo de Chávez y el
No, Sergio y Lorenzo, no encuentro paralelismo o parecido alguno entre lo ocurrido en Venezuela y lo sucedido en México desde 1988 hasta la fecha. La diferencia es de forma y de fondo también



Hubo uso de recursos del Estado por parte de Hugo Chávez, argumentan equiparándolo con lo ocurrido en México....

...en verdad, piensan ustedes que hay punto de comparación?

Carta al Dr. Aguayo y al Dr. Meyer
Distinguidos Dr. Aguayo y Dr. Meyer,
Ayer por la mañana, en la mesa que preside cada lunes Carmen Aristegui, tuve oportunidad de escuchar sus comentarios sobre la elección en Venezuela de la que resultó ganador el Presidente Hugo Chávez Frías. Ustedes mencionaron el problema de la perpetuación, de que "20 años si son mucho", del uso de recursos del Estado para la campaña, como las principales objeciones del proceso electoral en el que fue ratificada la política del mandatario venezolano por parte de una sustancial mayoría de ciudadanos. En este respecto, me permito hacerles llegar mis respetuosos comentarios:
a) Parto de la raíz etimológica de la palabra democracia, demos=pueblo; kratos: poder, no porque ustedes no sepan esto sino porque quiero armar el contexto de mi argumentación. Si nos atenemos a que la democracia es el régimen menos imperfecto y en el que las mayorías ejercen su poder, podríamos inferir que en Venezuela se impuso la voluntad de la gran mayoría del pueblo venezolano, con base en lo reiterado por el Centro Carter en cuanto a la transparencia de la elección en la nación suramericana.
En este tenor, argumentaría adicionalmente que si las políticas económicas y sociales de un régimen --en este caso el de Hugo Chávez-- se han dirigido esencialmente a mejorar la calidad de vida de sectores populares otrora ignorados por los mandatarios anteriores a Chávez --por cierto, apoyados por el gobierno norteamericano-- ¿basta el argumento de la no reelección para contravenir el deseo y el bienestar de un gran porcentaje de venezolanos que por primera vez en su vida reciben la atención gubernamental debida a ellos como mandantes?
Yo creo, Lorenzo y Sergio, que si bien es cierto que en el caso de México, Francisco I. Madero se vio en la urgente e imperativa necesidad de proclamar el "sufragio efectivo" y la, "no reelección", se debió más que nada al hecho incontrovertible de que Porfirio Díaz gobernó al país de manera selectiva y, yo agregaría, cruel al favorecer a los potentados de su tiempo a costa del sufrimiento de las clases populares, especialmente el sector campesino e indígena que eran tratados como esclavos. En el caso venezolano la situación es completamente distinta: en las anteriores "democracias" (SIC) apoyadas por los intereses de las transnacionales, existían en el país suramericano extensas masas de seres humanos viviendo en pobreza extrema hasta la llegada del chavismo.
Llama la atención no solamente que el Presidente Chávez provenga del sector militar, sino su formación política tendiente al socialismo y, me permito aventurar también, que a la Teología de la Liberación, lo cual contrasta con el papel lamentable que en México ha tenido el ejército, el cual ha sido utilizado por los distintos presidentes de nuestra "democracia" multipartidista caracterizada por la dictadura ya no del PRI, sino de la oligarquía de la cual la clase política prianista es servidora. Es decir, tanto la "alternancia gatopardiana" como el rejuego simulador de los mini-partidos han servido solamente para aparentar que existe competencia política entre dos visiones distintas: la izquierda o, si ustedes quieren, el nacionalismo revolucionario, por una parte, y la derecha representada históricamente por el sector conservador del mega-empresariado. Nada más alejado de la verdad y, estoy segura, que ustedes lo saben en su calidad de espléndidos historiadores y analistas.
Como también es de su conocimiento, el que hayan (des)gobernado México Salinas y Zedillo por parte del PRI, y Fox y Calderón, por parte del PAN, no ha significado nada distinto del continuismo del régimen neoliberal que ha depredado naciones enteras no sólo en América (el continente) sino en Europa, Asia y Africa. Este mismo fenómeno de "alternancia" simulada ocurre en España, Italia, E.U., Grecia, etc, donde los supuestos partidos de izquierda han sido penetrados por lo que su servidora llama el cartel financiero internacional, encabezado por el funesto Fondo Monetario Internacional (bautizado tambièn como el Fondo Más Infame por razones obvias).
b) Tanto Venezuela como Ecuador, Bolivia, Cuba y otros países de América del Sur y el Caribe, se han liberado del yugo opresivo y destructor del cartel financiero fondomonetarista y han establecido otra forma de ejercer el poder, tendiente a la utilización de sus recursos debidamente nacionalizados, para invertirlos en el bienestar de sus naciones. Tan es así, que de acuerdo con la UNESCO, Venezuela registra un nivel de bienestar que ni por asomo tenemos en nuestro México, un país con mayor potencial de riqueza en todos los rubros. Ciertamente, como ciudadana mexicana, aspiro y lo seguiré haciendo, a contar con verdaderos servidores públicos que en lugar de enajenar nuestras riquezas, las conserve para el beneficio de nuestra nación.
Reprochan ustedes que Hugo Chávez utilizó recursos del Estado venezolano para su campaña y atribuyen su victoria sobre Capriles a este sólo hecho, como si sus políticas sociales nada hubieran tenido que ver con la alta preferencia ciudadana de la que ha gozado el tres veces electo mandatario suramericano. Además de lo anterior, ustedes lo equiparan a lo ocurrido con Peña en México y, con todo el respeto que les profeso, que en verdad es mucho, disiento de su apreciación, ya que ni por asomo se podría acusar a Hugo Chávez de haber desviado recursos para convencer a un pueblo de votar por él, cuando ha sido su propia gestión a favor de sus ciudadanos la que los impulsó a sufragar por él.
Por otra parte, nadie, ni siquiera la oposición se atrevería a decir que Hugo Chávez malversó, utilizó dinero del crimen organizado, amagó a posibles votantes, compró con despensas y otros artículos a los sufragantes, o engañó a empresario alguno para hacerse de millones de dólares tal como lo hizo Peña Nieto. Tampoco se podría siquiera afirmar que el poder fáctico televisivo en Venezuela estuvo detrás de su campaña, puesto que Globovisión y otras empresas mediáticas apoyaron ampliamente a Henrique Capriles Radonski.
c) Por último, pero no menos importante, no se podría decir que el Presidente Chávez es una especie de dictador o autócrata, pese a su estilo muy personal de hablar y su lenguaje corporal, ya que en mi opinión, su gobierno ha sido sumamente tolerante tanto de estas empresas de medios como del mismísimo Capriles quien participó en el fallido golpe de estado incitado desde el gobierno norteamericano contra el gobierno chavista en abril de 2002. No quiero ni imaginar qué hubiese hecho Porfirio Díaz o, en el presente, qué hubiese hecho Calderón si alguien se hubiese coludido con un gobierno extranjero para destituirlo, con la enorme diferencia que el Presidente venezolano fue elegido sin que mediara ningún fraude, mientras que todos conocemos lo que ocurrió en la elección de 2006, cuyos paquetes electorales estamos demandando que se pongan a nuestra disposición para limpiar ese proceso tan vergonzoso como el que acaba de ocurrir el pasado 1º de julio.
No, Sergio y Lorenzo, no encuentro paralelismo o parecido alguno entre lo ocurrido en Venezuela y lo sucedido en México desde 1988 hasta la fecha. La diferencia es de forma y de fondo también.
Los saludo con respeto
Patricia Barba Avila - Opinión EMET

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